Abro un verso
De mitad en mitad
Y adentro estas vos.
Busco tras un verbo
Y veo una lágrima en tu cerviz
Copiando la partícula de tu riada
En esta tarde de luz sosegada.
He constatado que el bermellón
No condice con el predicado,
Si bien es en la pared interior
Un diptongo puede ser delicado.
Tanto me importa la palabra,
Sabiéndome hablado por el mundo,
Que me esfuerzo por apilarlas
En medio de un desorden furibundo.
Se que no seria yo
De no ser por el vocablo,
La materia me conforma
Desde arriba hasta la solar de mis zapatos
Pero que seria de mi estructura sin el abecedario,
Animal salvaje capturado en alguna pagina
O pájaro herido como cruel mercenario.
La palabra debe estar bien lustrada
Sacarle punta como a un lápiz
Guardarla en mi cartuchera,
Mirarla de reojo en el recreo,
Dejar que sea abanderada,
Porque mi palabra mata o muere
Deponiendo en tu boca mi trofeo.
Mi hechura de juglar
Fue luego de miles de renglones
Incendiados o humedecidos
Por el bisturí desafilado de mis teclas,
Por mi imaginación vagabunda
O la entelequia de tus cantos repentinos.
Guarde signos de baja densidad
Mantuve otros capturados en la guerra
Que entre prosa y prosa desatan los poetas
Me inspire de mil maneras
Con tu figura curvilínea y natural
Te concebí amazona de mi lecho,
Mesalina de mis noches tormentosas,
Agua hirviendo
Entre la dermis sensible de mis piernas,
Hasta encarcelarte entre los pliegos de mis líneas,
Dedos alargados que resguardan tu suavidad
Hábil instructora en el arte del amor,
Como los grumos de sanguínea sensualidad
Tomo una letra coloreándole los labios,
En este istmo de catálogos indulgentes
Cuando en la noche entran las letras astilladas de sol.
Cierro el verso de manera prudente.
sábado, 28 de enero de 2012
viernes, 27 de enero de 2012
MUJER DE TARDE FRIA
Qué te debo?
Si he gastado mis monedas
En la ranura de tus alegrías
Hasta quedar vacío y solo
Sin cuentas por cobrar,
Sin árbol que me de sombra,
Ni pájaro que cante al levantarme.
Qué he de pagarte?
Que recuento me pasas en estas horas
Cuando la soledad ronda mi mesa
En tanto el cuervo de tu pupila,
Que aún recuerdo,
Vienen a mi entierro sin demora.
Qué…?
Si delineé el espacio infinito,
Si le di formato al vacío de tus cosas
Mientras desfallecías llorando otros amores,
Fueron mis privanzas las que te entregaron rosas,
Las que armaron una biblioteca de sabores
En las alamedas de tu zarzamora.
Así,
No solo bogante de mi barca,
Marinero audaz de las ausencias de otrora
Cuando el limbo se abría de par en par
En medio de minutos atiborrados de cóleras,
Con mis alforjas repletas de tanta ingratitud
Te vi desguarnecida bajo una luna impropia
Alzando tu túnica descolorida de amaneceres,
Manchada de noches turbias de arrabales
Y me engañe, muchacha tibia, con hacerte propia.
Repaso que pertinentes fuimos,
Golondrinas de veranos extranjeros,
Enmudeciendo las calles de Boedo,
En nuestro anhelo de pasión y encanto
Sintiendo el paso de augustos laberintos
En un letargo crónico,
En un cansancio eterno,
En las aristas filosas de tus besos
Cuando de tu boca caían gotas de vino tinto.
Te fuiste un enero
Entre los yuyales del sur de mi cuadrante
Pintando de grises los pesados portales,
Mujer de muerte lenta y en porcentajes
Lapidando el tiempo en algún cafetín
Distraída por el humo de un cigarro clandestino
Huiste al son espantantoso de algunos brebajes.
Por ende hoy no hay deudas
Solo el saludo a la sombra de tu ida
Nadie reclama los adioses viejos
Di vuelta la página y continué absorto con la vida.
Si he gastado mis monedas
En la ranura de tus alegrías
Hasta quedar vacío y solo
Sin cuentas por cobrar,
Sin árbol que me de sombra,
Ni pájaro que cante al levantarme.
Qué he de pagarte?
Que recuento me pasas en estas horas
Cuando la soledad ronda mi mesa
En tanto el cuervo de tu pupila,
Que aún recuerdo,
Vienen a mi entierro sin demora.
Qué…?
Si delineé el espacio infinito,
Si le di formato al vacío de tus cosas
Mientras desfallecías llorando otros amores,
Fueron mis privanzas las que te entregaron rosas,
Las que armaron una biblioteca de sabores
En las alamedas de tu zarzamora.
Así,
No solo bogante de mi barca,
Marinero audaz de las ausencias de otrora
Cuando el limbo se abría de par en par
En medio de minutos atiborrados de cóleras,
Con mis alforjas repletas de tanta ingratitud
Te vi desguarnecida bajo una luna impropia
Alzando tu túnica descolorida de amaneceres,
Manchada de noches turbias de arrabales
Y me engañe, muchacha tibia, con hacerte propia.
Repaso que pertinentes fuimos,
Golondrinas de veranos extranjeros,
Enmudeciendo las calles de Boedo,
En nuestro anhelo de pasión y encanto
Sintiendo el paso de augustos laberintos
En un letargo crónico,
En un cansancio eterno,
En las aristas filosas de tus besos
Cuando de tu boca caían gotas de vino tinto.
Te fuiste un enero
Entre los yuyales del sur de mi cuadrante
Pintando de grises los pesados portales,
Mujer de muerte lenta y en porcentajes
Lapidando el tiempo en algún cafetín
Distraída por el humo de un cigarro clandestino
Huiste al son espantantoso de algunos brebajes.
Por ende hoy no hay deudas
Solo el saludo a la sombra de tu ida
Nadie reclama los adioses viejos
Di vuelta la página y continué absorto con la vida.
jueves, 26 de enero de 2012
AMANECE
Sobre el andén de tu pecho
Asoma el sol,
En esta ciudad es verano
En la azotea de tus pezones también,
Y yo aquí acostado
Escribiendo una poesía en tu país,
Donde son borrosas las fronteras
Como difuso el contorno de tu piel,
Más continúo siempre intentando
Ser brocha que incite a la primavera
O estación que delire con las letras del pincel.
Amanece,
Con el sol ocultándose en tus pestañas,
Con arroyos desbordados
En la funda de tu almohada,
Cuando ya no queda nada
Se me ocurre que anochece.
Amanece
En un atardecer bordo,
Mezcladas las risas reservadas
Con aquellas carcajadas escarlata,
Esas que supo usar Matilde Urrutia
En la Isla Negra chilena
Cuando se desvestía de mujer amada.
Amanece,
Casi siempre amanece,
Aun en las noches más cerradas,
Se filtra un rayo de sol
Que se adelanta atrevido a la alborada
Y tú me besas
Cuando los cardenales se despiertan,
Cuando los malvones arman su fiesta
En el justo momento del albor color cereza.
Amanece,
A pesar de mis pupilas cansadas
La luz se predispone a asomarse por esta ventana,
Inserta en una pared ciega
Con un florero sobre la mesa,
Desparramados los zapatos en el piso,
De migas que fueron gotas de sudor en la prehistoria
De un anochecer perdido en el tiempo
Que incorporarnos ahora suele dar pereza.
Amanece
Cuando Maria recorre mi mirada
De frente con la bondad de su firmeza
O de espalda sin darse por enterada.
Así,
Simplemente de esta forma
Con el pico y la pala en los versos
Amanezco abrazado a mi enamorada.
sábado, 21 de enero de 2012
COLLAGE INSERVIBLE
Una mariposa agoniza
En el borde mismo de mi palma,
Sus alas estan raídas
Y apenas es mediatarde.
Un tequila te alienta
Haya en el distrito federal,
Harás el amor con un travestí
Parte oscura que te tienta.
Tendré que preguntarle al perro Cediel
Que de estos menesteres sabe más,
En cuantas orgías pasionarias
Puede aceptarse que participe un gusano infiel?
Pero a esta hora
Solo me interesa tu pestaña,
La que derrochaste al despeinarte la blusa
Anoche, durante la lluvia inacabable,
Esa a la que haces relato
Cuando dices que dormido
Te trate como a una intrusa.
La candelilla ha fenecido
Debajo de la suela del zapato
En tanto me regocijo con los apuntes de Anais Nin
Adultera prolija con quien le ha parecido,
Y yo en una mísera pensión marginal
Con el torso desprotegido
Esperando que se seque la humedad
De la voracidad de tus besos emergidos.
Recuerdo mi paso por el terraplén,
Protegiéndome de las viejas creyentes,
Que pregonan el juicio de Jehová
El día en que los justos ganen una batalla,
Más llevo en el maletín
Promesas de tantas prostitutas
Y ni un solo centavo de las muy canallas.
Escribo poesías de filosofía barata
Sabiendo que la vida se gana por crueldad,
Por comportarme como un cobarde
Sacando mi mirada de lata de orfandad.
Tengo una estampita de Donga,
Nos hemos hecho hermanos
En un empobrecido cabaret latino
Cuando después de varios tragos
Nos burlamos del amor mezquino.
También de los pretendidos amantes
Esos que enmarañan sexo con afecto
Y de nosotros que saltamos la pared
De alguna cárcel sin policías para frenarnos
Escribí esta poesía rara, no por lo que escribí
Sino por quien la lea, abusando de su paciencia
Mientras descorcho la risa como colibrí.
miércoles, 18 de enero de 2012
UNA TARDE SOLEADA
Tarde soleada
Silencio en el ambiente
Una mesa bien regada
Y comensales indiferentes.
Tarde que se va
Y afuera mi silencio,
El bullicio no es mi lugar
Pero es parte del repertorio
Abrir las puertas de par en par
Mostrar los cuartos tal como son
Ser un excelente anfitrión
Entregar alguna dama por un alfil
No hacer enroqué donde no va
Y aceptar un jaque mate a mi petunia.
Es de noche y con calor
En esta casa ya no queda nadie
Ni siquiera un halito de viento
Toda la tempestad afuera
Toda la mortandad adentro
Y recojo algún corcho de vino
Arrepentido de no tenerte conmigo
No quiero preguntarme
Donde estarás
Pero ya lo hice
En que lugar te encuentras
Que yo pienso que te he perdido
Aparece sin enaguas de piel de hembra
Solo me vasta que vengas
Que me digas que el verano ha llegado
No con palabras
Sino de modos desbocados
Creí encontrarte en la Giralda
La ultima famosa lechería
Lugar donde se encuentran los deseos
Los ojos, las miradas
Yo se que darías todo
Por el rescate de una bohemia madrugada.
Y donde estoy
Que no puedo morir tranquilo
Tampoco ese es mi deseo
Pero al despertar solo, despavorido
Me entra el deseo de volver
A ser tan simple
Solo una bocanada de aire dolorido
De océano de letras sin destino
Quizás en una biblioteca de textos reprobados
O amanecer sobre tu vientre
Sin las ropas, ni las letras que me cubran
En este edén de mano rota
Y de poeta que olvida su pasado.
En esta alborada se que has regresado
Y dentro de mí se nota
lunes, 16 de enero de 2012
LA LUNA REMENDADA
Saber porque estamos juntos
Inmenso misterio a develar
Pero se me cayeron unas palabras
Y se que dije:
Porque vos y yo compartimos
El vicio de fumar noches negras sin filtro,
Porque cultivas la lentitud y el silencio
Porque disimulas lo que sabes
Sobre la jauría brava de mi pecho,
En la que las jaulas de los jilgueros
Estan vacías y maltrechas
Son como prisiones inútiles
Donde el desquicio vive prisionero.
Así como sabes
De la pulcra rapidez de mi huida
Hacia un callejón ya, sin salida
Y que salto techos de chapas de zinc
Hasta caer en la estación tres de febrero.
Raras veces, solo muy raras
Los dos nos invitamos al abrazo por un tango,
Mediocres bailarines,
Que para bailarlo no deben ignorar esta nostalgia
Yo diría que somos apenas, hilos de humo,
Secuencias que el bandoneón
Arrastra torpemente entre las mesas,
Fina galanura,
Que el gato de la música enreda.
Solo danzamos cuando no hay solución
Porque a mi lo que me gusta es mirarte
Mucho más en tu quietud y tu inmovilidad,
Te miro con placer cuando dices que piensas,
De vos, en fin, lo que me gusta es tu silueta.
No se cuantos amaneceres de pies hinchados
Hemos golpeado en este tiempo,
Sobre los adoquines desparejos
Que nos transportan hasta casa,
No se cuantos vestidos estampados
De flores he visto pasar por tus caderas
Desde aquella lejana noche de milonga.
He perdido la cuenta,
De casi todo lo que te refiere, la he perdido,
Volvemos siempre del otro lado
En el más profundo mutismo sin sentido
Nos sigue, fiel, una corte de sombras borrachas
Bajo la luz, solo el ancho de un milico
Y allí vamos, indiferentes
Viendo pasar las horas del hastío,
Como asombradas nos miran las calles del cansancio
Se que ahora invariablemente
Nos maullaran los gatos de nuestra luna remendada.
Inmenso misterio a develar
Pero se me cayeron unas palabras
Y se que dije:
Porque vos y yo compartimos
El vicio de fumar noches negras sin filtro,
Porque cultivas la lentitud y el silencio
Porque disimulas lo que sabes
Sobre la jauría brava de mi pecho,
En la que las jaulas de los jilgueros
Estan vacías y maltrechas
Son como prisiones inútiles
Donde el desquicio vive prisionero.
Así como sabes
De la pulcra rapidez de mi huida
Hacia un callejón ya, sin salida
Y que salto techos de chapas de zinc
Hasta caer en la estación tres de febrero.
Raras veces, solo muy raras
Los dos nos invitamos al abrazo por un tango,
Mediocres bailarines,
Que para bailarlo no deben ignorar esta nostalgia
Yo diría que somos apenas, hilos de humo,
Secuencias que el bandoneón
Arrastra torpemente entre las mesas,
Fina galanura,
Que el gato de la música enreda.
Solo danzamos cuando no hay solución
Porque a mi lo que me gusta es mirarte
Mucho más en tu quietud y tu inmovilidad,
Te miro con placer cuando dices que piensas,
De vos, en fin, lo que me gusta es tu silueta.
No se cuantos amaneceres de pies hinchados
Hemos golpeado en este tiempo,
Sobre los adoquines desparejos
Que nos transportan hasta casa,
No se cuantos vestidos estampados
De flores he visto pasar por tus caderas
Desde aquella lejana noche de milonga.
He perdido la cuenta,
De casi todo lo que te refiere, la he perdido,
Volvemos siempre del otro lado
En el más profundo mutismo sin sentido
Nos sigue, fiel, una corte de sombras borrachas
Bajo la luz, solo el ancho de un milico
Y allí vamos, indiferentes
Viendo pasar las horas del hastío,
Como asombradas nos miran las calles del cansancio
Se que ahora invariablemente
Nos maullaran los gatos de nuestra luna remendada.
domingo, 15 de enero de 2012
UNO EN LA VIDA...
Uno en la vida
Siempre remonta barriletes,
Esos de geometría diversa,
De extensa cola de tela,
Esos que parecen la vida misma,
Que son remontados por el tiempo
Con la firmeza de la mano del minuto
O la tensión de los músculos del viento.
Es de esa manera
Que llegue a los juegos de la infancia
A correr una pelota en un potrero
A enamorarme de mi compañera del primero,
Es así que recorrí el borde de su cabello
En sueños tan vividos
Que al despertar tenia un mechón iluso
Al que guardaba con los de otras vigilias.
Y ese mismo tiempo,
El que me cuidó en tardes de febrero,
Me vio crecer jugando naipes en un desván
Rodeados de amigos de lo ajeno
Y muchachas que cobran por besar.
Uno en la vida
Suele coleccionar figuritas,
Llenar albúmenes por un premio,
Creer que si se toca las partes será castigado
Y ni hablar de las flores chinas de la masturbación,
Dicen las viejas de mi barrio
Que uno ha de quedarse ciego,
Seguro que es mentiras
Un cuento que trascendió por tradición.
Uno en la vida
Suele enamorarse sin querer
Aunque lo desee intensamente,
Suele bañarse con aromas por si llega la ocasión
O buscarla en cuanta cita pueda,
Muchas veces parece que ya esta,
Que esta vez encontré a esa princesa
Mas la decepcione o me decepciono
Después de vernos al trasluz de la noche
Sabiendo que no era amor ni siquiera una promesa.
Uno en la vida
Puede encontrar su merecido
En el instante más impreciso
Cuando en una charla más deja viajar sus ojos
Para encontrarse con ventanas que invitan a entrar
A transitar los recuerdos parecidos
Similares pero tan diferentes
Que uno reconoce a su par de entre tanta gente
Con solo extender la mano
Con entregarse mansamente
A la amante de tus amaneceres vencidos.
Uno en la vida
Puede enamorarse plenamente
Como el barrilete del sol…
Siempre remonta barriletes,
Esos de geometría diversa,
De extensa cola de tela,
Esos que parecen la vida misma,
Que son remontados por el tiempo
Con la firmeza de la mano del minuto
O la tensión de los músculos del viento.
Es de esa manera
Que llegue a los juegos de la infancia
A correr una pelota en un potrero
A enamorarme de mi compañera del primero,
Es así que recorrí el borde de su cabello
En sueños tan vividos
Que al despertar tenia un mechón iluso
Al que guardaba con los de otras vigilias.
Y ese mismo tiempo,
El que me cuidó en tardes de febrero,
Me vio crecer jugando naipes en un desván
Rodeados de amigos de lo ajeno
Y muchachas que cobran por besar.
Uno en la vida
Suele coleccionar figuritas,
Llenar albúmenes por un premio,
Creer que si se toca las partes será castigado
Y ni hablar de las flores chinas de la masturbación,
Dicen las viejas de mi barrio
Que uno ha de quedarse ciego,
Seguro que es mentiras
Un cuento que trascendió por tradición.
Uno en la vida
Suele enamorarse sin querer
Aunque lo desee intensamente,
Suele bañarse con aromas por si llega la ocasión
O buscarla en cuanta cita pueda,
Muchas veces parece que ya esta,
Que esta vez encontré a esa princesa
Mas la decepcione o me decepciono
Después de vernos al trasluz de la noche
Sabiendo que no era amor ni siquiera una promesa.
Uno en la vida
Puede encontrar su merecido
En el instante más impreciso
Cuando en una charla más deja viajar sus ojos
Para encontrarse con ventanas que invitan a entrar
A transitar los recuerdos parecidos
Similares pero tan diferentes
Que uno reconoce a su par de entre tanta gente
Con solo extender la mano
Con entregarse mansamente
A la amante de tus amaneceres vencidos.
Uno en la vida
Puede enamorarse plenamente
Como el barrilete del sol…
sábado, 14 de enero de 2012
DESAFIAR LO IMPOSIBLE
Imposible avanzar
Nadando contra la corriente
De las aguas de tus ojos cantábricos,
Imposible no ver
Que los peces de tus labios
Se arriman a los míos
En el momento de mayor tirantez,
Cuando se ahoga mi bucanero ingles,
Imposible pero irresistible,
Así que emprendemos esta guerra
Donde explotas como una granada en Irak
O se mecen tus manos en el golfo
Prendida con suavidad a mi bandera,
Desembarco en tus costas rendidas
Entre los médanos claros y las matas,
Sé que pronto se reanudara el combate
Entre tu carne abrazada de ausencias
Y mis huesos tozudos que arrebatan.
En esta guerra el hidrocarburo no es motivo
Sí, tomar la colina de tus muslos,
Apropiarme del oxigeno de tus besos,
Derrotarte en la estepa de mi lecho,
Retratarte en el inmenso vacío de mi espejo,
Corre sangre por la longitud de nuestras venas
Como las perlas sudorosas de mi espalda,
Que no se secan sino que conforman una corriente
Que desemboca en el amplísimo delta del tigre,
Entre camalotes azules y juncos desovados
Así hacemos la paz luego de tanto fuego
Por un instante creemos en el armisticio
Hasta que mi patria lujuriosa invada tu prado.
Imposible no volver a batallar
Por la pasión ancestral de los dos lados.
Disfrutemos de la posibilidad de lo inverosímil.
jueves, 12 de enero de 2012
LENTAMENTE
Lentamente
Voy gastando enero,
Voy trepando por el cuerpo
De un silencio caprichoso,
Plegando la mirada que regaña,
Los filos de tu verde espesura,
Las calles de tus besos mal habidos
O el aroma de tus labios que me apañan.
Sin apuro
Voy silbando una vieja canción
Por las veredas de este miércoles,
Pensando que no regué las plantas
Que mi mujer ha acomodado en el balcón.
Es temprano,
Para tantas cosas es prematuro
Que en una punta de mi mente
Se asoman los asuntos pendientes,
Los que no tienen remedio,
A esos no consigo alcanzarlos,
Son temas peliagudos,
Los escondo detrás de un florido muro.
Sin prisa veo
Desparramadas las noches de este mes,
Me atosigo de caricias tuyas,
Lleno el vértice partido de mi abandono,
Me conmueve verte jugando con la almohada,
Tengo presente que las gotas del deseo
Suelen secarse con la prisa del verano,
Mientras que en el zócalo terracota de tu vestido
Me pierdo como en las noches de soledad,
Cuando nunca regreso porque nunca me he ido.
Afuera la tarde es más triste
Prefiero la algaraza de mi espejo
O la quietud de mi mesa de luz,
La ropa que desparramada en las baldosas
No se animan a bailar este bolero
Porque se enredan con las otras cosas.
Con suave lentitud
Dejo aflorar mis sensaciones,
Te despojo del último pretexto
Que se interponía en el espacio
Y en la tersura del límite preciso
Apretó con fuerza tus reparos
Sintiendo como se vuelca un lamento,
En la comisura del filo de la cama,
Enero se empieza a borronear de nuevo,
Seguro morirá un treinta y uno,
Lo recogerán las letras de alguna poesía,
De algún juglar de voz rugosa
En el himeneo caliente de este mediodía.
Lentamente,
Todo a su debido tiempo…
Voy gastando enero,
Voy trepando por el cuerpo
De un silencio caprichoso,
Plegando la mirada que regaña,
Los filos de tu verde espesura,
Las calles de tus besos mal habidos
O el aroma de tus labios que me apañan.
Sin apuro
Voy silbando una vieja canción
Por las veredas de este miércoles,
Pensando que no regué las plantas
Que mi mujer ha acomodado en el balcón.
Es temprano,
Para tantas cosas es prematuro
Que en una punta de mi mente
Se asoman los asuntos pendientes,
Los que no tienen remedio,
A esos no consigo alcanzarlos,
Son temas peliagudos,
Los escondo detrás de un florido muro.
Sin prisa veo
Desparramadas las noches de este mes,
Me atosigo de caricias tuyas,
Lleno el vértice partido de mi abandono,
Me conmueve verte jugando con la almohada,
Tengo presente que las gotas del deseo
Suelen secarse con la prisa del verano,
Mientras que en el zócalo terracota de tu vestido
Me pierdo como en las noches de soledad,
Cuando nunca regreso porque nunca me he ido.
Afuera la tarde es más triste
Prefiero la algaraza de mi espejo
O la quietud de mi mesa de luz,
La ropa que desparramada en las baldosas
No se animan a bailar este bolero
Porque se enredan con las otras cosas.
Con suave lentitud
Dejo aflorar mis sensaciones,
Te despojo del último pretexto
Que se interponía en el espacio
Y en la tersura del límite preciso
Apretó con fuerza tus reparos
Sintiendo como se vuelca un lamento,
En la comisura del filo de la cama,
Enero se empieza a borronear de nuevo,
Seguro morirá un treinta y uno,
Lo recogerán las letras de alguna poesía,
De algún juglar de voz rugosa
En el himeneo caliente de este mediodía.
Lentamente,
Todo a su debido tiempo…
lunes, 9 de enero de 2012
INTENTANDO
He intentado
No humillarme ni considerarlo,
No he llamado
A quien no quiere venir,
No me entristece
Albergar a quien arriba con deseos de verme,
No odio a aquel que opta por amarme
Aunque yo no le corresponda,
No me fascina
La hostil indiferencia de algún otro,
No quiero una noche de naufragio,
Prefiero una tarde de golondrinas serenas,
Así son mis días, sentado en el zaguán
A la espera de que florezcan mis presagios.
Se que necesito
Encarnar augurios, vigilias y sueños
Aunque el mundo se conmueva cuando gira,
Aunque los árboles pierdan su follaje,
Me nutro de un amor cansino,
De mujer parida en el cantabrico,
De cuerpo voluble vestido con palabras,
Recorrido por mis versos,
Penetrado por mis estrofas,
Fecundado por la savia blanquecina de mis letras.
Una noche sexual es un corte tajante,
Difícil de unir con obligaciones,
Con relojes, con horarios,
Será un boato de lo espontáneo,
Todo a la inversa de nosotros como amantes.
Una noche sexual es agonía,
Es una falsa muerte que resurge de la pasión,
Se que ella, mi hembra, mi mujer,
Con ciertos gestos, ciertas palabras,
Pierde la conciencia en la ebriedad de su desnudo
Como si fuera algo lejano y ausente,
Repetimos lo que nunca vimos,
Haciendo el amor siempre por primera vez,
Porque nos perdemos en el sol de lo turgente.
En sus ojos del color de la maleza
Veo la misma necesidad de consumirnos,
De insistir golpeando portales que se abren,
Amarrar la barca a los muelles de la piel,
Ser lucido entendiendo que el sexo y la escritura
Anidan nuestros anhelos y vivirlos.
Hoy puedo despojarme del silencio
Hablarte quedamente al oído
Puedo permitirme sonreír como un niño
Saborear tus palmas ahuecadas,
Burlando la malicia del abandono
Porque aquí estas, porque no te has ido.
No humillarme ni considerarlo,
No he llamado
A quien no quiere venir,
No me entristece
Albergar a quien arriba con deseos de verme,
No odio a aquel que opta por amarme
Aunque yo no le corresponda,
No me fascina
La hostil indiferencia de algún otro,
No quiero una noche de naufragio,
Prefiero una tarde de golondrinas serenas,
Así son mis días, sentado en el zaguán
A la espera de que florezcan mis presagios.
Se que necesito
Encarnar augurios, vigilias y sueños
Aunque el mundo se conmueva cuando gira,
Aunque los árboles pierdan su follaje,
Me nutro de un amor cansino,
De mujer parida en el cantabrico,
De cuerpo voluble vestido con palabras,
Recorrido por mis versos,
Penetrado por mis estrofas,
Fecundado por la savia blanquecina de mis letras.
Una noche sexual es un corte tajante,
Difícil de unir con obligaciones,
Con relojes, con horarios,
Será un boato de lo espontáneo,
Todo a la inversa de nosotros como amantes.
Una noche sexual es agonía,
Es una falsa muerte que resurge de la pasión,
Se que ella, mi hembra, mi mujer,
Con ciertos gestos, ciertas palabras,
Pierde la conciencia en la ebriedad de su desnudo
Como si fuera algo lejano y ausente,
Repetimos lo que nunca vimos,
Haciendo el amor siempre por primera vez,
Porque nos perdemos en el sol de lo turgente.
En sus ojos del color de la maleza
Veo la misma necesidad de consumirnos,
De insistir golpeando portales que se abren,
Amarrar la barca a los muelles de la piel,
Ser lucido entendiendo que el sexo y la escritura
Anidan nuestros anhelos y vivirlos.
Hoy puedo despojarme del silencio
Hablarte quedamente al oído
Puedo permitirme sonreír como un niño
Saborear tus palmas ahuecadas,
Burlando la malicia del abandono
Porque aquí estas, porque no te has ido.
sábado, 7 de enero de 2012
GOTAS DE MAR
Se marchó
El tiempo de los apetitos impetuosos,
Solo queda
El contorno del deseo,
Los bordes de la ausencia,
El recuerdo de ese ultimo gemido,
El estertor de un molinete descompuesto,
Las fibras de unas manos suaves
Y la planicie de este primer alarido.
Dicen que se ha ido
El tren de vagones de madera,
El venerable desconocido,
El vendedor de trozos de infancias de mentira,
Que ya no quedan las fantasías
De reyes magos de yuyos y regaderas.
Vaya que poco dura
La alegría de saber una poesía,
De jugar con Dios a la rayuela,
De escribir un cuento invisible,
Uno de esos que duran de por vida
Ya que al no ser profanados o leídos
Te lo cuento al oído mientras lames mis heridas.
Aprendí que lo duradero
Se hace de retazos diarios de lo efímero,
De los rojos labios humedecidos
En la fuente del placer mas verdadero,
El de tus cuentas de mujer milagro
Que seca mi sudor con su vestido.
Es cuestión de percatarme
Que son de sueño esos ojos verdes,
Como así también el carnaval de nuestros días,
Que se termino casi toda la serpentina
Que desparramaste en el cuarto con alegría,
En tanto recojo los trozos de lunas agujereadas,
Eterna hechicera que cayó por mi cortina.
De este andar contando
Se me seca la tinta de mi lengua,
Se que no huyeron juntos sujeto y predicado,
Quizás en esta mesa de antiguo bodegón
Quede inscripto tu nombre y mi melancolía,
Quede pegada a la pared
La duda de merecer la dicha de tu melodía,
Más nada es gratis en este peregrinar,
Son las suelas que se gastan día a día,
Los pasos que retumban en el pasillo,
Los gladiolos que me entrego su aroma,
De algunas cosas estoy seguro,
De nuestro amor calmo o por momentos incandescentes,
De las palabras que nos conforman en la alborada
Y que somos gotas del mar en el presente.
El tiempo de los apetitos impetuosos,
Solo queda
El contorno del deseo,
Los bordes de la ausencia,
El recuerdo de ese ultimo gemido,
El estertor de un molinete descompuesto,
Las fibras de unas manos suaves
Y la planicie de este primer alarido.
Dicen que se ha ido
El tren de vagones de madera,
El venerable desconocido,
El vendedor de trozos de infancias de mentira,
Que ya no quedan las fantasías
De reyes magos de yuyos y regaderas.
Vaya que poco dura
La alegría de saber una poesía,
De jugar con Dios a la rayuela,
De escribir un cuento invisible,
Uno de esos que duran de por vida
Ya que al no ser profanados o leídos
Te lo cuento al oído mientras lames mis heridas.
Aprendí que lo duradero
Se hace de retazos diarios de lo efímero,
De los rojos labios humedecidos
En la fuente del placer mas verdadero,
El de tus cuentas de mujer milagro
Que seca mi sudor con su vestido.
Es cuestión de percatarme
Que son de sueño esos ojos verdes,
Como así también el carnaval de nuestros días,
Que se termino casi toda la serpentina
Que desparramaste en el cuarto con alegría,
En tanto recojo los trozos de lunas agujereadas,
Eterna hechicera que cayó por mi cortina.
De este andar contando
Se me seca la tinta de mi lengua,
Se que no huyeron juntos sujeto y predicado,
Quizás en esta mesa de antiguo bodegón
Quede inscripto tu nombre y mi melancolía,
Quede pegada a la pared
La duda de merecer la dicha de tu melodía,
Más nada es gratis en este peregrinar,
Son las suelas que se gastan día a día,
Los pasos que retumban en el pasillo,
Los gladiolos que me entrego su aroma,
De algunas cosas estoy seguro,
De nuestro amor calmo o por momentos incandescentes,
De las palabras que nos conforman en la alborada
Y que somos gotas del mar en el presente.
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