jueves, 16 de marzo de 2017

NOCHE CALMA


Está noche gris
los pájaros se han vuelto jaulas
no reconocen sus picos de alambre
ni sus alas de barrotes
son como lobos entre los médanos
con la boca zurcida de arena fina
no entienden de donde viene el viento
ni la brisa volcánica de sus aullidos
saben que el aire se mezcla con la muerte
con un tiempo decimal de angosto paso
creen ver en la luna en cuarto creciente
la afirmación que el mundo ha terminado
pero desde las hojas secas de los arboles
cae una gota de savia helada
no son nuevos los colores de este carrusel en desahucio
detrás de las empalizadas de lluvia fina
garua suave de algún ciclón en erupción
aparece tu figura que imagino desnuda de prejuicios
si en tantos amaneceres nos amamos
cuando la alborada se negaba a parir las luces
recuerda que aferrabas mi mano alterada
pretendiendo espantar los miedos con sus grilletes
sobrevolando las incógnitas de los olvidos viejos
creo que perforo mi pretérita existencia
ese festival de corsarios en mis armarios
creo saber dónde enterré la osamenta de los nombres
hechos con las burbujas encallecidas de mujeres nuevas
penetramos las catástrofes de no saber amarnos
de no amarrar tu boca en mis labios rotos
la dureza de mi mirada choco contra la indiferencia de la tuya
he pensado en suicidar a espejo oxidado
devolverlo a los trastos inservibles aunque guarde reflejos
aun me considero un optimista del desanimo
alguien que rescata las balas que hieren la piel gastada
creo que podemos ofrecerle al mundo
unos instantes de alegría y celebración
antes que el final termine hasta con lo eterno
un minuto previo a la desaparición de los dioses ebrios
podemos engendrar lujuria descontrolada
 a modo de despedida infinitamente extraña
jugaremos a amarnos en las ventanas del atardecer
como producto de palabras enamoradas.
Roberto Brindisi



No hay comentarios: