miércoles, 7 de enero de 2015

Y ESTAN...


Y han estado ahí
debajo de los cardos de mi cuero
cuando tanta agua agridulce ha corrido 
remontando la escalera coja del destiempo
en la esquina en que me anunciaron
que nunca más mi vida despegaría de la muerte
pero han estado ahí
aun con mi miopía de media tardé
haciéndo el remiendo a mis angustias
llorando en silencio mis dolores
pensándo sin importar cuanta distancia
quiso ponernos la perversidad de la existencia
han estado ahí
nunca desertaron
aunque varios se hicieron luciérnagas amorosas
esas que cuando toco fondo
me reflotan a fuerza de permanecer invisibles
sosteniendo mi alma para que no se me descosa
han estado ahí
juro que en una tarde del año que termina
yo los vi
eran los deseos míos
las partes cuasi ausentes
o las que yo en mi torpeza casi perdí
y comencé un año con esas razones nuevas
donde se mezcla el presente intenso
el de cada veinticuatro partes
rompiendo el silbido del viento
viendo crecer esta instancia
en la que el amor tiene alma de albañil
o los bordes rotos de la urgencia de sus sonrisas
son el aire
el oxigeno vivificador
esa construcción que no repara en mezquindades
son esos parientes que se cocieron en cada día
a mi existencia de redimido trovador
en el medio de mi zona más dañada
son ellos los que empujan mi porfía.
Roberto Brindisi

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