sábado, 14 de octubre de 2017

REHACER LOS LÍMITES


Una implosión en el silencio
abren sus alas los pájaros mudos
como en el principio de los tiempos
como en el final de la eternidad
así es en este lecho de golondrinas grises
de pétalos de jazmines reverdecientes
así, en el fondo de la entrepierna de tu albor
solo silencio roto
jadeo intenso
un maremoto de sensaciones invadidas
hordas de dioses fenecidos en el pasado
nuevas deidades que reclaman sus laureles
y yo aquí, tan ateo, tan sin ídolos
aferrado a la tersura de tus pezones
devotos conspirador de  tu vagina suave
de los arroyos abundantemente apasionados
me apego a los cristales de tu pubis enardecido
porque he de incendiar el sueño nuevo?
porque ahogare en lluvia mi vigilia atravesada?                                       
no, me resisto a adorar laberintos conocidos
prefiero perder el hilo de Ariadna
consumirme en los espejos embriagados
encender nuevamente la temprana alborada
mojar mis manos en  las heridas maduras
pensarte con las palabras de un poeta ciego
porque estoy resentido con los vocablos decadentes
no te merecen mujer de los mil nombres
no hay dignidad en tus llegadas mentirosas
mas nunca reclamaste ser creída correctamente
son tus alfabetos los de las prostitutas de siempre
tus caricias la repetición mecánica de los gestos
no buscas otra cosa que encontrarte en algún espejo
quisieras ser prisionera de este reflejo penitente
pero no salvaremos las almas ya que nada indemnizable
nos merecemos unos minutos de sinceridad
algún instante en que nos miremos en los ojos vacíos
nos digamos palabras melosamente amargas
pero no hay tiempo para tanta infinitud vacua
solo nos quedan los límites de la vanidad.

Roberto Brindisi

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