lunes, 31 de agosto de 2015

SOLO ES LOCURA


Tanta locura
dando vueltas a mi alrededor
que de no estar demente
quizás me habría conmovido
o contagiado
quizás la locura me acaricie
porque me sabe indócil
traicionero
capaz de volver a dejarla
por alguna tarde de amor en primavera
pero le he dicho
que esa es otra forma de locura
es como cortarse con objetos filosos
sino es la afilada daga
es el vidrio puntiagudo
a veces pienso que invisible pueblo
ocupa gran parte de mi memoria extensa
de mis añorados días de temprana juventud
cuando no cabía en ese envoltorio extraño
me empecine en ver llover cenizas
hasta que en un muro claro
dibuje mis extrañas alegorías al cansancio
mientras miraba a la luna enloquecida
repetir incesante sus intratables ciclos
vi que asomabas tu silueta de entre la bruma seca
vi cómo se rompían los espacios pobres
los estrechas senderos por donde atraviesas
estas noches de humo y alcohol humedecido
hasta que caes rendida en mis jardines
los de baldosas duras
a los que les crece el deseo contaminado de su dueño
sentirás que unas garras te aprisionan
mas tu acostumbradas a ellas
no pondrás reparo sino lujuria
no dirás que fuiste inocentemente embaucada
cuando ya no queda lobo al que no amansaste
ni grito que no te imite
en ese jadeo intenso de medianoche
en ese intempestivo vuelo sobre mi lecho
recogeré las velas de mis apuros
intentaré saciarte ante mis espejos
viéndote desnuda sin despegarte
de lo que quedan de mis años duros.
Roberto Brindisi


NADA NACIO EN AGOSTO


Como una hoja
en mustia extinción
se muere agosto
se le van cerrando los ojos
sin atinar a ver que sigue
fue un mes de pocos cuerpos luminosos
de café desabrido en madrugada
fue tanta soledad
tanto silencio
que atronador se despide sin memoria
no supo estimar los días de sol doliente
solo la lluvia
el viento gris y frio
la austeridad de mi mirada
el creciente malestar de los gorriones
que vuelan arrastrándose en el aire
mas ninguna noche de niebla áspera
pudo sentir los pasos de la hembra deseada
no llego
y me temo que en estas últimas horas no lo haga
su presencia partiría en dos
a este mes de fríos e inadecuados recuerdos
treinta y un días para parir media noche de lujuria
no tiene mucho sentido
el significado de la muerte no se develara
ni el sentido de la vida ha de tener respuesta
solo hay hambre detrás de los mendrugos
solo un rio de tinta seca ahogo mi poesía
entre ese paréntesis seguí andando
me transforme en tortuoso puntos suspensivos
cargue de gramática a mis mejores armas
y empecé a cuestionar la tarde con adjetivos
en tanto entre dormido pensé que llegabas
solo era el eco de tus pasos en mi memoria
solo unos besos que se marchitan sin regarlos
unas manos estirándose en el espacio
buscando un rostro familiar al que acariciar
pero agosto a incendiado la pradera
no nacerán afectos hasta un nuevo mes del año
queda la espera, eterna e inacabable
como mi ilusión ahora prisionera.
Roberto Brindisi




lunes, 3 de agosto de 2015

SUPONER




Supongo
que mi mirada herida
desgarrada
detrás de una mancha brumosa
no percibió el final
se engaño en la miseria de unas palabras
invisibles
casi desdentadas
con vocales que rengueaban
detrás de un adjetivo errante
vocablos vacíos de verdades
yo que se extensamente
que nunca se llega al abismo
por el sendero de la honestidad
creí que había más metros de terreno
mas espacio por donde hacer entrar el tiempo
supongo que fui cómplice necesario
se que desperté demasiado tarde
que desde la prisión de soledad
veo los barrotes de la angustia
creo extrañar esa depresión en compañía
mas aprendí que nunca se vuelve al mismo sitio
ni se pisa el mismo suelo
ese agujero en mi lecho se rellenara
como se rellena mi existencia
solo sé que hay calma en esta espera
que no sabe de retornos
sino de comienzos entusiastas
de ilusiones subversivas atrincheradas
quedo atrás esa visión luctuosa
he comenzado a abrir las jaulas de los gorriones
se han puesto a volar los instantes
las horas ayer aletargadas van cobrando vida
supongo que debo suponer
que esto es estar de pie del lado acertado
he zurcido cada tajo de esta lastimadura
he dejado que nacieran mis alas afiladas
he descorrido la desnudez de mis espejos
ha vuelto a ingresar la ventana por mis soles ignorados
se que es hora de compañía en las infinitas madrugadas
porque es el amor que viene de lejos
será para curar mi mirada de hombre enamorado.
Roberto Brindisi