martes, 1 de agosto de 2017

INNATO


Sin nacer
sin esperar el invierno
se desgrano en su círculo de magnolia
una pasión que sabía a odres sin limites
no padeció la inclemencia de lo infinito
ni pudo ver entre una multitud de llantos y reclamos
lo imposible de trascender a esos segundos
en la oscuridad de la santa fe
o en la claridad de perjurios de desvanes,
nada pudo superar a esos gramos desteñidos
solo un soplo de domingo aburrido
no hubo un rugido de lujuria contenida
ni el hambre de la piel de su oponente
en la imagen que devuelve el olvido
reflejos de sonidos mudos estridentes,
hoy en esta soledad vivida al borde del abismo
hay un destello de esperanza surgida de palabras
nacidas de una boca semejante a volcanes inactivos
pronta a estallar en los labios sensuales de la otredad
en un espacio surcado por el fantasma del tiempo
por donde vuelan pájaros agobiados en la vigilia
callejones con ruidos atraídos hacia tus tacones
baldosas cercanas a mis paredes grises
se han secado los balcones para reavivar flores
cuanta certeza hay en las negras pesadillas
toco la afable premura de la escarcha matinal
una orquídea florece en este amanecer
sobre tu cuerpo abierto en mis sabanas diluidas
me sobrecogen las paredes de tu vulva rosada
arroyos incesantes por donde flota mi lengua
tu carne firme abre las heridas de gozo tajante
quizás el universo implosiono hasta una gota de semen
pero no quiebra el silencio de mis laberintos
zonas por donde vagan los recuerdos y la infancia
a esta hora de la tarde no hay memoria abierta
quizás porque es domingo sintiéndome atrapado
en un lugar de gritos, llantos y poesía desierta.

Roberto Brindisi

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