El sol cabalga en el poniente
Ni un rayo toco mi piel en esta tarde
Que suave las nubes trastornadas
De amor en un olimpo que no arde.
En un otoño creado por el hombre
Los dioses muerden las manzanas
Prohibidas que le estaban por mandato
De un Adan creador de las mañanas.
Parirás el cielo con el sudor de tu frente
Dijo Eva a un Jehová desobediente
Descansaste sin pedir ningún permiso
Confinado fue expedido al gélido paraíso
En donde terminaran los venideros días
Si purgamos el tropiezo con poemas
Si quienes crean pesadillas con la flema
De sangrientos voraces animales asesinos
Que con cobarde astucia y malicia
Enrojecen el tapiz limpio del destino.
Podré encontrarte mi virgen prometida
Cabalgo en el Apocalipsis desde antaño
Sacerdote embriagado en indecoroso estaño
Que para amarte puedo trajinar toda la vida.
viernes, 20 de junio de 2008
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