sábado, 4 de mayo de 2019

ESPEJOS Y LABERINTOS


ESPEJOS Y LABERINTOS
Me queda un pétalo,
una lagrima verde,
pájaros hechos dedos,
sus cantos como un mechón de pelo
atrás lo inalcanzable,
preguntó dónde ha muerto
que aun escucho sus silencios,
cae el polvillo de los años consumidos,
nunca es tarde dijiste
aunque ya te habías ido.
Ese lapso que no recuerdo
vacío devuelto por las brumas
férreamente rechazado por los relojes,
mi ternura acuna a ese mustio segundo
desarropado entre la sangre de unas alas,
como angustias de infancia que anda en la mudez,
el jugo de tus labios posándose en mi olvido
alborotan las suicidas violencias extraviadas
en el repique de los gélidos campanarios,
la vida traza largos caminos
donde nos reencontramos jugando a ser sabios
siendo analfabetos peregrinos,
protegerte ocultando tu cuerpo dentro del mío
usurpar tus jadeos inteligibles
sentir la generosidad de tus senos encendidos
apretando unas nalgas que desencadenan mi rio
ese minuto sudoroso de nada
acurrucado en el cuarto plenos de gemidos
sin manos para decir nunca
sin palmas para entregar mariposas
a tus caprichos nacientes arriba mío
sabes que vamos separados en un mismo sentido
que nos reencontramos cuando me nombres
detrás de mil espejos y algunos laberintos
somos astillas de una misma flecha
poesías y poemas finamente desvestidos.
Roberto Brindisi