Plante un jardín con cardos
Una mañana que penaba
Lo fui regando con envidia
Odio, resentimiento y rencor
Las flores que daba el huerto
Me hablaban de mi desidia
Salpicaban a vergel muerto
Faltos del abandono del amor.
Entendí que mis disturbios
Nunca darían frescos rosales
Nunca la fragancia de un jazmín
Revirtiendo el negro pasaje
Empecé a sembrar con cariño
Gladiolos, azaleas, otro paisaje
En mis cogollos la estima
Supero el abandono de niño
Ahora, disfruto la calma
Mirando alas en tus ojos
Dibujando dentro de mi alma
La alegría sin el enojo
La placidez de tus manos niñas
De tu dulce andar viviente
He perdido contento el sueño
Pequeña nieta sonriente.
La vida me dio más flores
Te esperaba sin saberlo
Rejuveneciendo al velar
Por tu presencia de colores.
sábado, 31 de mayo de 2008
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