Tuve un día una "hermana"
Que su oscuro dolor alejó
Creó una cárcel en su mente
Y contando barrotes quedó
Un día de enero caliente
La ira del alma la arrebató
Dicen que deseo mi suerte
Marchita, sin ningún color,
Los aires me traen sonidos
De esos silencios tan fuertes
Desagradecido dicen que fui
No merecí la nada que me dieron
Ni el obsesivo mustio reclamo
Ni la mano manca extendida
Ni el beso dado a mi muerte
De una hermana nunca conocida.
En esa lóbrega prisión
Multiplico por mil su persona
En cuestiones de la razón
No soy un dios que perdona
Tampoco guardo rencor
No soy quien abandona
A quien me da su calor
Pero debo guardar mi cordura
Para no parir gruesas visiones
Ser dueño de mi sabia locura
No esclavo de ilusiones.
Nunca perdí una hermana
Ninguna hermana me perdió
En ningún diciembre partí
Mi alma da y no reclama
Porque como soy hijo único
Que buey solo bien se lama.
A quien le quepa el sayo- Roberto
martes, 3 de junio de 2008
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