lunes, 31 de diciembre de 2018

DESDE EL FONDO



Se rompió el silencio
en medio de una noche vieja
allí donde el amor huele a mandarinas
a infancias por vivir
a heridas que vendrán
a sonrisas que calmaran la angustia
ahí,
en ese mismo patio del cielo, los recuerdos
y una memoria inmensa que descansa
llueven olvidos en esta madrugada
empezará un nuevo año
a las traiciones ya las conocemos
la lealtad tiene siempre un valor en alza
este anochecer cuando cambie el almanaque
se cruzaran estrellas fugaces con rostros de padres
de amigos y compañeros
no hemos desertado de la vida
no, hasta el último suspiro
ingenuamente creemos que habrá más
convulsionaran vaginas rosadas
en un leche de tiempo sin estrías
recordará mi olvido tus nalgas firmes e incitantes
pero la vida se extiende más allá del rio
más allá de la geometría de los sueños
hasta en las imperfecciones voraces de las pesadillas
pero siempre sabremos, hermano, que valió la pena
aun en la derrota de una vieja parroquia
acodados en una mesa sucia
con tanto alcohol y tanta puta
con tanto dolor desde pequeños
que nos hicimos grandes pariendo engendros
cuando pudimos fuimos bondadosos
cuando pudimos hubo sexo y guerrilla
hubo trinchera entre las piernas femeninas
valio la pena y porque no gastaremos aun a cuenta.
Roberto Brindisi

miércoles, 5 de diciembre de 2018

SOMOS



Hay puentes que se funden
después de una tormenta añeja
manos que se entrelazan
con dedos creciendo en este cielo
puede Buenos Aires volar de nuevo
multiplicar la trinchera de los sueños
agobiarnos enredados en las sabanas
soltar las ventanas atadas a las paredes
con un piso de baldosas rotas
todo es posible pero es poco
hasta lo imposible es un arrullo entrecortado
es que tus senos se prodigaron en mi boca
manantiales de golondrinas de otoño
pajaros perdidos en la neblina de la alborada
humo deshecho detrás de un infierno letal
juramos por el infinito
amarnos entre trapos, tiempo y espacio
ya no quedan llamas ardientes
antiguos espejos capturan tus contorciones
muros que se deshacen con tus orgasmos
los helechos reviven con la premura de tu sudor
nos invade el agua de este territorio inmenso
aunque nada moje esta lujuria interna
los medanos de tu pelvis herida
reclaman ser resarcidos por una lengua inquieta
no puedo recuperar la memoria de este lapso
solo los barcos sumergidos de tus labios
los besos que desembarcaron en mi boca
siento que tu mirada hace escuela en mis pupilas
ya no hay silencios que resquebrajar
a lo sumo decir que renegué de la soledad
por un presente lleno de versos  sin rutinas.
Roberto Brindisi


SIEMPRE HAY UN DÍA NUEVO



Salir de la noche
del llanto quebrado en suspiros
dejar la puerta entreabierta
para otros nombres femeninos
reconocer que siempre lloverá sobre el olvido
que no hay memoria certera
ni espejos rotos de papel y vidrio
ahora puedo mirar otros ojos
sobre el agua turbia de un pasado esquivo
puedo con mis dioses a cuesta
crear un temporal de silencio
levantar el muro de mis pesadillas
volver a desear nuevamente
como el primer día de una infancia incipiente
con sus heridas expuestas
con sus suicidios en millones de latidos
ayer ya fue tarde para remontar mi delirio
anoche se abrió de par en par tu silueta nueva
tus ropas raídas cayendo sobre este suelo
el espejo antiguo de mi cuarto agradecido
esta reseco de imágenes de lujuria
de gemidos que son música angelical
en la plena soledad de este cuarto torcido
no habrá almohadas incomodas bajo tus nalgas
ni los ríos dejaran de fluir
por alguna represa de lengua vespertina
la vida puede resumirse en este orgasmo tuyo
o en los besos descontrolados de ardor
avernos de otra biblia no impresa
incendios de fuego quietos
en cada ángulo de tu entrepiernas
la geometría del deseo no ha de rendirse
solo ha de erguirse la suavidad de tus pezones
veo nuevos puertos donde encallar mi nave
ahora la playa es un desierto de gotas
de alaridos enmudecidos en la prisión sensual
mientras despegan en vuelo audaz solo dos aves.
Roberto Brindisi












NOCHE SIN PASOS


Se muere la noche triste
de no ver tus pasos en mi camino
ni tu sonrisa que renace en el borde
de unos labios escarlatas vivos
la nostalgia se viste de amante
en la soledad de este cuarto mío
cuelgan tus ojos en otro sitio
tus besos ardientes en algún refugio herido
que delatora es la memoria
que no permite el olvido
o quizás no lo tolere esta esta pasión tan mía,
las aguas de tu lago aun humedecen mi almohada
no habrá lunares sin tu regreso
ni soles para envolver el vino
los anocheceres que fueron tormenta
hoy son solo un ansioso espacio vacío
quisiera no haberte sentido tanto
así y todo sigues viva adentro de mis entrañas
en las múltiples estrellas de este tiempo frio
veras los amaneceres en Catamarca o en otro lecho,
quisiera que todo hubiera sido un enorme error
pero no hay amnistía para mi desmesura en acción,
no muy lejos cantan grillos en la arena
parece que la hierba no crecerá en esta estación
solo los trenes que pasan a retiro
me devuelven el saludo de algún caminito antiguo
quedan remembranzas de un invierno compartido
tu empedrada calle casacuberta
llora la falta de una mirada caribeña
como mis dedos extrañan  la mancha
arriba del tajo bendecido
no quiero cerrar mis ojos florecidos en independencia
ahora marchitandose en la ciudad de furias esparcidas
para nacer a otro destino
hay que darle tregua a la inocencia
y puede que haya paz en este diciembre festivo
un ocho recordare los pinos
y esos años que han de venir alejados de los mios.
Roberto Brindisi


viernes, 23 de noviembre de 2018

EL SUEÑO Y LA ESPERA



He aprendido
a andar con mis contradicciones a cuesta
con mi intolerancia vacia,
con un dejo de humildad
siento el dolor del primer disparo
de la cuna hueca del abandono
de zurcir mi infancia en orfandad
de llegar a la adultez siendo un niño
creyendo que la luna es un sol tenue
en la oscuridad de tu mirada
no me han crecido alas como a los pájaros
sino espinas gruesas en otras alboradas
en las tabernas solo un vino agrio
y en los prostíbulos minotauros infantiles
he trazado unas líneas en el borde de mi lecho
alguna de ellas la representan
pero en esta penumbra resplandeciente
no llego a entender quién es quien
solo un pesebre de nombres femeninos
un espejo que llora la soledad de mi desidia
añorando las contorciones de unas hembras,
se aterra con mis desérticas sabanas
tiene hambre de gemidos nuevos
y en la impotencia de un sueño críptico
no puedo prometer geometrías ajenas,
confirmo que el universo es una perversidad
hecha de una infinitud de ausencias,
mas este cuarto tan malogrado
tiene el don de la eternidad estéril
será cuestión de abrir pronto los cerrojos
dejar entrar aquellos taconeos ciertos
ver la suave desnudez erguida
que juega a la rayuela con su lujuria
esta noche la luna será velozmente sensual
en la pradera de las dermis encendidas.
Roberto Brindisi


SOLO ESTA NOCHE



Voy a contarte
el último de mis silencios
el más resonante
el de la infinita espera
allí por donde asoman sombras infantiles
deseos perdidos en suspiros mudos
no quisiera interrumpir tu sueño
ese hecho de un color escarlata
vienes desde lejos trayendo largos cansancios
no somos culpables de este desencuentro
hoy dormimos en lechos separados
alguna vez jugamos juntos a hacernos el amor
a gemir con desparpajo
pero que lejano están esos momentos
hoy solo espero que regreses en alguna madrugada
rota la oscuridad del pesimismo
dispuestos a retomar corriente arriba
ese encuentro de labios hambrientos
esos besos que se dibujan con el tiempo
ver cómo crecen nuestros laberintos
debo decirte que Borges me dejo una página en blanco
un espejo añejo que alimenté con tu silueta
un tigre de bengala al que tu fiereza supero
no se ha extinguido
vive aún entre mis heridas no cicatrizadas
espera tu mano extranjera
la de tantas noches e incontables atardeceres
cuando en tu piel redacté mis manuscritos
obra analfabeta e incipiente
resquebrajada por mi intención de poeta
de amante,
de empecinado bebedor de versos
que siente el naufragio de este anochecer
lo que iba a contarte de mi silencio
para vos era un grito que acallaste
queda el sabor de amargo de la mentira
tu sombra es la que se muda
tu presencia es la más estruendosa ausencia.
Roberto Brindisi

sábado, 14 de julio de 2018

AGRADECIDO



Hay días
en que me entrego mansamente
al holocausto de una mirada ardiente
invisible en el hueco del tiempo
me sucede deambular por la calle
buscando las sombras de tu nombre
esbozo una sonrisa extraña
que se desliza por los zaguanes de mi barrio
huérfano de la vieja melodía de tus besos
me recuesto en la vidriera de alguna prostituta
me veo caminando ebrio de ayeres
en la misma borrachera que construyo mis mentiras
mis afiebradas fantasías
las locuras sin la sutileza de la literatura
en los mismos márgenes de una vida rota
pero los dioses se apiadaron de mi andar desordenado
me alejaran de ese vértigo rojo con forma de labios
supe del suplicio del averno en esta tierra
en un espacioso ayer del que no me desdigo
solo cuezo cicatrices infantiles entendiéndolas
marcas de mujeres que acompañaron mis amaneceres
hubo un momento, un instante en el me rendí
vinieron las voces a despejar mi mente
a darme la opción de empezar a conocerme
comencé a caminar muy lentamente
me apoye en mil ojos anónimos
en mil lenguas hijas del sufrimiento
en los oídos de otros semejantes
vi los espejos de mi cuarto multiplicarse
entender que nunca sería feliz por el afuera
pude hablar mis poemas más penosos
como enlazar mis esperanzas novedosas
entendí que como la oruga podía ser mariposa
que duraría mágicamente solo ese día
pero que podría volver a volar si repetía la jornada
mientras me internaba hacia mi profundidad más cruda
allí estaba esperándome para renacer
ahora no suelo prodigarme en vanidades
vale que me he reencontrado después de mi muerte
tuve que enterrar mis creencias absolutas
mientras llegas en la aurora de mi lapso, mujer.
Roberto Brindisi

martes, 22 de mayo de 2018

INFINITOS INSTANTES



Mi poesía son palabras
ideas, sensaciones,
brotes de ansiedades temporales,
no hablare de los recintos en un confín de china,
escribo sobre mis pesadillas oscuras
quizás parecidas a la del soldado asiático
pero es solo elucubración sin pertinencia,
son palabras que eluden a formas de mujer
a olores, caricias, a tránsito de vagina
por la superficie plana de mi subsistencia
describo impreciso los afluentes preciados
las heridas como puñaladas de nuestra infancia
que sangran de gemidos en mis oídos torpes
construyendo puertos en el centro del orgasmo
mientras recompongo tus besos en este anochecer
descolgados del borde inmoral de nuestros labios,
los pájaros traen al nido castaño de tu pubis
piezas pequeñas de infinitos instantes,
dejo caer en el infierno de mis olvidos
tantos recuerdos de otras geometrías inciertas,
cada repaso distorsionado del arte de mentir
o de circular nuevamente por el sendero bifurcado
de unas delgadas extremidades femeninas
que con generosidad se prodigaron en la alborada
saboreándose con los incendios en el eje  de mi almohada
fue la inmaculada deserción del placer entre las sabanas
la emperatriz que desesperó el crujido de los cristales
un huracán con forma de vocales bañadas en aguardiente
cuanta vehemencia irradió esa partida que aún perdura
su silencio suave recorriendo este hemisferio
su estampa conmovida por las lenguas del averno
a otros sitios inseguros se ha marchado
quizás a un rincón de Cudillero en Costa Verde
tiene el derecho que la verdad le asiste
como su libre albedrio hipotecado en el pasado
mientras tanto sigo labrando estrofas precavidas
sacándole la herrumbre a los candados del hambre
rememorando con nostalgia cuanto…cuanto me has amado.
Roberto Brindisi

viernes, 18 de mayo de 2018

JARDIN DEL FIN



Angustia
memoria de mi infancia
olvido que no llega
partes de un vacío efervescente
los vasos en esa mesa vieja
desbordan de alcohol
antiguas y solidas marcas de mis heridas
cicatrices incomodas en este presente
donde ninguna mano de mujer me apacigua
ningun beso humedecido de amanecer
se descuelga por mis labios perdidos
tan solo las gotas de lluvia de gorriones verdes
de cantares dementes en los atardeceres
la lujuria va limpiando el reflejo de los cristales
el espejo se deleita con las formas retorcidas
que acumuló en cientos de madrugadas
hasta caer en el borde acerado de la bruma
allí donde aún se escucha el taconeo alejándose
no sé si su soledad partida ha de recomponerse
se de este silencio que me sabe a mucho
a retórica que define la humillación de no saber
de no encontrar dioses que me eximan
de este dolor en la mirada persistente
humareda que oculta el deseo compartido
el de esa multitud de nombres femeninos
sin la posibilidad de retener ningún rostro preciso
solo el sueño brutal que interrumpe un reloj de arena
levantarse con un verso en la punta de la pluma
vuelco los vocablos rengos en una hoja deshilvanada
escribo ligeramente:
infinito, destiempo, lapsos arrugados
me obsesiona el espacio relativo de la nada
improviso un teorema de amor sin sustantivo
creo que esa puerta será atravesada por tu presencia
te rememoro en las exactos signos de tu ausencia
sueño con un valle de senos tuyos en ofensiva
de partisanas maneras de desplegar tus tajos
viendo como aumentas el caudal de tus arroyos
y la jornada se hace plena
hasta sonrojar a la venus de milo de mi jardín
impenetrable como el pubis de tu inocencia pueril
ya se ha hecho tarde en este poema extraño
tanto que al nombrarte quedamente le he puesto fin
Roberto Brindisi

sábado, 12 de mayo de 2018

ETERNAMENTE



En un instante
puede estallar el tiempo
convertirse en un ápice de infinito 
con sus sombras de horas y minutos
convenciones que no abarca la eternidad
puede que en ese lapso te enamores
se desate la peor de las batallas
mueran los dioses del olimpo
hagamos el amor a pesar de todo
pero no dejara de ser un instante
sucedido por millones de intervalos inagotables
como una pausa esencial en esta tarde
como la misteriosa obra de un orfebre de antaño
que se niega a sucumbir de forma lenta y constante
o de una mujer lujuriosa en el vértice de la locura
tras una ruinosa ceremonia ancestral
de extensos orgasmos en el agitado anochecer
no se oye ningún eco de aquella ruina interna
parcialmente la secreción del tajo en las ideas
no admitir el bullicio sordo de mis silencios
hasta que abrume tanto
alejando aves incapaces de emprender el vuelo
con el viento en contra,
como si nada sucediera
veré aparecer la primavera
tras el taconeo incesante de una silueta demencial
me llevo por las formas geométricas
aun escondidas en la nada,
me conmueven los extremos de mi angustia
atrás de una oportuna e inmensa irrealidad
sorprendido por un piadoso espejismo taciturno
del que cuelga mi vida aprisionada
que me devuelve las heridas de aquella infancia
tan presente en la hoja que la invoca
quizás por ello no hay memoria que rescatar
o se habrán marchado tus ojos verdes con mi olvido
será que tus palabras livianas en el amanecer
no ingresan por los poros suaves de mis oídos
o una sordera infernal propia de los ofendidos
habrá decretado que no retornes mujer.
Roberto Brindisi


viernes, 4 de mayo de 2018

EL HORROR DE CADA DÍA



Escribo en el borde del desastre
en el centro de la mentira impiadosa
allí mismo donde tanta hambre
no dejan que emerjan las sonrisas vírgenes
puedes no ser poeta
puedes no gritarle al sol por las mañanas
pero el cinismo, la hipocresía serán castigados
porque en su ejercicio desde el poder
significan muertes
inocentes que andarán mendigando lo elemental
cargo de tizas mis bolsillos
lleno de crayones mis múltiples manos
oxigeno me piden mis pulmones
exhalaré de alaridos el centro de buenos aires
rayaré sus paredes contando el martirio
de sobrevivir en este suelo americano
en compañía de psicópatas entregados al dinero
diré lo que veo en los contenedores
seres sumergidos en busca de alimentos
de pan, de peces,
de Jesús nuevamente crucificado
no los perdones padres porque saben lo que hacen
mercaderes de pájaros de esta tierra
han prohibido el vuelo sino pagan peajes
se arrogan la potestad de avergonzarnos
desde la comodidad de sus pecados
en la hora final nadie oirá sus quejidos
arrojaremos lejos las llaves de sus celdas penitentes
no han de morir mucho menos vivir
en un estado eterno de suspensión aterradora
han de rendir cuentas de sus múltiples horrores
con sus manos disponibles para moverse en el encierro
no habra abertura por donde introducir un dedo
más del otro lado las ratas merodearan sus infinitas riquezas
solos, avejentándose minuto a minuto
sin estarle permitido dejar de respirar
verán como protagonizan tantas pesadillas
en tanto los niños al paso,
le arrojan letras de un abecedario
analfabetos emocionales
no podrán escribir ni una sola palabra
ese día llegará como sucede con las estaciones
mientras tanto urge preparar la resistencia
abrir el corazón multiplicado
no dejar que nos venza la desesperanza
teniendo siempre al otro como parte de nuestra esencia.
Hemos de volver a soñar
aunque cueste mucho dolor intentarlo.
Roberto Brindisi

jueves, 3 de mayo de 2018

EXTENDER LA SOMBRA



En esas sombras nocturnas
florecerá una palabra gris,
intentará captar los pliegos de tu mirada
a la vuelta exacta de la antigua herrería
donde retumban golpes de una pluma
que busca forjar una intensa poesía,
alzan vuelos los pájaros desangrados,
las aves de sueños extremos,
la desilusión de una golondrina huérfana,
mientras tu silueta se adentra en mi cuarto
desvistiendo la soledad de mis baldosas
cae en el suelo las arrugas de una soledad temprana
veo extendida en la cama tus poros multiplicados
puede que escriba sobre tus curvas
o recorra el rio agrio de tus contorsiones
espasmos lentos en ardor
espasmos divisibles de ángeles turbios
en un tiempo de estaciones retardadas
inhalo para gritar mis silencios
para enumerar de nuevo las vocales
con un rotundo clamor sin tiempo
regresa de mi olvido las huellas de tu caricia
palmas de manos femenina que me excita
dedos que se entrecruzan con mis vacíos
labios que requieren la atención de mis incendios
el espejo refleja las contorciones duplicadas
en tanto el sonido de tus pisadas se escurren
son marejadas que ganan los pasillos
agua hecha de penumbra de jazmines turcos
no quedo ni un solo cristal que no se impregnara
de tu presencia contundentemente frágil
es tiempo de recoger los tramos de la vida
como unas líneas geométricas de contornos largos
cuando regreso de ninguna parte
me parece reconocer las situaciones nuestras
esa sonrisa disparada en el amanecer
o esos abrazos de terciopelo sueltos
cada cosa somos,
cada lapso nos construimos
en cada atardecer apagamos alguna angustia
más los encuentros son viajes inesperados
como un placebo cubierto de melancolía
impidiendo que las flores de este día se tornen mustias.
Roberto Brindisi

miércoles, 2 de mayo de 2018

CAMINO



Un largo silencio
precede la tormenta de un poema
la metáfora sigue la velocidad del tiempo
mientras el cielo es un juego infantil
detrás de los portales, la miseria,
la apatía de sentir la muerte ofendiendo el césped,
el atardecer no suele ser benigno
cuando de amores ha de tratar
solo te recibe una noche brumosa
que desprende los vestigios de alguna inocencia,
vienes a entregar tu cuerpo enteramente
sabes que no hay monstruos ni mitología
solo el vulgar deseo humano
el que desata tu ropa amontonada
en una esquina, el espejo refleja tus pezones,
en punta, ardientes, como un incendio en El Cairo
redondos, perfectos, para unas palmas ajetreadas
para unos labios llegando desde su infinita juventud
me recuerdas mi infancia despoblada de senos
vienes a traerme  aquella turgencia de la que nunca supe
a dejar constancia de unos tajos abiertos al placer
de unos besos robados en un vergel de sacristía
y unas manos que son hábiles en el manejo de mi hombría
no imploramos al llanto sino al goce
no haremos ídolos paganos por tanta desnudez
solo, si pudiera decirse, gemiremos una alborada
un desmonte de arroyos que se suicidan en el agua
debajo del penúltimo párrafo
en el que se estipulan los orgasmos repetidos
deseo sentir la temperatura de tus nalgas
y tus piernas perfectas entornas junto a mi
bajaré las tablas con nuevos mandamientos
crearé un mundo solitario e inhabitable
seré quien te esclavice a mi mueble horizontal
tantas veces caerá tu nombre
que mi amnesia no sabrá de intervalos
a lo lejos los chacales de esta estepa plana
y entre tus ojos una mirada perforada
unas palabras desganadas de tanta humildad
encontramos los andenes desordenados
en las vías de dos almas enamoradas.
Roberto Brindisi

sábado, 28 de abril de 2018

MÁS ALLA



Caen gotas finas
en este final de abril
mientras se cierran las ventanas
en una ciudad de fuegos antiguos
busco en mi inconsciente
palabras ignoradas en toda dimensión
abro la caparazón de las mismas
volcándolas despacio sobre el filo del papel
nacerá quizás un poema
la expresión postrera de mi silencio
una turbia espera de mi soledad
y entre esos vocablos se dibujan tus labios
amante de silencios nocturnos
de inviernos que traerán el frio de los cuadernos
unas manos que aprisionan mis sombras
unos dedos que se alargan hacia la luz
hacia el interior del vacío de mi infancia
cubre un dolor que cicatriza lentamente
solo el abandono puede ser compartido
reflejado en miles de espejos individuales
no hay peor perro que desgarre las noches
ni lobo más feroz que impida el olvido
lo se yo, largamente
lo sabes tú, desde lo inmemorial
desprotegidos detrás de nuestras pieles
nos aprestamos a cada instante por dar batalla
sin perder de vista que tu silueta es compañía
como una bandera roja de sangre espesa
como una guerrillera en tiempos de aislamiento
agrieto un surco para desplegar estos párrafos
te digo, han de matarnos una de estas noches
a pesar de creer en la infinitud del deseo
me dices que olvidemos lo que aún no ha llegado
que aprisione sobre mis labios rotos
unos besos que nacieron invictos
habrá que construir un suelo nuevo
si es que se nos impide el acceso al cielo
ahora desnuda paseas tus poros por mi penumbra
no renegar de la vida porque para esto hemos venido
digo en mi poesía que sigo siendo un bardo en celo.
Roberto Brindisi

sábado, 17 de marzo de 2018

EL AMANECER PUEDE COSTAR



Detrás de una sonrisa,
mentiras
junto a un mar de lagrimas
otro cumulo de falsedades,
cuesta sentarse a esperar la lluvia
quitar la maleza del autoengaño
cuesta porque nos convencemos de ser victima
ya no se mira de frente porque duele
pero los fantasmas no se disuelven
siguen errantes entre pesadillas
nadie viene a liberarlos
encadenados a esos sueños recurrentes
no mueren, se hacen fuertes
al abrir la mano se escapa una niñez partida
el dolor de muchos años de espera
mientras el viento se lleva el recuerdo
las palabras implorantes de afecto maternal
solo el sonido de golpes oscuros cotidianos
encadenan tu presente a lo que no dejas partir
lo que se renueva inconsciente en cada acto
en las palabras que nacen ensangrentadas
en la lluvia reseca de cada madrugada
no es de un país de antaño
es revivido en cada instante como actual
solo hay que animarse a mirar de frente
enfrentar los miedos a los monstruos imaginarios
solo y tanto, pero no hay forma de libertad
que no sea perder el temor a lo que no esta
abrir el abecedario para que nazcan poemas nuevos
se dé la inmensa cantidad de infancias sufridas
pero no sirven los refugios que dejan a la intemperie
ni la seguridad de las cadenas pretéritas
solo sirve vivir los minutos de estos días                                
suturando las heridas de la piel de un olvido
hoy es el único lapso de este laberinto
puede amanecer cuando desees que ocurra
para darte cuenta que nada puede haberse perdido.
Roberto Brindisi






martes, 27 de febrero de 2018

ES POSIBLE


Ahora recuerdo
esas pesadillas descoloridas
fruto de mañanas desangeladas
en la que me faltas
en la que no retengo tu sonrisa
en la que tus manos se evaporan
transformándote en un ave migratoria
mientras mi deseo de retener tus ojos
se desvanecen en la ceguera de mi despertar,
puedo oír tus palabras enmudecidas
que me hablan de infancias amputadas
el arado de la vida ha dejado huellas
el dolor es un arma cargada de fantasmas
nos hemos propuestos curar nuestras heridas
con las caricias de la escucha atenta
abrir las celdas a tanta inocencia mancillada
sabiendo de la inhospitalidad de este mundo
recreando un espacio único amoroso y pleno
en la frontera de nuestras falanges nuevas
resignificando cada besos que cae en nuestros labios,
no son los perros que devoraron el alma a la niñez
es el soplo vital de un tiempo a construir
miro los cristales de amañados amaneceres
entra el viento con un aura diferente
en el verdor de estas sabanas ligeras,
luminosidad de creer que el instante es infinito
nadie nos ha regalado el pasado
herencia cruel de disposiciones ajenas,
pero es posible construir momentos cálidos
primaveras de eternidad efímera
geometría de ilusiones inesperadas
destrabar el arcón de unas vigilias aparentes,
en este despertar en el semicírculo de tu entereza
creo entender que las partes nos pertenecen
el todo es una utopía a construir con trozos de vacíos
veo que vienes por unos puntos a la intemperie
por los senderos posibles de esta decisión
mientras escribo un poema que alguna vez supo ser mío.
Roberto Brindisi

jueves, 22 de febrero de 2018

DIVAGUES SOLITARIOS



No se me olvida
lo difícil de esconder la lagrima
de un llanto ajeno,
sé que es pariente de las mías
aunque hoy luzco una sonrisa
transitando por una ciudad en llamas
la angustia se resguarda bajo cada puente,
solo nacen mendrugos en la mañana                                                                                                                         
quizás los poetas nos nutrimos de opacidad
pero juro que mi mano empezó a escribir
versos que tendían hacia las luces del alba,
la soledad ya tiene entidad propia
no deja de marcarme arrugas en las sabanas
esconde mis espejos por objetos inútiles,
he perdido nombres en el atardecer
aquellos que evocan a las que se marcharon
sin retorno ni sendero por donde hacerlo,
solo el mutismo de otros apelativos
diluidos por el humo de un tiempo futuro
presiento un taconeo fantasmal en la distancia,
lo que era el cielo solo un enorme orificio azul
como un humo sostenido en mi retina
como una muralla de pájaros que emigran
aves alejandrinos de pereza extrema
reconozco que nadie se suicida en el pasado
hace falta creer solo un poco en lo reciente
aspirar una bocanada de aire en algún bodegón
volver a la noche por las calles de mi barrio
no marchitarse en el pantano de las horas
después del café o el vino ha de presentarse
con un contorno que evoca a la lujuria
o con una ausencia repleta de promesas
mi infancia no se ahoga por un instante
está latente con sus lastimaduras a cuestas
pero siempre hay un soplo animoso                                                     
las bibliotecas que albergan las formas
no descreen del valor de la esencia
por lo tanto imagino una vez mas
que en tu figura de hembra herida
volveré a recoger  los colores de tu presencia.
Roberto Brindisi




sábado, 10 de febrero de 2018

RECREAR



Una mirada
que ya no retengo,
que solo es abertura en este cielo
sin el ardor de una pupila,
ha pulverizado sus lagrimas
su asombro matinal,
cae suave convertida
de moho, en garua
en una ciudad extraña y hostil
con las paredes despeinadas
en tanto se oxidan mis dedos
ayer escribieron párrafos de una poesía
hoy amanecieron analfabetos
han perdido el objeto de sus caricias
el sustantivo de su deseo empecinado,
la soledad les dicta líneas y puntos
el vacío hace crecer la inmensidad de la nada
y tú no estás,
eres solo la sombra de la lujuria
quien se despidió de este cuarto en mi ausencia
en un atardecer de agobiante febrero,
he desordenado los laberintos de antaño
ninguna mitología sanará mis heridas
ni habrá sangre que corra como arroyo,
intento recordar el color de tu pelvis
mientras cuento las monedas de la miseria
el instante mal pagado de mi lisonja oral
es media tarde y me disuelvo entre las sombras
me he convertido en contorno
en silueta errante que busca su par
en este mundo de brumas y excesos
solo la falta de cordura me entrega una hembra
completamente incendiada de pasión
dispuesta a romper los limites formales
a ser un poema voluptuoso en sumisión
desembocando sus arroyos en mis sabanas
cuelga sus labios en lo profundo de mi dermis
puedo despertar en el centro de su canción
pero hoy no se me ocurre…
Roberto Brindisi

ELLA ES…



Ella
es el comienzo de un poema
el sustantivo a punto de detonar
las inmensas ansias nacidas del vacío
las alas que nacen de sus labios
vuelo de los pájaros en un atardecer
hace nidos con sus palabras suaves
muchas veces sueño que despierto en su sonrisa
sin haberla conocido aún
creo haber recorrido cada poro en mis vigilias
escuchó su voz que susurra en mis heridas
miro sus pupilas al hundir mis pesadillas
opresivos recuerdos de noches en insomnio
escalones de silencios desganados
por eso imagino su primer andar sereno
descalza en mi memoria temprana
apabullantemente mansa en su ardor
en la vorágine de un incendio infinito
ahora que despliego mi voracidad ansiosa
el deseo de reconocer lo imaginado
sobrepaso la fantasía por sus vocales
creo que ninguna mariposa ha nacido en vano
sigo el arroyo de sus labios prestos
los versos discurren dándole forma a su silueta
agua que se incinera en su mutismo
el mundo puede reinventarse en alguna taberna gris
no existen otros dioses que los que decidamos
ni otro Edén que el dibujado en las hojas de mañana
pueden los cielos precipitar sus lluvias                     
hacer de la tormenta un espacio donde besarla
zona libre de caricias astilladas
un ojo ajeno cerceno mi infancia dolorida
caen las gotas de tus pasos en avanzada
abro las compuertas de mi esperanza eterna
pienso que apareciste desde mi gélida niñez
para traerme los cristales de un alma enamorada.
Roberto Brindisi