jueves, 31 de marzo de 2011

ES NOCHE DE VERANO

Es de noche,


El mar se exhibe omnipresente,

Es verano,

El calor demanda hidratarse,

En el horizonte la absoluta soledad,

Y aquí delante el más puro vacío.

Hace solo diez minutos

Que se ha ido,

Se marcho,

Ella, la hembra de pisadas diluidas,

De pantorrillas ajustadas

Al grueso de los dedos de mis manos,

La que no me da respiro

Cuando quiere jugar al amor

O ama la guerra sin entrega,

En estas noches embotadas,

En las que las sombras son mas largas,

Las luces más finas,

Y sus besos inacabables,

Recurrentes por cada espacio de mi piel,

Cuando entre su risa y mi jadeo

Componemos una música reconocible,

La jarana del purísimo deseo,

Allí donde rezan y murmuran

Las putas de la cuadra,

Las que saben de la vida,

Porque la parieron con sus lágrimas,

Y la gozaron a cada instante

Sin pensar en el segundo venidero,

Ellas también recorren los medanales,

De esta buenos aires de adoquines,

O de asfalto bacheado a disgusto,

Cuando el océano no esta en la lejanía,

Son millones de luces que se encendían

Para verla regresar en algún subte,

Escalar lentamente hasta mi piso,

Hacer cima en las sabanas de mi cama,

Y yo de espaldas, fingiéndome dormido

Cuando he implorado por su pronto retorno

Siento los calores del incendio

De mis venas, mi sangre y mi lascivia

Solo me queda en este cuarto

La ultima ginebra de un tal Lucas

Que al terminar no le di ya descanso

Porque mis papeles en blanco estan hartos

Ellos quieren saber que ha acontecido

Me apresa la pluma de mi poesía

Y a escribir las escaldadas verdades de este día,

Es de noche, en este verano

Y yo conservo a mi magdalena o mi Maria

MIRADA DIVIDIDA


Miro un rostro


Simplemente como es,

Es imposible

Si una de mis miradas se ausenta

En el mismo momento que observo

Con excesiva intensidad.

Digo entonces,

Como si mis ojos fuesen enemigos

Decididos a interferirse:

El ojo ausente deforma y transforma

Lo que va recogiendo el fiel deponente,

Ese animal llamado ojo presente.

El huidizo no solicita de la realidad

Más que un espacio azabache,

Un punto de partida

Desde donde proyectarse

Hacia no se que lejanía indecible

En donde remendar con lo apenas entrevisto

Al perfecto agujero de esa ausencia.

El otro ojo contrariado,

Mira de manera abrumadoramente justa.

Más en vano solicita asistencia

Porque mi favorito sigue siendo el otro,

El que invita a irse lejos de la mirada,

Aun más lejos de lo mirado.

Se rasga la piel de este cielo,

Te veo en el vano de esta puerta

Desnuda de nombre aunque te llame excelsa,

Desprovista de prejuicio,

Pidiéndome que no llore lágrimas secas

Sobre la superficie que combato,

En una acción belicosa con caricias,

Con la extrema sensualidad de la punta de tus dedos,

Acribillado mis sueños con tu arqueo,

Y mi ojo renegado ve con claridad

Como se insuflan tus senos aguerridos.

Siento la tormenta hecha diluvio

Que gota a gota se desprenden de tu dermis,

Luego de varios gritos nos invade el silencio

Conformado por voces diluidas en el vacío.

Sorpresiva como un águila

Cayendo en picada y sin un ala

Así es la imagen de observar desde afuera mi mirada

Esa que niega y maldice los horrores

Del humo, del gris, de la niebla,

Que ve los huesos torcidos de abrazar distancias

Mas el espanto escapa prestamente

Cuando reaparece en mi memoria la noche

De anoche

Toda vestida de fiesta y carnaval

En el que en tu boca escribí mi poesía urgente,

Uniendose los ojos en el albor del festival.

REGRESO A LA ESCRITURA

Hace días que no escribo,


Se incendio mi pluma en un febrero,

Las ideas, las figuras, las metáforas

Andan sueltas por ningún lado,

En el medio de la soberbia mental,

Viajando entre fantasmas,

Los de los filósofos y los escritores.

Mire esfumarse dos gatas persas,

Supuse que abrir los cortinados

Seria mi idea mas fecunda,

Y contra el vidrio espejado

Nuevamente tu cuerpo bello,

La hermosura de tu desnudez,

La fatiga del placer por complacernos,

Rebatiendo la longitud del tiempo,

Demarque mejor el espacio que no tengo.

Me aferre a las promesas incumplidas,

Mientras la suavidad de tu piel,

Era testimonio vital de mi ignominia,

Hasta parecerme milenario estar juntos,

En el lugar que hasta ayer ocupaban

Los penúltimos esclavos de la lujuria,

Los derrochadores de soledades y locuras,

Los penitentes de depresiones,

Aquellos que seducen al suicidio,

Los que toman infusiones de tequila,

Cuando en esta ciudad bendita dan las seis,

Cuando un taxista baja la bandera de las razones.

Yen tu compañía de seda roja,

Los saberes nadan por los ríos,

Con tus piernas que me abren las puertas,

Dejándome el viento caluroso huracanado.

No me sorprende el desborde de las sombras,

Todo me inducì a retomar la escritura,

A mantenerme sano, lucido,

Dentro del circulo de las flores de la maldad,

En el límite se ve tu rostro soñado,

Viniendo atraída hacia mí,

Como una bestia finísima,

Sorbiendo el aroma de mis ojos marrones,

Dándome el descanso de tu mirada reverdecida,

Sabiendo que no es una palabra,

Ni abstracciones ni conjuros,

Ni evocaciones ni falsas interpretaciones,

Es otra cosa inenarrable

La que detengo de diluirse cada día,

Caminando con mis labios por los tuyos,

Estremeciendo el campanario de tu vulva,

En ese plenilunio de ocasos interminables,

Siento que cambia el mes en nuestro calendario,

Me convenzo que marzo es poesía agradable.

EN MEDIO DE LA NOCHE...

En el medio de la noche,


Camino hacia el frío, el viento

Lo plenamente desconocido,

Siento que la playa sola ruge,

Deshaciéndome poro a poro,

A veces desnudo,

Otras envuelto en miles de palabras,

Montando un equino negro que trota

Por las orillas del principio de la nada.

Entre mis dedos siento el roce de la seda

Del cuerpo de un animal mitológico,

Es como entrar de tu mano en un rosedal.

Yo no digo que vengas,

Que estés ya aquí, que has venido

Pero me niego a negar la espera de tu venida,

Te solicito que me dejes esperarte,

He resucitado para esto,

Deja que me delire sin ti,

Asistir a la deformación de mis huesos,

Que solo aman unas formas

Mientras tocan tu sustancia,

Se que he caído en esta trampa de la espera

Y sin lugar a dudas me hace muy feliz.

Se que ahora has venido,

Que tu presencia conmueve

El calido color de las hojas en agonía,

Milagro del que espera, ve y siente.

Hoy te seguiría bajo cualquier forma,

Como polvo, humareda o viento,

Entraría por tu respiración,

Por tu sonrisa, por tus renovados aleteos

De evadirte hacia donde no haya lenguaje,

Sino solamente ojos devorándose,

Ojos amándose

Con el peligro de una desnudez absoluta.

Vaya sueño en el que tú me viste entrar,

Mendigo impuro enamorado de tu mirada,

Llena tu boca de flores, de plumas y de amores,

Entre las que había un elogio color lila que humeaba,

Mientras me asomaba entre el color verde de mis harapos,

Danzando para que te rieras,

Te pintabas las uñas de azul nacarado,

Toque la guitarra y cante canciones,

Que hablan de pequeños instantes únicos,

En el que dolor se adormece,

Y hay solo deseos de amar.

Es así que en este anochecer abrí los ventanales,

Asegurándome de la finitud de mi inseguridad,

Devolviéndote lo que nunca tuve,

La plenitud por tu llegada y la indecisión de tu partida,

Devorándome mis miedos fantasmales

En las primeras luces de una nueva vida.

SUEÑOS

Sueño


Luego despierto,

Muero en esa hondonada onírica

Más vivo en la planicie de mi letargo,

El cielo se lotea por parcelas,

Prefiero transitar por la arena,

Dejar que el mar de las pampas

Clave las minúsculas gotas de agua

En la planta de mi pie izquierdo.

Pienso que yo moriría mil veces

Por recibir tu amor sin reclamarlo,

Y sin darme cuenta haber sido llevado,

Imprevistamente,

A un sitio en que los ojos se miran sin desprecio,

Pero hube de pasar tanto terror,

Tanto miedo sin mal agüero,

Para llegar cansado, feliz y doliente

A mirar unos labios que no lastiman.

Dicen que aun en sueños el amor es el amor

Y el tiempo mueve varas, ramas

De novatas plantas de bambú,

De deslucido sauce llorón,

Para ir al encuentro de la parca,

Dicen quienes danzan al filo del desquicio.

Que de mi vigilia te rescate,

Dueña del Mar Mediterráneo,

Navegante idílica de un parque centenario,

Veo el mar, las dunas, las gaviotas,

Espejismo de la calle Lambaré,

El ascensor lleva hasta el piso desnudo de tu cuerpo,

Despojado de alas y habitante del minuto final del día,

Toco a la puerta de tus palabras,

Muevo el picaporte de tus dedos delgados,

Se que desde siempre te buscaba,

Miríadas de ojos barridos por el viento

Que los atornilla en los medanos de tu cuarto,

En el ardor de la tormenta de este océano casero.

Entonces pensar en sucumbir era lo de menos,

Importaba estar preparado para tu llegada,

Preparado para disfrazarse de lo que más amabas,

Un trovador pequeño de ojos descafeinados,

Un portador de estrofas inaugurales,

Esas que no pisaron los bares perdidos,

Que no rozaron la mejilla de ninfa alguna,

Que riegas con tus deseos las letras,

Esparces por mi espalda semillas de vocales

Son letras desde la primera hasta el cien,

Aunque no te esperaba te espere,

Como si me buscara en vos a mí,

Y me encontré,

Creo que vos también.

Seguí en mi sueño no desperté.

AYER Y HOY

Ayer


Me pareció,

Ver el cielo ausente,

Anónimo, sin calificativo propio,

Con el velo azul desteñido

O con los colores del vacío

De una grisacea nada incandescente.

Ayer me sugeria,

La carencia de arboles junto al rio,

El verde duro de las hojas erguidas,

Las ramas inseguras para siempre

En los troncos rudos del silencio,

Por donde se escurren algunas vidas.

Fue ayer imaginar

El agua incolora viniendo en conjunto,

Dividiendose en pequeños rios sin sentido,

Donde solo los barcos avanzaban o flotaban

Por los senderos humedos de mi memoria,

El que preserva la idea de un bárbaro desleído

Se que paso,

Que ha acontecido

O al menos imagine que tuvo ente.

Se de mi desierto sin oasis,

Se a que sabe la carencia de la sed

O la abundancia de líquido acuoso,

Cuando me alzo, calavera omnipresente.

Se que esta mañana existe,

Que la traspasa un rostro,

Una mujer deseosa de apagar su avidez,

Una hembra insaciada por desborde,

Se que vienes arropada de pieles ardientes,

Conozco la carencia de mi lograda desnudez.

A la madrugada le sigue el atardecer,

Aun no hay combate en las sombras,

Solo las nubes difusas de un cielo reaparecido,

Permanece en el tiempo tu mirada

La verborragia de tus ojos verdes,

La fatiga de tu composicion sensual,

Aferrada con firmeza a un inexistente vestido.

Anochece con mi alegria temprana,

Con la sonrisa de tu entrega desprendida,

Con los sentidos descompuestos en lineas de puntos,

Con las palabras desperdigadas en la frontera

De tu señorio de amante iracunda,

Provocadora del desenlace entre angustia y poesia,

Devoradora de mis soledades compañeras,

De mi desquicio sorprendido,

Muchacha presente en tanta imaginacion fecunda.

Ayer y hoy son dos momentos

O quizas solo uno en cuanto a duración,

Esas unidades que son patrullas perdidas,

Detrás del rostro desaparecio mi atormentado lamento.

MADUREZ

Parece increible,


Hasta cierto punto no asumido

La simpleza de mi raciocinio,

En el otoño no existiamos,

No habia prendas que nos cubriera,

Ni desnudez que descubrirnos,

Ni promesas a no ser rotas,

Ni momentos de extrañeza,

Ni noches con dias apasionados,

Ni razguños hechos en el aire,

Ni tibieza dibujada en la nada,

Ni límite que me sobrepase,

Ni palabras dichas cubiertas por los hechos,

Ni barcos con darsenas imaginarias,

Ni el más civilizado salvajismo,

Ni acumulaciòn de instantes tras instante,

Ni construcciòn de castilllos de suspiros,

Ni besos disparados a mansalva,

Ni proa, popa, senos, turgencias

Noches, atardeceres, madrugadas

Los espejos guardando mis urgencias,

No existian,

O si pero como materia a descubrir.

Como se llega a este inventario

Cuando mis años tienen cicatrices

De cruces, de desdichas y abandonos

De sobrevivir al borde del precipicio

De arrastrar mi esencia entre crucifijos

Sofocando tanto escosor en cantinas

O bodegones inundados de alcohol

Desfilando en la arista del cuchillo

Limpiando sangre de tanta guillotina.

Ya no me hundo ni me escapo

Afronto la sonrisa de tu mano

Las caricias de tus ojos claros

La pulcritud de tu melena desdeñosa

Recogiendo el hilo de tanto barrilete

Trayendo a la rastra a una luna nueva

Depositandola en tu blanca almohada

Me ayudas a demarcar en la cama la rayuela

De trazos hechos con dulzura

Donde la tierra es el encuentro

El cielo un semicirculo cuando acabado

Los juegos remiten a la niñez

De un tiempo preterito imperfecto

Y sobre nuestros años, nuestros tiempos

Se trasladan los arroyos convertidos en mares

Dice el sabio en su mudez

Que del dolor expuesto y del oculto

Nace y florece el amor en madurez

HAY DIAS QUE LLUEVE...

Hay dias que llueve


Sobre los muertos,

Ellos sacan sus paraguas

De notable indiferencia,

Por lo tanto no creo que sepan

Si estan mojandose o si estan secos,

Solo saben que nunca vivieron.

En esos casos la lluvia no se detiene

Pero su ruido me despierta.

Reina en mí un desorden mental

Luego de haber conversado con mí sombra,

Le he dicho que lo que mas me asusta

Es retornar a ese pais extraño,

El de la distancia

O el de la voluntad de su existencia,

Largo trayecto entre la palabra y el acto,

O inexistente espacio entre silencio y mudez,

Es en ese campo fertil

Que crece mi enlutada desesperaciòn,

Cuando no en la vigilia de mi desaparicion

O del reencuentro con la angustia de mi otra vida.

Quizas hoy alguien me lea,

Como a Cristo, que Pedro nego tres veces,

Antes del historico amanecer,

Antes de que el gallo cantara,

Dira que no existe,

Que es pesimismo,

Y estara en lo cierto,

Suele ser pesadillesco

Tanto en las primeras horas de hoy como de ayer.

Descorro, con la pereza de las primeras luces,

Los cortinados de mi antiguo ventanal,

Y miro la estampa que me agrada,

La que alegra estos primeros versos,

La que me muestra la vitalidad de tu presencia,

Aun dormida,

Tapada con susurros,

Arropada con mirada lascivas,

Imaginariamente reflejada en tus cuadros,

Acreedora de tiempos armonicos,

Lectora compulsiva de mis desvelos,

Hacedora constante de la renovacion del tiempo,

Con nombre de Virgen,

Recreadora de la salvacion en los suspiros,

De noches prolongadas en vocales,

Empedrando con caricias los medanos

De mis dias arenosamente vacios,

Hoy se me fuera de la sociedad de los fenecidos,

Me veo plenamente en tu mirada enverdecida

Cuando mi cabello cano

Se torna plata con el sol o cuando ha llovido.

Te creo cuando dices

Que son mas los dias de sol sobre los vivos