Estaba mi poesía huérfana
Llorando sus agujeros a la luna
Pidiéndole a los dioses del parnaso
Que envíen a las musas pues ninguna
Acude a mi en este rudo trance
Cuando la inspiración huye de su cuna
Sin que un verso se ponga a mi alcance.
Estaba pidiendo, no mirando
Tus ojos de felino aletargado
Donde la hondura virginal
De tu pasión esta esperando
Que la letra recoja tu llamado
De gata apasionada maullando
Que mi poesía te haya atravesado.
Se que disfrutas de la mar
Se que te adormecen las olas
Se que no quieres estar sola
Conmigo estas dispuesta a amar.
Llego la noche a remendar
La orfandad de mis poemas
Con tu sensualidad al entregar
La esencia voluptuosa de tus temas
La poesía es el vino de los demonios
De tu boca sorberé los tragos excitantes
De tus cavas dóciles y profundas
Me beberé la eternidad en un instante.
Dulce Afrodita de mi peregrinar
Las cicatrices curas con las yemas
De tus dedos largos de sibarita
No deseando nunca tu emigrar.
A mi negra, musa negra
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