Tu amor, vida
Es una ciudadela en llama
En tus entradas yacen rotos los dardos
Enrojecidos los arroyos que te surcan
Fenecidos los impostores en tu cama
Impertérrita esperas
Hay que conquistarte, no te entregas
Permites que te asedien el afuera
Pero tus sentimientos nadie riega
Sapiente que un nombre te reclama
No regalas tu loco corazón, aguardas
Mientras el eco de tu interior se inflama.
Un humilde poeta de emergencia
Llega con sus pocos bienes a cuesta
En la bolsa de arpillera acumula
Los poemas que contiene su esencia
El juglar ingresa ansioso por el puente
Se invita a tu mesa admirable sin temores
Te repites, ¿que decir de los amores?
Es! En el claro de mis ojos lo sabia.
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