miércoles, 23 de agosto de 2017

ESPACIO DE POESIA


Guarde la noche en papel de celofán
no deje huella alguna de mi pasión
entre los dobleces de prendas arrebatadas,
solo el aullido de un lobo solitario y demente
que perforó el silencio de la desmemoria,
guardaste bajo tus parpados de caliza
las últimas palabras de una comunión bastarda
no hay rastro de eso besos arrogantes
ni el aroma de las caricias piratas
nada en este cuarto
delata que he huido quedamente
solo abrir las ventanas a esta sombra que se hace añicos
en el instante en que muere el infinito
en el que subrayo la aritmética de la finitud
el cristal ya no me devuelve tu reflejo de amante                                                                                                                                                     
solo la de una ausencia que promete ser extensa
quizás alcanzando la eternidad,
sé que dios es un terco anciano enceguecido
injusto, guerrero y sin religión
pero en este espacio mío de donde fue expulsado
se abre un inmenso abismo de desvarío
de esas enajenaciones que huelen a pájaros ateridos
con sus alas cortadas en pleno vuelo,
dicen que llegará rápidamente la primavera
terminará la noche gélida de este otoño
nuevamente regresaran los rostros de mujer
con sus nombres que huelen a voluptuosidad,
las palabras designan cosas vaciadas en su contenido
no quedan astros que iluminen mi alborada
lejos unos médanos plagados de añoranzas
pero aun en la más oscura depresiones de este día
siempre se cuela un rayo de luz imaginado
donde nada será algo para siempre
solo para poder recorrer un sendero ilimitado
después de haber recuperado un trozo de mi infancia
los peñascos bruscos de mi adolescencia
y las astillas de un poeta enamorado.

Roberto Brindisi

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