jueves, 27 de agosto de 2009

SANTA MISERIA








Nos lastima ver un niño desarrapado
Nos lacera su imagen, ese instante
Su figura o su silueta recortada en el espacio
Imaginamos su hambre, que nunca es tal cual,
Que hay mucho màs y el temor que nos espante.

Cuanta ceguera nuestra lo construyen
Terquedad de negarnos a mirarlo, a mirarlos
A sentirnos conmovidos en una caridad estéril
Alimentando diariamente su hundimiento.

Nos satisface que las aves negras eclesiásticas
Eleven su voz aflautada,
Cómplices de tanta miseria
Que se golpeen el pecho,
Siendo guardianes del animal rabioso
En tanto piden hipócritamente que se acabe la rabia
Forman el coro con voces estupendas,
Los sacerdotes del embuste,
Las damas de la caridad momificada
Los empresarios de sensiblería carroñera
Los mariscales de la palabra hueca
Los gobernantes de fortuna acumulada
Cuanta ceguera elegida,
Cuanta negación esgrimida

Y ellos siguen muriendo,
Los niños que me apenan, que nos apenan
Mientras el coro afina sentado sobre el almacén
Llorando lamentos de leviatán
Sin registrar que una vida es una vida
Y son millones los que mueren,
O delinquen o roban o asesinan,
Por la carencia de alimento,
Que el futuro también es pan birlado,
Que a falta de hogaza buena es mandanga
O la yerba verde, quizás el paco o el pegamento
Que adormecen los dolores y las penas,
Quemándolos,
Anestesiándolas aun por un momento.

Pero queremos niños miserables “buenos”
Que sean enterrados con los huesos expuestos
Sin rebeldía, sin búsqueda, puede que equivocada
Lloramos a las imágenes entregadas,
A los pequeños, sucios pero lejos, nunca nuestros.

Una sociedad hipócrita se suicida
En su caída arrastra millones de vidas en retoño
Me sigue lastimando ver un crío hambriento
Como tanto me lastima esta cobardía mía de otoño
Ya no soy los niños ni la indigencia
No soy el coro, màs soy un infecundo lamento

viernes, 21 de agosto de 2009

BUSCO










Indague los símbolos
Buscando desesperadamente uno
Ese que por su textura fuera penetrante
Que al mirarte yo a los ojos
Se convirtiera en palabra precisa
Estremeciendo tú pecho
Humedeciendo tu alma
Amaneciendo en tu boca
Cuando de la mía hubiera partido
Y en la tuya alcanzara la calma.

Una palabra que demore a tu cuerpo
Que lo contenga
Que lo enamore
Que haga nido en tu mente
Entretejido por tu esencia
Despertando sentimientos
Bañando la mañana de tus parpados
O el atardecer de tu experiencia.

Un vocablo, no simple sumas de letras
Sino la vida misma en ese instante
Bailando por los salones de tu espíritu
Reconociéndome al aclamarte sin decir nada
Que solo intuyeras que es una ilustre resonancia
De otros ecos más profundos y abismales
Pudiendo distinguir en la maraña del lenguaje
Ese verbo mio que a la vez es todo tuyo.

Una palabra, tan solo esa palabra
Perseguida por mí hasta el cansancio
Confundido, agotado,
Me impuse fustigarla en este viaje
Hasta nombrarnos…hasta nombrarte
Como alquimista de la lengua extasiado
Quizás enamorado…
No encuentro la palabra en un mar de diccionarios

jueves, 20 de agosto de 2009

UN PUÑO ENDURECIDO








Se que tengo un puño que antes fue una mano
El no puede recorrer tu sensualidad
Ni atrapar los pezones de tus senos
No puede escribir en una hoja plana
Ni acariciar tus cabellos negros
No puede disfrutar tu cuerpo
Ni distinguir el diámetro de tus poros
El puño como tal no puede
Pero no siempre fue este presente
De niño fue mano tersa
De pulso firme o vacilante
De dedos ágiles tan desobedientes
Pudo escribir poemas a la belleza
Pintar los lienzos en su inocencia
Tocar tan dulcemente los instrumentos
Viendo nacer las melodías
Las que colmaron de alegría
Tu vida errante en algún momento
Mas la mano también crecía
Incomprendida
Tal vez cegada, tal vez vacía
Y lentamente, lapso a lapso
Se alejo de las herramientas
De la superficie tan solo mía
Se hizo río con la sequía
La mano con sus falanges
Paso de pradera fértil
A cadena endurecida
Sintió el menosprecio del abismo
La inclemencia de tu desierto
De esos dedos recorriendo ausencias
Que se agolparon poco a poco
Hasta llegar a ser hoy este puño
Que ya no sabe que no recuerda
Cuando su palma beso tu terruño.

Quizas...la rosa

Sustentar el bullicio
Es una manera de no decir nada
De alimentar de gritos el océano de mí silencio
De atravesar a paso militar la arboleda
De mi entendimiento algo precipitado
En una rebelión de signos amotinados.

Los pájaros de mis ideas
Son bandadas de aves migratorias
Que atesoran patrias en la desconsolada lejanía
Nunca son profetas en su propia tierra
Saben del aire soplando a brisa
De las derrotas tanto como de las crueles herejías

De consuelo quizás sirviera
Saber que las creencias han pasado de usanza
Que el murmullo es el unico destino
Que conservan las palabras como esperanza.

Quizás los símbolos cumplieron con el rito
Existieron para designar y apoderarse de las cosas
Tal vez fue un espejismo pensar distinto
Creer que la amapola estaba en el nombre de la rosa.
Quizas...

martes, 11 de agosto de 2009

SE DEBE VIVIR INTENSAMENTE




Te advierto,
Creo que ya lo sabes,
No escribo para que me entiendas,
Quizás para conmoverte,
Pero no estoy seguro,
Cavile mucho acerca de porque siembro versos
Cuando no busco cosechar ningún elogio
Pensé en una manera diferente de autosatisfacción
Pero me distrajo el paso de un carruaje
Mientras se superponía el sonido de un reloj
El bullicio estridente de infantes en la calle
O el silencio proveniente de mis cuartos.
Me preguntaste si me angustio por la vida
No, a veces me angustia el saber que moriré
Como tu, el que ahora lee, también morirás
Es lo único seguro,
Lo único posible que se volverá real
Hace tiempo que comulgo en mi finitud,
Esa que solo me pasara inclementemente a mí
Con la que no hay manera de negociar
Te lo he dicho, te lo digo a vos que me lees
La muerte, el fin de tu existencia en este mundo
Es inenarrablemente intransferible
Crudamente irreversible, sin apuro,
Ganadora de esta partida de antemano,
Sabedora de que en tu natalicio
Ya éramos portadores de esa misma y única meta,
Hemos nacido con el fin de morir!
Por eso solo cabe que me diga, que te diga,
No te angusties, no te atiborres de cosas para no pensar
La muerte llega, inexorablemente llegara,
Y desde allí piensa que la muerte bien vale la vida
Piensa que la salida del sol de verano en una playa
Que la claridad de mis pasos en la arena
Junto a los tuyos marchando hacia algún médano
A desgastar la vida, este potente paréntesis,
Atrapándonos hasta fundirnos desesperados
Extasiados de lujuria y voluptuosidad
De retozar sobre la planicie de los cuerpos,
Navegando en los labios de tu boca humedecida
Conmovernos en el roce o el fragor de nuestras dermis
A pesar de que bien sabes mi hembra, mi señora
Que mañana seré un recuerdo fogoso evaporado
Que serás un conjunto de curvas y sensaciones
Que nadie más que los benditos de esta parroquia
La del sexo trashumante, la de los besos apasionados
Te recordaran las sabanas de memoria corta
También el viento caluroso de una primavera
Más el tiempo, compañero inseparable en su decurso
De aquello impronunciable para uno mismo
La idea de la muerte, que atenta espera hasta cumplirse,
Más el tiempo digo, no guarda evocación alguna
De tus actos, de los míos,
Ya que somos hoy para no ser mañana
Pero así y todo, o quizás por eso posiblemente
Le damos sentido a este paso, a este trecho
Por amarnos, por querernos, por hacer sin paralizarnos
Que si esta suerte ya esta echada desde lo inaugural
Desde allí arrancamos para llenar vital cada momento
Y morir contentos de habernos conocido.

domingo, 9 de agosto de 2009

AMANECE









Amanece
O creo que amanece
Recuerdo que al dormirme
Portaba un cuerpo similar
Menos gastado, màs cansado
Somnoliento pesadamente
Acunando la vigilia que crece.
Lo que supongo son mis ojos
Me reflejan en un espejo algo envejecido
Me veo y veo a un hombre similar a mí
Muy distinto al que se incorporó
En ese sitio ayer por la mañana
O hace tres semanas o en un abril.
Me viene a la memoria difusamente
Porque aquel yo estaba acompañado
De una mujer que solo existe evocada
Como una hembra recompuesta
Letra por letra, poro a poro, gota a gota
En mi mente dormida aunque afiebrada
De una noche intensa de sensualidad,
De momentos
Que hoy en mi mente se suceden
En un desordenado y desequilibrado plano
Me aparecen unas tetas apetecibles
Con unos pezones duros, oscuro de deseo
Unos labios que se mezclan con las nalgas
Una cabalgata enloquecida
Al borde del precipicio de la extenuación
Las posiciones van cambiando rápidamente
Giran, se transforman,
Me sumergen en una matinal excitación
Pero eso fue hace unos días o unas horas
Mas atribuyendo que fue a mi que le ocurriera
Debo decir que me reconozco escindido en el tiempo
Que hoy solo soy el que digo y creo
El que transito los espacios evocados
Los cuerpos de tantas mujeres y sus afanes
Los lapsos, los momentos, las horas agotadas
No es este ego que va naciendo o muriendo
En el devenir de una impura existencia
Soy el que reniega de las letras ante escritas
De los versos que a este anteceden
La magnanimidad eterna de lo efímero
El que piensa ahora en nuestro reencuentro
En tu persona como partes penetrables
Como colinas absorbibles en sus durezas
En los múltiples arroyos o humedades
Soy dejando de ser a cada intervalo
Soy en lo majestuoso del pétalo de la rosa
En el vuelo libre de una bandada de gaviotas
Soy el momento final de una jornada
El beso prófugo que compone la melodía
Las fracasadas centellas de algún astro
Pero en esta irregularidad inacabable
Solo soy y puedo ser el que amanece en este dia.

martes, 4 de agosto de 2009

EN EL PENULTIMO ESCALON



Con un pie detenido
En el penúltimo escalón
En ese, el más resbaladizo,
Fregado por las babas de un volcán dormido
De una angosta escalera de granito
Con el vacío envuelto en oscuridades
Rememorando el triunfo de los dioses de la maldad
De la venganza, de la ira, del resentimiento
Ahí detuve mi peregrinaje,
En el penúltimo escalón del abismo de la muerte
Alli donde los atardeceres
Se sumergen en la boca hambrienta,
Desdentada de tanto masticar amaneceres,
De engullirse el vuelo de los pájaros enceguecidos
De las nubes grisáceas de tristeza
O de un oasis en medio de la nada
Todo eso y màs esta pintado en sus ventanas
De las que renegué andando hacia lo indescifrado
Hacia el enigma mayor del universo
Hacia el misterio que los hombres aventaban
Por temerosos, cobardes de levantar el velo
Descubriendo la llanura más ancha
La sabana más virginal, inexplorada
La misma de tantas sombras imaginadas
Aquella que en algún lejano tiempo
Mezcló el aroma de un naranjero,
Con el fruto nuevo de una higuera,
Adosó la calavera ceñida en unas manos
Con un cinturón de cuero corrompido
Creció entonces la aversión más visceral,
La màs dañina
La que estalla en la cara de un bribón algo altanero
Pero que rompe los espejos de mis sentidos
Esa extensión y su oceánica hondura de contenido
En el que los grillos fumaban mirando a la luna
Las cigarras cantaban al sol de primavera
En el que alguna puta me miraba con ternura
Es en este lugar, el de mi mente, antigua madriguera
Hasta alli recorro los peldaños enmohecidos
Las barandas de madera desteñidas
Alli y solo alli donde el mar de las potencialidades
Las mías, las que aparecen como dormidas,
La de una vida mejor como un crucero distinto
Con las mismas velas blancas desplegadas
Sabiendo que si alimento un astro afirmativo
Serán los rayos coloreados los que bañen mi semblante
Los que me enseñaran un novedoso alfabeto
Tan antiguo que se enreda en la rosa del amauta
En la desvestida lengua de esta tímida afrodita
Que permite que nade a favor de la corriente
Que con ella no habrá más guerra
Sino la mismísima paz de mi decencia
Pues el sentimiento que he abonado
Es el del amor, el màs nombrado
Que en esta vida tiene una Elena en su esencia
Mientras màs escarbo quitando, despejado,
Las mariposas multicolores de este dia
Se reproducen en la euritmia de su presencia.
Es el amor, el mas nombrado…el menos practicado.

LOS CLAVELES DE LA VIDA



He despertado al dia
Quizás a la vida,
De bellas alboradas
Puede que estas horas sean las señeras
Las que marquen las victorias,
Las invictas, màs tambien estas primeras
Quizás un buen inicio honre la jornada
Haga la diferencia, apreciando el aroma del jazmín
De las babas, que las luces de la alborada
Han permitido inscribirse en las murallas
Cuando el tumulto del silencio alcanzo su fin
Quizás tu silueta quede recortada
Frente a la apertura de mi cuarto
Para invocar la noche de las rosas desgarradas
De los cantos y madrigales que las sombras te profesan
Tal vez entre las sabanas húmedas, atormentadas
Quede como curiosidad aquel candor primero
El de tus largas piernas
El del volumen de tus senos
El agujero de la alcantarilla del deseo
La turgencia violenta de tus pezones
La de una dermis guerrera precedida
Por los cantos de tus labios sinrazones
Por un dorso convulsionado en movimiento
Con el sudor a la espera de mi boca
En las pequeñas puertas de tus poros
O en los dedos inquietos exploradores
De cuánto espacio o superficie se presente
Pero las partes solo son eso nunca el todo
Como pintarte con la acuarela de mis ojos
Sino es escuchando tu risa lujuriosa
O palpando en la penumbra el flujo de tus mareas
Màs oyendo las plegarias guturales del orgasmo
O recorriendo en peregrinación con mi lengua
La espuma más sabrosa
Las promesas bailando en las penumbras
Los adjetivos que pueblan el calor de ese tiempo
Las esquirlas de un estallido contenido
El abrumador silencio que sigue a la algarabía
Y la mente cansada que divaga entre sensaciones
Entre los fragmentos de esos momentos ciertos
Que como las estaciones de la existencia
Primero es un delicado trino
Luego las flores del huerto que se abren
Más adelante un precipicio de nubes informales
Y el sol, compañero en la algaraza
Se va escondiendo en su refugio
Sabedor, de larga data, que son las sombras,
Las mas oscuras, las pervertidas, las depravadas
Las que dan comienzo al juego fantástico
El más sensual, el voluptuoso, el litúrgico
El que se inicia fragoroso
Y finaliza con los claveles de cada madrugada