viernes, 9 de enero de 2009
BUSQUEDA
Bruscamente creció el fruto ondeado
Sin beneplácito ni arreglos, con prepotencia
La de buscar cual era el sendero acertado
Para que las cerrazones no lo asfixiaran
Cuando supiera el designio de su existencia
Inscrito en sus venas y su sangre una vez llegado
Alentado por la muy estrecha cercanía
Apaciguando lo iracundo, manando lo tozudo
A la sombra de un ciprés de estrecha sombra
Descansando al resguardo de cielos malcriados
Evitando que se asiente algún jilguero desamparado
Y en su ensueño emerge la que persistente lo nombra
Nunca soñó con las formas y continente porvenir
Persistentemente tuvo la certeza que no se atrasaría
En el calendario de la bóveda de lo eternamente infinito
Estaba escrito cuando y como hasta el se llegaría.
En tanto, en el ahora junto al vino apenas arde la flor
Desprende su paso un leve aroma de incierto futuro
Como si el orbe fuera supersticioso en el presagio
Creyendo que las plantas de jazmines da frutos oscuros
Regada que fue con el agua de los silbidos
Y quien las recogerá ha de ser un poeta maduro.
Finalmente ella un día consumó la profecía
Mezclados en una suerte de noches y de días
Partieron convirtiéndose en lo ilimitado
En las alboradas lentamente desasidas
Soterrados bajo los sarmientos de la vida
En terrazas de pasiones de viñedo están plantados
El ha encontrado su sentido de existir
Ella cumple hora a hora el inmenso deseo de vivir
Su brusquedad se torno amores tersos
Ella ahora es la musa de muchos de sus versos
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