jueves, 31 de julio de 2014

DE AMOR Y DE SUEÑOS


Creo que a veces sueño
en otras pienso que estoy despierto
creo que voy siendo entre vigilias
entre  el sudor de la realidad
ando debajo del sobaco
de los restos de la última pesadilla
de ese terror difuso
de violencia, muerte y exilio
en esa primavera de hojas caídas
en esos cielos de ojos partidos
nubes que sueltan lágrimas de sangre
y aquí en la tierra
esperan con tristeza los vencidos.
Por momentos ansío la nada
esa que me habla de lenguas resecas
de paisajes silenciosamente desérticos
de sed que nunca se sacia
mientras retornan arrepentidas las mañanas
las que atestiguan sobre noches incineradas
de centímetros de piel sexuada
de pies que caminan sobre sombras
o siluetas despegadas de los reflejos
de antiguos retratos excitantes
sé que fatigue esa superficie
porque me lo cuentan los múltiples espejos.
De allí que estamos despierto
dentro de un sueño gigante
convencidos que tanto nos amamos
que detuvimos los arroyos en su desborde
plantamos los vocablos más preciados
y en un ángulo del extenso jardín
Adán y Eva son bruma en rebelión
son las astillas de tu exaltación
hoy no hay temores en la mirada
solo el polvo de una rosa roja como un beso
que se escurre de tu boca como una maldición
en la inquietud de dos almas enamoradas.

Roberto Brindisi


lunes, 28 de julio de 2014

ATRAVEZAR EL SUEÑO


Que pasa con nosotros
cuando por las tardes
el sol se empieza a despintar
que pasa
que mi boca se reseca en la tuya
sin penetrar un solo rayo de luz
será que mi mirada empalidece
cuando veo la turgencia de tu sombra
las hileras de fantasías remojadas
o esos extraños sombreros
que coloco para no tapar nada
de las redondeces de tus nalgas
parte extraña de mis juegos
por donde quiero ingresar primero.
No sé si las astillas de la noche
saben de esos asuntos prohibidos
no sé si se atrevió a tanto la luna nueva
que unos dedos de garabatos
bajaron por tu sendero de besos
se depositaron en las aureolas grandes
y renegridas de tus tetas
quizás dejo de espiar como se escabullían
tus montes entre manos satisfechas
mas presto atención a la pelvis de tu vida
y se bañó en la locura de tus tajos
humedecidos con suma bendición
reiteradamente cuelga la pasión
en los momentos de la torpeza
serán fricciones que avivaran el fuego
serán gemidos que alzaran la cumbre del silencio
será que tengo ganas de sentirme lleno
de completar de frases tu trinchera
no habrá granada sin detonar
alzo tu bruma de carne mortal
entendiendo que todo es una quimera.
Roberto Brindisi


LOS CARROÑEROS


Me quedan
retazos de humanidad
de sentir el dolor en mi cuerpo trajinado
en mi alma acostumbrada
entre mis arterias fluye sangre
igual a la que los asesinos derraman
tengo la carne entera
distinta a la de los inocentes
que cometieron el pecado
de no poder ocultarse, defenderse
de las bestias sionistas irracionales
de no saber volar como esos pájaros de guerra
de mirar con los ojos inocentes
caer sobre otros pares, otras mujeres
sobre aquellos viejos ancianos de piel apergaminada
un sinnúmero de misiles sin pasado
que mutilan, matan, denigran
veo las fotos sabiendo que es más grave
ya no me pregunto porque no se rebelan
los judíos que se victimizan con el holocausto
ya sé, desde hace tiempo, que los actuales
no son hijos de la shoa
son los bastardos de los nazis
los hijos no reconocidos pero con el mismo accionar
Spinoza se revuelca dejando de pulir cristales
desde cuando tanta muerte
traerá algo de la perdida calma
con cada disparo, con cada bala
con cada aplauso de muchos de sus ciudadanos
hace tiempo han perdido el alma
Palestina es el nombre de la dignidad
recogeremos las partes, la pesadumbre
porque llegara el día en que desaparecerán
liberara la tierra de su faz tanta maldad
volverán las aves a sus limoneros
regresara la risa de otros niños
quizás todo sea una terrible pesadilla
pero nunca más volverán los carroñeros!

Roberto Brindisi




jueves, 24 de julio de 2014

CANTO A LA NOCHE


En esas noche
de luna en cuarto creciente
cuando mis ojos juegan
a entender el presente
cuando los gallos de Irazábal
entre picotones se desmelenan
suelo guardar el tiempo
en un tarro de hojalata
abro las cartas que me han enviado
desde las soledades del ayer
miro detenidamente tus tangas rojas
que nacieron entre tus piernas
entre remolinos de vientos desaforados
resaltando lo que recoja.
En esas noches
aún es posible la soledad
aún es evitable la muerte
cuando el alba tiene picaporte
y el cielo no termina de cerrar
por más que recen los hediondos
el agua de esta lluvia ha de empapar
sin sol que seque el paso desmentido
de unos pies de planta cuasi dorada
apoyando mi mano sobre el escritorio
gira por mi cerebro la imagen
de que he creado el hueco de la fuga
para esquivar tus pupilas verdosas
para el lapso en que nadie nos ataje.
En esas noches
la oscuridad se empieza a disipar
tu figura emerge de manera transversal
la tela de tu blusa es una condena
aprisiona por poco tiempo tus senos
vendrán a empujarnos a la colisión
los fantasmas de amores pasados
siluetas de seres que no se han de repetir
es que el tiempo fue motivo de secuencias
que no tenían lógica de corazón
por eso quizás podamos sobrevivir
subidos a los besos de papel crepé
a las noticias que son novedades insanas
en el arte de nunca morir.

Roberto Brindisi

sábado, 19 de julio de 2014

HABLAR DE AMOR


Como no hablar del amor
si vengo renegando de la muerte
como no hacerlo
si he medido su dimensión
con los ojos cansinos de poeta
lo he sopesado en la punta de mis besos
sumiendo mi lengua en la hiel de su veneno
he desarmado cada una de su moléculas
en piezas de clamores amordazados
de ilusiones despintadas por el tiempo
he crecido construyéndolos amurallados
aunque hubo épocas de libertinajes
he soportado las canciones genocidas
como las letras que generan ese amorío
desde las entrañas montaraces de la poesía
he andado por pasajes que no tienen salida
como por senderos con las huellas estiradas
he sido lobo entre muchos animales
viendo las primeras luces cuando recién anochecía
he sabido detectar como circulan amoríos falsos
con solo comenzar a probar las letras del abecedario
por lo tanto puedo equivocarme muchas veces
puedo confundir los calores de los sentimientos
más un puedo sostener a rajatabla mi equivocación
pero lo que no dejare jamás
serán los vocablos de la conquista
las naves enflaquecidas de mi seducción
la idealización de puertos vírgenes en lontananza
porque el amor no viene con un aguacero
ni se lo recoge de una consistente cascada
hay poco azar mas tanto esmero
que aquello que empieza con la intención
requiere de la forja de miles de alboradas.


Roberto Brindisi

viernes, 18 de julio de 2014

LA SOLEDAD ENTRISTECIDA


La soledad
inmensa soledad
a veces dolorosa
a veces necesaria
materia prima de la fantasía
de los versos de los poetas
nube de un cielo astillado
cárcel en que está encerrada la alegría
sendero que suele no llevar a ningún lado
misteriosamente afable
curiosamente enloquecedora
abre en mi interior los estanques
por donde navegan las penas
las lejanas y estas postreras
se transforma en viento que peina mi llanto
en flores delgadas sin aroma
territorio hostil para los enamorados
o frontera bélica donde pensar  el amor
camposanto de los solitarios
de los desquiciados sin ninguna cura
la soledad suele parir silencios pesados
cometa con formas geométricas angulosas
nada te frena sino un poco de locura.
Y aquí estamos
mi amada y yo
curtidos de infinitos amaneceres
de noches ruidosas en mutismo
de estaciones cálidas en el comienzo
cuando nuestras manos se confunden
los cuerpos se suman entrelazados
enrevesada la osamenta con la sangre
la que en la boca transformo en ruegos
en suplicas de días lujuriosos
porque es ese mismo silencio el que habla
cuando ve con envidia una luna en la ventana
silencio que es arrasado por unos momentos
en el centro de nuestros bosques desnudos
en el entrevero de imágenes en el espejo
más la carcajada lo desestructura lentamente
los gemidos nacidos de la voluptuosidad
lo remiten a su exacta dimensión
ser el espacio penitente o reflexivo
ser un animal gris muerto de miedo
ser lo que quizás deje que fuera
màs seguirá conmigo en tanto este yo vivo.

Roberto Brindisi


martes, 15 de julio de 2014

EL BARDO ENAMORADO


Donde esta
mi mágica tarde despiadada
las hojas del duraznero artificial
el café edulcorado
los mojados anocheceres turbios
la palabra desempeñada
aquellos zapatos que nunca caminaron
dónde?
y yo en esta mesa
escribiéndole al destino presumido
a quien no entiende las pequeñas cosas
ni ve que contiene una gota de mi sudor
un apretón de manos a las seis
mirando a las mujeres en otro terraplén
en los andenes de las brumas del recuerdo
saludando desde ventanillas de papel crepe.
Donde están
las virtuosas mujeres
que cuchicheaban en torno a mi espera
cuando abriendo las ventanas de mi camisa
dejaba la mirada puesta en los latidos
en el pulso agitado de mis fantasmas
en la caída en desgracia de mis promesas
tratando de rebanar un poco de la aspereza
que conlleva el compartir madrugadas
en la turbulencia seca de este rio
consumiéndose en el letargo de la noche
donde la luna de cuarto menguante
que supo arropar entre sus sombras
los desbordes de alucinadas sinrazones
donde la espera se hace esquina
de barro, alcohol y congoja
aun siento cerca el aroma de tu cuello
después de amarnos como tantas veces
después de irnos del otro sin regreso
será por eso que ya no cuento las pocas alboradas
las que me hablaban en sordina
de lo alocado de aquel amor incandescente
ese que tiene tu rostro inmaculado
los besos que se enlazaban como gruesa cadena
quizás hoy volverán en el recodo del tiempo
al menos hoy lo espero con una poesía insurgente
será por todo eso que mi reloj solo marca la arena
y mis dedos son los de un bardo enamorado.

Roberto Brindisi


SUELE OCURRIR


Una boca reseca
en el desierto de tu piel
entre las barricadas de tus poros
en la soledad de tu pelvis
allí donde mueren las palabras
donde nada es igual al cielo
ni lo ensortijado de tus vellos
ni los nubarrones rosas de esos labios
ni la cálida humedad de tu vagina
ni el cosquilleo ardiente de tu clítoris
ni las aristas deliciosas de tus ficciones
nada pueden hacer mis labios
de paladar dorado en amaneceres
nada digo
que no sea vestirme con tus emociones.
Un dedo que señala
por donde se ha ido el mediodía
en esa marcha opaca
se fueron partes de mis ayeres
ya no hay memoria que los registre
ni piedra que escuche sus imprecaciones
en nuestra habitación quedamos
los que fuimos trajinados por amor
sobrevivientes de los remezones
de la voluptuosidad de tu suplica
de los rugientes versos de mis oraciones
ahora desnudos
humedecidos por la gracia de este coito
te repliegas rendida sin prendas
solo el ropaje de los gemidos
las intimas prendas de las vocales
la perfecta sincronía de tus muslos abiertos
que dejan que la luz descubra
como hay portales por los que ingreso
a agradecerle a los dioses tanta paciencia
como se puede hacer que las sombras
desplieguen la estreches de los sentidos
brillo apagado que se torna sol
cuando los dos celebramos por esta inocencia.

Roberto Brindisi


lunes, 14 de julio de 2014

TE DIGO TIEMPO


Una pisada de viento
me deja el tiempo ido
una marca entre las sombras
un clavel colgado en mi memoria
las rasgaduras en las aristas de la mañana
un café frio de silencio
son algunas cosas que cronos me regala
pero en mi decisión de apostata
camino sin rumbo fijo
aunque siempre crea que voy en dirección correcta
pisando decidido el vacío de tu abismo
entregado sin reservas a tu desquicio
a los besos imantados de tu despojo
a las brasas de tus deseos más urgentes
que impregnan de humareda mis noches
cuando nuestro encuentro se tiñe de rojo.
El tiempo
es un animal mitológico
un laberinto por donde nos perdemos
para que en un lapso que es pura geometría
permita entrelazarnos en un lecho
con el movimiento sinuoso de la lujuria
con la sensación de que se ha terminado el mundo
cuando me encuentro en un abrir y cerrar de labios
con las redondeces de las aureolas de tus senos
siendo mi boca el piloto de tormenta de tus pezones
recorro lentamente en otro círculo del infierno
las cavidades que terminan entre tus piernas
desahogando un arroyo de vida imperfecta
y recojo velas
te relajas entusiasta recobrando fuerzas
para las próximas batallas cual enredadera
me preguntas con el hechizo de tu mirada
si esta noche tendrá replica en otras noches
no sé cuál es la máxima contestación sincera
sino poblar de placer la próxima madrugada.
Sera que en verdad hay tiempo
será que no es engaño el amor en estos sueños
será que las preguntas no llevan a ninguna parte
porque no hay respuesta que nos calme
levantando el velo de la angustia antigua
y hagamos del amor el más grande de los empeños.

Roberto Brindisi