jueves, 25 de junio de 2009
UNA POBRE POESIA
En la oscuridad de una habitación
Mutilada de suspiros de pasión
Llegas despacio,
Casi en silencio,
Como sigiloso entra un ladrón,
Te recuestas
Procurando no hacer ruido
No mover las agujas del tiempo
Tratando de volverte intangible
Observando su cuerpo quieto,
Te recuestas levemente
Como la brisa de una tormenta abortada
Te recuestas,
Se recuestan,
Porque traes tu amor furtivo en los poros,
Tensa, el alma amedrentada,
Suspendida esperas el milagro,
Que no lo note
Que no te note
Que no los note en el aroma de un sexo fresco,
Tantos cuerpos y no sentirlos,
Pero ya dejaron que las caricias emigraran,
Lentamente,
En la rutina de otros besos,
Que el deseo nacido en un enero
No llegar a convertirse en primavera
Con las escarchas clavadas en los muros
En moribundos gemidos
Ahogados en la triste cobardía
La hojarasca de los te quiero
Son barridas del piso de algún dia.
En las ventanas
Se conservan las imágenes primarias
Mientras te acuestas,
Recostando tu cansancio,
Tus momentos tristes sin futuro
Tus mañanas difuntas de ilusiones
Escapándosete el crujido de un continente abatido.
Te emparejas temerosa,
Sabes que tus pliegues
Obtuvieron una victoria pasajera
Tu aridez intenta evocar la perdida lubricidad
Ya no sabes si amedrentarte
Por una reacción que no ha de llegar
O rebelarte a la impotencia de la claudicación
Transformadas en dos egos vencidos
Te allegas intentando no rozarlo
Y el con las rosas descompuestas,
Con los versos deshilvanados en pobre poesía
Que recuerdan una lejana alborada
Donde te beso en la boca equivocada
Desorientándose hasta esta noche
Cuando simula dormir sus alas extenuadas
Ya que sin obstruir los parpados pesados
Arrastran desde tiempo las pesadillas
Màs feroces y tan desencarrilada.
El sueño es un buen aliado…
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