viernes, 1 de abril de 2011

VERBO DE ABRIL

Un día regresó el verbo


Distinto, con ropas nuevas,

Tanto fue que al principio no lo reconocí,

Venia desde lejos,

Mucha es la distancia que debía recorrer,

Me dijo sordamente

Desde una estrella caída al amanecer.

Un verbo rojizo,

De cabello colorado,

De uñas prolijamente pintadas,

Con la vestimenta olvidada,

Dibujada la piel con las caricias

Reconociendo que era un verbo enamorado.

Mi asombro fue mayor,

No conocía la verdadera esencia

De este vocablo provocador,

Que como caballero andante

Arrastraba suspiros, clamores.

Las telas que cubrían los cuerpos

Se desintegraban tras las palabras

O se recubrían con algún significado,

Respirando en una esquina el alcohol de un tango

O la melodía del atardecer en el rosedal

O entrelazando los dedos por el caminito de la boca,

Esa misma que desembarco tus besos,

La que movilizo tus delgadas piernas

En el negro de la seda de mis sabanas,

Cuando reclinada buscabas mi soledad

Para llenar mis vacios de miradas,

Recortar los bordes claros de tanta oscuridad,

Predicar prendiendo un cigarrillo,

Que las volutas de humo nacarado

Copiaban a la inmensidad descomunal,

Al revelarse en el verbo al enamorado.

Siempre puede haber un día…

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