lunes, 1 de mayo de 2017

SOY


Abrir la mano
transformada en humareda
en nubes de ópalos sangrientos
en caricias de humedad antigua
en siglos contados por analfabetos
abrirla dentro de la mirada
cuando aún la mañana no se mueve
ni se hace pájaros de estaciones preñadas
de alas recortadas en el alto vuelo
dejar de vivir en lo profundo del olvido
abrir los dedos
parir una hembra nueva
con sus carnes duras como el viento
aberturas que reclaman amaneceres
satisfechas con la dureza de aquel árbol
roble de antaño fijado frente al espejo
un murmullo de arroyos mojando el pensamiento
hasta ahogar lo simple de mis deseos
ver como se incendia tu calentura sempiterna
dejar la puerta abierta para los vocablos rengos
para las palabras que terminan en gemidos
o los adjetivos que terminan en jadeos
bordeando la orilla de mi sabana terracota
manchar mi piel con tu liquido de ensueño
al borde de este abismo taciturno no hay retorno
no hay sendero de regreso hasta tus senos
como no hay ríos que mojen las plantas de tu pie
descalzos como el alma de un jilguero nuevo
que reconozca el desnudo de tu cuerpo suave
sumergido en la planicie de mi superficie
hasta que el cansancio muera en la agonía de este día
o en el comienzo de los tiempos infinitos
vigilia donde no hay mentiras de odios pretéritos
ni un espacio vacío de sentidos
allí donde se pulveriza el aroma de las rosas
donde se recobra el silencio del lenguaje
que se propaga tan fuerte como el aullido de mi fuego
no dejare que los dioses me hechicen mi infancia
ni me roben la lluvia grisácea de tus besos
sé que tus labios son como signos de interrogación
estando en soledad te confundo cálidamente conmigo
ahora soy un poema en construcción discontinua
unos versos difíciles de asumir en un papel mojado
unos párrafos ciegos de vocales asfixiadas
olvide el sufrimiento de reconocer los grillos
el grito que surge de lo más hondo de la oscuridad
es cuando te nombro deseando que me escuches
aun cuando reposes sobre mi humanidad carente
y en esta nueva lengua es que te pruebas indagando signos
sopesando tu vulnerabilidad en este momento de espera
sabiendo que me murmuraras afónicos abandonos
porque nuestros instantes se hacen de fronteras huecas
en los comienzos pardos de amores de primavera
Roberto Brindisi






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