Hay una mujer que espera
Sin saber que ni a quien
Solo sabe que merece ser alcanzada
Por el viento del mar enamorado
Sabe que las olas no fueron hechas para ella
Pero alguna gaviota le susurro su propiedad
La convenció en su vuelo de cometa
Que el mar y las olas se rendirían
Sin condición
Con la sola voluntad de no entregarse
De que esa espera sea activa
Le dijeron las almejas de la arena
Que le ponga dirección a su reclamo
Escucho el canto del viejo afilador
Y creyó oír que la dicha estaba aproximándose
En algún zaguán de esa ciudad tan vieja
Que su alma despego con rapidez
En tanto su cuerpo quedaba detenido en la vereda
La de las baldosas flojas
Teñidas de rojo punzo
Flojas de tantas novias desoladas
Que la transitaron con dolor
Se vieron conmovidas por algunas lágrimas
Pero la mujer que hoy aguarda
No da rienda suelta a su ansiedad
Solo se permite esperar una carta ganadora
Subirse al carrusel de su sempiterno sueño
Y alcanzar a hurtarse la sortija
Por lo que allí va su alma esperanzada
No le importa en que día se producen los milagros
Siente que el cielo le tiene asegurada
Algunas noches de amor apasionado
Esas mismas que hasta ahora ha negado
Es que los gorriones de la otra cuadra ya le han dicho
Que al mundo no le queda mucha cuerda
Que del mundo solo el amor es digno de alguna pena
Que hay tantas vidas como uno quiera
Mas para hónralas dignamente
Desgarrando los velos del silencio
Atropellando a las palabras sueltas
Disponiéndose a no ser solo sombra que transita
Sino reviviendo siempre
Aunque los sueños sean malheridos
Aun en el peor de los caminos
Será el amor el que rompa esa espera
Como de colores será la vigilia
Cuando a quien esperas llegue raudo peregrino
Hay una mujer que despertó a su presente de pantera
sábado, 9 de octubre de 2010
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