Se rompió el silencio
en medio de una noche vieja
allí donde el amor huele a mandarinas
a infancias por vivir
a heridas que vendrán
a sonrisas que calmaran la angustia
ahí,
en ese mismo patio del cielo, los recuerdos
y una memoria inmensa que descansa
llueven olvidos en esta madrugada
empezará un nuevo año
a las traiciones ya las conocemos
la lealtad tiene siempre un valor en alza
este anochecer cuando cambie el almanaque
se cruzaran estrellas fugaces con rostros de padres
de amigos y compañeros
no hemos desertado de la vida
no, hasta el último suspiro
ingenuamente creemos que habrá más
convulsionaran vaginas rosadas
en un leche de tiempo sin estrías
recordará mi olvido tus nalgas firmes e incitantes
pero la vida se extiende más allá del rio
más allá de la geometría de los sueños
hasta en las imperfecciones voraces de las pesadillas
pero siempre sabremos, hermano, que valió la pena
aun en la derrota de una vieja parroquia
acodados en una mesa sucia
con tanto alcohol y tanta puta
con tanto dolor desde pequeños
que nos hicimos grandes pariendo engendros
cuando pudimos fuimos bondadosos
cuando pudimos hubo sexo y guerrilla
hubo trinchera entre las piernas femeninas
valio la pena y porque no gastaremos aun a cuenta.
Roberto Brindisi
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