En la palma de tu mano
Diez monedas depositaron
En esa noche de falsa alegría
Papeles de colores te han entregado
Sabias, muy en el fondo, que
El príncipe azul ya no vendría
En un baúl viejo y despintado
Tanta espera, tanta algarabía
Tu alma destrozada has guardado.
Penas por el abandono
Sufres por tus pecados
El agua de tu boca se ha secado
El hueco de tus ojos esta vacío
Tu tumba profunda has cavado
Con manos duras de lavandera
Duele el dolor tan dolorido
Viene la muerte por tu madera
No te importa dejar la vida
Ya que sin amor nadie viviera
Reza el viejo sacerdote
Porque tu alma dios recogiere
Reza y en sus rezos quiere
Tu descanso, tu paz guerrera
Sobre tu féretro caen flores recientes
Están frescas, están dolientes
Arrojan una cala blanca en el hastío
Llora el casanova, llego tardío
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