Anoche estuve evocando
La antigua higuera de mi vieja casa
Portón donde la luna se durmió cantando
Jazmín por donde el tiempo se perfuma
Camino por donde la vida pasa
Anoche recordé tus diáfanos ojos
Mirando desde la tarde del ayer
Tus pestañas que me saludaban
Desde la última esquina de un taller.
Anoche, quizás no haya otra noche
En la que admire tus piernas largas
Sintiendo que se desnudaban para mí
Viendo caer tú vestido desde el broche
De la inocencia prendida en un atril.
Era tan tarde que al mirar tu espalda
Caminando por el borde de un abril
Te vi irte sin un abrigo ni una falda.
Era la amarga y tardía despedida
De nuestro amor a la sombra de un candil.
Ahora el alcohol de mis recuerdos
Dice que tus besos no tenían similitud
La locura de mis labios en otros labios
Fue el postrero pago a mi ingratitud
Hoy recuerdo toda la negrura del olvido
El castigo de buscarte por los siglos
Detrás de cada uno de los años perdidos
Hizo que recordara lo fatal de mi finitud.
Anoche intente evocar
Pero no recuerdo si hubo otro tiempo
Hoy marcho caminando lento
Sin algún rumbo a ningún lugar.
Inspirado en la letra de un tango, cuando atardece en buenos aires
viernes, 6 de junio de 2008
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