viernes, 6 de enero de 2017

AÚN A DESTIEMPO


El cielo cae
sobre unos trozos de ladrillo
como si fuera una bomba
destruyendo el polvo envejecido,
ya no hay cielo
ni escombros
solo atardeceres agujereados
en esta ciudad de centros descomprimidos
se van los rayos de sombra
detrás de la falda corta de una hembra
la misma que entrara en mi mirada
sin pedir permiso
 por pura prepotencia
sé que las llamas del infierno
aguardaran otro momento
me perdí entre las formas de sus piernas alargadas
desvestí el pasaje de sus hombros imperfectos
aunque excitantes en su eterna lozanía
sé que la conozco
pero no recuerdo el día de su paso por mi lecho
es que me mude a otros laberintos
intente dejar atrás mis múltiples horrores
los cantos ciegos de mis tristes pesadillas
pero presentí que nada se quedaba en el olvido
ni la melancolía de esas dermis indomables
ni los besos rojos explotando en mi pasado
o un orgasmo fingido en el filo de la noche
solo la muerte remontaba el vuelo
lo mismo que los pájaros de una estación vencida
no pedirían recobrar las astillas enterradas en mi espejo
ni someter la lengua a los filos de una espada
después de haber surcado mil remolinos en mi dorso
pero cuando abro la ventana creo sentir el silbido
el sonido agudo de unos tacones apresurados
es que estoy convencido
que has de llegar a destiempo como un animal herido
en las oscuridades  reservadas a los enamorados.
Roberto Brindisi





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