No sabía
de tu imperiosa llegada
en una tarde de color bordo,
no sé si te imagino
o estás aquí presente,
que importa si eres material de sueño
siendo ahora velos desgarrados
de tiempo incansable
en que soñé con tus tajos
expuestos
a mi mirada enceguecida,
se posaron los pájaros de mis
manos
en los nidos cálidos de tus senos
sacros
y fueron poros sobre poros
piel ansiosa por verse devorada
geometría pura el arte de
encontrarse
me devore tus pezones erectos
como un lobo hambriento de calor
aún recuerdo el sonido de tu ropa
al caer en el piso de mi espejo
sé que tus gemidos eran de color
plata
llegamos a tiempo a la comunión
de orgasmos
buscamos nuestras bocas
remendadas
por los desesperados mordiscos
hasta que no hubo más que fuego
un incendio que arrasó con
nuestros miedos
me pediste que te dejara rezar entre
mis piernas
hice un sendero de mariposas
hasta tu pubis
amanecí conspirando entre tus
nalgas
hasta que se hizo el agua impura
que bebiste gozosa en este lecho
puede que todo haya sido un sueño
que imagine tenerte como musa
penetrando impetuoso en tus
heridas
que eras la pintora de mi cuerpo
en tanto garabateaba versos en tu
dermis
sé que no estuviste nunca
pero mi platónica memoria no te
olvida.
Roberto Brindisi