Un Dios cansado
En su tablero de colores el peón mueve
En otro lado la mariposa cesa su aleteo
El sol se duerme sin salir calmadamente
Un Jesús expulsa sin piedad al fariseo
El gallo sin saberlo no ha cantado
Los amantes entrelazados sin deseo
Las flores reniegan de su fragancia
El Señor observa las casillas, ha jugado!
El hombre imperfecto que no muere
La señora llena las copas de bebida
Con mirada anhelante que sugiere
Al único potente amante de su vida
Tómame antes de la ingrata despedida
En aquel establo en este anochecer
Te esperare, loca, demente, perdida
Para fundirnos en lo divino del placer.
En una playa llega el atardecer
El mar ha cesado su bravura
Dos amantes van al parecer
A brindar y retozar por su locura.
Cada uno conoce las heridas
En el alma abierta sin misterios
Saben que al exponerse no habrá huida
Serán sacerdotes de su propio monasterio.
El agua de la mar mueve sus cejas
Vienen a mostrar su furioso enojo
Las dos partes se están haciendo una
Con tanto amor, tanto deseo, tanto arrojo
Que de rubor se ha manchado la luna
Las olas tontas demuestran su torpeza
Saben que el barco ha encallado con fortuna
Ahora ella a ese Redentor desnuda reza.
El hacedor juega solitario su partida
Mueve descuidado su último trebejo
A su diestra Jesucristo se emborracha
Mira hijo, tanta vida me hace viejo.
El cordero que ha lavado los pecados
Echa mano a su María Magdalena
En su divina ebriedad dice a su lado
Padre, el amor es lo que vale alguna pena.
A MI NEGRA, MIRIAM, MI MUSA
viernes, 13 de junio de 2008
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