lunes, 29 de octubre de 2012


LA PALABRA PUEDE


Lo finito
le ha conferido al silencio
una cruel autoridad hechizante,
sabiendo que no es mudo el final
puedo escuchar el silbido enlutado
que cierran las grietas del mutismo
a pocos pasos de cuando empiezo a renacer
en el terremoto de viento agujereado
cuando tuve que sobreponerme a mi mismo.
En ese túnel enrojecido,
tramado de venas en diagonales
por donde no solo transita la sangre
sino el sentimiento de mil noches de truhán o forajido
cuando el viento canta en los árboles
de un almanaque de cartas españolas
donde las muchachas de oscuro carmesí
se extravían dentro de sus antifaces
retornando a los burdeles del convento
donde las espero para recuperar el tiempo perdido.
La vida corre como el agua de río
en moléculas infinitas de tiempo
entre mis huesos compartiendo la carne,
me aferro a la espada poderosa de la palabra,
me apoyo en ella hasta erguirme,
ya no me duelen las consonantes
solo se trata de comenzar a pulirte en versos,
en recordarte sobre el pergamino amarillento
o la hoja blanquecina de esta madrugada,
cuando saltando el charco de los suspiros
me coloco entre tus partes como zorro hambriento.
Así que huérfano ayer
al borde de conquistar la infinitud
me sumergí en la fuente de tus ojos verdes
regando mis vocablos con tus escapadas
hasta lo más profundo de mis entrañas
quizás sin que te percatarás de esa potestad
la de hacerme profundamente humano
sensible a tus noches desnudas en mi retina
desvestida de todas las mentiras de tela vulgar
humedecida por el tacto de mis huellas andariegas
como forastero que te hipnotiza con su rutina.
Finalmente se que tanto he andado
quedándome tanto por recorrer junto a vos mujer
que entretejí versos y párrafos de este poema tardío
cuando bajando el sol sube tu compañía
para hacer de las ultimas horas de este día,
de las primeras de la madrugada siguiente,
una embarcación de letras enredadas
por donde discurrimos surtos en este tramo
anteponiendo el amor al deseo mas que urgente.

domingo, 28 de octubre de 2012



                                                      DETRAS DE LAS SOMBRAS

Detrás de las sombras
soy un hombre que se desmigaja,
mientras en su lenta desintegración
va dando vida a este otro hombre de hoy,
el del silbido temprano
el del amor clandestino
el de las primaveras en los muros azules
el que saborea la punta de tus senos
eso y tanto más aflora
en este ser que viene desnudo
completándose en tus manos de candela
entre tus cabellos que el explora.
Y ahora soy la sombra
que cubre la sombra haciéndose luz
esperando en este sitio encubierto
que la prisa de unos tacos ágiles
despierten del desgano a mi ansiado entusiasmo
sepan desvestir lentamente mis silencios
desprendan suavemente mis temores
para que la habitación que esta dentro de mis sueños
comience a estructurar una noche de fuegos y artificios
palabra implacable de esta poesia
que trata de algunos abandonos y de estos amores.
La mujer que amo no es única
se parte en mil estrofas atrevidas
suele remontar sus ojos verdes en volteretas
cubrir mi superficie con sus labios
hasta encontrarla repartida en mi espejo
volcando sus soledades por la abertura de la ventana
por lo tanto no incurro en la omisión de ser un sabio
que te saborea de cerca sin desear estar muy lejos
cuando abras tu cuerpo en la mañana.
Así,
hombre finalmente
en la duración del grito de cada noche
veo retozar una sombra nueva
similar al contorno de los limites de otra mañanera
que comparte conmigo sus temores
de animal muy hembra en este albor de cacería
intentando entender los signos de alegría incandescente
con la complicidad del viento de la medianoche
donde se abren las heridas, tajos sin dolores
disipado en el barullo de la algarabía indigente.
Me pides que alce la pluma
que trace invariable mis mejores estrofas
que describa la turgencia de tus tetas firmes
que nade en la humedad de tus gemidos
mas debo arrodillarme con humildad
agradecido al señor de la voluptuosidad y la lujuria
ver crecer en mi mirada de casanova solitario
un nuevo tiempo con mi nombre en el oido
cosa no tan nueva pero desde el amor una alta novedad.

lunes, 22 de octubre de 2012



POEMA TERMINAL
Llueve
afuera pasa la nave de mis días
los colores inciertos de mis noches
el lienzo mágico de nuestros atardeceres
y la pluma que no tiene tiempo
en esta vida corta
de arar sobre un papel blanqueado
todo lo sublime de mis heridas
todo lo condenable de mis recuerdos
en verdad lo que poco me importa.
Como hombre impasible
a la lejanía maravillosa de la civilización
soy una almeja retirada mar adentro
muy cerca del espejo de mi pasión
allí donde te rindes corazón floral
en el mismo sitio donde las sabanas son la patria
de este terruño hecho de miradas extraviadas
de bocas despintadas en tantos cabaret
descorchando el champán de tus riadas
por donde tus anhelos y deseos se encabritan
y sobre la suavidad de tu piel escribo mi poema terminal.
Se cuanto colores
tiene el sonido de mi silencio
la cavidad inocua de una boca falsa
de unas promesas hechas desmemoriadamente
en otros momentos que no conservo
la evocación de que hubieran existido
salvo como un desfile tumultuoso de seños erectos
de nalgas remontadas al viento
o unos dedos satisfechos por someter vestidos.
Como hombre me construí
hasta perderme en los círculos de tu vagina
de tan infantil rayuela entiendo que aprendí
a morder rozando la punta de tu clítoris
mas fue la puerta de ingreso a este amor
que me convoca a sentirte en la alborada
cuando regresas sin partir a donde siempre uno imagina.
Como hombre
desprendí cada botón de la blusa de tus sentimientos
arranque del sopor mis ternuras congeladas
perdí con agrado mis vanidades
me transforme en humilde labrador de afecto
en los días que el sol fulmina la sequedad de las harpías
o que el viento huracanado despliega mis necesidades.
En estas horas de la vida
donde pierde sentido pensar en vejez o adolescencia
donde solo cabe ser el penúltimo tripulante
de la barca de Noe y las parejas
sin noción de saber si habrá otra palabra
dejando deshojado el viejo diccionario
te extendí mi mano para que subas en el certero instante…
afuera el diluvio empieza…       

domingo, 21 de octubre de 2012


LAS PALABRAS Y EL AMOR



Quizás como poeta
le adeude a las palabras
la sorpresa de parir pájaros migrantes,
en una celebración que cuelga del  asombro
como la vida mia que cultivo gruesos destierros
para que a la muerte no le quedan soledades,
espantada por las palabras nacidas con la vida
y despojada de estrofas como escombros
o de rimas que humedecen las vocales.
Tal vez la poesía mía no tenga mucho
porque para saberlo  hay que desnudarla
apropiarse de su centro
teniendo un lugar para protegerla,
asi es que entiendo que para poseer a una rosa
tendría que desvestir sus pétalos
apropiarme de su la densidad de su aroma
mas mis manos de hombre son palmas siempre vacías
dándome por tarea amar y escribir desde los huecos
desde los limites de bellos puntos y alguna coma.
Poeta al fin
le dije a mi amada en esta noche emancipada
que aunque perdiera yo mi nombre,
pareciendo que no respondo a su llamado,
volveria siempre al lugar en que ella lo pronunciara.
Como poeta
 en el naufragio terminal de mis asuntos
sentenciado a olvidarlo casi todo
he pedido se me exima de no recordar su rostro
o las formas tentadoras de cada madrugada
en nuestro espacio donde la luz no alumbra
cuando suelen hacerlo las mas sensuales formas
la mas flamígera espada de unas brumas
donde imaginamos una lámpara de piel hasta encenderla
y su continente vital que no retiene normas.
En las alboradas de bardo nostalgioso
suelo creer que lo visible es la sombra de lo esencial
que tus besos son  golondrinas húmedas en mi estación
donde llegar con los ojos abiertos a la mirada terminal,
como un estandarte que no se mancilla,
aunque los parpados abiertos tengan que cerrar muchas cosas
como las heridas del encuentro amoroso en el aliento  final.
Puedo como bardo embriagado
convencerme de mis nocturnas pesadillas
sentenciar desde el fondo de un tintero
desde la lumbrera de mi demencia
que cada estrofa que ilumino
es el peldaño  de este amor postrero.

lunes, 15 de octubre de 2012


                                                            MULTIPLES INSTANTES

De los múltiples instantes
siempre suelo recordar alguno,
el que por alguna razón extraña
evoca la vida desmigajándose
en un pasado de marquesinas turbias
de contornos borrosos en formol
de zaguanes con muchachas de faldas alzadas
y mi mano trepando por los costados
de aquella compañía deformada por el alcohol.
Mis recuerdos son esquivos
como el agua transparente de tu rostro,
la que moja las noches de Parque Centenario
como tus sombras que se suben a las mías
proyectándose hacia ningún lado
atrapadas por el cristal enfurecido del espejo,
duende inmisericorde de batallas de papel
que se hunden en la mudez del viejo campanario.
Por donde te lleva la vida
poeta de construcciones complicadas,
de descreimientos de añeja persistencia
cuando peinarle las alas a una mariposa
te era esencialmente vivificante
que entregarías la peor de tus derrotas
por escribirle a la luna plateada y sin esencia.
Te llevo tiempo creer
que lo que escribías también eran simples poesías
como arrimarte un domingo en primavera
al puerto robusto del amor en asturiano
para no volver a zarpar detrás del desafecto,
esos agujeros que la vida te impone con crudeza,
dejar que un hada de suave mano remiende tus soledades,
tus silencios de miradas hacia la nada
hasta lastimar desangrando al vacío
encontrarle la yugular al resentimiento
amar hasta el cansancio en cada madrugada.
Ahora es tiempo
de remontar las palabras de esta aurora
cuando en medio de tus labios me mencionas
me apresas salvajemente en este lecho
por donde tantos ríos de hembras han partido
y los besos son rojos camalotes a la deriva
que inauguran los limites de cada día
sabiendo que los dolores nos han parido.
El jilguero de la poesía
canta sobre los hilos finos de la vida
juega sin descanso en el desván de lo que ha sido
pero los pájaros como agujereadas golondrinas
regresan o renacen desde la lluvia bendita
consagrándose a la labor vital de lo mas querido:
el amor en el momento de ganar la partida. 

domingo, 14 de octubre de 2012




EL HORIZONTE DE MI PEREZA
Sin ropas ni harapos
así me asumen mis sueños,
en el camino hacia el despertar
en las horas ultimas del  verano
rompo la botella entre mis manos
y  con las astillas perdidas sin dueño,
mi ansiedad asemeja un conjunto de trapos
siendo una dominante sensación invasora
la que cobijo en mis entrañas con empeño.
Un punto suelto, no atildado
cae de mi cuaderno en la primaria,
suele desplazarse por los senderos fríos
del final de un poema volcánico
entre la yema de mis largos dedos
tan liliáceos como la muerte del pasado,
tan herido como el vacío de la morada de mi soledad,
todo lo escrito asimila la locura gris
alertando mis turbaciones dominantes,
cada letra de estas palabras suelo ser yo
en los confines de mi perdida humanidad.  
Sabrán mis versos si tengo salvación
o solo pierdo mis tímidos sentidos
buscando perdurar entre las ranuras de un poema
sentado a la vera de un sucio callejón
como en los márgenes de mis hojas postreras
mirando moverse tus delicadas piernas
en una bamboleante y sensual provocación
de escribir las líneas mas calientes en tu cintura
a la exacta temperatura de mi reiterada evocación
pero se que puedo derrotar a lo finito,
prolongando mi estadía en esta angosta estación
de interrogantes sin ninguna certeza,
solamente los pájaros partiendo en procesión
hasta mas allá de mi vista,
mucho mas lejano que el horizonte de mi pereza.