viernes, 23 de enero de 2015

NO PASAR PORQUE SI


Por la vida
no se pasa impune
no sin clavarse las espinas envenenadas
de un dolor que vine desde lejos
mezclado con lapsos de alegría
no se pasa,
en cada trinchera se ama y se pelea
se muerden los instantes a dentelladas
se hace equilibrio sobre el abismo de la muerte
se valora cada segundo la mirada
de quien se recuesta a tu lado hasta la penúltima alborada
se grita
se llora
se rie
se ama
pero rendirse es dejar que la parca gane su partida
dejas que la palabra te defina
te mueves sigiloso con toda tu torpeza
sabiendo que en los temas del amor
no elegimos sino lo impuesto
y no queremos sino lo inevitable
te encaminas hacia lo zona brumosa
por donde un cuerpo de mujer se desangra
te enredas en sus venas
entre las astillas verdes de sus brazos
subes diligente hasta el precipicio de sus labios
te aferras a esa cornisa hecha de besos y salivas
te deslizas por el tobogán de su delicada dermis
y en esa nueva eternidad renaces aún más sabio
entendiendo que la eternidad te requiere un alto peaje
sacarte cada tajo de lo profundo de la herida
penetrar en el desván de tus quimeras
poner candado a las falsedades que entorpecen este viaje
saber que mañana podrás volver hasta el regazo
de los afectos intentados que recrean sus maneras
sabrás que hay voces detrás de un silencio inerte
como también aves que marcan tus pasos
entonces dirás

que vienes pasando vencedor de la muerte. 

martes, 13 de enero de 2015

POETICAMENTE ESPECIAL


Llega la lluvia
en tanto voy componiendo el cuerpo
después de tanto incendio
las flores de mi entierro agradecen
mas no podrán que alegrarse
prepararse para otra ceremonia
he decidido ser un punto en la eternidad
en la cláusula intangible de mis ancestros
firmada en la ciudad perpetua
donde ninguno pudo alzarse con la pluma
la misma que herede por sus ausencias
reescribiendo la historia a mi buen gusto
o a su disgusto
pero sabiendo que nada es imposible
bajo el paragua de la infinitud con forma de mujer
tiempo difuso cuando la reconoces
entre los poemas estériles de su ropa
más contundente con esas pocas prendas diligentes
soberbia con su desnudez de hembra apetecible
que puede mirar cara a cara la almohada de mi cama
en tanto me monto en su soberbia estructura
no hay olvidos tras las manchas
solo la inimaginable frontera de sus tajos
transito en cuarto menguante
por el agujero de ese culo que a sus anchas
pide que entren a visitar su sala estrecha
en el penúltimo vagón de la lujuria
no hay barrera para quedarse sin respiro
solo la ausencia de este tiempo sin ardor
puede armar la escasa continencia
de una hembra impúdica y un varón
cuando se enfrentan en la batalla sin rendirse
sufrirán las olas de las sabanas esta indecencia
justo en un martes trece que se cae del calendario
sobre las manchas de sobriedad de mis baldosas
tan gastadas por el paso de fantasmas de otrora
tan sufridos los vidrios que atestiguan falsamente
que son felices con la ausencia del reflejo
de esos cuerpos del que asimilan sus siluetas
pero nunca retendrán los lapsos de su pequeñas muertes
y así seguimos hasta que nos volvamos viejos.
Roberto Brindisi







sábado, 10 de enero de 2015

A VECES SE EXTRAÑA


Después de esta noche
solitaria
casi vacía
sentí el frio de la puerta
el desprecio de mi lecho
el bostezo de mis sabanas
mas desde el antiguo espejo
aparecía el contorno de tu silueta
difusa
como despidiéndose
y me di cuenta que faltaste desmedidamente
hasta borrar la luna nueva
siendo la soledad la más odiada intrusa.
No hay reclamo
porque al menos tus formas volverán
no han saciado su apetito
conozco su voracidad hasta el averno
he incendiado miles de hojas en la conquista
se que admiras mi espada forjada de espera
se que te obnubilan los destellos de poesía
que cuando te despojas por entero de las brumas
reluce incandescente tu piel salitre de mujer
y ya no ladran los durazneros de mi quinta
sino que se asoman por las rendijas de mis ojos
para contemplar tu carne envuelta en sudor
afinan el oído para percibir la agudeza del jadeo
cayendo sus hojas cuando retumban tus gemidos
hechicera de madrugas eternas
labradora de alboradas en celo
nunca han de contarme entre los vencidos.
Pongo el café
esperando oír el zumbido de una gaviota
doy vueltas sobre mis indecisiones
ha de llegar el tiempo en que con firmeza
destierre de los bolsillos de mi tiempo
la extraña finitud engañosa y conducente
la misma que cavo trincheras en mis olvidos
la que se esmeró en no parecerse a ninguna
la que en el retorno de tus orgasmo te pensó inocente
la que tejió los momentos otrora perdidos.
Roberto Brindisi


miércoles, 7 de enero de 2015

UN POCO DE VIDA


Se sacude
la inmensa angustia dominical
aprieta los botones del estomago
hoy no se abrirá la puerta de la clemencia
ni la elegante soledad partirá el atardecer
hoy todo se puede
no hay excusas para no reírse de la parca
puede esta alegría calenturienta
hacer que se desplome el sol
hay que ver
como es que las veredas no revientan
a pesar de tu paso endiablado en las baldosas
mujer de insurrecta penitencia
vas a apoderarte de esa zona que nunca se negó
de ese espacio donde se astilla la holgazanería
para ver tus formas sin que pierdas tu esencia
hoy puedo afirmar que el sol gira en torno tuyo
que la luna es el traje que desnuda mejor te queda
se que traes puesta la bruma como taparrabos
mas donde caímos nunca más creció el yuyo
quemado por las pieles de un deseo arrebatador
a veces la vida hace un paréntesis
dejando que mezclemos el sexo con el amor
puntos que se tocan en el delirio
aritmética de suma y división
incendio que solo quema lo intangible
como una gaviota baja a picotear tu boca
los besos que mis labios disparó
queda mucha tela por manchar
y eres hembra que en estas cosas nunca se equivoca.
Se sumergen
los dedos de mi mano entre tus piernas
tintero mágico que enciende mis poemas
no será la prisa la que interrogue a mis estrofas
no será la inmovilidad la que las empuje
solo el deseo de poseerte enteramente
hace que mezcle las vocales en mi travesía
poros que espían la respiración del escribiente
tragos de tinta que escupen sustantivos
y vos allí despertando envidia en el espejo
en tanto termino esta poesía elogio de un demente.

Roberto Brindisi

Y ESTAN...


Y han estado ahí
debajo de los cardos de mi cuero
cuando tanta agua agridulce ha corrido 
remontando la escalera coja del destiempo
en la esquina en que me anunciaron
que nunca más mi vida despegaría de la muerte
pero han estado ahí
aun con mi miopía de media tardé
haciéndo el remiendo a mis angustias
llorando en silencio mis dolores
pensándo sin importar cuanta distancia
quiso ponernos la perversidad de la existencia
han estado ahí
nunca desertaron
aunque varios se hicieron luciérnagas amorosas
esas que cuando toco fondo
me reflotan a fuerza de permanecer invisibles
sosteniendo mi alma para que no se me descosa
han estado ahí
juro que en una tarde del año que termina
yo los vi
eran los deseos míos
las partes cuasi ausentes
o las que yo en mi torpeza casi perdí
y comencé un año con esas razones nuevas
donde se mezcla el presente intenso
el de cada veinticuatro partes
rompiendo el silbido del viento
viendo crecer esta instancia
en la que el amor tiene alma de albañil
o los bordes rotos de la urgencia de sus sonrisas
son el aire
el oxigeno vivificador
esa construcción que no repara en mezquindades
son esos parientes que se cocieron en cada día
a mi existencia de redimido trovador
en el medio de mi zona más dañada
son ellos los que empujan mi porfía.
Roberto Brindisi

LAGRIMA PERDIDA

LAGRIMA PERDIDA
Una lagrima
busca mis ojos resecos
sabe a agua con memoria
pero es solo una lagrima herida
tiene la desolación de mil desiertos
me busca aunque no he querido
se pierde en el atajo de mis arrugas
que querrá decirme sin animarse
me interrogo con sonrisa de bandido.
Camine con un andar esquivo
sorteando mi silencio enloquecido
doble por entre diagonales
buscando un amor hecho ave atolondrada
supe que al final del día
la esperanza vendería carnavales
que ese pájaro con nubes ateridas
tomaría la forma de mujer en la porfía
no sé si será la dureza purpura de sus pezones
o el sonido quebrado de su vestido
los que hipnotizaran a mi cuarto desabrido
pero si reconozco la maleabilidad de mis razones
para dejar que invadas mi soledad tardía
vendedora extravagante de dolores ya perdidos.
Los muros de mis vecinos
se resquebrajan despertando sus sentidos
esta noche no hay perro que ladre a la luna
ni sombras inquietas entre los pinos
esta noche afinaremos los gemidos
en el borde de un océano de calma
mancha roja de venas pasadas
de tiempos que nunca compartimos
será que junto a esa exuberancia tienes alma
se preguntan mis dedos a lo largo de la madrugada
será que el largo de tus piernas invento la geometría
la lagrima sigue pendiente de un muro consumido
en tanto inventamos el infinito en el ardor de esta otra alborada.

Roberto Brindisi