sábado, 27 de diciembre de 2014

JUEGO A LA VIDA


Inclasificable
así deseo andar como poeta
como animal sexuado en este espacio
con el ala destruida
pero sabiendo que aún me queda una
con la que soñar la posibilidad
de atravesar los cristales de esta angustia dominical
vidrios opacos
oxidados
de tanto tiempo que llevan arrancándome las vísceras
sigo
con la mente enyesada y el pensamiento corto
con un corazón con sus hendijas esperanzadas
con la bondad mentirosa de una amante
que se conforma con no morir sin ser letra
con vivir los retazos de una lujuria de madrugada
ardiente
despojada
cediendo a miles de muertes pequeñas
que la transformen en una sombra jadeante
impregnada en la pared de este cuarto húmedo
que se construyó de placeres envolventes
de humo
sudor de hembra
gemidos anhelantes
y en ese perchero de madera
descolgué su boca tan sensual
capaz de besar mis labios empapados en años
o bajar hasta el mediodía de mi existencia
puedo decir que no me costó descifrar su lengua
ni el arameo de esta magdalena me produjo ningún daño
si recordar que su partida es el otoño de mi almanaque
aunque por vivir al borde matemático
de esta geografía que me dio las mil y una derrota
se que nunca queda el lecho vacío
que solo se trata de elegir en la hilera de mi ático
a la mujer que con el alma deslustrada
abrirá sus dedos paseándolos por un desierto de piel
correré la luna que estando llena es molesta
jugaremos a los dados en lo dorado de su pelvis
prometiéndome que esta noche será enteramente fiel.
Roberto Brindisi



sábado, 20 de diciembre de 2014

DISGRECIONES SOLITARIAS


Si alguna vez
pudiera tomar nota de mí mismo
quizás me perdiera menos
y dejaría de dudar si huyo
o es que me traslado hacia la nada
recogiendo gotas de viento
en los agujeros verdes de los yuyos.
Si alguna vez
pudiera separarme de mi
no me escucharía quejarme
sino aceptar esta irrealidad intangible
este tiempo de corpiños rojos
de sudores trabajados por el sexo
de esas manos delicadamente volátiles
que se trenzan sobre el mimbre de mi virilidad
podría quizás entender ese vacío
de astillas afiladas descartadas por inútiles.
Si alguna vez
vinieras desde el fondo de la vida
enteramente desnuda
pidiendo a borbotones los destellos
los mordiscos de la noche en tus pezones
se que destrozarías los bordes de tu boca
colgarías las muchas brumas de tus labios
en el alambrado inexorable de mi cuello
sin sopesar ninguna de las mil razones.
Si alguna vez
esta espera inenarrable
esta tensión desesperadamente hueca
fuera completada por esa llegada inoxidable
con tus carnes reposando en mi vientre
entrelazando mágicamente el mimbre de mi hombría
a las formas geométricas de tu entrepiernas
valdría la pena acribillar la oscuridad de esta noche
porque mañana tendría sentido el día.

Roberto Brindisi

jueves, 18 de diciembre de 2014

SOLEDAD ALETARGADA


Que lejos quedó la soledad
que hoy cerró la puerta tras de si
abriendo suavemente las ventanas
quiso acurrucarse entre mis sabanas
desparramando por el suelo el eco de mi voz
en medio de mis ropas desplanchadas
y se sentó a esperar su muerte
sin darse cuenta que no la alcanzaría
siendo parte de la misma
negando la tristeza de su destino
pero acobardada en su coraza
no ha de encontrar dioses que la reconozcan
su suerte está atada a mi terquedad
a mis silencios rotos por la mitad
aunque me plazca verla retirarse
regresará fatigada por demás
con los labios desgarrados
en medio de los gritos de la humareda
en una bruma acerada desde atrás
mis silbidos le marcan sus pecados
diciéndole nunca más
regreses sin su compañía
porque ella te abandona en el desván
cerrando las puertas con candado
deshilachándose con sus gemidos
los que aprendió cuando volvía
desempolvándolos entre mis poros
de esta dermis que muerde los sentidos
de las arterias bravías de sus senos
dejando que recorra la humedad de sus arroyos
en las alas de estos dedos
los que hurgan el jadeo de tu ardor
en la alborada de esta ilusión donde nunca menos
que abrirte los vocablos más eróticos
me acercan la certeza de tu sinceridad
cuando te apropias de los enigmas de mis laberintos
en lo generoso de tu andar sinuoso
en el borde mismo de la eternidad.
Roberto Brindisi


martes, 16 de diciembre de 2014

PROMESAS


Hay días
que el tiempo me despeina hacia el pasado
ahí me hundo en el rencor
en heridas que no están ni son
pero es dura la migraña de mis recuerdos
como duro el humo que me pierde
entre yuyales mustios de ayeres invertidos
es que el alcohol te deja el cerebro taladrado
las penas no se mueren en un bodegón
los perros cojos vuelven pervertidos
siendo mi presente un equívoco inigualable
hasta que retiro del perchero la razón.
Hay que seguir
buscando abrir la puerta de este hoy
a las cosas positivas que llueven desde el paredón
no caer en el desconsuelo
inspirando mi trabajo con las ganas de escribir
de vivir
tengo como mandato los ojos verdes de mi hermano
que me marca en las venas la tinta de lo que soy
la promesa que Malena ha de llegar
a esta pieza donde ladran las baldosas
esperando ver caer la tela de la lujuria
solazar la angustia del espejo por su boca
que la luz del anochecer la encuentre entregada
en la música del agujero de estas horas
por donde fugarnos hacia este instante
en el que desnuda descoses las madrugadas
con los ojos vueltos a la mujer que implora
para incorporarte en vuelo rasante
descolgar las agujas del reloj que dan las dos
volves a confesarme que cansada y fría te encontras
es que en el destierro agujereaste lo anhelante
la libertad es un don que te cobra algún peaje
por eso te regalo esa esclavitud que añoras
en este espacio de sombras hay luces expectantes
buscan los pájaros que se incineran libres
que no se le acalambran las alas a pesar del viaje
me parece extraño hablar con tu promesa
pero tu pasaporte tiene el sello desgastado
las sabanas están inquietas por la larga espera
en tanto yo termino este poema en mi vacía mesa.
Roberto Brindisi


  



domingo, 14 de diciembre de 2014

SABERSE HOY


Quien soy
me pregunte
después que el invierno se llevó mi piel
debajo del roció aguante mi sed
quien si las gaviotas de tu boca
agujerearon mi humilde soledad
la que me lastimó
la que me hizo tanto mal
y ahora sentado en el placard
espero colgado en una percha de silencio
salir al mundo  de papel
hacerme verso de la mano de un poeta
que me diga la verdad en un adiós
al menos duro pero no tan cruel
quien si ya me fui
si se terminó el terraplén
si no llegue a levantarle la pollera
rubia, de escote generoso, en medio de la hiel
me quede en un estado estéril
símbolo de mi enemistad con dios
angustiado por las voces de mi voz
sin saber porque hable en el momento más inánime
levantándole un dejo a la deidad
aquella que precedió a mi adiós
falso
como si no hubiera sucedido
es el caldo ansioso del olvido
o es la carne fresca de este día
ahora solo queda solazarme
en medio del desierto
de unos cardos gigantescos
que susurran entre tus pechos
conmovidos por el tiempo muerto
mas finitos que su espalda al techo
cuando tu boca me mordió
ahora solo queda preguntarme
si soy el que invento la poesía
o inmerso en ella no registro mi pulsación
veo entre los renglones las sombras
de tus tetas que son la perdición
que me queda en este olvido
sino es el jadeo
cuando algo más que ardiente es que me nombras.
Roberto Brindisi


sábado, 13 de diciembre de 2014

INTENCIONES


Despierto
envuelto en un murmullo de pájaros
que desgrana mi última pesadilla
son aves de vuelo rasante
con las alas atrofiadas por el sol
quizás el mal sueño continúe
o la realidad sea múltiplo de una mala noche
como así también un tablero de ajedrez sin piezas
vacío
crudamente ralo
al que no le crecen los escaques
mientras me despierto con la cara desplanchada
busco la sonrisa matinal entre mis dedos
cargado el ambiente de un ausencia vibrante
sombra del frio que se introduce por las rendijas
de la cerradura falsa de una ventana
siento que tu piel esta bajo la ducha
más solo es la sombra del agua salpicada
el espejo guarda tu figura
como atesora lo cimbreante de tus movimientos
las sabanas mudas añoran su sangre calurosa
guardando el aroma de su envoltura
alegrándose con la picardía de sus piruetas
tienen las formas de sus rodillas penitentes
mas el atardecer se tornó cerveza en jarra
cuando las manos se desintegraban en mis bolsillos
cansados de la espera incinerada en su vértice
y por la calle se ve correr un pedazo de esperanza
como un clarín anuncia a una pelvis arribando
y mi ropa me abandona dejándome expuesto
a las geométricas formas de tu presencia
aunque por momentos me quedo con tu mirada
se que he de bajar la vista hasta desnudar
la vanidad de sentirte inconquistable
la insurrección de tus hormonas perforables
en el medio de mi ser vulnerable a la seducción
de atraerte hacia mi oscuridad lujuriosa
desvelando mis más empecinadas intenciones
donde devastados terminamos por mi decisión.

Roberto Brindisi

viernes, 12 de diciembre de 2014

IMAGINAR EL RECUERDO


Asomado a este día
me doy cuenta que la sombra la precede
que está en la quinta puerta
con los zapatos de lunas astillados
envuelta en mi imaginación febril
da la vuelta por las veredas del infierno
no va de ángeles este encuentro
son truenos y azufre lo que adornan este lecho
es la lujuria que malherida renació
como un ave que cae en las olas de acero
en medio de una prodigiosa corriente
por donde discurren los pétalos de estas rosas
he fantaseado con hacerte el amor
en la desembocadura de mis sabanas
en el paréntesis que se abre entre la noche y la alborada
en ese instante beberé las gotas de tu piel
como un fantasma que descubre tus orgasmos
sentencio que no hay pecado en el placer
solo un ápice de maldad al espiar tu incompletud
darme cuenta que te lleva el viento del oriente
y que gimes como con un lenguaje extraño
jadeando se humedecen los senderos de marfil
que inspiran mi poema urgente
se que es tu sed de hembra ardiente
la que ha perforado las ventanas de mis deseos
veo la sangre que corre por tus venas agotadas
que claman por mas bullicio silencio de los dos
la que abre sus paralelas bastante activas
como enredaderas trepando por el muro de mi espalda
son los giros inmensos de mi invención
porque vienes en camino desnuda de toda soledad
recubierta con las ganas de mirar en el cristal
los extraños momentos en que estarás intensamente
es el silencio de mi antiguo espejo
el que atrapa tus cabellos impenetrablemente sueltos
ahora que casi estas
las baldosas de mi cuarto se estremecen
sintiendo toda la brillante ansiedad
de juntarnos hasta que las horas se pierdan
que el tiempo sea solo un estéril recuerdo
entre las llamas curtidas de nuestra necesidad
en el instante último que algunos recuerdan.
Roberto Brindisi


lunes, 8 de diciembre de 2014

Y LLEGARAS


Espero
un día que no sea día
sino una noche fallida
un ruego ciego sin colores
un camino partido entre sus cardos
eso espero
y en esa espera interminable
como la de los condenados a vivir
esos que se pierden en segundos
los que muerden los minutos
los que desdeñan las hojas de la tarde
los incapaces de enhebrar una palabra
sin que el cielo se abra en fragmentos
como un libro antiguo
borroneado en sus márgenes
los eunucos caballeros de la ignorancia
que hacen gala de no saber donde empezar
solo que el sol sale por occidente
cuando se pone la lluvia dolorida
entre garúas de letras desusadas
Y así espero
sabiendo que no vendrás
sino se incendian mis deseos
mis recuerdos concupiscentes
mis reclamos de hombre caprichoso
el de las mañanas terracotas
con adoquines en las esquinas rotas
lugar por donde doblan las ilusiones
sin dejar de mirar este presente
que no acepta concesiones
puede que sea hoy
que la vida riegue mis gorriones
grises en las mañanas religiosas
alegres en los atardeceres más urgentes
pero siempre estarán mis labios rotos
a la espera de la jarra de tus senos
para absorber del líquido promiscuo
dejaré andar mi lengua por los bordes
de ese cuerpo encendido de pasión
mientras los ríos y arroyos de tu sabiduría
inundan la sequía de mis dedos ancestrales
que herede de mis antepasados resecados
como hacer transitar mis gotas por tu cuello
o erizar la geometría de tus glúteos
dando cuenta que en el amor no existen cosas fatales.
Y espero
como espere mil veces
sin llorar lagrimas inmerecidas
comenzando a amanecer en mi interior
porque llegaras mansamente
cuando la luna atropelle al sol
en tanto nuestros continentes
se entrelacen en la esfera plana de mi lecho
con la malicia instintiva de romper la prohibición
esa tan antigua como la misma sequedad
de no hacer del sexo el amor
hecho benigno clandestino para los asesinos
que gustan de jugar a las masacres de innombrables
de desarrapados de cuanta latitud
y solo aceptan la disciplina de los burdeles
burocratizando la lujuria en cualquier expresión
tratando de adueñarse de una pulcritud
que nunca compartiré en mis laureles.
Espero
tan cerca de empezar a amar
que he despertado a las paredes
iré por ti hasta el filo del terraplén
cuando tu silueta de hembra anhelante
atraviese lentamente las angustias del ayer
atrapando tu silueta sin desdén
y juguemos a que la existencia esta toda por delante.
Roberto Brindisi


SI LA POESIA...


Si quieres creer que existo
es porque no has leído mis poesías
hace años que deje de estar
me paseo entre sus líneas
en cada adjetivo se va mi piel
o en cada verbo mi aliento fino
en vida soporte una carga de tonos horrendos
me sepulté en lo de Alejandra Pizarnik
volé por el cielo de los renglones
con mi amado Roberto Juarroz
y en esa poesía hermosamente vertical
me desvanecí siendo unos versos de Tuñón
mirando las lunas agujereadas
los paredones del sur de Buenos Aires
en una esquina asfaltada de tangos
practiqué un dos por cuatro
con el mismísimo demonio
diciéndole que nada hay después del paredón
solo la clemencia de un bar lleno de alcohol
con las heridas donde lloraba el tano
que ni el color carmín quedo en el buzón
y me marche
por entre las comas que nunca puse
con mis anteojos verdes
bajo el cielo entumecido y multicolor
abrazado a mi condición de tinta rojiza
como la sangre que traspasa mis venas
que arde entre tus piernas literalmente
mientras tus pezones se hinchan y vuelan
así que si dices que te penetre
no he de desmentir tamaña sinceridad
solo ten en cuenta que fue mediante una estrofa
puede que en tanta voluptuosidad haya sido un poema entero
nunca renegaré de mis errores de ortografía
porque generosamente me has entregado los tuyos
solo puedo decir en este silencio
que de vivir seguramente repetiría cada día.
Roberto Brindisi


ESTOS SUCESOS MIOS


Suele suceder
en que hay momentos
que mi desequilibrada calma
empieza a ordenar el caos
de un universo de cifras inalcanzables
poner sobre la antigua alacena
la suma de todos los infinitos
en tanto mi mirada albina
se dirige hacia unas ramas de hojalata
como agujas de metal
inclinadas confusamente por el viento
ya no te espera
ya mi recuerdo quedo en el olvido
y mi próxima estación es casi invisible
pero hoy me deleito con mi desprecio
ese que me produce la muerte en cuentagotas
que no recuerda el volumen de tus senos
ni cuantas virginidades te he comprado
sabiendo que eran palabras corrompidas
mas mi mente regresa a algo ameno
ya que la memoria es la máxima deshumanización
es una mentira atroz
suavizando lo que deseo
martirizándome con fantasías que no existen
digo enteramente solo por hoy
no beberé de las aguas de tu desierto
ni comeré las manzanas de tu desgracia
sabrá mi espera de recompensas en platos nuevos
relameré la fuente de un pubis ignorado
elevaré mis plegarias hasta unos labios desconocidos
besaré las faldas desnudas de tus piernas
dejaré que la luna nueva se apropie de tus jadeos
en tanto mi lecho se viste de tus gemidos
y en un suelo techado de un caótico mar
de prendas que desaparecen con el tiempo
frente al cristal penetrado por la lujuria
serán dos sombras la que iluminen la nada
las que disputen cada poro en una pelea final
será la bruma de dos verbos exaltados
los que animen a los ciegos instintos
a declararse vencedores al final de esta madrugada.
Roberto Brindisi


miércoles, 3 de diciembre de 2014

MUJERES


Mi historia
esta hecho de retazos de mujeres
truncas,
ya inmodificables
madre en estado de liquidez
mujeres y más mujeres,
perforadas
imperfectas
desarmadas
menos mi vieja
la abnegación en su máxima potencia
o mi descendencia
con la que quedan tantas páginas por llenar
o la mano pequeña de mi nieta
a la que le debo miles de juegos
de plazas verdes por la ausencia
y yo en la imposibilidad de sustraerme
porque hasta mi muerte es mujer
con la que hemos dialogado reiteradamente
ella envuelta en la locura del alcohol
yo en la ternura del delirio
anegado en un lugar sin nombre ni separaciones
atraído por el poder de mis pesadillas
cuando intente abolir el atardecer
con el fin de convertir a mis noches laboriosas
nocturnidades con sus secretos mal habidos
cuando el silencio de un hombre precede su suicidio
o ver caer la luna agujereada
antes de que alcance su cuarto creciente
siempre mujeres
que han regado de vida y finitud
los espacios de mi memoria en retirada
soy parte del pensamiento nostálgico
de los que conservaron su certificado de defunción
cuando nuestros hermanos se hicieron luz
hace tanto tiempo atrás
que son como las estrellas muertas
y ahora soy mar que los rescata
soy también el que aún espera en el filo de la utopía
soy el sexo que se dio
para no sucumbir ante tanto horror
teniendo entre mis ojos la promesa
de que nadie impediría que llegaras
para que junto celebráramos la aparición de este día.  

Roberto Brindisi