En una verde pradera
Con el agua de tu arroyo
Con la humedad de tu erotismo
Con tu entrega verdadera
En un inmenso prado
Por tus ruegos implorantes
Por la dulzura de loba aullante
Fui instrumento del pecado
En una noche eterna
De una gata en el tejado
Con la luna perforada por la envidia
Fui el utensilio salpicado
Por los cantos de afrodita
Exigente, suspicaz, dominante
Entregue el resto en la desidia
De convertirnos en eternos amantes.
Afuera el mundo gira
Adentro muy adentro nuestro
Son auguras encantadas
Que requieren su maestro
Aprendiendo enseñando apasionadamente
Que no hay frontera que no sea violada.
En una pradera, en una noche,
En donde y cuando quieras
El mundo será a tu hechizo
Cuando veces presta estuvieras
A mi negra, negra negrita
miércoles, 25 de junio de 2008
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