No es tarde
Al borde de pensarme
No lo es, así lo creo
No es tarde
Y fluctúan mis recuerdos
de tantas vaginas bien dispuestas
amalgama de mi miembro
erecto y juvenil
mil o más veces que terminó
dicen que acabo en su tarea viril
ahora al borde de la muerte
solo conchas vienen a mí me memoria
solo orgasmos de distinta identidad,
me estoy muriendo y lo se
y mi pene fláccido no evoca
solo entro y salió a la voz de mando
no recuerdo un rostro
o solo tres
los más desprejuiciados
los que aun a la distancia recordaba esa noches
el dolor de una penetración
la satisfacción de un orgasmo, no lo se
pero si reconozco que solo tres
han cantado loas a mi organo
de tamaño desproporcionado
o quizás no tan así
yo recuerdo unas vulvas mágicas a mi coyuntura
unos agujeros torneados no por mi
pero con la idea que me esperaban
ahora
en el borde del precipicio
sin cuentas que rendir
puedo sentir que he sido el que debí
nunca afortunado ni desfavorecido
nunca el que siguió la letra de una canción no escrita
y por eso detestado, quizás
no lo sé, el borde es siempre tan ambiguo
que no hay respuestas ahora que morí
Roberto Brindisi
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