(a mi amiga D.)
Sabés,
te conozco aún
sin haberte visto
puedo mirar entre
la bruma
sé cómo duele el
olor a rosas
los sueños argentinos
sin pobreza
te sangra el alma
te lloran las
heridas
las del pasado
las del presente
y esa dicotomía tan
extraña
él no está pero sentirlo
siempre al lado
adentro
con esa cara inocente
con el mundo por
delante
despeinado por
una brisa de historia
màs te percibo
retoño
embarazada de
esperanzas
que de pronto se
transformaron en terror
en el marco de
una vida clandestina
el agujero, los
agujeros
la lucha por el
recuerdo
la fatiga de tu cría
y tus pasos lentos
los jueves son
eternos
las palomas no
llegan a comprender
eras tan niña
para calzarte aquel pañuelo
y las lágrimas a escondidas
en tu refugio
pasaron densamente
los años
la vida no te
hizo fácil juntar los pedacitos
pero ahí estas,
armándote
siguiendo el
mandato de no rendirte
porque detrás de
unos ojos que saben a cielo
de una cara
pintada de tristeza
laten aún viejas
esperanzas
mas cuando
acaricias el piano lo recuerdas
cuando se te
humedece la vista
por tus dos
pichones ya crecidos
miras las arrugas
del almanaque
entre rezongos
sabes que no perdimos
lo más querido sin
sentido
que siempre
llegaran las golondrinas
a rescatar
nuestros nombres anónimos
empujando para
llegar a la victoria
no sabemos si el
sol volverá por el horizonte
pero a casi
cuatro décadas
puedes decir que
en el futuro habrá días de gloria.
Roberto Brindisi