Detrás de una sonrisa,
mentiras
junto a un mar de lagrimas
otro cumulo de falsedades,
cuesta sentarse a esperar la lluvia
quitar la maleza del autoengaño
cuesta porque nos convencemos de ser victima
ya no se mira de frente porque duele
pero los fantasmas no se disuelven
siguen errantes entre pesadillas
nadie viene a liberarlos
encadenados a esos sueños recurrentes
no mueren, se hacen fuertes
al abrir la mano se escapa una niñez partida
el dolor de muchos años de espera
mientras el viento se lleva el recuerdo
las palabras implorantes de afecto maternal
solo el sonido de golpes oscuros cotidianos
encadenan tu presente a lo que no dejas partir
lo que se renueva inconsciente en cada acto
en las palabras que nacen ensangrentadas
en la lluvia reseca de cada madrugada
no es de un país de antaño
es revivido en cada instante como actual
solo hay que animarse a mirar de frente
enfrentar los miedos a los monstruos imaginarios
solo y tanto, pero no hay forma de libertad
que no sea perder el temor a lo que no esta
abrir el abecedario para que nazcan poemas nuevos
se dé la inmensa cantidad de infancias sufridas
pero no sirven los refugios que dejan a la intemperie
ni la seguridad de las cadenas pretéritas
solo sirve vivir los minutos de
estos días
suturando las heridas de la piel
de un olvido
hoy es el único lapso de este
laberinto
puede amanecer cuando desees que
ocurra
para darte cuenta que nada puede
haberse perdido.
Roberto Brindisi
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