lunes, 30 de enero de 2017

POEMA ERECTO


Confundirse
aprisionado en uno mismo
olvidado de culpas y rencores
atravesado por vivos y fantasmas
hace que se aliente el fuego de la noche
donde el silencio se expande
donde unos poros femeninos cabalgan
quietos en una dermis sensual
abriendo el rio muerto de pasados
en un presente ahogado en lujuria
perforando mi deseo en vilo
memoria que no recuerda el futuro
mas retiene el olvido en su demencia
un lenguaje enciende tus manos
incinera lentamente tu cabello
lo enreda en las entrepiernas de mis vocales
en su verborragia te descubre desnuda
reflejada en el ángulo del espejo
por donde suelo ingresar sin pedir permiso
recorrer todos mis pecados
saturarme de sustantivos que nada dicen
rememorar que alguna vez
sus ojos sin mirada cautivaron mi infancia
el bullicio apagado de mis amaneceres
suele perderse en esos paramos
hasta que un gemido lo rescata
un jadeo lo completa en ausencia
un orgasmo es el inicio de un nuevo mundo
y los miles venideros son huérfanos de angustia
prestos a sembrar el suelo con el aire
con el viento de una nueva algarabía
donde duele aun la escritura cuneiforme
de mi pluma eréctil de bardo erotizado
por unos labios bebidos en esta noche
por unos senos sembrados en mi almohada
que más pedir que un poema resquebrajado
sin narrar los colores que desaparecen
entre los párrafos de mi excitación entrelazada.

Roberto Brindisi

domingo, 29 de enero de 2017

DOS GOTAS


Dos gotas
caen sobre mi mano
agua que calma esta noche desquiciada
un lugar en la desolación
partículas de luna curiosa
de hambre antiguo
de saciedad reciente
sombra soy de un hombre jadeante
boca emergiendo de una esquina
algebra que calcula los tajos
parroquia de fantasmas vacios
con un crucifijo como besos
desarticulado en sus formas
entrego las ruinas del pasado
erigiendo astillas con tu lengua
se que he muerto desangrado
en horas olvidables
recomponer mi nada ilusa
se irán los lobos codiciosos
en su jaula de lluvias seca
no volaran los jilgueros
que agujerearon el porvenir,
nada queda por ver
salvo mi acompañado recuerdo
de un instante que me sabe a todo,
ahora,
solo en este primer minuto
del destiempo infinito
de la agonía eterna
con dioses dormidos en el averno
comienzo a recomponer mi esperanza
con el riesgo supremo de abrir heridas profundas
dolorosas
de otras mezquinas alboradas
un abanico de luces nuevas
de murmullos indecorosos
alentando marejadas extranjeras
mi nombre es penumbra
iluminado por un sol que abreva
en tu mirada compañera.
Roberto Brindisi


viernes, 27 de enero de 2017

DE DONDE VIENES


De dónde vienes
con tanta soledad a cuesta
si no hay lugares para explorar
con el hambre de las suelas
ni oasis resecos de vocales,
se extinguieron los sitios
que propiciaban los incendios
de madrugadas ardientes
de alcohol, lujuria y bohemia,
el mundo es solo un inmenso desierto
ausente el mar aún de la memoria
solo bebemos las palabras que inventamos
los trapos viejos de la inútil sabiduría,
todo parece una inmensa agonía
huesos blancos de mi memoria
astillas hendidas de mi olvido
extiendes la sombra hacia mi miembro
inventando darle aliento con tus dedos
argamasa de deseo persistente
vuelcas tu inexistencia en este lecho
el de la penúltima madrugada hiriente
hay una inmensa carencia de sonidos
el mundo a dicho basta
estallaron los escombros,
las esquirlas de los muros
abiertos en la demencia de tus senos
salpicadura de humedad en mi reseca boca
todo deberá ser reinventado,
tu amor hacia mi afecto desbastado
tus soplos sobre el vuelo de mi imaginación
el arte de volar de mi espejo
que como una inconmensurable sombra
despide figuras de hembras incompletas
pero me aferro de tu mano que viene desde lejos
tan es así que se ha llamado a grito
las líneas quebradas del poeta.

Roberto Brindisi 

viernes, 6 de enero de 2017

AÚN A DESTIEMPO


El cielo cae
sobre unos trozos de ladrillo
como si fuera una bomba
destruyendo el polvo envejecido,
ya no hay cielo
ni escombros
solo atardeceres agujereados
en esta ciudad de centros descomprimidos
se van los rayos de sombra
detrás de la falda corta de una hembra
la misma que entrara en mi mirada
sin pedir permiso
 por pura prepotencia
sé que las llamas del infierno
aguardaran otro momento
me perdí entre las formas de sus piernas alargadas
desvestí el pasaje de sus hombros imperfectos
aunque excitantes en su eterna lozanía
sé que la conozco
pero no recuerdo el día de su paso por mi lecho
es que me mude a otros laberintos
intente dejar atrás mis múltiples horrores
los cantos ciegos de mis tristes pesadillas
pero presentí que nada se quedaba en el olvido
ni la melancolía de esas dermis indomables
ni los besos rojos explotando en mi pasado
o un orgasmo fingido en el filo de la noche
solo la muerte remontaba el vuelo
lo mismo que los pájaros de una estación vencida
no pedirían recobrar las astillas enterradas en mi espejo
ni someter la lengua a los filos de una espada
después de haber surcado mil remolinos en mi dorso
pero cuando abro la ventana creo sentir el silbido
el sonido agudo de unos tacones apresurados
es que estoy convencido
que has de llegar a destiempo como un animal herido
en las oscuridades  reservadas a los enamorados.
Roberto Brindisi





lunes, 2 de enero de 2017

VALE QUIZAS


Hubo fuego
en pastizales ebrios,
nada corroe el hastió
ni la soledad más sombría,
nada como su partícula mínima,
la noche se quiebra en bruma
y aquí
en el sitio de la eternidad
no hay más sueños
ni pesadillas extranjeras
solo astillas de rosas en pliegos,
las miradas escurriéndose
entre pasos de fantasmas
palabras mutiladas en el renglón
sin aspiraciones de poesía falsa
reaparece tu vaga silueta
la de contornos encendidos
articuladora de mis penúltimos deseos
formas inherentes al olvido
sometido entonces los afectos
amputando la voracidad de la vigilia
creyente de sentimientos puros
de ofrendas generosas
en el zócalo de mis extremidades tiernas
lugar por donde tu paso errátil
no ha reparado en gestos
los portales del averno se oxidaron
esperar la penitencia en el limbo del placer
en la entrada misma de un océano reseco
todo pareciera ser tan nuevo
todo repite las danzas de los jilgueros
el aleteo grácil de una mariposa en celo
atreverse a imaginar
es un desafío de inmensas consecuencias
con la recompensa de no perder nada
porque absolutamente lo acabado
se fue escurriendo entre siglos
de hojarasca que no vieron nunca la alborada
vale quizás
permitirse morir enamorado.
Roberto Brindisi