martes, 4 de agosto de 2009

EN EL PENULTIMO ESCALON



Con un pie detenido
En el penúltimo escalón
En ese, el más resbaladizo,
Fregado por las babas de un volcán dormido
De una angosta escalera de granito
Con el vacío envuelto en oscuridades
Rememorando el triunfo de los dioses de la maldad
De la venganza, de la ira, del resentimiento
Ahí detuve mi peregrinaje,
En el penúltimo escalón del abismo de la muerte
Alli donde los atardeceres
Se sumergen en la boca hambrienta,
Desdentada de tanto masticar amaneceres,
De engullirse el vuelo de los pájaros enceguecidos
De las nubes grisáceas de tristeza
O de un oasis en medio de la nada
Todo eso y màs esta pintado en sus ventanas
De las que renegué andando hacia lo indescifrado
Hacia el enigma mayor del universo
Hacia el misterio que los hombres aventaban
Por temerosos, cobardes de levantar el velo
Descubriendo la llanura más ancha
La sabana más virginal, inexplorada
La misma de tantas sombras imaginadas
Aquella que en algún lejano tiempo
Mezcló el aroma de un naranjero,
Con el fruto nuevo de una higuera,
Adosó la calavera ceñida en unas manos
Con un cinturón de cuero corrompido
Creció entonces la aversión más visceral,
La màs dañina
La que estalla en la cara de un bribón algo altanero
Pero que rompe los espejos de mis sentidos
Esa extensión y su oceánica hondura de contenido
En el que los grillos fumaban mirando a la luna
Las cigarras cantaban al sol de primavera
En el que alguna puta me miraba con ternura
Es en este lugar, el de mi mente, antigua madriguera
Hasta alli recorro los peldaños enmohecidos
Las barandas de madera desteñidas
Alli y solo alli donde el mar de las potencialidades
Las mías, las que aparecen como dormidas,
La de una vida mejor como un crucero distinto
Con las mismas velas blancas desplegadas
Sabiendo que si alimento un astro afirmativo
Serán los rayos coloreados los que bañen mi semblante
Los que me enseñaran un novedoso alfabeto
Tan antiguo que se enreda en la rosa del amauta
En la desvestida lengua de esta tímida afrodita
Que permite que nade a favor de la corriente
Que con ella no habrá más guerra
Sino la mismísima paz de mi decencia
Pues el sentimiento que he abonado
Es el del amor, el màs nombrado
Que en esta vida tiene una Elena en su esencia
Mientras màs escarbo quitando, despejado,
Las mariposas multicolores de este dia
Se reproducen en la euritmia de su presencia.
Es el amor, el mas nombrado…el menos practicado.

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