miércoles, 29 de agosto de 2012


ATARDECER BORREGO


Me abro paso entre abstracciones,
te busco entre sabanas despeinadas,
arrastro las historias de mis fracasos,
no puedo salir de la fascinación inerte
pero me animo a recobrar algunos versos
cuando tajeo con mi pluma la hueca madrugada.
Aun no es el presente, dices,
como si el tiempo no fuera a corroerte,
presentas actitudes de espléndida figura
en este barullo de silabas desparramadas
y en el costado izquierdo de tu boca
caen los besos lujuriosos como en cascada.
En este atardecer borrego
he decidido escribir en el hueco de la nada
hacerlo presuroso hasta quedar virgen nuevamente,
zurcirme con orgasmos reales las heridas
sin que nadie nos distinga en nuestra ausencia,
sin temer utilizar mis miedos para escribir
lanzando los dados filosos de la vida
en esta calle de adoquines desgastados
que termina en lo infranqueable de tu querencia.
Me dices que no te has derramado
que tampoco te has ido de vos en este lapso,
quizás mas tarde,
tal vez en alguna primavera
o te quedes por siempre dentro mío,
transitando mis sueños desvaídos
porque aseveras que ya es hora de cambiar,
de sacar del nido a los pájaros de sueños
mestizarlos con los tuyos
dejar que vayan enlazándose como ellos puedan
en tanto abrir los ojos sin tanto empeño
para narrar los amaneceres de agua y mar
Toda búsqueda es difícil
mucho mas cuando se produce entre palabras,
es un parto lento con muchas contracciones
salpicando con tinta hasta romper los cristales
de los espejos magos que atrapan en el tiempo
las partículas granate de la temida cordura
y te devuelven sutil las duras emociones
de saber cuanto pesa el miedo a la locura.
Tu cuerpo invisible se pasea desnudo
recorta con las curvas la claridad del ventanal
pasa alegre desde la vida cotidiana
a transformarse en sustantivo vital
mientras tu lo miras embelezada
sumergido nadando dentro de una poesía
acaricias el dorso de mi mano
huyendo por la hendija del deseo de otra alborada.
   

  

martes, 28 de agosto de 2012


SUCEDEN


Las cosas suceden de noche
aun las matinales,
las de mediatarde,
pero cuando la vida es oscura
uno vive en la estación nocturna,
en el despeñadero de viejos amores
de intrigas de alquitrán endurecido
en esas vías oxidadas en la estación de la cordura.
Las cosas pasan
se acumulan en las fauces de nocturnidades débiles,
blandas como la piel de aquel viejo
que perdió la dureza con el paso de los años
y dilapidó el tiempo en los insomnios fáciles
de proezas concebidas en un bar
entre nalgas duras, senos imponentes
con la cabeza de volcánica cabellera
que se sumerge a darle sentido a ese miembro
caliente entre la boca sin que roce ningún diente.
Las formas pierden entidad
si me atracó en primavera la orfandad
si recuerdo mis viejas dolencias,
mis ausencias persistentes
los abandonos que forjaron mi presencia
y aquí estoy
sabiendo que mañana no seré recuerdo
solo quedan unas letras volcadas en papel
o la insistencia de mi gente
que quiere que navegue como si fuera un poeta cuerdo.
La vida me ha dado una licencia
la que tengo como francotirador de letras
como asesino serial de los adjetivos
o como victima de mis estrofas terminadas,
solo pido clemencia a mi alma critica
la que no toma en cuenta mi eximia fornicación
o la maestría de hacer soñar a mi dama experta
entre corrillos de adjetivos que sonrojan
mientras vuela mi entretenida imaginación
sobre paredes de inmensas tetas,
empapeladas de ojos vírgenes
que piden entre sublimes lagrimales
pasar a la inobjetable experiencia
mientras yo soy esa noche que relato
entre angustiosas pesadillas de ruedos animales
y muero sin sentido en la falta de esencia.
Se que los tantos se cuentan a la sombra
como cuando trepaste a mi boca con tus piernas
no fue flojera la que sostuvo el desafió
tampoco la bravura que me falta
sino saberte ilusoriamente eterna
mientras mi recuerdo y mi presente siempre te nombran

 

  

lunes, 27 de agosto de 2012


VALE LA PENA
 
Esta noche
se impuso la ansiedad,
ni un buen fuego ni un mal hielo,
solo un tétrico vació
roído por la fatiga y por la espera,
esa que en arcanos y laberintos
parió mis versos primeros.
Se que anoche soñé
con el abandono absoluto
excepto vos,
muchacha de pies delgados
de manos aplanadas en pintura,
la excepcional,
por quedarte sola y entregada en mi sueño,
cuando todo lo que vale esta suspendido
mientras vos me entregas tu desnudo con ternura.
En este atardecer postrero
las flores perseguidas por monstruos
nacidos de la vigilia embarrada
se oye un triste lamento de otros días
cuando el llanto en sus manos
les anunciaban que no he muerto
que aun batallando vivo.
Y no caí definitivamente
ni me rendí entregando mi decoro,
si supe salir del fuego aun chamuscado
mas en esta salvación nadie lo hace solo
va por la enredadera de sus amores,
por los balcones dejando un tendal de llanto
o por el suelo que se pinto con mi sangre,
doy pelea como puedo, siendo valiente
no por carecer de miedo
sino por entender las velas de los temores.
Vuelto a la vida sin haberme ido nunca,
entretejiendo barriletes de hortensias coloradas
con una larga cola de glicinas desflecadas,
cargo las sombras de hembras de una noche,
suelo pisar las lagrimas de alguna despedida,
sostengo en mis pupilas las arañas mórbidas
y tengo la visión de una mañana circular
con un colibrí petrificado en su aleteo,
un lecho que se abraza con mi espejo
mientras navego con vos, muchacha avida
de manejar la pluma y la carga del tintero
para que escriba en tu piel delicada
esos versos que soñaste en soledad.
Esta noche es toda mía, dices
como las miles que vendré a despertarte,
sere la furia que detenga el tiempo a puro sexo
o la que amanse la finitud con mi furia de puta loca
de moza suave que caracolea en tu serpiente
hazme lugar en tu curtido pecho
que yo también se lo que es caerse de la vida
para resucitar sobre un sobreviviente.
Hay noche de puro goce
esas que mientras viva nunca se olvidan.  








EL SILENCIO VITAL
Es necesario volver al silencio,
no al silencio ovalado,
compacto,
sino al silencio incoherente.
Nada de autocompasión,
la noche insiste en ser silencio,
golpeo a las puertas de la noche
mientras el murmullo vuela por la ventana
y llega la mañana donde lloro,
la noche donde deseo,
la tarde para jugar a que estoy viviendo.
En el amor siempre me pierdo
cuando cruzo las palabras soeces
de mis labios en los bordes de tu cadera
o en la punta de tus pezones,
porque me voy de la melancolía,
me interno en el monte de los verbos
retozo con la humedad de tu intimidad
y derramo algunas letras para terminar
una excitante poesía
de ojos lucientes como perro rabioso.
He aquí mi mano de agua dulce,
de lluvias arrancadas a las nubes,
de tropiezos por callejones como arroyos
o veredas salpicadas por la sangre de algún mocoso,
he aquí que nunca entregué mis dados
solo suelto las palabras,
las que ella espera para devolverme las que quiero
las de amores,
las de ardientes calenturas
cuando la baba de tu boca solo es humo
y desovo en la lengua del párrafo primero.
Es de utilidad volver al silencio
y pensar asombrados ser nosotros,
en realidad el asombro en mi es extranjero
significó muchas lunas de desarraigo,
de extrañar tu cabellera enrojecida,
de fundir mi sueño al de tu cara,
compro mi vigilia de ojos verdes taurinos
me contento con verte arar las sabanas
en noches de desenfreno
cuando desalojo la certidumbre de la muerte
y sigo pensándome en este presente
tentado a amputarme la sangre,
alzando en la noche un sólido puñal
para afilarlo entre los labios de tu vulva
y con él asesinar la parca traicionera
ganando una partida de cerrado final,
coronado con el peligro de vivir por siempre
despeñándome sobre al hoja de papel en blanco
saliendo de mi para vivir en un poema
y en tu desnudez siendo yo la única primavera.

sábado, 11 de agosto de 2012

LA MÁXIMA HEREJÍA
Un rostro
que ya no recuerdo
abandonó el limite de mi memoria,
ayer tenia nombre,
tenia historia,
tenia peso doloroso,
al menos eso creo
porque hasta mi creencia se evaporó
porque otro talante me atrae,
me enamora
perdidamente,
en un alocado despliegue de guirnaldas,
invisibles para otros,
venerables para mi.
En el combate de las sombras
con nubes que son difusas,
tal vez confusas,
di lo que tenía,
ahora tengo para dar lo que me pida,
mis años de madura juventud,
mis deseos eróticos renovados
como el vuelo de aves otoñales,
los años que nunca me quitaron,
afortunadamente me quede con esta vida
sin perderme tras cada rostro que se fue
ni morir al no tener señales.
Hoy soy deseo puro,
sed sin desenlace,
separado del acto de beber,
de saciar
mezclándome con los poros de su cuerpo
en ese cielo ausente,
en la absoluta negación de vestimenta,
descubriendo la intemperie de cada uno
con una superficie diferente
penetrando en los huecos que atormentan.
Se ha perdido el agua en bloque
partida en múltiples arroyos consentidos,
por donde avanzan las canoas
de nuestros desatinos,
de estos fuegos,
que son incendios que consumen la memoria,
arrasando con las penas y aflicciones
sabiendo que escribir es darle sentido a lo sufrido,
que entregarse al amor carnal
es abocetar mi próxima poesía,
hemos sufrido tanto que ya prescribió la muerte
empieza a amanecer en esta noche
de lo prohibido la máxima herejía.

                                                          EL TIEMPO Y LA PALABRA
       
El tiempo
medido en versos
es tiempo que no se pierde
sino punto de partida
para una aventura nueva,
la de crear un mundo imposible
hecho de rosas blandas
estaciones con relojes tardos
y pájaros de plumas invisibles.
Sé de lo que escribo
porque pague con horas,
con multitud de días,
arrebatados a la furia,
el despojarme de las sandalias
de vocales esmeriladas,
hasta atravesar raudamente
el férvido desierto
y ver la planta de mis sueños
creciendo febril en cada alborada.
Tiempo
creo que avanzas raudo
o retrocedes en oleajes de bajamar,
inundas con crudeza mis veredas
esas de baldosas terracotas,
testigo de un mar subterráneo
mientras que en el médano de mi lecho
hago el amor con mi fémina
con nuestros extremos como enredaderas
y mi boca en la abundancia de su pecho.
También es tiempo
este día ventoso de agosto
en el que no deslice la pluma
por un papel que me esperaba,
quería sentir la tosca brisa
del color tenaz de la palabra,
del verbo que habla de mi vida
o que ajusticia la pena de la finitud
en que mis besos se enlazan a los suyos,
labios que son poemas tácitos
garuando dócil sobre mi antigua quietud.
Palabra has retornado
a decir de mis extravíos,
de mis noches de oscuridad
en los bordes finos de tu silueta,
en la fina densidad de un adjetivo
carente de toda prolijidad
por eso tiempo te pido
dejes que riegue mis palabras
que el silencio se troqué melodía
en una poesía que mencione que no la olvido
mientras disfruto de sus alegrias.