Hasta donde llegan los sueños
encarcelados en relojes de arenas?
hasta donde desalojaré mis manos,
perderé el traje de mis palabras,
empezaré a ser pasado en tu mirada?
hasta cuando despertaré encandilado
por el aroma agrio del olor a alcohol,
a besos humedecidos de distancia,
con la curvas de tu silueta abriendo olvidos?
el aceite de la lámpara de tu boca
no ilumina mis pesadillas grises,
mucho me temo que en Tabarca no estarás
solo habrá quedado algún ladrido de hembra áspera,
de pedregales bañados por la brisa,
no se anuncian las gaviotas extraviadas
solo aquellas que oscurecen al viento,
hasta cuando el tiempo será igual al espacio
cuando no hay más lugar para minutos añejos
ni lapsos en que transcurro por tu esencia
navegando por los muros de tus poros eróticos
soltando amarras en las ensenadas de tus hendiduras
tajos que derraman arroyos de nostalgias
recuerdos de amaneceres deslumbrados en compañía?
habrá espaldas que reclamen la llama de mis dedos
rostros que se reconozcan en el sonido de unos nombres
tus lobos sueltos morderán lo
blando de mis fuegos
se consumirán en el incendio de mis
pétalos
todo sucede en el punto de mi país
desbordado
cercano al vacío de la alguna
alborada carmesí,
puede que no reconstruya los
versos que te nombran
puede que no te escriba en tinta
de tormentas,
serán párrafos que sabrán a tanta
ausencia
o versos repletos de infinitud
apasionada,
algunos voltearan en su última caída
mantengo la decisión de ser dios
en esta mesa
en tanto espero que vuelvan tus
pisadas ahogadas
acechando mis evocaciones sensuales
sé que se estremecerá el cristal
de mi lujuria
en tanto nuestras caricias se
derramen en pinceladas.
Roberto Brindisi
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