Hice cálculos,
Medí muy bien los labios de tu vulva,
No conforme use los labios
Para pintar con saliva la aureola de tus senos,
Supe que en la geometría
Hay un toque de arameo,
Hay vestigios de biblias antiguas,
Como en las nalgas de tu espalda,
Al final de ella,
Allí donde una línea asemeja una raya,
Como en los conflictos,
Eres un volcán,
Una zona asignada a levantar temperatura,
Extiendo el centímetro,
Borde el costado de tu humanidad,
Lo paso por tu cintura labrada
Por manos que fuerzan al extremo
El momento de los movimientos,
Mientras entro a tu tienda meridiana
Hecha de letras,
De palabras que son reverso o anverso,
Designar las cosas y las partes
Tarea titánica muchas veces sin sentido,
Es que he escrito bastante más sobre la gramilla
Que sobre esto en el borde plata de una silla.
Seguí con mi tarea,
La que yo me asigne,
La de saber porque partes el retozo
De mi pluma de juglar travieso,
De poeta de erudición prestada,
De esos largos dedos que toman mi pincel
Llevándolo reiteradamente sobre el papel.
Te he dicho morena hermosa,
Que el campo de mi cuarto
Se presta para tu cabalgadura llena de bríos,
Lady Godiva de la posmodernidad,
Belleza pura en estado natural,
Virgen que pidió ser desflorada,
Más no en sueños
Sino en el lugar que fuera con tu elegido,
Así regreso a los libros de la filosofía y el barro,
Luego de santificar mí esfuerzo
Por penetrar en la materia,
Lugar vulgar para las almas elevadas,
Para los escritores mas refinados,
Conquista de esplendida regodeo
En los parajes de mi barrio humilde
De mi andar entre tantos vagabundos
Que conocerte, conquistarte y poseerte
Fue lo mas valioso que me paso en este mundo.
viernes, 30 de diciembre de 2011
POESIA URGENTE
Muerte inacabable,
Olvido del lenguaje,
Perdida de las imágenes,
Todo eso y más
Caben en mis pesadillas,
Despertando con el deseo
De estar lejos de la locura como paisaje.
Hay momentos
En que vivo por horas,
Mirando disimuladamente el reloj
Que me parece que no avanza,
Que se difumina el minutero,
No tengo a quien preguntar,
Siento que se apaga la luz en mí,
Pero al ver por las rendijas
Veo los segundos lentos y con agujeros.
Intento salir,
Mudarme de escenario,
Recordar que no hace tanto
Nos fatigo el esmero en el amor,
Que no existía el dolor
Sino un mar enorme inalcanzable,
En tanto tus dedos me buscaban
En la ceguera de un anochecer,
Tus piernas se enredaban en mis muslos
Y gozabas con las palabras,
Jugabas con los silencios,
Perseguías los verbos censurables,
Cuando amnesia y se consumían los inciensos.
Cuesta desde el miedo
Creer que pudimos atravesar esa situación,
Pero claramente se que estuvimos ahí
Y no fue hace mucho,
Me prometiste que volverías
Y transformarías las sabanas en banderas,
Que harías que confesara mis pecados sobre tus faldas,
Divertida ante mí asombro,
Una marejada de gotas te vistieron,
Las pesadillas como los sueños pasan,
Dijiste transformada en mariposa,
Sabrás de mi retorno por el brillo de este espejo,
Me apoderare de vos,
Lloveré con besos sobre tus parpados
Mientras una canción japonesa suena de fondo,
Se arremolinaran los días del pasado
Para ser un anochecer presente,
Destemplado,
Cayendo de bruces en la inocente
Vacuidad de un amor de bajo fondo
Como sino existiera otra cosa
Que un bardo con la poesía urgente.
Olvido del lenguaje,
Perdida de las imágenes,
Todo eso y más
Caben en mis pesadillas,
Despertando con el deseo
De estar lejos de la locura como paisaje.
Hay momentos
En que vivo por horas,
Mirando disimuladamente el reloj
Que me parece que no avanza,
Que se difumina el minutero,
No tengo a quien preguntar,
Siento que se apaga la luz en mí,
Pero al ver por las rendijas
Veo los segundos lentos y con agujeros.
Intento salir,
Mudarme de escenario,
Recordar que no hace tanto
Nos fatigo el esmero en el amor,
Que no existía el dolor
Sino un mar enorme inalcanzable,
En tanto tus dedos me buscaban
En la ceguera de un anochecer,
Tus piernas se enredaban en mis muslos
Y gozabas con las palabras,
Jugabas con los silencios,
Perseguías los verbos censurables,
Cuando amnesia y se consumían los inciensos.
Cuesta desde el miedo
Creer que pudimos atravesar esa situación,
Pero claramente se que estuvimos ahí
Y no fue hace mucho,
Me prometiste que volverías
Y transformarías las sabanas en banderas,
Que harías que confesara mis pecados sobre tus faldas,
Divertida ante mí asombro,
Una marejada de gotas te vistieron,
Las pesadillas como los sueños pasan,
Dijiste transformada en mariposa,
Sabrás de mi retorno por el brillo de este espejo,
Me apoderare de vos,
Lloveré con besos sobre tus parpados
Mientras una canción japonesa suena de fondo,
Se arremolinaran los días del pasado
Para ser un anochecer presente,
Destemplado,
Cayendo de bruces en la inocente
Vacuidad de un amor de bajo fondo
Como sino existiera otra cosa
Que un bardo con la poesía urgente.
sábado, 24 de diciembre de 2011
L AMOR Y EL AFILADOR
Miro la noche
En tanto caen los pétalos,
Como lamento de querubines
Que fenecen entre las flores,
Miro
Pensando que enero y el mar,
Serán de aquelarre sobre las gotas de lluvia,
En el túnel de un claro de luna
Y allí aparece en su plenitud
Mi vieja soledad prisionera,
De los segundos de un tiempo ido,
Donde anónimo,
Desnudo,
Me reconozco esfumándome
Entre las perlas del rocío de tu vulva
O en las aureolas de tus pezones veraniegos,
Los que suelen divertirse con las lunas,
Especialmente en cuarto creciente,
Aprendí que en tanto amo
No debo maldecir el tiempo,
Ni a las garúas que se alejan,
Cuando tus dedos se entretienen
Con las puntas de los ángulos
De mis besos y mi sonrisa,
En el espacio de la tranquila prisa.
En tanto sigo mirando
Al afilador de cuchillos,
Quien se entretiene con una tijera
De blancos y aromáticos jazmines,
A la espera de poder ver a esa muchacha
Que le quita el filo a sus sueños,
Vuelve silencioso su silbato,
Añoja las ruedas de su bicicleta,
Pero el sostiene la fe en sus manos,
La eternidad de la laboriosa esperanza,
Quedará en suspenso saber si fue correspondido,
Pero somos muchos los que creemos merecido
Una retribución a tanta abnegada devoción,
Hasta acercarme y escucharlo
Contar que ella es un ángel sobreviviente,
Del diluvio bíblico
O del falso armagedon que nunca fue,
Pero que de ese andar por las veredas
El sabe que es su serafín pertinente.
Miro la noche
Devenida en calida madrugada,
Hemos hecho el amor en la alborada
Y cada cosa parece irreal,
Los minutos anhelantes,
La confusión de nuestras superficies
La confesión de ese anochecer en un poema,
Pero que importa
Si estamos juntos
Y mi vacío no volverá a ser dominante.
En tanto caen los pétalos,
Como lamento de querubines
Que fenecen entre las flores,
Miro
Pensando que enero y el mar,
Serán de aquelarre sobre las gotas de lluvia,
En el túnel de un claro de luna
Y allí aparece en su plenitud
Mi vieja soledad prisionera,
De los segundos de un tiempo ido,
Donde anónimo,
Desnudo,
Me reconozco esfumándome
Entre las perlas del rocío de tu vulva
O en las aureolas de tus pezones veraniegos,
Los que suelen divertirse con las lunas,
Especialmente en cuarto creciente,
Aprendí que en tanto amo
No debo maldecir el tiempo,
Ni a las garúas que se alejan,
Cuando tus dedos se entretienen
Con las puntas de los ángulos
De mis besos y mi sonrisa,
En el espacio de la tranquila prisa.
En tanto sigo mirando
Al afilador de cuchillos,
Quien se entretiene con una tijera
De blancos y aromáticos jazmines,
A la espera de poder ver a esa muchacha
Que le quita el filo a sus sueños,
Vuelve silencioso su silbato,
Añoja las ruedas de su bicicleta,
Pero el sostiene la fe en sus manos,
La eternidad de la laboriosa esperanza,
Quedará en suspenso saber si fue correspondido,
Pero somos muchos los que creemos merecido
Una retribución a tanta abnegada devoción,
Hasta acercarme y escucharlo
Contar que ella es un ángel sobreviviente,
Del diluvio bíblico
O del falso armagedon que nunca fue,
Pero que de ese andar por las veredas
El sabe que es su serafín pertinente.
Miro la noche
Devenida en calida madrugada,
Hemos hecho el amor en la alborada
Y cada cosa parece irreal,
Los minutos anhelantes,
La confusión de nuestras superficies
La confesión de ese anochecer en un poema,
Pero que importa
Si estamos juntos
Y mi vacío no volverá a ser dominante.
jueves, 22 de diciembre de 2011
URDIR EL TIEMPO
Tengo claro
Que en el final
Seré la sombra del niño
Impenitente,
Del rebelde que voló faroles
Desde las hamacas de un rosedal,
Seré tantas cosas
Que mi recuerdo será el del día siguiente,
Con la posibilidad certera de sufrir amnesia
Hasta el infortunio de olvidarme de morir.
Pero,
Aunque se asemeje a tristeza,
Urdo los hilos desmadejados
Del presente,
Del mientras tanto,
En el que tu voz trepa por el picaporte,
Se cuela entre las gotas en la bañera,
Navega soslayando las olas de las sabanas
Y se estanca en mis acantilados pedregosos
Con la pasión estallando en nuestra primavera.
Afortunadamente,
Ya no tengo los puñales
Que me enseñaron tanto luto,
Imaginando manojos de huesos en hilera,
Desfilando de modo torpe
Desvaneciéndose sin dejar señales.
Ahora
Tengo tu regalo,
Un alma de muy fina esencia
Que se enreda sobre la superficie de mi vida,
Arañando con voracidad
Los pliegos de un torrente de poros,
Bajo los cuales trajina mi sangre de aceite hirviendo,
En el instante que te rindes desquiciada y perdida.
Y aun dormida,
Desde un rincón de sueños apretujados,
Veo que sobre el espejo humedecido
Clavaste tu mirada provocándole la penúltima herida,
Alma de colores brillantes,
De alcancías repletas de caricias,
Dueña de un reino de soledades amanecidas,
Extiendes tu falange sobre la mía,
Reclamas un derecho sin frontera,
Nunca antes fuimos más paganos,
Adoradores de una privacidad enternecida
En los fuegos del caldero de unas lenguas
Que recorren una pelambre de seda y manos.
Decía que tengo claro
Que despertaremos para ver el comienzo
Del regocijo de estar juntos tan temprano.
Que en el final
Seré la sombra del niño
Impenitente,
Del rebelde que voló faroles
Desde las hamacas de un rosedal,
Seré tantas cosas
Que mi recuerdo será el del día siguiente,
Con la posibilidad certera de sufrir amnesia
Hasta el infortunio de olvidarme de morir.
Pero,
Aunque se asemeje a tristeza,
Urdo los hilos desmadejados
Del presente,
Del mientras tanto,
En el que tu voz trepa por el picaporte,
Se cuela entre las gotas en la bañera,
Navega soslayando las olas de las sabanas
Y se estanca en mis acantilados pedregosos
Con la pasión estallando en nuestra primavera.
Afortunadamente,
Ya no tengo los puñales
Que me enseñaron tanto luto,
Imaginando manojos de huesos en hilera,
Desfilando de modo torpe
Desvaneciéndose sin dejar señales.
Ahora
Tengo tu regalo,
Un alma de muy fina esencia
Que se enreda sobre la superficie de mi vida,
Arañando con voracidad
Los pliegos de un torrente de poros,
Bajo los cuales trajina mi sangre de aceite hirviendo,
En el instante que te rindes desquiciada y perdida.
Y aun dormida,
Desde un rincón de sueños apretujados,
Veo que sobre el espejo humedecido
Clavaste tu mirada provocándole la penúltima herida,
Alma de colores brillantes,
De alcancías repletas de caricias,
Dueña de un reino de soledades amanecidas,
Extiendes tu falange sobre la mía,
Reclamas un derecho sin frontera,
Nunca antes fuimos más paganos,
Adoradores de una privacidad enternecida
En los fuegos del caldero de unas lenguas
Que recorren una pelambre de seda y manos.
Decía que tengo claro
Que despertaremos para ver el comienzo
Del regocijo de estar juntos tan temprano.
domingo, 18 de diciembre de 2011
AIRES DE AMOR
El aire.
Ese mismo corrompido,
Surcado por defecciones,
El mismo que sufrió y sufre
Las más abyectas de las traiciones,
La de ser habitado mayormente por desamor.
Ese aire se ha sublevado,
Se ha tornado enojosa brisa,
Que se lleva los papeles usados,
Escritos por juglares de la mentira,
Ese aire amenaza ser tormenta,
En medio del aguacero de plumas coloridas
De alondras y gaviotas que perdieron el rumbo,
De soles pintados de grises,
En tardes poco subversivas.
A aquella mano,
A esas miradas avaras,
A ese ápice de humanidad
Tan destratada que no lo parece,
El aire,
También el viento insaciable,
Quieren ser resarcidos,
Indemnizados, subsanados
Hasta que escuchan que pones música,
Que cantas de alegría,
Que bailas flamenco mirándote al espejo,
Que tienes un amor,
Que para el encuentro te vistes
Sabiendo que habrá prisa para desnudarse,
Que cuidas tus plantas y tus flores,
Entonces el aire se calma,
El viento sopla suave,
Los pájaros recobran su despliegue,
Y el ruin no deja de serlo,
Pero sabe ya el céfiro que el mundo es plural,
Te observa inquieto,
Se entrega mansamente,
Y escucha un tango de Julio Sosa,
Junto al Nano Serrat y Joaquín Sabina,
Te mira hacer figuras y firuletes,
Se siente frente tuyo en tanto te cebas un mate
Anidas luego en la mecedora de la esquina.
Ahora me ves entrar
Junto a dos gatas siamesas,
Ves con cierta alegría que nos besamos
La mujer que escucha a Charly y yo,
Apoyándonos amorosamente a la mesa.
Lees graciosamente,
Mientras nosotros estamos en la pieza,
Que hay papeles escritos con torpeza
Donde quiero empezar un poema,
Y escribo: “El aire…”
Ese mismo corrompido,
Surcado por defecciones,
El mismo que sufrió y sufre
Las más abyectas de las traiciones,
La de ser habitado mayormente por desamor.
Ese aire se ha sublevado,
Se ha tornado enojosa brisa,
Que se lleva los papeles usados,
Escritos por juglares de la mentira,
Ese aire amenaza ser tormenta,
En medio del aguacero de plumas coloridas
De alondras y gaviotas que perdieron el rumbo,
De soles pintados de grises,
En tardes poco subversivas.
A aquella mano,
A esas miradas avaras,
A ese ápice de humanidad
Tan destratada que no lo parece,
El aire,
También el viento insaciable,
Quieren ser resarcidos,
Indemnizados, subsanados
Hasta que escuchan que pones música,
Que cantas de alegría,
Que bailas flamenco mirándote al espejo,
Que tienes un amor,
Que para el encuentro te vistes
Sabiendo que habrá prisa para desnudarse,
Que cuidas tus plantas y tus flores,
Entonces el aire se calma,
El viento sopla suave,
Los pájaros recobran su despliegue,
Y el ruin no deja de serlo,
Pero sabe ya el céfiro que el mundo es plural,
Te observa inquieto,
Se entrega mansamente,
Y escucha un tango de Julio Sosa,
Junto al Nano Serrat y Joaquín Sabina,
Te mira hacer figuras y firuletes,
Se siente frente tuyo en tanto te cebas un mate
Anidas luego en la mecedora de la esquina.
Ahora me ves entrar
Junto a dos gatas siamesas,
Ves con cierta alegría que nos besamos
La mujer que escucha a Charly y yo,
Apoyándonos amorosamente a la mesa.
Lees graciosamente,
Mientras nosotros estamos en la pieza,
Que hay papeles escritos con torpeza
Donde quiero empezar un poema,
Y escribo: “El aire…”
SIMPLEMENTE COMPLEJO
Simple,
Tanto como el paso de un caracol,
Como el aleteo de pájaro,
O el silbido en una tarde de enero.
Simple,
Tanto que en una voltereta
Se hace incomprensible
Y pasa a ser complejo,
Como nuestros sentimientos,
Como nuestros deseos,
Como un barquito de papel
Que recorre el charco de agua de lluvia.
Simple o complejo aquí estamos
Y eso vale tanto,
Pero tanto, que sostiene las cúpulas
De este mundo de sueños,
Le dan firmeza al edificio
De nuestra pasión
Para evitar el derrumbe cuando las pesadillas.
Decir simple,
Yo justamente,
Que hice compleja hasta la suma menor,
Que distorsione en mi mente las líneas rectas,
Que puesto a escribir primero borré
Lo que aun no había volcado,
Que pinte el cielo en el piso de mi patio,
Que me costo decirte que te amaba
A pesar que ya te lo había dicho miles de veces.
En mi no existía la simpleza,
Solo aquella simpleza de odiar sin medida,
De sentirme resentido hasta que lloraran las estatuas,
O bajar al subsuelo de mi estima para maldecir,
No, no era simple,
Te conocí y fue una altísima bendición,
Te veía monda, escueta
Despojada de miserias vulgares,
O esas pequeñísimas intrigas
Las que se anidan en el alma de muchos,
Se, me lo dijiste, que así te veía yo
Pero eso me redimió,
Me permitió creer que la vida es esta carne,
Son estos pecados,
Estos valores,
Valuados o devaluados, no importa
Solo vale que sepa que los tengo,
Y así entre las sabanas,
Desnuda, te vi mas entera,
Mucho más que tu voluptuosidad,
Te vi simple, tierna, amorosa
Y me sumergí en tu primavera.
Hoy habito en ese sitio,
El de tu más compleja simpleza.
Tanto como el paso de un caracol,
Como el aleteo de pájaro,
O el silbido en una tarde de enero.
Simple,
Tanto que en una voltereta
Se hace incomprensible
Y pasa a ser complejo,
Como nuestros sentimientos,
Como nuestros deseos,
Como un barquito de papel
Que recorre el charco de agua de lluvia.
Simple o complejo aquí estamos
Y eso vale tanto,
Pero tanto, que sostiene las cúpulas
De este mundo de sueños,
Le dan firmeza al edificio
De nuestra pasión
Para evitar el derrumbe cuando las pesadillas.
Decir simple,
Yo justamente,
Que hice compleja hasta la suma menor,
Que distorsione en mi mente las líneas rectas,
Que puesto a escribir primero borré
Lo que aun no había volcado,
Que pinte el cielo en el piso de mi patio,
Que me costo decirte que te amaba
A pesar que ya te lo había dicho miles de veces.
En mi no existía la simpleza,
Solo aquella simpleza de odiar sin medida,
De sentirme resentido hasta que lloraran las estatuas,
O bajar al subsuelo de mi estima para maldecir,
No, no era simple,
Te conocí y fue una altísima bendición,
Te veía monda, escueta
Despojada de miserias vulgares,
O esas pequeñísimas intrigas
Las que se anidan en el alma de muchos,
Se, me lo dijiste, que así te veía yo
Pero eso me redimió,
Me permitió creer que la vida es esta carne,
Son estos pecados,
Estos valores,
Valuados o devaluados, no importa
Solo vale que sepa que los tengo,
Y así entre las sabanas,
Desnuda, te vi mas entera,
Mucho más que tu voluptuosidad,
Te vi simple, tierna, amorosa
Y me sumergí en tu primavera.
Hoy habito en ese sitio,
El de tu más compleja simpleza.
domingo, 11 de diciembre de 2011
EL FIN DE LA PALABRA
Se rompe la palabra
Y que?
Ahora que?
Se esfuman las cosas,
Veo sin ver,
He perdido la brújula para andar
Porque no hay palabras,
Porque se borro el relato,
Porque se acabo el mundo,
Si, este es el fin del mundo,
No poder decir que son los entes,
Quedar enceguecido sin perder la vista
Inmovilizada la lengua,
Desaprovechada la escritura,
Paradoja
La peor oscuridad por exceso de blancura,
Expulsados del paraíso
Deambulamos en silencio
Hasta llegar a Alejandría,
Impasibles ante la quema de su biblioteca,
Regresamos a paso animado,
Cruzo el desierto de la grafía,
No puedo mencionarte amada mía,
Me atormenta que tu boca
Se despedace entre mis besos
Pero no puedo nombrarla,
Quizás ese es el castigo,
A tanto premio la máxima condena,
A hermosos senos y aureolas
A pezones endurecidos
No asoma ni la más primitiva de las palabras
O de algún sustantivo,
Juro que he intentado recordar
Como se designaba la zona de tus nalgas
Pero estoy vacío,
Lleno de murmullos y de ruidos,
La lengua no expele símbolos ni signos,
La lengua solo lame lo erótico,
Y en medio de este goce sufro mi desierto,
Tanta es la pena,
Tanto lo que me siento afligido,
Que quisiera rescatar el abecedario,
Arrebujarlo entre las mantas de mis dedos,
Giro en la peor desesperanza
Y te veo tendida a mi lado siendo la alborada,
Habrá sido la peor pesadilla
O solo el anuncio de amaneceres nuevos?
Te rozo con mi palma,
Escucho que dices mi nombre,
Que respondo con el tuyo,
Han vuelto las palabras como ha vuelto el alma.
Y que?
Ahora que?
Se esfuman las cosas,
Veo sin ver,
He perdido la brújula para andar
Porque no hay palabras,
Porque se borro el relato,
Porque se acabo el mundo,
Si, este es el fin del mundo,
No poder decir que son los entes,
Quedar enceguecido sin perder la vista
Inmovilizada la lengua,
Desaprovechada la escritura,
Paradoja
La peor oscuridad por exceso de blancura,
Expulsados del paraíso
Deambulamos en silencio
Hasta llegar a Alejandría,
Impasibles ante la quema de su biblioteca,
Regresamos a paso animado,
Cruzo el desierto de la grafía,
No puedo mencionarte amada mía,
Me atormenta que tu boca
Se despedace entre mis besos
Pero no puedo nombrarla,
Quizás ese es el castigo,
A tanto premio la máxima condena,
A hermosos senos y aureolas
A pezones endurecidos
No asoma ni la más primitiva de las palabras
O de algún sustantivo,
Juro que he intentado recordar
Como se designaba la zona de tus nalgas
Pero estoy vacío,
Lleno de murmullos y de ruidos,
La lengua no expele símbolos ni signos,
La lengua solo lame lo erótico,
Y en medio de este goce sufro mi desierto,
Tanta es la pena,
Tanto lo que me siento afligido,
Que quisiera rescatar el abecedario,
Arrebujarlo entre las mantas de mis dedos,
Giro en la peor desesperanza
Y te veo tendida a mi lado siendo la alborada,
Habrá sido la peor pesadilla
O solo el anuncio de amaneceres nuevos?
Te rozo con mi palma,
Escucho que dices mi nombre,
Que respondo con el tuyo,
Han vuelto las palabras como ha vuelto el alma.
sábado, 10 de diciembre de 2011
UN SOBREVIVIENTE
Amigo
No soy buen confesor,
Me dices que has perdido
Tu atención infantil,
Quieres que te retornen tu antigua mirada,
Deseas vivir sin destinatario real,
Sin finalidad,
Igual que cuando ebrio
Merodeabas por los claros
Sin decidirte por cual sendero
Morirían tus sueños primeros.
Amigo,
He perdido mi costumbre de preguntar,
He perdido mis ojos silenciosos,
Tú careces de la voluntad de recobrar
Aquel giro lento de carrusel pintado,
El viento que da sobre la cola de tu barrilete,
Y me confiesas que no comprendes el lenguaje,
A mí,
Pobre mortal,
Que solo tengo una lengua filosa como estilete,
Pero sin saber porque.
Se que te es difícil,
Después de tantos meses,
Caminar bajo un sol de heridas sangrantes,
Pero en este instante es lo que hay,
Hemos dejado atrás el rosedal de Palermo,
Las estatuas petrificadas en su centro,
Esperaste a que el cielo se trizara,
Pero no sucedió,
Creíste en lo mágico del numero siete,
Y solo te humedeció la espera,
La nada montada en un tiempo pretérito,
Te dije en mi lucidez,
Hay demasiado azul en el cielo,
Naranja en las extremidades de los cisnes,
Un verde incipiente en los árboles,
En tanto en tu memoria nada se rompió,
Me dices que ves rostros en las calles,
Te digo que nadie quiere ser paisaje,
Olvídate del fantasma de los otros,
Mira en el espejo de agua
En el espectro delicado en que te has convertido,
Me cuenta de tus encierros en tu cuarto,
De tus sollozos ocultos en el subsuelo,
Sabes,
No se si te hablo a ti, amigo,
O si soy yo evocándome en esos enredos,
Poco importa
Ya que encontré la formula andando,
Nunca platicando en un cuasi monologo
Sin escuchar,
Porque al final harás lo que decidas,
Pero mira esa bandada de penas que se marchan
La esperanza suele desalojar a los caranchos,
Amigo,
Ya no hablas y te has ido,
Soy un mal confidente,
Te diria, casi un sobreviviente.
No soy buen confesor,
Me dices que has perdido
Tu atención infantil,
Quieres que te retornen tu antigua mirada,
Deseas vivir sin destinatario real,
Sin finalidad,
Igual que cuando ebrio
Merodeabas por los claros
Sin decidirte por cual sendero
Morirían tus sueños primeros.
Amigo,
He perdido mi costumbre de preguntar,
He perdido mis ojos silenciosos,
Tú careces de la voluntad de recobrar
Aquel giro lento de carrusel pintado,
El viento que da sobre la cola de tu barrilete,
Y me confiesas que no comprendes el lenguaje,
A mí,
Pobre mortal,
Que solo tengo una lengua filosa como estilete,
Pero sin saber porque.
Se que te es difícil,
Después de tantos meses,
Caminar bajo un sol de heridas sangrantes,
Pero en este instante es lo que hay,
Hemos dejado atrás el rosedal de Palermo,
Las estatuas petrificadas en su centro,
Esperaste a que el cielo se trizara,
Pero no sucedió,
Creíste en lo mágico del numero siete,
Y solo te humedeció la espera,
La nada montada en un tiempo pretérito,
Te dije en mi lucidez,
Hay demasiado azul en el cielo,
Naranja en las extremidades de los cisnes,
Un verde incipiente en los árboles,
En tanto en tu memoria nada se rompió,
Me dices que ves rostros en las calles,
Te digo que nadie quiere ser paisaje,
Olvídate del fantasma de los otros,
Mira en el espejo de agua
En el espectro delicado en que te has convertido,
Me cuenta de tus encierros en tu cuarto,
De tus sollozos ocultos en el subsuelo,
Sabes,
No se si te hablo a ti, amigo,
O si soy yo evocándome en esos enredos,
Poco importa
Ya que encontré la formula andando,
Nunca platicando en un cuasi monologo
Sin escuchar,
Porque al final harás lo que decidas,
Pero mira esa bandada de penas que se marchan
La esperanza suele desalojar a los caranchos,
Amigo,
Ya no hablas y te has ido,
Soy un mal confidente,
Te diria, casi un sobreviviente.
ELEGIR SER
Cuanta razón
Tienen los surtidos poetas,
Los de pluma delicada,
Los de lectura cotidiana,
Que nada es más importante
En esto que el amor que fue o el que no será.
Yo aun no he aprendido
A perderme en mis desasosiegos,
En cortar con el verbo el borde de mi lengua,
En sangrar repetidamente,
Hasta regodearme con lo perdido,
No,
Soy tan profano que me alegran tus miradas
Tan extraviado que disfruto de una noche de sexo pleno,
Suerte que no me dices que por quererme
No aceptarías que destendieramos la cama,
Porque mi perro ladra
Y no lo atiendo,
Porque mi ventana esta cerrada y no la abro
Porque los colores son filosos
Cuando me recuerdan las ausencias,
Esas celestes que precedían la búsqueda,
El mirar tanta convulsión de mujer incendiada
Por la voluptuosidad de su imaginación,
De su fantasía de color acero,
Con un exceso de lubricación
Producto de negarse a lo que consideran pecado,
Pero una vez desatadas,
Como yeguas encabritadas,
No hay hombre que no clame redención,
Válgame entonces
Volver sobre tu persona,
La que me ama,
La que prepara galletas con mermeladas,
La que me besa la mejilla al marcharse,
La que no es hembra sino una madre,
Pero me conoces en mis mentiras,
Sabes que sin tocarte los pezones,
Sin acoplarme a tu despedida quieta,
Sin colocar mis labios en otros tuyos
No seria yo,
No te amaría,
No te extrañaría al caer la tarde,
Se que debería ser mas sutil,
Quizás menos impertinente,
Pero cuando bordeo tu dermis de papel
Intentando alguna poesía,
Mis manos se evaporan
Entre tu nombre que ya es mío,
Y en esos arroyos de vocablos
Soy mucho menos juglar por estas herejías
Soy el que elige ser.
Tienen los surtidos poetas,
Los de pluma delicada,
Los de lectura cotidiana,
Que nada es más importante
En esto que el amor que fue o el que no será.
Yo aun no he aprendido
A perderme en mis desasosiegos,
En cortar con el verbo el borde de mi lengua,
En sangrar repetidamente,
Hasta regodearme con lo perdido,
No,
Soy tan profano que me alegran tus miradas
Tan extraviado que disfruto de una noche de sexo pleno,
Suerte que no me dices que por quererme
No aceptarías que destendieramos la cama,
Porque mi perro ladra
Y no lo atiendo,
Porque mi ventana esta cerrada y no la abro
Porque los colores son filosos
Cuando me recuerdan las ausencias,
Esas celestes que precedían la búsqueda,
El mirar tanta convulsión de mujer incendiada
Por la voluptuosidad de su imaginación,
De su fantasía de color acero,
Con un exceso de lubricación
Producto de negarse a lo que consideran pecado,
Pero una vez desatadas,
Como yeguas encabritadas,
No hay hombre que no clame redención,
Válgame entonces
Volver sobre tu persona,
La que me ama,
La que prepara galletas con mermeladas,
La que me besa la mejilla al marcharse,
La que no es hembra sino una madre,
Pero me conoces en mis mentiras,
Sabes que sin tocarte los pezones,
Sin acoplarme a tu despedida quieta,
Sin colocar mis labios en otros tuyos
No seria yo,
No te amaría,
No te extrañaría al caer la tarde,
Se que debería ser mas sutil,
Quizás menos impertinente,
Pero cuando bordeo tu dermis de papel
Intentando alguna poesía,
Mis manos se evaporan
Entre tu nombre que ya es mío,
Y en esos arroyos de vocablos
Soy mucho menos juglar por estas herejías
Soy el que elige ser.
martes, 6 de diciembre de 2011
LA ALEGRIA DESCALZA
Andas descalza,
Llenando con tu vida
El vacío de la muerte,
Arrancando tristezas de tu lado
Y el calor,
El verano lamiéndote,
Obediente como perro guardián,
Llenas con tu sol la soledad de la noche
Y sumas piedad,
Llevando este amor como piedra preciosa
Cuando muchas veces debieras respirar,
Llenar con tu silencio el hueco de tus palabras.
Sonríes
Con una risa larga,
Estridente,
Mirando mí desconcierto,
Alentándome a construirme
Con materiales de amor, afecto, optimismo,
Hubiera querido alegrarme
Ante la presencia de quien acuna
La inmensa posibilidad del deseo, de la lujuria,
Pero me invado de nostalgia,
Y vienes a remendarme con tus besos,
A zurcir cada hueco de mi infancia,
A mostrarme que valió la pena atravesar
Caminos agujereados,
Con las alambradas caídas,
Los múltiples obstáculos que supere
Hasta revivir en este día.
Cantas,
Como lo hacia el jilguero de mi patio,
Cantas y mi corazón se alegra,
Ya no quiero beber del pesimismo,
Ni morderle las sabanas a la parca,
Siento que renueva plantar lunas
En los rosales del jardín,
En tanto los instrumentos brillan,
Sin el oxido que las enmohecían,
Y a puro reverdecer
Es que pinto de naranja
El armazón de mi existencia
Y por dentro me barnizas al amanecer.
Sumergido en el centro de las sombras
No disfrute de los bordes luminosos,
Hoy no pienso en el tiempo,
Ni en el que se fue ni en el que vendrá,
Solo restaño mis heridas,
Mis lastimaduras,
Preparándome para renacer
Una y otra vez,
Con tu compañía como levadura.
Me he quitado los zapatos
Para acompañarte a andar descalza…
HE ANDADO
He andado
Algunos viejos parajes
Donde hoy no se que queda,
Si la ansiedad desgraciada
O los vacíos del ultraje.
He compuesto un presente
Con las partes perdidas,
Evaporadas,
Desintegradas,
De un tiempo inmensurable
Que agonizó hasta recién
Bajo los puentes de las aguas servidas.
He visto con estos ojos
Como el mundo se regodea en la injusticia,
Como consumen sus valores vorazmente,
Sin importarles los dioses que han creado,
Son cadáveres empachados,
Hartos de cosas,
Con el juicio justo de un demente.
He escrito
Acerca de mil cosas,
Para dispersarme en la niebla de las letras,
Para cubrirme del ruido mundanal
Con el escudo de un predicado,
Las armas punzantes de los adjetivos,
En los orillos de algún pergamino
Aferrado a tus labios delicados.
No es por desconocimiento
Que me centro en las sombras de mi persona,
En la luz de tus pezones bíblicos,
O en las carabelas de tu mirada impúdica,
La que se refracta en mis espejos,
Como tus largas piernas me rinden pleitesía,
O entrelineas me halagas la pluma,
Sin saber que son viejas estrofas,
Las que armo en las noche de un nuevo día.
He visto,
He combatido,
He sido inocente
Convertido en forajido
De los que hacen daño con las vocales
Y entretejen consonantes a la vera de algún río.
Por eso
De tanto andar me he detenido
Y conmigo las lunas de diciembre,
Tengo en las alforjas imaginarias
Algunos bellos de tu pubis dorado,
Las miradas lascivas de mañana,
Los bordes desarrapado de este atardecer,
Para que quiere más mi decrepitud
Que repetir versos de un bardo enamorado,
Viéndote al trasluz hembra-mujer
Sabiéndome eterno de toda infinitud.
Algunos viejos parajes
Donde hoy no se que queda,
Si la ansiedad desgraciada
O los vacíos del ultraje.
He compuesto un presente
Con las partes perdidas,
Evaporadas,
Desintegradas,
De un tiempo inmensurable
Que agonizó hasta recién
Bajo los puentes de las aguas servidas.
He visto con estos ojos
Como el mundo se regodea en la injusticia,
Como consumen sus valores vorazmente,
Sin importarles los dioses que han creado,
Son cadáveres empachados,
Hartos de cosas,
Con el juicio justo de un demente.
He escrito
Acerca de mil cosas,
Para dispersarme en la niebla de las letras,
Para cubrirme del ruido mundanal
Con el escudo de un predicado,
Las armas punzantes de los adjetivos,
En los orillos de algún pergamino
Aferrado a tus labios delicados.
No es por desconocimiento
Que me centro en las sombras de mi persona,
En la luz de tus pezones bíblicos,
O en las carabelas de tu mirada impúdica,
La que se refracta en mis espejos,
Como tus largas piernas me rinden pleitesía,
O entrelineas me halagas la pluma,
Sin saber que son viejas estrofas,
Las que armo en las noche de un nuevo día.
He visto,
He combatido,
He sido inocente
Convertido en forajido
De los que hacen daño con las vocales
Y entretejen consonantes a la vera de algún río.
Por eso
De tanto andar me he detenido
Y conmigo las lunas de diciembre,
Tengo en las alforjas imaginarias
Algunos bellos de tu pubis dorado,
Las miradas lascivas de mañana,
Los bordes desarrapado de este atardecer,
Para que quiere más mi decrepitud
Que repetir versos de un bardo enamorado,
Viéndote al trasluz hembra-mujer
Sabiéndome eterno de toda infinitud.
miércoles, 30 de noviembre de 2011
TIEMPO Y POETA
El tiempo,
Mi abstracta y eterna testarudez,
El tiempo es esa mancha
Que se presenta en el abismo de la vida,
Es un inmenso lienzo despintado,
Es un cúmulo de pestañas de mujer,
Es la memoria de mis alegres decepciones,
También lo que calla tu mirada perdida.
El tiempo
Gobierna mi eterna anarquía,
Con un cielo de leones enjaulados,
Y frente a la locura de mi ventana
Veo la calle de las faldas enajenadas,
Por donde tu cuerpo suele andar
Sin saber la hora de asomarme,
Sin minutos en la aguja de mi reloj
Que no te recuerden,
Que no se sumerjan en la noche anterior,
Espiando como pueden conjugar
Tiempo, espacio y sensualidad
En los juegos de un silencio superior.
El tiempo,
Me acompaña desde antes de ser parido,
Sabe que hemos dejado asuntos pendientes,
Sin que ninguno de los dos reclame,
Así ha sido,
Así es y será,
Como agujas de ceras inclinadas
Promiscuamente por el viento,
Cuando me pongo a pensar y a sentir
Lo cual no siempre es tristeza abandonada.
El tiempo,
Venerable sepulturero,
Pero permisivo componedor
De mis momentos más felices,
Los de múltiples auroras,
Especiales,
Arrasadoras,
De columpios circulares,
O de cometas con tus ojos como cola,
Y tus poros disponiendo el hilo del remonte
Hacia la cavidad celestial azulada,
Donde ingreso sin permiso,
Solo expulsado en el cenit de la petite mort,
Vale bien un túnel de rosas,
El concierto de tu voz apagada en madrugada
Tiempo
Me has enseñado que buscamos siempre el absoluto
Y no encontramos sino cosas,
Me alegra tanto haberlo hecho con el amor
Dejando la vacía plenitud de disoluto.
Tiempo,
¿Quien se llevara a quien?
Mi abstracta y eterna testarudez,
El tiempo es esa mancha
Que se presenta en el abismo de la vida,
Es un inmenso lienzo despintado,
Es un cúmulo de pestañas de mujer,
Es la memoria de mis alegres decepciones,
También lo que calla tu mirada perdida.
El tiempo
Gobierna mi eterna anarquía,
Con un cielo de leones enjaulados,
Y frente a la locura de mi ventana
Veo la calle de las faldas enajenadas,
Por donde tu cuerpo suele andar
Sin saber la hora de asomarme,
Sin minutos en la aguja de mi reloj
Que no te recuerden,
Que no se sumerjan en la noche anterior,
Espiando como pueden conjugar
Tiempo, espacio y sensualidad
En los juegos de un silencio superior.
El tiempo,
Me acompaña desde antes de ser parido,
Sabe que hemos dejado asuntos pendientes,
Sin que ninguno de los dos reclame,
Así ha sido,
Así es y será,
Como agujas de ceras inclinadas
Promiscuamente por el viento,
Cuando me pongo a pensar y a sentir
Lo cual no siempre es tristeza abandonada.
El tiempo,
Venerable sepulturero,
Pero permisivo componedor
De mis momentos más felices,
Los de múltiples auroras,
Especiales,
Arrasadoras,
De columpios circulares,
O de cometas con tus ojos como cola,
Y tus poros disponiendo el hilo del remonte
Hacia la cavidad celestial azulada,
Donde ingreso sin permiso,
Solo expulsado en el cenit de la petite mort,
Vale bien un túnel de rosas,
El concierto de tu voz apagada en madrugada
Tiempo
Me has enseñado que buscamos siempre el absoluto
Y no encontramos sino cosas,
Me alegra tanto haberlo hecho con el amor
Dejando la vacía plenitud de disoluto.
Tiempo,
¿Quien se llevara a quien?
martes, 29 de noviembre de 2011
HAY DIAS...
Durante mucho tiempo
No tuve puerto en que anclar
Ni rejón que fondear,
Había largas callejas
De tristes borracheras bordo,
Con hojas volando de un lado a otro
Sin que yo atinara a expresar
Con los verbos del silencio
Los días de soledad de sueños rotos.
Hubo días
En que atraque con astros vencidos,
Con planetas de venas agujereadas,
Con la miseria de lunas entregadas
Al mejor postor,
Al peor de los enemigos,
Quedándome la sombra como cómplice
Llegando hasta algún hostal
A hurtadillas, sin testigos.
En ese tiempo,
Del calendario premariano,
Supe lo que era vagar por un poco de afecto,
Entre perfume barato
Que se mezclaba con mi olor a alcohol,
Supe de que van las cosas
Cuando tu embarcación sabe a hostil,
Cuando las velas no se alzan
Y todo huele a muerte prematura
En los arrabales de Beijing.
Pero siempre hay un lugar,
Alguno en el que buscar,
Trabajosamente me dijo la gitana
Pero esta es la comarca,
Adentro de esta ciudad cuasi apagada
Más de luces majestuosas,
Allí la veras a la gata de metal,
De un solo navío,
El que va y luego se quema,
La que se entrega apasionada,
Sin pedir nada a cambio
Solo un largo beso ante el espejo,
Desnudos sobre una alfombra persa,
Aprisionándose las manos
Viendo como se elevan las gaviotas de sus senos,
Como dejas en sus manos el timón
Y escribes los versos más cercanos
A la aparente razón de la sinrazón.
Ella esta presente
Mientras vuelas en un poema…
lunes, 28 de noviembre de 2011
ALGUNA VEZ
Alguna vez
Podré saber si la poesía
Es el mundo visto desde la lengua,
Alguna vez quizás tenga la gracia
De dibujar las letras al revés
Con la seguridad que entiendas
Que cuando hablo con ojos de silencio
Es porque se han agotado
Los baldones en mis tiendas.
Alguna vez
Tendré que rendir cuentas
Por tantos fracasos disfrazados con excusas,
Hacerlo cuando los tenderos de mi ciudad
Dejen de observar lo fútil,
Mirando el paso fino de las hembras,
Esas con tacones rojos,
Con relojes que se detienen ante su aroma,
Pegados a la piel que es la mitad del mapa
De esta loca buenos aires,
Bohemia,
Enloquecida,
Politizada,
De niños con la piel agujereada.
Alguna vez
Juro me detendré a reclamar
El espacio de cafetín que me pertenece,
Por curioso y travieso,
Por tocar los timbres de tanta muchacha
En plena primavera,
Esas que no se conforman
Con un piropo y algún beso.
Alguna vez
Me despojare de los pliegos
De trajinado guerrillero desarmado,
El que no se rindió,
El que espera encontrar siempre acuarelas
Que pinten la historia no tan de negro y rojo,
Pero que ama a sus amigos por arrojo
Tomándose un café en la esquina de Varela.
Alguna vez
Dejare de pedir tanto
Y entregaré los versos a esta mujer,
Los que escribí sin prisa ni pausa
Y los que aun conservo en mis espejos,
Mientras ella me ayuda a recorrer este laberinto
Tan convulsionado en ocasiones
Más muchas veces apaciguado por su entrega
Cuando todo me parece igual
Cuando ella lo hace distinto.
Alguna vez…
Podré saber si la poesía
Es el mundo visto desde la lengua,
Alguna vez quizás tenga la gracia
De dibujar las letras al revés
Con la seguridad que entiendas
Que cuando hablo con ojos de silencio
Es porque se han agotado
Los baldones en mis tiendas.
Alguna vez
Tendré que rendir cuentas
Por tantos fracasos disfrazados con excusas,
Hacerlo cuando los tenderos de mi ciudad
Dejen de observar lo fútil,
Mirando el paso fino de las hembras,
Esas con tacones rojos,
Con relojes que se detienen ante su aroma,
Pegados a la piel que es la mitad del mapa
De esta loca buenos aires,
Bohemia,
Enloquecida,
Politizada,
De niños con la piel agujereada.
Alguna vez
Juro me detendré a reclamar
El espacio de cafetín que me pertenece,
Por curioso y travieso,
Por tocar los timbres de tanta muchacha
En plena primavera,
Esas que no se conforman
Con un piropo y algún beso.
Alguna vez
Me despojare de los pliegos
De trajinado guerrillero desarmado,
El que no se rindió,
El que espera encontrar siempre acuarelas
Que pinten la historia no tan de negro y rojo,
Pero que ama a sus amigos por arrojo
Tomándose un café en la esquina de Varela.
Alguna vez
Dejare de pedir tanto
Y entregaré los versos a esta mujer,
Los que escribí sin prisa ni pausa
Y los que aun conservo en mis espejos,
Mientras ella me ayuda a recorrer este laberinto
Tan convulsionado en ocasiones
Más muchas veces apaciguado por su entrega
Cuando todo me parece igual
Cuando ella lo hace distinto.
Alguna vez…
domingo, 27 de noviembre de 2011
UN TAJO EN LA NADA
Un tajo
Abriendo la más absurda nada,
Ni siquiera un llanto,
Ni sangre limpiando la vereda,
Solo ese tajo,
Grotesco,
Ridículo,
Empapado de tiempo ido,
Pregunto inocente
Que es lo que hemos conseguido?
Me dices
Que no todo se mide por lo resuelto
Que muchas veces vale el deseo
Sin consecuencias
O con las que de él florezcan,
Puede que me persuada
A creer que el arrojo
Sea más corriente que los oscuros ríos
Que agotamos en estas alboradas.
Es difícil decidir
Si zurcimos el tiempo escapado
O nos prodigamos en este actual
Donde tu mano me recorre
Y yo me transformo en un bardo evaporado.
Ahora que ha fenecido el tiempo
Transformándose en un espacio fisurado,
Ahora que todo sucede
En el mismo reservado reducto
Donde perdemos reiteradamente la inocencia,
Es en este momento o lugar
Que me miro en el espejo de esencia.
No fue ayer,
Porque las noches de antaño
Solo las evoco en tu piel,
En el aroma que sabe a poesía,
Que escribí sorbo a sorbo con mi lengua
En las estepas de tu cuerpo en ignición,
Cuando todo nace y solo la nada fenecía.
Comprendí
Que han desertado las horas,
Que he acumulado todos los minutos,
Que no quedan segundos sin tu mirada,
En un país de fronteras en movimiento,
Cuando con el último suspiro
Creo recrear un inusitado olimpo,
Donde escapo en tu búsqueda en do mayor,
Entre tanta puñalada invisible,
Que no llegan a partir la noche,
Al menos no esta que cree en tu merecido honor.
Baja la mano
Y el tajo aun esta…
Abriendo la más absurda nada,
Ni siquiera un llanto,
Ni sangre limpiando la vereda,
Solo ese tajo,
Grotesco,
Ridículo,
Empapado de tiempo ido,
Pregunto inocente
Que es lo que hemos conseguido?
Me dices
Que no todo se mide por lo resuelto
Que muchas veces vale el deseo
Sin consecuencias
O con las que de él florezcan,
Puede que me persuada
A creer que el arrojo
Sea más corriente que los oscuros ríos
Que agotamos en estas alboradas.
Es difícil decidir
Si zurcimos el tiempo escapado
O nos prodigamos en este actual
Donde tu mano me recorre
Y yo me transformo en un bardo evaporado.
Ahora que ha fenecido el tiempo
Transformándose en un espacio fisurado,
Ahora que todo sucede
En el mismo reservado reducto
Donde perdemos reiteradamente la inocencia,
Es en este momento o lugar
Que me miro en el espejo de esencia.
No fue ayer,
Porque las noches de antaño
Solo las evoco en tu piel,
En el aroma que sabe a poesía,
Que escribí sorbo a sorbo con mi lengua
En las estepas de tu cuerpo en ignición,
Cuando todo nace y solo la nada fenecía.
Comprendí
Que han desertado las horas,
Que he acumulado todos los minutos,
Que no quedan segundos sin tu mirada,
En un país de fronteras en movimiento,
Cuando con el último suspiro
Creo recrear un inusitado olimpo,
Donde escapo en tu búsqueda en do mayor,
Entre tanta puñalada invisible,
Que no llegan a partir la noche,
Al menos no esta que cree en tu merecido honor.
Baja la mano
Y el tajo aun esta…
MUJER DE LAS VIGILIAS
Cuando agoniza el sol
Nunca recuerdo los nombres
De quienes miraron su final,
Solo repaso aquella lágrima
De una mujer enamorada
Cuando vio brotar la luna
En los pliegues de un cielo nublado,
Pintado en la cúpula de un bar perdido
Allá por caminito, antes del descampado.
Hoy es domingo
En las lomas de este cementerio,
Donde enterré angustias y pesares
Sabiendo que los cuervos caen fulminados
Ante la alegría de un nuevo carnaval,
Fenecen al sacarle espinas al sexo
O intentar colgar alas en el silencio
Tan devastador como suelen ser los misterios
Que nunca son develados.
Así planeo ahogarme
En tu boca de sumisa vestal,
Entre las enaguas de tiempos pretéritos,
En la misma catedral de tu pubis dorado,
En el campanario mudo de tus senos,
Así tus aguas regarán mis flores
O expulsarán mis miedos
Que de tan antiguos dilapidaron sus olores.
Hoy creo que es domingo
Teniendo todo el sábado para recrearme,
Agotarme en las fuentes primarias de la vida,
En algún lugar en el que me implores
Que sea quien escriba sobre tu espacio
Los momentos de amor y sensualidad,
Pero con un tiempo suspendido o tan despacio
Que borre enteramente todos los dolores.
En este juego hay cosas
Como almanaques que se calcinan,
Uno a uno sin más tregua
Que los torrentes de saliva,
Discípulos en cuanto aprieto se presente,
En este atardecer dadivoso
Para tanta tentación, dicen que indecente,
Mas yo creo que en la vigilia
No he de cavar mi propio foso.
Y ahora que
Descubrí que no es domingo
Empiezo a alegrarme por perderme
Entre siete días carceleros
Que me exigían repetir hasta la lasitud
Los instantes de susurros penitentes,
El labio que roza el cuello
La mano que intima con gratitud
Solo saberte a mi lado
Mujer del amor más bello.
Nunca recuerdo los nombres
De quienes miraron su final,
Solo repaso aquella lágrima
De una mujer enamorada
Cuando vio brotar la luna
En los pliegues de un cielo nublado,
Pintado en la cúpula de un bar perdido
Allá por caminito, antes del descampado.
Hoy es domingo
En las lomas de este cementerio,
Donde enterré angustias y pesares
Sabiendo que los cuervos caen fulminados
Ante la alegría de un nuevo carnaval,
Fenecen al sacarle espinas al sexo
O intentar colgar alas en el silencio
Tan devastador como suelen ser los misterios
Que nunca son develados.
Así planeo ahogarme
En tu boca de sumisa vestal,
Entre las enaguas de tiempos pretéritos,
En la misma catedral de tu pubis dorado,
En el campanario mudo de tus senos,
Así tus aguas regarán mis flores
O expulsarán mis miedos
Que de tan antiguos dilapidaron sus olores.
Hoy creo que es domingo
Teniendo todo el sábado para recrearme,
Agotarme en las fuentes primarias de la vida,
En algún lugar en el que me implores
Que sea quien escriba sobre tu espacio
Los momentos de amor y sensualidad,
Pero con un tiempo suspendido o tan despacio
Que borre enteramente todos los dolores.
En este juego hay cosas
Como almanaques que se calcinan,
Uno a uno sin más tregua
Que los torrentes de saliva,
Discípulos en cuanto aprieto se presente,
En este atardecer dadivoso
Para tanta tentación, dicen que indecente,
Mas yo creo que en la vigilia
No he de cavar mi propio foso.
Y ahora que
Descubrí que no es domingo
Empiezo a alegrarme por perderme
Entre siete días carceleros
Que me exigían repetir hasta la lasitud
Los instantes de susurros penitentes,
El labio que roza el cuello
La mano que intima con gratitud
Solo saberte a mi lado
Mujer del amor más bello.
domingo, 13 de noviembre de 2011
TE VEO MUJER
Te veo mujer
Recortada en el horizonte brumoso,
Te veo y no estas
Vestida con harapos de soledad,
Te veo partir invisible
Como las promesas que te hice,
Las que me hiciste,
Las que escribimos juntos
Al finalizar el trecho que lleva a la oscuridad.
Te veo mujer
Con mis ojos desconocidos,
Los que ven en un atardecer de primavera,
En una esquina de desbordes en su vereda,
En una cuesta empinada cerro abajo,
Te veo y en mi mirada
Se apagaron las lunas llenas verdaderas.
Te veo mujer
Como te observe recostada,
Con las piernas delgadas extendidas,
Con los labios sedientos entreabiertos,
Con los pezones de rigidez indebida,
Con las aguas cristalinas de tus vocales,
Y las gotas de amor en desconcierto.
Te veo mujer,
Repito una y otra vez
A pesar de mi ceguera,
Transitar la tangente de mi piel,
Consumir los oasis de mis mentiras,
Reposar en las arenas de mis verdades,
Cabalgar el dromedario de mi inocencia
Ver partirse al sol en dos mitades,
Una de un fulgor arrasador anaranjado
Y la otra de una palidez que remite a mi esencia.
Te veo mujer,
Te sigo viendo,
Porque permanece el deseo,
El invertebrado apetito por tu cadencia,
Con la sonrisa de pájaros en bandada,
Tan blancos e inmaculados en su indecencia,
Que ha incendiado el prado,
El compuesto por estrofas y poemas,
El que fue bárbaro en los confines de occidente
Como salvaje en la aridez de tantas noches
En la que alce tu nombre mil veces como lema.
Te veo mujer,
A veces hembra,
En los espejos del palacio de mi cuarto,
En la misma posición de exquisita sensualidad
Con la que parecieras rezar a tantos santos,
Cuando ninguno aparece en estos pasadizos,
Los del tiempo presente,
Los de las horas tórridas,
La de la memoria invocada,
Devastadora,
Entre las llamaradas de un amor urgente.
Recortada en el horizonte brumoso,
Te veo y no estas
Vestida con harapos de soledad,
Te veo partir invisible
Como las promesas que te hice,
Las que me hiciste,
Las que escribimos juntos
Al finalizar el trecho que lleva a la oscuridad.
Te veo mujer
Con mis ojos desconocidos,
Los que ven en un atardecer de primavera,
En una esquina de desbordes en su vereda,
En una cuesta empinada cerro abajo,
Te veo y en mi mirada
Se apagaron las lunas llenas verdaderas.
Te veo mujer
Como te observe recostada,
Con las piernas delgadas extendidas,
Con los labios sedientos entreabiertos,
Con los pezones de rigidez indebida,
Con las aguas cristalinas de tus vocales,
Y las gotas de amor en desconcierto.
Te veo mujer,
Repito una y otra vez
A pesar de mi ceguera,
Transitar la tangente de mi piel,
Consumir los oasis de mis mentiras,
Reposar en las arenas de mis verdades,
Cabalgar el dromedario de mi inocencia
Ver partirse al sol en dos mitades,
Una de un fulgor arrasador anaranjado
Y la otra de una palidez que remite a mi esencia.
Te veo mujer,
Te sigo viendo,
Porque permanece el deseo,
El invertebrado apetito por tu cadencia,
Con la sonrisa de pájaros en bandada,
Tan blancos e inmaculados en su indecencia,
Que ha incendiado el prado,
El compuesto por estrofas y poemas,
El que fue bárbaro en los confines de occidente
Como salvaje en la aridez de tantas noches
En la que alce tu nombre mil veces como lema.
Te veo mujer,
A veces hembra,
En los espejos del palacio de mi cuarto,
En la misma posición de exquisita sensualidad
Con la que parecieras rezar a tantos santos,
Cuando ninguno aparece en estos pasadizos,
Los del tiempo presente,
Los de las horas tórridas,
La de la memoria invocada,
Devastadora,
Entre las llamaradas de un amor urgente.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
ESOS ARBOLES
A ese árbol
Le duelen los huesos,
Se nota porque ya no tiene hojas,
Solo algún pájaro malherido
Se parapeta en las pobres ramas,
A ese árbol
No hay que talarlo,
Sino ayudarle a que vuelva a volar,
A irse tras los nidos,
Cantar con los gorriones,
Teñirse nuevamente cual mariposa.
A ese árbol
Se lo puede salvar
Como vos me salvaste a mí,
Rosa tras rosa,
Que sin ser árbol es planta,
A veces pacifica,
Otras venenosas.
A ese árbol
Hay que ayudarle a vivir,
No una sola
Sino millones de cosas,
A tomar los diente por cuchillo,
A cremar los sueños
O las vigilias de chiquilinas mozas.
A ese árbol
Lo invente en mi cuaderno,
En las tardes de otoño,
Cuando el frío desbordaba
Al mendigo sempiterno,
De Constitución
O de Retiro,
De alguna estación
De trenes que llegan retrasados
A donde llego Evita en algún siglo pasado.
A ese árbol
Que nunca fue ombú ni quiso serlo,
Le basta con respirar,
Con sonreír como solo el lo hace,
Con el hambre de justicia saciada,
Con los muñones que por mano le dejaron,
Aunque desde el 25 de Néstor de 2003
En esa plaza clamorosa,
Llena de pueblo pobre,
Llena de árboles humanos,
La patria se ha puesto tan hermosa
Que mi árbol ya no cuenta dedos
Sino otros árboles
Que hablando pueden decirse: hermano!
A esos árboles
Mi gloria…
Le duelen los huesos,
Se nota porque ya no tiene hojas,
Solo algún pájaro malherido
Se parapeta en las pobres ramas,
A ese árbol
No hay que talarlo,
Sino ayudarle a que vuelva a volar,
A irse tras los nidos,
Cantar con los gorriones,
Teñirse nuevamente cual mariposa.
A ese árbol
Se lo puede salvar
Como vos me salvaste a mí,
Rosa tras rosa,
Que sin ser árbol es planta,
A veces pacifica,
Otras venenosas.
A ese árbol
Hay que ayudarle a vivir,
No una sola
Sino millones de cosas,
A tomar los diente por cuchillo,
A cremar los sueños
O las vigilias de chiquilinas mozas.
A ese árbol
Lo invente en mi cuaderno,
En las tardes de otoño,
Cuando el frío desbordaba
Al mendigo sempiterno,
De Constitución
O de Retiro,
De alguna estación
De trenes que llegan retrasados
A donde llego Evita en algún siglo pasado.
A ese árbol
Que nunca fue ombú ni quiso serlo,
Le basta con respirar,
Con sonreír como solo el lo hace,
Con el hambre de justicia saciada,
Con los muñones que por mano le dejaron,
Aunque desde el 25 de Néstor de 2003
En esa plaza clamorosa,
Llena de pueblo pobre,
Llena de árboles humanos,
La patria se ha puesto tan hermosa
Que mi árbol ya no cuenta dedos
Sino otros árboles
Que hablando pueden decirse: hermano!
A esos árboles
Mi gloria…
viernes, 28 de octubre de 2011
LO DIFICIL DE SER
Ese que cruza la calle
Solía ser yo,
Claro que nunca por la esquina
Más bien en diagonal,
Trasgrediendo,
Poniendo en peligro mi integridad.
Difícil de entender
Porque uno abandona un cuerpo
Y decide transitar en palabras
Las bondades de los contornos,
Buscando el justo centro,
Manando el agua de los vertederos,
Esos de las plazas,
Esos a punto de oxidarse,
Esos a los que hay que arrancarles las gotas,
Como cuando entero
Lamía el sudor de tu espalda,
Sin calmar nunca mí sed
Viviendo como lo hacen las gaviotas.
Difícil decisión la de mantenerse,
La de no quebrarse,
La de enterrar las penas
Sin que vuelvan a florecer
No solo en los tristes atardeceres
Sino además en algún amanecer.
En este tiempo
De relojes sin horas,
Ni manecillas ni números,
A veces se extraña la insensatez,
La falta de cordura por correr
Metafóricamente detrás de un amor,
Sin llegar a entender
Que nunca seremos los primeros,
Quizás con suerte los anteúltimos,
Porque nunca digo que de esta agua no he de beber.
Decía que ese que se sienta
Sobre mi inmaterialidad
Recuperando mi corporalidad
Ese también suelo ser yo,
Y cuando esto pasa debo llevarme
Hasta cada baldosa de mi pieza,
Ayudarme a quitarme la ropa,
Recostar mi cuerpo en la cama,
Destender la sabana de tu piel,
Acomodarme en tu regazo,
Sabiendo que te quiero y que me amas.
Así que amigo
Habitarme más de un rato
Me sabe a muy aburrido,
Por lo que deshago sin deshacer
Las uniones del tejido
Tomo el te en “Las Violetas”
Y me doy por bien vivido…
No suelo dejar propinas
Más que servilletas de papel
Cosa en verdad muy mezquina.
Solía ser yo,
Claro que nunca por la esquina
Más bien en diagonal,
Trasgrediendo,
Poniendo en peligro mi integridad.
Difícil de entender
Porque uno abandona un cuerpo
Y decide transitar en palabras
Las bondades de los contornos,
Buscando el justo centro,
Manando el agua de los vertederos,
Esos de las plazas,
Esos a punto de oxidarse,
Esos a los que hay que arrancarles las gotas,
Como cuando entero
Lamía el sudor de tu espalda,
Sin calmar nunca mí sed
Viviendo como lo hacen las gaviotas.
Difícil decisión la de mantenerse,
La de no quebrarse,
La de enterrar las penas
Sin que vuelvan a florecer
No solo en los tristes atardeceres
Sino además en algún amanecer.
En este tiempo
De relojes sin horas,
Ni manecillas ni números,
A veces se extraña la insensatez,
La falta de cordura por correr
Metafóricamente detrás de un amor,
Sin llegar a entender
Que nunca seremos los primeros,
Quizás con suerte los anteúltimos,
Porque nunca digo que de esta agua no he de beber.
Decía que ese que se sienta
Sobre mi inmaterialidad
Recuperando mi corporalidad
Ese también suelo ser yo,
Y cuando esto pasa debo llevarme
Hasta cada baldosa de mi pieza,
Ayudarme a quitarme la ropa,
Recostar mi cuerpo en la cama,
Destender la sabana de tu piel,
Acomodarme en tu regazo,
Sabiendo que te quiero y que me amas.
Así que amigo
Habitarme más de un rato
Me sabe a muy aburrido,
Por lo que deshago sin deshacer
Las uniones del tejido
Tomo el te en “Las Violetas”
Y me doy por bien vivido…
No suelo dejar propinas
Más que servilletas de papel
Cosa en verdad muy mezquina.
DE LETRAS Y PALABRAS
Pocas letras
Me conforman,
Me dibujan,
Por dentro y por fuera,
Como soledad,
Vacío,
Silencio,
Demencia,
Sombras difusas,
Balcones con plantas de malvones,
Veredas con formas de mujeres,
Insaciabilidad,
Éxtasis,
Noches plagadas de descontrol,
Las enumero desordenadamente
Pensando en volcarlas
En algún novedoso diccionario,
Porteño, reo, avivado,
Como un niño al que le roban
Su único caramelo
Y solo le queda llorar desconsolado.
Unas pocas palabras
Que son mi centro
En el arrabal del idioma,
Como en la otredad de un pastizal,
O en el fuego que consume
El deseo en horas tempranas,
Cuando aun en “La Paz”
No apure los últimos vasos de ginebra,
Ni leí los titulares de diarios viejos,
Ni conté cuantas monedas
Tirare hoy contra el espejo.
Unas pocas palabras,
Unas pocas imágenes
Me alcanzan para planear un poema
Que hablen de playas,
De medanos,
De arena,
De sexo,
De senos turgentes,
Son esos poemas urgentes,
Esos que no ven barcos que naufragan
En la sequedad de mi calle corrientes
Siempre atiborrada de desconocida gente
Las que me abandonan
Al llegar hasta mi cuarto
De persianas despintadas
En la que tu sombra me aguarda
Para saber que es de mi puta vida
Después de tantas madrugadas.
Y te cuento…
Pero solo es una fantasía
La de haber partido
Sin concluir mi ultima poesía.
Me conforman,
Me dibujan,
Por dentro y por fuera,
Como soledad,
Vacío,
Silencio,
Demencia,
Sombras difusas,
Balcones con plantas de malvones,
Veredas con formas de mujeres,
Insaciabilidad,
Éxtasis,
Noches plagadas de descontrol,
Las enumero desordenadamente
Pensando en volcarlas
En algún novedoso diccionario,
Porteño, reo, avivado,
Como un niño al que le roban
Su único caramelo
Y solo le queda llorar desconsolado.
Unas pocas palabras
Que son mi centro
En el arrabal del idioma,
Como en la otredad de un pastizal,
O en el fuego que consume
El deseo en horas tempranas,
Cuando aun en “La Paz”
No apure los últimos vasos de ginebra,
Ni leí los titulares de diarios viejos,
Ni conté cuantas monedas
Tirare hoy contra el espejo.
Unas pocas palabras,
Unas pocas imágenes
Me alcanzan para planear un poema
Que hablen de playas,
De medanos,
De arena,
De sexo,
De senos turgentes,
Son esos poemas urgentes,
Esos que no ven barcos que naufragan
En la sequedad de mi calle corrientes
Siempre atiborrada de desconocida gente
Las que me abandonan
Al llegar hasta mi cuarto
De persianas despintadas
En la que tu sombra me aguarda
Para saber que es de mi puta vida
Después de tantas madrugadas.
Y te cuento…
Pero solo es una fantasía
La de haber partido
Sin concluir mi ultima poesía.
miércoles, 26 de octubre de 2011
TENGO MOMENTOS
Tengo momentos
En que me gana el desconcierto,
Momentos sueltos,
Esos vagabundos inevitables,
Que me carcomen las certezas
Que no paran de levantar las vías
De los viejos tranvías urbanos,
Que conocedores de mi pereza
Se atreven a desnudar mis letras,
Viendo al trasluz algunas estrofas,
Escandalizándose por alguna noche de sexo,
Vaya suerte tener esos instantes!
Y tengo la certidumbre
Que tengo muchos,
Lo que me permitió conocer
Cuantos difuntos existen sin enterrar,
Que andan por el mundo sonriendo,
Sin su partida de fallecimiento extendida,
Sin haberla retirado,
Fenecidos portando la ignorancia
De apercibirse que deambular
No es de lo que se trata la vida.
Tengo lapsos
Como sucede con los recuerdos,
Que se ajean
Pareciéndome enteros,
Que me caminan como insectos
En la escasez de mi soledad
Que huyen cuando escribo
O mueren sobre el papel impreso
En esas noches preñadas de humedad.
Últimamente amo más,
Deseo más a mi mujer,
Veo la entrega mutua,
No dejo de mirar sus formas,
Ni de encantarme su sonrisa,
Pero siento el hastío de la repetición
En nombre de la poesía,
De la que hago uso de sus partes,
De las partes del universo
Para hablar de amores platónicos
O desgarradores
Bueno es a veces
Que mi mente se llene de interrogantes,
Que enderecen mi mano
Hacia otras cosas,
Más cotidianas,
O más obsesivas,
O mas reprimidas,
Mas que concuerden con mi realidad
Porque al falsear
Me aborrezco en la mentira.
Niego el tiempo
Reconociéndole su importancia,
Como denostó algunas cosas
Agradeciéndole lo que me inspira.
Soy la contradicción más plena
Y lo soy por estar vivo.
En que me gana el desconcierto,
Momentos sueltos,
Esos vagabundos inevitables,
Que me carcomen las certezas
Que no paran de levantar las vías
De los viejos tranvías urbanos,
Que conocedores de mi pereza
Se atreven a desnudar mis letras,
Viendo al trasluz algunas estrofas,
Escandalizándose por alguna noche de sexo,
Vaya suerte tener esos instantes!
Y tengo la certidumbre
Que tengo muchos,
Lo que me permitió conocer
Cuantos difuntos existen sin enterrar,
Que andan por el mundo sonriendo,
Sin su partida de fallecimiento extendida,
Sin haberla retirado,
Fenecidos portando la ignorancia
De apercibirse que deambular
No es de lo que se trata la vida.
Tengo lapsos
Como sucede con los recuerdos,
Que se ajean
Pareciéndome enteros,
Que me caminan como insectos
En la escasez de mi soledad
Que huyen cuando escribo
O mueren sobre el papel impreso
En esas noches preñadas de humedad.
Últimamente amo más,
Deseo más a mi mujer,
Veo la entrega mutua,
No dejo de mirar sus formas,
Ni de encantarme su sonrisa,
Pero siento el hastío de la repetición
En nombre de la poesía,
De la que hago uso de sus partes,
De las partes del universo
Para hablar de amores platónicos
O desgarradores
Bueno es a veces
Que mi mente se llene de interrogantes,
Que enderecen mi mano
Hacia otras cosas,
Más cotidianas,
O más obsesivas,
O mas reprimidas,
Mas que concuerden con mi realidad
Porque al falsear
Me aborrezco en la mentira.
Niego el tiempo
Reconociéndole su importancia,
Como denostó algunas cosas
Agradeciéndole lo que me inspira.
Soy la contradicción más plena
Y lo soy por estar vivo.
HOY HE DECIDIDO...
Hoy
He decidido
Partir el día por su justa mitad,
Sin noches lujuriosas
Ni mañanas esperanzadoras,
He decidido
Quemar los libros
Conservando su contenido,
Regalar mis deseos de este momento
Porque ahora no lo uso,
El usado ya lo esta
Y el que he de usar nunca se entrega.
Hoy mis versos son en diagonal
En la búsqueda de hojas amarillas,
Esas en la que los bardos desparraman letras
O donde caen las migas del pan,
En esas parrillas de carne y vino
Con compañeros de la ebriedad
Cuando los dioses pierden su destino.
Hoy,
Solo en este instante,
Rasgo el vestido de la jornada
De par en par,
Y por su rasgadura
Veo andar la vida acompañando a la muerte
Tan trajinado su destiempo
Como entregadas o perdidas sus deshonras,
Las que a la luz del candil
Es vida por presencia
O muerte por ausencia.
Hoy
Daré la última puntada
A un amor que empezó muerto,
Pero confieso que por cierto
El que hoy porto,
Viene de cuna asturiana
Son de esos amores que no se espera nada
Más se recibe todo.
Hoy
Que ando con buen día,
No pisoteare la sombra de un ciempiés,
No le deseare el mal a ningún colectivero
Todo lo cual me preocupa,
Porque sin terminar octubre,
Faltando para el final del año,
Vivo en un día dividido
Con la sensación de tiempo entero.
Todo esto
Justo en este veintiséis,
En el umbral de una decisión importante,
La de comprar el diario o viajar en tren.
Hoy
Cuando había decidido
Desgarrar el día en un antes y un después…
Será en otro santiamén…
He decidido
Partir el día por su justa mitad,
Sin noches lujuriosas
Ni mañanas esperanzadoras,
He decidido
Quemar los libros
Conservando su contenido,
Regalar mis deseos de este momento
Porque ahora no lo uso,
El usado ya lo esta
Y el que he de usar nunca se entrega.
Hoy mis versos son en diagonal
En la búsqueda de hojas amarillas,
Esas en la que los bardos desparraman letras
O donde caen las migas del pan,
En esas parrillas de carne y vino
Con compañeros de la ebriedad
Cuando los dioses pierden su destino.
Hoy,
Solo en este instante,
Rasgo el vestido de la jornada
De par en par,
Y por su rasgadura
Veo andar la vida acompañando a la muerte
Tan trajinado su destiempo
Como entregadas o perdidas sus deshonras,
Las que a la luz del candil
Es vida por presencia
O muerte por ausencia.
Hoy
Daré la última puntada
A un amor que empezó muerto,
Pero confieso que por cierto
El que hoy porto,
Viene de cuna asturiana
Son de esos amores que no se espera nada
Más se recibe todo.
Hoy
Que ando con buen día,
No pisoteare la sombra de un ciempiés,
No le deseare el mal a ningún colectivero
Todo lo cual me preocupa,
Porque sin terminar octubre,
Faltando para el final del año,
Vivo en un día dividido
Con la sensación de tiempo entero.
Todo esto
Justo en este veintiséis,
En el umbral de una decisión importante,
La de comprar el diario o viajar en tren.
Hoy
Cuando había decidido
Desgarrar el día en un antes y un después…
Será en otro santiamén…
viernes, 21 de octubre de 2011
LA VENTANA DE MIS OJOS
Cierro la ventana
Al menos un instante,
Solo un pequeño lapso,
Para que no ingrese la lluvia
Y moje los discos de vinilo
Esos que sonaban antes,
Hace tanto,
En un tocadiscos
Que se llevó mi hija.
Es bueno saber que no soy yo,
Que son ellos los ariscos.
Así suceden los días
Que garúan melancolía,
Tardes de mastines negros
Que ladran fuertemente
Para donde sopla el viento,
Anocheceres
Que consumen mi espera
Mientras mis flores se desnudan,
Hojas de calas desvestidas,
Avergonzadas de la orquídea
Que desde un viejo jarrón
Se muestra alegremente pervertida.
Esta tarde se desploma,
Es que la pared del tiempo
Tiene varios resquicios
Por donde ingresa la humedad
Y en mi mirada no hay consorcio,
Solo aguardar si soporta
Unos minutos más,
Unos segundos de humanidad
Poner allí el cuadro de Petorutti,
Quizás así la grieta aborta.
Cierro la ventana
A un otoño postrado,
Abro los ojos a una atractiva primavera,
Con nombre de mujer,
Con sentido virginal,
De tiempos inmemoriales,
De mañanas aturdidas,
Con el tacto del placer
En plenitud detrás del picaporte
Y decido vivir de 5 minutos en cinco,
A veces me acelero por 60 segundos,
Pero hago una pausa
Que me parece que fueran siglos.
Se que nada hay en este mundo
Que me llame la atención
Cuando me describes en silencio tú causa
Como si fuera mía,
Como si lo fueras,
Por eso abro mis pupilas,
Desplegando
Mis azules armonías.
Abro mis sentidos
Y solo digo:
María, únicamente mía…
jueves, 20 de octubre de 2011
SE DE ETERNIDAD...
Se que es imposible
Ascender al cielo de mi confusión,
Lugar que miente azul
Pero es la más blanca oscuridad.
Se que lo que sucede no transcurre
Que no hay rostros
Ni mascaras
Ni hambre
Ni sed
Pero tampoco sus contrarios.
Se que es posible
Que ardieran las casas,
También las cosas,
Y nadie encuentre el lugar de este siniestro.
Nada,
ni cenizas tibias,
Recuerdo que me olvide
Tal vez solo sea mi reflejo
Aunque no me de por aludido
Estoy, si, ofendido
Como sino me hubieran invitado
A una fiesta a la que no deseaba asistir.
Tengo sospechas
De que nadie organizo un festejo,
Indago de manera estéril
En busca de mi persona
Entre gente ausente en los espejos.
Igualmente
Esta sensación de caos,
De ser indemne a la finitud,
Me produce cierta aversión,
Pero por otro lado
Siento que me despojo de mi mismo,
Que no seré yo quien vea pasar los siglos,
Solo me da pena aquel poema
Que no escribiré como hubiera deseado.
Alguien me pregunta
Sino me tortura mi estilo,
Sin saber que tenía uno,
Que no he de escribir una bella poesía,
Ni siquiera alguna estrofa
Insondable mi soledad,
Rendida a mis pies descalzos
Los poros impenetrables del aislamiento
Veo deambular mi alma
Con un bolígrafo en su extremo
Solicita en forma soberana
Terminar el bosquejo de mi esqueleto
Con la escasa tinta que aun queda
Mientras me desdibujo frente a mi ventana.
lunes, 17 de octubre de 2011
NUESTRO FLACO
No sabía
Porque había nacido aquí,
Porque estas calles terrenosas,
Porque tanto pasto y las desdentadas baldosas,
Porque jugar con los juegos de la imaginación.
No sabía,
Más en algún lugar
Seguramente lo presentía.
Un día escuchando
Me regalaron la palabra patria,
No lo sentí como esos términos ajenos
Pero me pareció que no estaba presente,
Que reclamaba rescatarla de algún sitio,
Y tome los juegos
O las armas que eran similares,
Me agazape a la espera del villano,
Descreí de los uniformes hasta los del portero,
Tuvimos una santa que era pagana,
Le decíamos evita capitana.
Y pensábamos en un regreso
De un lugar de cuentos,
Puerta de hierro
A este país, merecedor de ser soberano
Basta de muerte inútil,
Fusiles guerrilleros,
Sangre joven para que vuelva el general,
Y la tragedia se llevo lo mejor.
Rodábamos de calle en calle,
Hasta que entendimos que la historia la escriben
Los desgarbados,
Los que son feos por naturaleza,
Los que por dentro son tan locos
Que esa incordura los vuelven los más bellos,
Los que parecen amagar llamarse Néstor
Pero tiene tantos nombres y muchos más rostros
Que no hay nada que contenga esa soldadesca.
Y me pierdo sin saber porque nací
En medio de un maremoto de banderas azul y blancas,
En las postrimerías de un bicentenario,
Cuando en otro octubre
La muerte creía que había ganado,
Hoy viene a rendirnos pleitesía,
Porque uno de los nuestros,
El más desgarbado, el más sabio,
La perforo sin pedirle nada a cambio,
Y aquí la pingüinera,
Los que hemos velado amaneceres,
Los curtidos en batallas inolvidables,
Los que lloramos al recordarte
Flaco loco,
Presidente nuestro,
Padre eterno como las nieves de tus cordilleras,
Sabrás seguro
Que has pasado y te quedaste con todas nuestras primaveras.
Porque había nacido aquí,
Porque estas calles terrenosas,
Porque tanto pasto y las desdentadas baldosas,
Porque jugar con los juegos de la imaginación.
No sabía,
Más en algún lugar
Seguramente lo presentía.
Un día escuchando
Me regalaron la palabra patria,
No lo sentí como esos términos ajenos
Pero me pareció que no estaba presente,
Que reclamaba rescatarla de algún sitio,
Y tome los juegos
O las armas que eran similares,
Me agazape a la espera del villano,
Descreí de los uniformes hasta los del portero,
Tuvimos una santa que era pagana,
Le decíamos evita capitana.
Y pensábamos en un regreso
De un lugar de cuentos,
Puerta de hierro
A este país, merecedor de ser soberano
Basta de muerte inútil,
Fusiles guerrilleros,
Sangre joven para que vuelva el general,
Y la tragedia se llevo lo mejor.
Rodábamos de calle en calle,
Hasta que entendimos que la historia la escriben
Los desgarbados,
Los que son feos por naturaleza,
Los que por dentro son tan locos
Que esa incordura los vuelven los más bellos,
Los que parecen amagar llamarse Néstor
Pero tiene tantos nombres y muchos más rostros
Que no hay nada que contenga esa soldadesca.
Y me pierdo sin saber porque nací
En medio de un maremoto de banderas azul y blancas,
En las postrimerías de un bicentenario,
Cuando en otro octubre
La muerte creía que había ganado,
Hoy viene a rendirnos pleitesía,
Porque uno de los nuestros,
El más desgarbado, el más sabio,
La perforo sin pedirle nada a cambio,
Y aquí la pingüinera,
Los que hemos velado amaneceres,
Los curtidos en batallas inolvidables,
Los que lloramos al recordarte
Flaco loco,
Presidente nuestro,
Padre eterno como las nieves de tus cordilleras,
Sabrás seguro
Que has pasado y te quedaste con todas nuestras primaveras.
sábado, 15 de octubre de 2011
CAMBIAR EL TIEMPO!
Anoche,
Al entrar en el sopor
De un nuevo sueño,
Pensé en hacer un nuevo otoño,
Con las hojas difuntas de ayer,
Con lo mustio de amores muertos,
Esta estación es como una oruga
Que al partir entrega primaveras
O mariposas de tiempos coloridos,
Más solo fue un pensamiento
Que se deshizo con el tiempo.
Esta mañana
Te vi desnuda como sos,
Me vi desnudo como puedo,
Tuve miedo de que barrieras el deseo,
Ese que anoche nos encendió,
Que borro lentamente el espacio
Lugar arrasado por el fuego.
Y en el doblez de mi mirada,
Con una herida a fondo,
El viento representa lo indeseado,
Lo que en la calma mueve mi mesura,
Mientras guardo en el arcòn
Tus carcajadas llenas de lujuria,
Tus provocaciones cargadas de ternura,
Sin poder capturar tú sombra
Fantasma lascivo de pasión.
De todos modos el horizonte
Siempre me remite a mi suicidio,
Se que he de matarme luego de desaparecer,
Cuando la parca no tenga posibilidad
De hacerme creer,
Que en ella hay algo de humanidad.
En tanto sigo
Buscando las palabras,
Las que te embaracen de compromiso,
Las que sorban tus senos matinales,
La que detenga tu cuerpo y lo atraviese,
Abriendo mis ojos como un dios naciente,
Que mastique tus salivas,
Levando el ancla de tus piernas
Hasta entender de entre gemidos que es lo que sientes.
Es hora de vestirme
Para salir desnudo a la vida,
De recorrer de punta a punta
Cada centímetro de tu anhelo,
Pienso en la comisura de tus labios,
En lo arrogante de absorber cada gota
De estos espirales de líquido,
Oasis sempiterno de algún infierno,
En el que descansan los hombres sabios
Eunucos de amor que solo toman nota.
Sostengo lo imposible
De mantener mucho tiempo la mirada,
Como no se contiene eternamente
La presteza vital de mí amada.
Suspiro en la vigilia
Aun no he cambiado el tiempo…
Al entrar en el sopor
De un nuevo sueño,
Pensé en hacer un nuevo otoño,
Con las hojas difuntas de ayer,
Con lo mustio de amores muertos,
Esta estación es como una oruga
Que al partir entrega primaveras
O mariposas de tiempos coloridos,
Más solo fue un pensamiento
Que se deshizo con el tiempo.
Esta mañana
Te vi desnuda como sos,
Me vi desnudo como puedo,
Tuve miedo de que barrieras el deseo,
Ese que anoche nos encendió,
Que borro lentamente el espacio
Lugar arrasado por el fuego.
Y en el doblez de mi mirada,
Con una herida a fondo,
El viento representa lo indeseado,
Lo que en la calma mueve mi mesura,
Mientras guardo en el arcòn
Tus carcajadas llenas de lujuria,
Tus provocaciones cargadas de ternura,
Sin poder capturar tú sombra
Fantasma lascivo de pasión.
De todos modos el horizonte
Siempre me remite a mi suicidio,
Se que he de matarme luego de desaparecer,
Cuando la parca no tenga posibilidad
De hacerme creer,
Que en ella hay algo de humanidad.
En tanto sigo
Buscando las palabras,
Las que te embaracen de compromiso,
Las que sorban tus senos matinales,
La que detenga tu cuerpo y lo atraviese,
Abriendo mis ojos como un dios naciente,
Que mastique tus salivas,
Levando el ancla de tus piernas
Hasta entender de entre gemidos que es lo que sientes.
Es hora de vestirme
Para salir desnudo a la vida,
De recorrer de punta a punta
Cada centímetro de tu anhelo,
Pienso en la comisura de tus labios,
En lo arrogante de absorber cada gota
De estos espirales de líquido,
Oasis sempiterno de algún infierno,
En el que descansan los hombres sabios
Eunucos de amor que solo toman nota.
Sostengo lo imposible
De mantener mucho tiempo la mirada,
Como no se contiene eternamente
La presteza vital de mí amada.
Suspiro en la vigilia
Aun no he cambiado el tiempo…
viernes, 14 de octubre de 2011
EN ESTE AMANECER
Tiemblo
En este amanecer,
Cuando las palabras que conozco
Son un festejo cayendo
Con el asombro de los pájaros.
Pienso en la vida,
Se que esta tan sola,
Que a la muerte ya no le va quedando soledad,
Le cercenan la voluntad,
La de creer en ángeles sexuados
O en la palabra que limpia los espejos
Tan simple son las cosas,
Tan compleja la oportunidad,
Que llueven paréntesis allá a lo lejos.
Vaya que mañana
La de este despertar,
Entra la brisa descarnada,
La obligación de seducir,
La neblina de mi mirada,
El no querer compartir con nadie
Mi silenciosa vacuidad.
Leí que mi mujer era una geisha,
Enteramente mía,
Pero me distraje con lo vulgar de ese lapso
Frente a la ambigüedad de tu regazo,
Donde nacen y mueren espermas
De los más variados colores,
Mientras me entregaba
A la fugaz filosofía y el barro,
En tanto las lagrimas adornan mis dolores.
Se que me recreo con las palabras,
Que me doy forma,
Que me esculpo,
Cuando no escribo soy una ausencia
El sexo y la escritura me permiten
Tener forma que se confunde con mi esencia,
Tener la dimensión donde nada tiene norma.
Mi lenguaje es
Como una mano ahuecada,
Llena de agua resecada
Que humedece el paladar,
Llegan las ondas del orgasmo
Curvas, armoniosas, calientes.
Como un ángulo recto indeseado,
Como amanece en tu cama este marasmo
En el que perduran solo los valientes.
Se que solo desnuda da sombra la flor
Imaginando la lámpara hasta encenderla
Que lumbre tiene la misma
Que no comprende que el amor
Busca la arrepentida tabla
En la que aparecemos para entenderla.
Un poema que se va
Por los bordes de mi cuaderno
Será que amarte hoy
Es tan antiguo que supera lo moderno.
Temblamos
En este amanecer,
Y no es incorrecto.
En este amanecer,
Cuando las palabras que conozco
Son un festejo cayendo
Con el asombro de los pájaros.
Pienso en la vida,
Se que esta tan sola,
Que a la muerte ya no le va quedando soledad,
Le cercenan la voluntad,
La de creer en ángeles sexuados
O en la palabra que limpia los espejos
Tan simple son las cosas,
Tan compleja la oportunidad,
Que llueven paréntesis allá a lo lejos.
Vaya que mañana
La de este despertar,
Entra la brisa descarnada,
La obligación de seducir,
La neblina de mi mirada,
El no querer compartir con nadie
Mi silenciosa vacuidad.
Leí que mi mujer era una geisha,
Enteramente mía,
Pero me distraje con lo vulgar de ese lapso
Frente a la ambigüedad de tu regazo,
Donde nacen y mueren espermas
De los más variados colores,
Mientras me entregaba
A la fugaz filosofía y el barro,
En tanto las lagrimas adornan mis dolores.
Se que me recreo con las palabras,
Que me doy forma,
Que me esculpo,
Cuando no escribo soy una ausencia
El sexo y la escritura me permiten
Tener forma que se confunde con mi esencia,
Tener la dimensión donde nada tiene norma.
Mi lenguaje es
Como una mano ahuecada,
Llena de agua resecada
Que humedece el paladar,
Llegan las ondas del orgasmo
Curvas, armoniosas, calientes.
Como un ángulo recto indeseado,
Como amanece en tu cama este marasmo
En el que perduran solo los valientes.
Se que solo desnuda da sombra la flor
Imaginando la lámpara hasta encenderla
Que lumbre tiene la misma
Que no comprende que el amor
Busca la arrepentida tabla
En la que aparecemos para entenderla.
Un poema que se va
Por los bordes de mi cuaderno
Será que amarte hoy
Es tan antiguo que supera lo moderno.
Temblamos
En este amanecer,
Y no es incorrecto.
jueves, 13 de octubre de 2011
TRAZAR LA LINEA...
Trazo una raya roja
Al comenzar la mañana,
Como una vena peligrosa,
Como un arsenal de madera,
Pliego esa línea y espero
Que renazca la primavera.
Juego muchas veces
A desalambrar las bibliotecas,
Salta un texto,
Se deshoja un libro,
Te seduzco con un capitulo,
Esgrimiendo al Márquez de Sade
Como anteúltimo pretexto.
Miro triste el horizonte
Como una línea inalcanzable,
Que me destroza la mirada,
Me destiñe escueta la retina,
Y en la ceguera innoble
Me desconsuela el pensar
No volver a ver otra madrugada.
Me pregunto que hacer,
Pienso en la insurrección,
Puedo ver si así lo quiero
La pelvis dorada de una mujer,
Los colores y las letras
De las que hasta ayer he renegado,
Los harapos de las cosas,
Mis dedos pulverizados,
Por no tenerte en esta tarde
Aprisionada en el espejo de las rosas.
Me desentiendo del tiempo
Por entera decisión inapropiada,
Creo que ver como mueren
Las grises espinas de los minutos,
El tallo resquebrajado de las horas,
El residuo del pistillo de estos días,
No me aportan nada,
Solo acrecientan mi vacío
Esa extraña soledad sin armonía.
Ya enfermo de inmortalidad,
De saberme interminable,
Sueño que en un lapso postrero,
Llega el verdor de tus ojos,
Tus labios hechiceros
Y desarman palmo a palmo
Mi inservible infinitud,
Que solo son vestigios en algún cenicero,
Reclamo el amor que me merezco,
Exijo los sentimientos nobles,
Tú presencia a mi solicitud,
Para que desnudos fundemos un enero.
Y todo sirve
Siempre que abra la mirada
Ahora en este espacio
Pinto las sombras
Y las luces de mi enamorada.
Al comenzar la mañana,
Como una vena peligrosa,
Como un arsenal de madera,
Pliego esa línea y espero
Que renazca la primavera.
Juego muchas veces
A desalambrar las bibliotecas,
Salta un texto,
Se deshoja un libro,
Te seduzco con un capitulo,
Esgrimiendo al Márquez de Sade
Como anteúltimo pretexto.
Miro triste el horizonte
Como una línea inalcanzable,
Que me destroza la mirada,
Me destiñe escueta la retina,
Y en la ceguera innoble
Me desconsuela el pensar
No volver a ver otra madrugada.
Me pregunto que hacer,
Pienso en la insurrección,
Puedo ver si así lo quiero
La pelvis dorada de una mujer,
Los colores y las letras
De las que hasta ayer he renegado,
Los harapos de las cosas,
Mis dedos pulverizados,
Por no tenerte en esta tarde
Aprisionada en el espejo de las rosas.
Me desentiendo del tiempo
Por entera decisión inapropiada,
Creo que ver como mueren
Las grises espinas de los minutos,
El tallo resquebrajado de las horas,
El residuo del pistillo de estos días,
No me aportan nada,
Solo acrecientan mi vacío
Esa extraña soledad sin armonía.
Ya enfermo de inmortalidad,
De saberme interminable,
Sueño que en un lapso postrero,
Llega el verdor de tus ojos,
Tus labios hechiceros
Y desarman palmo a palmo
Mi inservible infinitud,
Que solo son vestigios en algún cenicero,
Reclamo el amor que me merezco,
Exijo los sentimientos nobles,
Tú presencia a mi solicitud,
Para que desnudos fundemos un enero.
Y todo sirve
Siempre que abra la mirada
Ahora en este espacio
Pinto las sombras
Y las luces de mi enamorada.
lunes, 10 de octubre de 2011
OFRENDA A LA VIDA
Escribo raudamente
Para salvar el color de la lila,
Esa tonalidad casi terracota,
Vital para un daltónico como yo,
Y si paro de escribir
Morirá su aroma?
Lo tenue de mi pensamiento
Me traslada hacia lo vertical,
Allí donde moran los rosales,
Allí donde reviví todo lo que siento.
Felizmente en el jardín
Solo esta el cadáver de la rosa,
Solo permanece inalterable la sombra del jazmín.
Podría andar por este mundo
Sino creyera rota,
Partida,
Escurrida
La mitad de su mirada,
La de mi niña,
La de los domingos septembrinos,
La comparte conmigo
El parque centenario,
Las iglesias y su agua maldita,
Los santos patéticamente pintados,
Un Jesús de mentiras siempre colgado,
Donde fantaseó el amor en el confesionario,
Y entre jadeo y jadeo
Escucho y disculpo a tanto penitente
Gente de hábitos apostólicos,
Tan deplorables como hirientes
Que mejor vamos a coger a casa
Me repugnan en su fe
Los que se mofan de la verdad de los alcohólicos.
Ya no le escribo a las flores,
No se si ellas han perecido,
Ningún picapleitos me ha demandado,
Ningún señor de alcurnia o de prosapia,
Me hizo saber su enojo,
Quizás porque en el vergel
Tuvieron muy poco ojo.
No lo se,
Busco a mi Maria, a la que amo
La que me dibuja la comisura de mis labios,
La que me acompaña a oprimir al nihilismo,
La que cuando nos acostamos no le da lo mismo,
Si salvo el verde de las calas,
Si cortajeo la vestimenta de algún fraile,
Si me asomo al vértice del abismo
O si al decirle te amo lo hago como un sabio.
Así mi vida
La que perdió el tiempo,
La que renegó del espacio,
La que sin beber del mismo vino
Prefiere a su mujer despacio,
Dulcemente despacio…
Para salvar el color de la lila,
Esa tonalidad casi terracota,
Vital para un daltónico como yo,
Y si paro de escribir
Morirá su aroma?
Lo tenue de mi pensamiento
Me traslada hacia lo vertical,
Allí donde moran los rosales,
Allí donde reviví todo lo que siento.
Felizmente en el jardín
Solo esta el cadáver de la rosa,
Solo permanece inalterable la sombra del jazmín.
Podría andar por este mundo
Sino creyera rota,
Partida,
Escurrida
La mitad de su mirada,
La de mi niña,
La de los domingos septembrinos,
La comparte conmigo
El parque centenario,
Las iglesias y su agua maldita,
Los santos patéticamente pintados,
Un Jesús de mentiras siempre colgado,
Donde fantaseó el amor en el confesionario,
Y entre jadeo y jadeo
Escucho y disculpo a tanto penitente
Gente de hábitos apostólicos,
Tan deplorables como hirientes
Que mejor vamos a coger a casa
Me repugnan en su fe
Los que se mofan de la verdad de los alcohólicos.
Ya no le escribo a las flores,
No se si ellas han perecido,
Ningún picapleitos me ha demandado,
Ningún señor de alcurnia o de prosapia,
Me hizo saber su enojo,
Quizás porque en el vergel
Tuvieron muy poco ojo.
No lo se,
Busco a mi Maria, a la que amo
La que me dibuja la comisura de mis labios,
La que me acompaña a oprimir al nihilismo,
La que cuando nos acostamos no le da lo mismo,
Si salvo el verde de las calas,
Si cortajeo la vestimenta de algún fraile,
Si me asomo al vértice del abismo
O si al decirle te amo lo hago como un sabio.
Así mi vida
La que perdió el tiempo,
La que renegó del espacio,
La que sin beber del mismo vino
Prefiere a su mujer despacio,
Dulcemente despacio…
CANTO A LA IMPERFECCION...
Me dices que no es poesía,
Que mire la vereda,
Que lea el diario a la mañana,
Que me suba a la bicicleta,
Que me cuide al cruzar la calle,
Que no vaya nunca a la iglesia,
Que odie las plazas incompletas.
Me dices
Y quizás es cierto,
Pero que es la poesía?
No lo es sumar de dos en dos,
Mirar los peldaños y tu falda,
Largar los perros en mis pesadillas,
Creer que si empiezo en la ventana
No llegare a los espejos de sus senos,
O ha recorrer con mi lengua cada tramo de estas nalgas?
Me dices y me río,
Porque mi vida es del acierto al error,
Es cortar el color de los malvones,
Despintar las pupilas de esas tetas
Que sexuales también hablan de amor.
Ah, si yo pudiera
Intentar ser perfecto de toda imperfección,
Si yo supiera como lamer su sombra en el espejo,
Juro que me dedicaría tarde y noche a la plomería,
Dejaría esta manía mía
De descorchar vírgenes en el antiguo bodegón,
De pensar que una vagina es una hembra
Y me dedicaría a ser santo o patrono redentor.
Pido disculpas
A quien me lea con aviesas intenciones,
Porque las mías van en la misma dirección,
Siembro estrofas en las páginas con dureza,
A las que riego de tanto en tanto,
Y juro que de muerte algunas cosas sé,
Pero me entretiene y paraliza la pereza.
Así que he comprado libros
Que me indican al escribir la corrección,
Me cuesta empezar a leerlos,
Por mis manos solo revistas han pasado,
Que me ayudan en cada masturbación,
Me han sobrado cosas en la vida
Pero me ha faltado lo importante, la imaginación.
Ahora que ya es de noche
Cuento las ovejas para despertar,
Cierro el picaporte de mi puerta,
Miro sus piernas que se mueven,
Mis sueños que seguro la entretienen,
Parto la luna en tres vertientes,
Mientras le entrego esta poesía,
Que nació cuando mutile hoy el mediodía.
Y mi cuenta no me da,
Deberá ser que no me cierra,
Juro que blasfeme tanto de Jesucristo,
Que no seria injusto que mi poema
Aunque alado se arrastre por la tierra.
Debo rematar,
Fin.
Que mire la vereda,
Que lea el diario a la mañana,
Que me suba a la bicicleta,
Que me cuide al cruzar la calle,
Que no vaya nunca a la iglesia,
Que odie las plazas incompletas.
Me dices
Y quizás es cierto,
Pero que es la poesía?
No lo es sumar de dos en dos,
Mirar los peldaños y tu falda,
Largar los perros en mis pesadillas,
Creer que si empiezo en la ventana
No llegare a los espejos de sus senos,
O ha recorrer con mi lengua cada tramo de estas nalgas?
Me dices y me río,
Porque mi vida es del acierto al error,
Es cortar el color de los malvones,
Despintar las pupilas de esas tetas
Que sexuales también hablan de amor.
Ah, si yo pudiera
Intentar ser perfecto de toda imperfección,
Si yo supiera como lamer su sombra en el espejo,
Juro que me dedicaría tarde y noche a la plomería,
Dejaría esta manía mía
De descorchar vírgenes en el antiguo bodegón,
De pensar que una vagina es una hembra
Y me dedicaría a ser santo o patrono redentor.
Pido disculpas
A quien me lea con aviesas intenciones,
Porque las mías van en la misma dirección,
Siembro estrofas en las páginas con dureza,
A las que riego de tanto en tanto,
Y juro que de muerte algunas cosas sé,
Pero me entretiene y paraliza la pereza.
Así que he comprado libros
Que me indican al escribir la corrección,
Me cuesta empezar a leerlos,
Por mis manos solo revistas han pasado,
Que me ayudan en cada masturbación,
Me han sobrado cosas en la vida
Pero me ha faltado lo importante, la imaginación.
Ahora que ya es de noche
Cuento las ovejas para despertar,
Cierro el picaporte de mi puerta,
Miro sus piernas que se mueven,
Mis sueños que seguro la entretienen,
Parto la luna en tres vertientes,
Mientras le entrego esta poesía,
Que nació cuando mutile hoy el mediodía.
Y mi cuenta no me da,
Deberá ser que no me cierra,
Juro que blasfeme tanto de Jesucristo,
Que no seria injusto que mi poema
Aunque alado se arrastre por la tierra.
Debo rematar,
Fin.
domingo, 9 de octubre de 2011
LA VIDA INDESCIFRABLE
Recuento los años
Uno, dos, me pierdo,
Se que no me olvide de contar,
Pero que sentido tiene
Si estas a mi lado.
Mucho tiempo tuve miedo,
De ese temor vaporoso,
Que es como una enredadera,
Seguro es muchas cosas
Menos considerado hermoso.
Mi mirada se extravía
Cuando me acuesto,
Cuando intento cerrar los ojos,
Cuando siento el paso del tranvía,
El de ayer,
El que ya no corre,
Del que quedan pocas vías.
Debería escribir sobre tu piel,
Quizás sobre tu entrega,
Sobre las horas que me robas
Cuando detienes las agujas de mí tiempo,
El que de noche en noche
Eleva con palabras nuestro templo.
Debería dije,
Pero mi pluma se distrae,
Clavándose en el muro roído
De mi adultera memoria,
La que sufrió con los vocablos de hierro
De las destemplanzas del rechazo
Tantos y variados
Que me doy cuenta haber perdido el sentido.
Es de noche
Y espero,
Murmullos y mi espera,
Ninguna es la voz tuya,
Ausente, distante, perdida
En un mar de murallas aturdidas
Mi evocación desnuda
Acerca de si eras una calida narración
O el silencio presto que te torna muda.
Mi barca y mi palabra
Dos témpanos a enderezar,
No se si voy a la ensenada,
No dilucido si soy humano,
Solo la luna y el azul de tu mirada,
Podrán decirme que soy parte de la nada,
El ultimo hechicero de otro instante
O el primero de esta nueva alborada.
Y que si las gaviotas caen a pique
Y que si no salvo mi cordura,
Siempre habrá un largo espacio,
Entre los soles de los olvidos,
Entre las lunas de tanta locura,
Sigo siendo el que sobrevivió a la dictadura
Y en un rapto de madurez
Creyó que se llega lejos
A tu lado y con el paso bien despacio.
Nada me sobrevive
Nada ni yo mismo
Pero sabiendo que esto es mentira
Miro tus bellas pestañas
Y me alejo de mi egoísmo.
La vida sigue y mi pluma conmigo
La vida sigue y tu mano en la mia.
Uno, dos, me pierdo,
Se que no me olvide de contar,
Pero que sentido tiene
Si estas a mi lado.
Mucho tiempo tuve miedo,
De ese temor vaporoso,
Que es como una enredadera,
Seguro es muchas cosas
Menos considerado hermoso.
Mi mirada se extravía
Cuando me acuesto,
Cuando intento cerrar los ojos,
Cuando siento el paso del tranvía,
El de ayer,
El que ya no corre,
Del que quedan pocas vías.
Debería escribir sobre tu piel,
Quizás sobre tu entrega,
Sobre las horas que me robas
Cuando detienes las agujas de mí tiempo,
El que de noche en noche
Eleva con palabras nuestro templo.
Debería dije,
Pero mi pluma se distrae,
Clavándose en el muro roído
De mi adultera memoria,
La que sufrió con los vocablos de hierro
De las destemplanzas del rechazo
Tantos y variados
Que me doy cuenta haber perdido el sentido.
Es de noche
Y espero,
Murmullos y mi espera,
Ninguna es la voz tuya,
Ausente, distante, perdida
En un mar de murallas aturdidas
Mi evocación desnuda
Acerca de si eras una calida narración
O el silencio presto que te torna muda.
Mi barca y mi palabra
Dos témpanos a enderezar,
No se si voy a la ensenada,
No dilucido si soy humano,
Solo la luna y el azul de tu mirada,
Podrán decirme que soy parte de la nada,
El ultimo hechicero de otro instante
O el primero de esta nueva alborada.
Y que si las gaviotas caen a pique
Y que si no salvo mi cordura,
Siempre habrá un largo espacio,
Entre los soles de los olvidos,
Entre las lunas de tanta locura,
Sigo siendo el que sobrevivió a la dictadura
Y en un rapto de madurez
Creyó que se llega lejos
A tu lado y con el paso bien despacio.
Nada me sobrevive
Nada ni yo mismo
Pero sabiendo que esto es mentira
Miro tus bellas pestañas
Y me alejo de mi egoísmo.
La vida sigue y mi pluma conmigo
La vida sigue y tu mano en la mia.
miércoles, 5 de octubre de 2011
AMIGA
Te escucho
Como amigo tuyo
Que algo entiende del amor,
Porque se que has amado,
Como muchos pensamos
Que no se ha de volver a amar,
Al menos en este instante,
Cuando evocas las noches soberbias
Y esas promesas de eternidad.
Hoy te suenan a broma,
A ironía,
A un mero engaño
O simplemente
Creer para no morir,
Para evitar la soledad.
Y ahora
En la lucha con las sombras,
Con las alboradas difusas,
Con las superficies confusas,
Donde has dado todo,
Hasta lo que los años no te quitaron,
Lo que no tenias,
Peor,
Lo que ya no tienes,
Lloras unas lagrimas de dolor.
Amiga,
La mesa del café
Nos esta quedando chica,
El ruido de las tazas y las copas
Apagan tu confesión pedida
A un ateo,
O quizás creas en serio que soy un dios,
Quizás borgeano,
Más te digo,
No me devoré los monstruos
Que aun me acechan desde temprano.
Amiga mía,
Hermana de esta cofradía,
Ahora languidece tu vida,
Se fue con ese talante
Que ya no encuentras,
Lamentablemente
Que no recuerdas,
Pero creo que si decides
No podrá contigo la nostalgia,
Es tarde para andar otra vez
Acometida por una apariencia muda,
Ya no mas los amores místicos
Con caras clavadas en tu centro,
Ante el amor no vaciles ni tengas dudas.
Amiga mía,
La vida solo tiene sentido
Cuando amas
Como ahora no quieres hacerlo,
Este viejo lobo estepario
Como no habría de saberlo,
Porque yo también intente
Un rostro y un nombre
Que colorearan mi desierto,
Que me permitieran seguir buscando
Aun sin encontrar,
Que me habilitaran lo que de otra forma
Es la crueldad del hastío,
Tiempo en que nada acontece,
Solo la soledad y el frío.
Amiga, sabes?
Que dos pasos antes de mi tumba
Se ha cumplido,
Hoy tengo amor,
Después de tanto recorrido.
Tú y yo
Amiga mía,
Somos lo mismo,
Una vieja pena de desamor,
Con la alegría
De empezar en un domingo
El inocente juego del rubor.
Como amigo tuyo
Que algo entiende del amor,
Porque se que has amado,
Como muchos pensamos
Que no se ha de volver a amar,
Al menos en este instante,
Cuando evocas las noches soberbias
Y esas promesas de eternidad.
Hoy te suenan a broma,
A ironía,
A un mero engaño
O simplemente
Creer para no morir,
Para evitar la soledad.
Y ahora
En la lucha con las sombras,
Con las alboradas difusas,
Con las superficies confusas,
Donde has dado todo,
Hasta lo que los años no te quitaron,
Lo que no tenias,
Peor,
Lo que ya no tienes,
Lloras unas lagrimas de dolor.
Amiga,
La mesa del café
Nos esta quedando chica,
El ruido de las tazas y las copas
Apagan tu confesión pedida
A un ateo,
O quizás creas en serio que soy un dios,
Quizás borgeano,
Más te digo,
No me devoré los monstruos
Que aun me acechan desde temprano.
Amiga mía,
Hermana de esta cofradía,
Ahora languidece tu vida,
Se fue con ese talante
Que ya no encuentras,
Lamentablemente
Que no recuerdas,
Pero creo que si decides
No podrá contigo la nostalgia,
Es tarde para andar otra vez
Acometida por una apariencia muda,
Ya no mas los amores místicos
Con caras clavadas en tu centro,
Ante el amor no vaciles ni tengas dudas.
Amiga mía,
La vida solo tiene sentido
Cuando amas
Como ahora no quieres hacerlo,
Este viejo lobo estepario
Como no habría de saberlo,
Porque yo también intente
Un rostro y un nombre
Que colorearan mi desierto,
Que me permitieran seguir buscando
Aun sin encontrar,
Que me habilitaran lo que de otra forma
Es la crueldad del hastío,
Tiempo en que nada acontece,
Solo la soledad y el frío.
Amiga, sabes?
Que dos pasos antes de mi tumba
Se ha cumplido,
Hoy tengo amor,
Después de tanto recorrido.
Tú y yo
Amiga mía,
Somos lo mismo,
Una vieja pena de desamor,
Con la alegría
De empezar en un domingo
El inocente juego del rubor.
martes, 4 de octubre de 2011
TIEMPO PARA AMAR
Ayer fue un rostro
Que hoy ya no recuerdo,
Que no esta ni siquiera en mi memoria,
Que solo fueron líneas
Débilmente delimitadas,
Una voz irreconocible,
Las noches sin color,
Las madrugadas mentirosas,
Y ya,
Nada más,
A eso se reduce
Las emociones de ayer,
A una simple sombra,
A unos huesos que no conforman
Ni siquiera el cuerpo de una dama,
Nada,
Ni el humo del cigarro,
Ni el erotismo de la lencería
Es que el amor
Cuando se muere
No lo velan ni lo creman,
Desaparece,
Es como estaciones a la vera de la vía
Pueblo tras pueblo,
Cuerpo tras cuerpo,
Verdades que duran solo un día.
Que raro,
Todo parece un sueño
Que ni siquiera rememoro,
Tan extraño
Que me encuentre un domingo en misa,
Arrodillado,
Implorando
Entre el verde de tus ojos,
Santa Maria
Que reniegas de tu beatitud,
Que te entregas al amor con cierto enojo,
Fingido,
Como hacen las niña elegidas,
Como mujer adulta en flor,
Que alborota mi calendario de cristal
El que carece de algunas hojas,
Más con la certeza
De morir mil veces,
Por recibir tu mano en mi frente,
Adivina de mis ansiedades,
Hechicera de mis angustias,
Cuando desaparece diligente
La sensación de vacuidad,
Y canta un gallo al alba,
Un rayo de luz perfora el espejo,
Y nuestros labios vivos,
Susurrantes en ignoto idioma
Las virtudes de este lecho
Donde encontrarse y poder llegar muy lejos.
Todo es simple,
Tengo edad para soñar,
Tengo codicias en mis dedos,
Tengo papel y lápiz,
Tengo el tiempo para amar.
Que hoy ya no recuerdo,
Que no esta ni siquiera en mi memoria,
Que solo fueron líneas
Débilmente delimitadas,
Una voz irreconocible,
Las noches sin color,
Las madrugadas mentirosas,
Y ya,
Nada más,
A eso se reduce
Las emociones de ayer,
A una simple sombra,
A unos huesos que no conforman
Ni siquiera el cuerpo de una dama,
Nada,
Ni el humo del cigarro,
Ni el erotismo de la lencería
Es que el amor
Cuando se muere
No lo velan ni lo creman,
Desaparece,
Es como estaciones a la vera de la vía
Pueblo tras pueblo,
Cuerpo tras cuerpo,
Verdades que duran solo un día.
Que raro,
Todo parece un sueño
Que ni siquiera rememoro,
Tan extraño
Que me encuentre un domingo en misa,
Arrodillado,
Implorando
Entre el verde de tus ojos,
Santa Maria
Que reniegas de tu beatitud,
Que te entregas al amor con cierto enojo,
Fingido,
Como hacen las niña elegidas,
Como mujer adulta en flor,
Que alborota mi calendario de cristal
El que carece de algunas hojas,
Más con la certeza
De morir mil veces,
Por recibir tu mano en mi frente,
Adivina de mis ansiedades,
Hechicera de mis angustias,
Cuando desaparece diligente
La sensación de vacuidad,
Y canta un gallo al alba,
Un rayo de luz perfora el espejo,
Y nuestros labios vivos,
Susurrantes en ignoto idioma
Las virtudes de este lecho
Donde encontrarse y poder llegar muy lejos.
Todo es simple,
Tengo edad para soñar,
Tengo codicias en mis dedos,
Tengo papel y lápiz,
Tengo el tiempo para amar.
lunes, 3 de octubre de 2011
SIEMPRE REGRESANDO!
Unos parpados
Que ven llegar mi huella
Aunque aun no me puse en marcha
Esos son tus ojos
Adivinos,
Dolorosamente bella,
Con el corazón sin escarchas,
Así de simple,
Sin más cosas que las esenciales
Te paras en el tiempo
Y tuerces las agujas del reloj
Lavas lentamente los minutos
Mientras pones a secar las horas
Las mejores,
Las de amores,
Que sin más colores
Que los deseo cumplidos a media,
Tomas los lapsos y te empeñas
En que siempre sean las tres.
Como convencerte que estoy presente
Si me encuentro en esta lejanía
Desde donde se ven tus cabellos enrojecidos
Los mismos con los que has barrido
La soledad de mi piel sin lozanía.
Me dijiste
Que regresara antes de anochecer,
Que los campos con gladiolos suelen traicionar,
Tienen la costumbre de retener al desconocido,
Pero juro que no me he perdido,
Que soy el que sobrevuela como gavilán
Sobre la humareda lila de los harapos,
El que llega a tu lado sin sus trapos,
Dispuesto a construir el infinito
Con los segundos contados y marchitos.
Puse gota de mar
Sobre cada pétalo de eternidad,
Vislumbre el pistillo de tus pezones
Que de punta erguida
Me relata cada una de sus sinrazones
Y yo me disparo hacia la nada,
Que es una manera de decir el todo
Del verdor de tus rasgados ojos,
Los que asombraron al espejo de mis textos,
Tomando la gramática y la sintaxis
Como auténticos pretextos
Para construir una extensa poesía
Sobre el pergamino de tus piernas.
Allí mismo
Donde reposo en el otoño,
Jugando a las barajas en cada primavera,
Penetrando en el dibujo de tus labios,
Como quien ingresa en el tálamo sagrado,
En ese exacto lugar
Me rindo entregando mi alma
Declarándome tu postrer enamorado.
Que ven llegar mi huella
Aunque aun no me puse en marcha
Esos son tus ojos
Adivinos,
Dolorosamente bella,
Con el corazón sin escarchas,
Así de simple,
Sin más cosas que las esenciales
Te paras en el tiempo
Y tuerces las agujas del reloj
Lavas lentamente los minutos
Mientras pones a secar las horas
Las mejores,
Las de amores,
Que sin más colores
Que los deseo cumplidos a media,
Tomas los lapsos y te empeñas
En que siempre sean las tres.
Como convencerte que estoy presente
Si me encuentro en esta lejanía
Desde donde se ven tus cabellos enrojecidos
Los mismos con los que has barrido
La soledad de mi piel sin lozanía.
Me dijiste
Que regresara antes de anochecer,
Que los campos con gladiolos suelen traicionar,
Tienen la costumbre de retener al desconocido,
Pero juro que no me he perdido,
Que soy el que sobrevuela como gavilán
Sobre la humareda lila de los harapos,
El que llega a tu lado sin sus trapos,
Dispuesto a construir el infinito
Con los segundos contados y marchitos.
Puse gota de mar
Sobre cada pétalo de eternidad,
Vislumbre el pistillo de tus pezones
Que de punta erguida
Me relata cada una de sus sinrazones
Y yo me disparo hacia la nada,
Que es una manera de decir el todo
Del verdor de tus rasgados ojos,
Los que asombraron al espejo de mis textos,
Tomando la gramática y la sintaxis
Como auténticos pretextos
Para construir una extensa poesía
Sobre el pergamino de tus piernas.
Allí mismo
Donde reposo en el otoño,
Jugando a las barajas en cada primavera,
Penetrando en el dibujo de tus labios,
Como quien ingresa en el tálamo sagrado,
En ese exacto lugar
Me rindo entregando mi alma
Declarándome tu postrer enamorado.
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