sábado, 25 de octubre de 2008
DESPERTAR
Hace frío
Tanto frío
Que perecen congeladas
Las sonrisas, las palabras, los ensueños
La semántica y la semiótica de mis libros
Los cóndores, las begonias, aquel duro empeño
Todo parece fenecido
No se mueve la inmóvil sombra
Mi sueño o pesadilla detonada
El sueño de besar tus labios rojos
El abrazo quedo a tu cuerpo erguido
Mirándome no me reflejan ya tus ojos
Lo mortecino ha ganado el aire
Los pasos ligeros suspendidos
Extrañado pregunto quien escribe
Mis pensamientos tristes quizás rendidos
Que mano la pluma navega por lo blanco
Del papel que se presta fácil a lo escrito
Cuando tanto ambicione la narración
En este momento eternamente congelado
Lo escrito
Se extingue en sentimientos hoy olvidados
Los odios, los amores, ahora marchitados
Quietos, inanimados, sin saber su destino
Ni odiados, indiferentes un tanto maniatados
Ahora la pluma se explaya en todo su largo
Escribe suave lo que pienso intensamente
Yo aquí sin mover mis débiles extremidades
Feneciendo, finiquitando en cada instante.
Un milagro
Finalmente la pluma lo consigue
En la enredada selva de intensidades
Una gota de amor me ha horadado
Desperté de un sueño sin edades.
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