Durante años
Soñé con tus besos,
Que pasaban indiferentes
Por el exterior de mi ventana,
Anclándose en otras bocas
Y yo con la sequedad
Humedecida por alcohol en cada madrugada.
Durante largo tiempo,
Soñé con verte desnuda,
Navegando por tu espalda,
Escalando por la redondez de tus nalgas,
Inspirándome en el sudor de tu fajina,
Pero no eran mías esas caricias,
Tenían otros depositarios quienes no imaginan
La fortuna de estas delicias.
Durante años,
Solo acumule poemas
Deshilvanados,
Desteñidos,
Que hacían referencia a la cruel soledad,
A los bordes de mis espacios vacíos,
A los límites de mi gramática,
Que soportaron los agujeros de la vida
Sin que cruzaras el portal y te entregaras.
Durante lapsos que eran siglos
Esa amarronada ansiedad me ganó,
Me atrapó entre verbos desganados,
Entre sustantivos remendados de pobreza,
En la desértica superficie de cuerpos de paso,
De besos y promesas mentirosas,
De hembras con nombres extranjeros,
De senos erguidos pero fantasmales,
De deseo comprado por algún dinero,
Hasta que me volví conmigo mismo un forastero,
Un aspirante a poeta sin su Matilde,
Poseedor de muchas cosas, principalmente males.
Un día de gracia
Desperté de un sueño de adicción,
Que no era suma matemática convencional
Y me encontré que las mañanas eran distintas,
Que hacia ya un tiempo tenía compañía
O compañera,
La dueña de mis tiempos y volubilidad,
La que empezó a marcar los deslindes de la excitación,
Cercando y dibujando las gotas de rosas en celo,
Ya mi vida era un velero andando por tu delta,
Recogiendo camalotes como los de Corbet,
Digna como proyecto del "origen del mundo",
Nuestras alboradas fueron y son insomnes,
Como amantes de mirar profundo
Compartiendo la tierra y ganado el cielo.
Ahora
Por mi ventana pasan ojos
Que miran el interior
Donde como amantes hacemos el amor
Sin mas rendición que la de mis antojos,
Entendiendo que la vida
Siempre tiene sentido
Aun cuando parece que todo o nada esta perdido.
Durante este tiempo...
jueves, 29 de septiembre de 2011
martes, 27 de septiembre de 2011
SOY...
soy
el que le dio sagrada sepultura
a las decadas vividas
entre temores y esperanzas,
entre alguna o varias alegrias
sin olvidarme de mi osamenta y mi carne dura.
soy
el que puso una cruz invertida
que me recuerde cuando naci,
lugar, hora y llanto,
pero omiti poner algun final incierto,
ya que entre suspiros senti
a la parca en retirada
decir que hay batallas no ganadas,
que solo tiene entidad
quien le teme o reverencia,
al levantarse en cada alborada.
soy
el que vio deshacerse gota a gota la cascada,
el que nunca creyo que el vacio fuera nada,
el que en algun momento del destiempo
entendio su destino encendido,
pasar de ser yo
a encontrar a quien me tenia merecido,
mujer de domingos luminosos,
de boca y besos generosos,
creadora de la palabra paciente,
viendome tejer los versos
con madeja imaginaria,
la que me capturo con sus verdes ojos
en mi andar de bardo perverso,
y asi ya no soy,
empezamos a ser o somos,
cuando bajo una luna centenaria
me develaron su parte oscura,
la que desarma mi apariencia externa,
me desmembra la escritura,
esa de locos arroyos y rias,
la de pueblos sin semanas,
la de iglesias profanadas por la turba,
la de piernas que se mecen con los sonidos
de murmullos que se elevan
ante mis dedos que alcanzan atajos
en un andar peregrino y casanova,
sabiendo de redondeles pero no de cuestiones de bajo.
asi que cuento esto
despues de andar desaparecidos,
entre lapsos de dias y noches,
entre lechos de desnudez cronica,
entre laberintos de panteras en celo,
como una reserva de miradas al acecho,
en la nervadura misma de lo eterno,
donde aprendi que el tiempo no existe
solo existen las lumbreras de tus pechos.
el que le dio sagrada sepultura
a las decadas vividas
entre temores y esperanzas,
entre alguna o varias alegrias
sin olvidarme de mi osamenta y mi carne dura.
soy
el que puso una cruz invertida
que me recuerde cuando naci,
lugar, hora y llanto,
pero omiti poner algun final incierto,
ya que entre suspiros senti
a la parca en retirada
decir que hay batallas no ganadas,
que solo tiene entidad
quien le teme o reverencia,
al levantarse en cada alborada.
soy
el que vio deshacerse gota a gota la cascada,
el que nunca creyo que el vacio fuera nada,
el que en algun momento del destiempo
entendio su destino encendido,
pasar de ser yo
a encontrar a quien me tenia merecido,
mujer de domingos luminosos,
de boca y besos generosos,
creadora de la palabra paciente,
viendome tejer los versos
con madeja imaginaria,
la que me capturo con sus verdes ojos
en mi andar de bardo perverso,
y asi ya no soy,
empezamos a ser o somos,
cuando bajo una luna centenaria
me develaron su parte oscura,
la que desarma mi apariencia externa,
me desmembra la escritura,
esa de locos arroyos y rias,
la de pueblos sin semanas,
la de iglesias profanadas por la turba,
la de piernas que se mecen con los sonidos
de murmullos que se elevan
ante mis dedos que alcanzan atajos
en un andar peregrino y casanova,
sabiendo de redondeles pero no de cuestiones de bajo.
asi que cuento esto
despues de andar desaparecidos,
entre lapsos de dias y noches,
entre lechos de desnudez cronica,
entre laberintos de panteras en celo,
como una reserva de miradas al acecho,
en la nervadura misma de lo eterno,
donde aprendi que el tiempo no existe
solo existen las lumbreras de tus pechos.
VIGILIA
Larga es la vigilia
De un hombre solo y aterido,
Nunca imagine
Un personaje parecido,
Pero al medir el largo de su tumba
Entendí que un individuo
Es lo medible y lo medido.
Y en ese momento,
De sueños semiabiertos,
Llega el personaje sin su traje,
A percibir que no hay sepulcro
Que lo domine
Porque quiere ser incontenible.
Abre entonces
Las puertas amplias de la alegría,
Percibe el olor de las flores
Crecientes en un cuerpo
De forma y fondo femenino,
Lee su manual de instrucciones
Que le indican abordar por popa o proa,
Como un bucanero
Pirata de arrebato en el camino.
Debe hacerlo
Galante pero seguro,
Porque en estos sitios hasta las derrotas
Se venden caras y al contado,
Mientras que los triunfos,
Aun los pasajeros,
Se cobran a valor de lingotes de oro,
Aunque no sean duraderos.
Saber que ahora
No hay fundición mas apreciada
Que vos y yo,
Amada mía,
Cuando de tanto recorrer las pieles
Se oye el balbuceo de cada colada,
Percibiendo el vuelo de la paloma,
Que parte el viento de los cielos infieles.
En este instante
Solo quedan líneas de las cosas,
Queda la apariencia de las rosas,
Los sabores dispersos
La soledad erigida en pitonisa
La fuente inagotable de tu boca
Las palabras que se dicen y dijeron
Las que se callaron a destiempo,
Una inmensa intensidad
De dos almas que se quieren y quisieron.
Afuera es de día
Vuelve a escucharse nuestra melodía…
De un hombre solo y aterido,
Nunca imagine
Un personaje parecido,
Pero al medir el largo de su tumba
Entendí que un individuo
Es lo medible y lo medido.
Y en ese momento,
De sueños semiabiertos,
Llega el personaje sin su traje,
A percibir que no hay sepulcro
Que lo domine
Porque quiere ser incontenible.
Abre entonces
Las puertas amplias de la alegría,
Percibe el olor de las flores
Crecientes en un cuerpo
De forma y fondo femenino,
Lee su manual de instrucciones
Que le indican abordar por popa o proa,
Como un bucanero
Pirata de arrebato en el camino.
Debe hacerlo
Galante pero seguro,
Porque en estos sitios hasta las derrotas
Se venden caras y al contado,
Mientras que los triunfos,
Aun los pasajeros,
Se cobran a valor de lingotes de oro,
Aunque no sean duraderos.
Saber que ahora
No hay fundición mas apreciada
Que vos y yo,
Amada mía,
Cuando de tanto recorrer las pieles
Se oye el balbuceo de cada colada,
Percibiendo el vuelo de la paloma,
Que parte el viento de los cielos infieles.
En este instante
Solo quedan líneas de las cosas,
Queda la apariencia de las rosas,
Los sabores dispersos
La soledad erigida en pitonisa
La fuente inagotable de tu boca
Las palabras que se dicen y dijeron
Las que se callaron a destiempo,
Una inmensa intensidad
De dos almas que se quieren y quisieron.
Afuera es de día
Vuelve a escucharse nuestra melodía…
miércoles, 21 de septiembre de 2011
CAER DESPIERTOS
Tras caer despierto,
En el penúltimo escalón
De esta clara primavera,
Me deshice en sueños,
En despertares humedecidos,
Como si nunca hubiera conocido
Una mañana de rosales sin dueño.
Tras despeñarme tantas veces,
En cada traspié del que me alzo
Con los rezongos de viejas temporadas,
Encuentro razones,
No muchas en verdad,
Que hacen valedera cada madrugada.
Dice el reloj
De la pared trasera,
La que da a mi eternidad
Enferma de noches y alboradas,
Que estos minutos son mentira,
Que el tiempo es solo un concepto
Sin sustento ni esencia,
Que es solo tu anhelada presencia
La que hace verosímil la realidad,
En tanto se deshace la hora precedente
Creyendo que las agujas
Nunca marcan el pasado, solo el presente.
Vienes en este día
Que comienza a terminar,
Deglutido por las sombras de la oscuridad,
Recorriendo a pulso los bordes,
Las fronteras difusas de mi verdad
Y son las plumas de mi mano,
Los dedos que lento se desplazan,
Los que dibujan una sonrisa de ojos verdes,
Como el vuelo de las alondras en mi lecho,
Como un océano calmo, sin olas,
Como una ciudadela hecha de miradas,
De ojos amarronados que se abren
A un mundo que parece desconocido
Y vuelvo a recordar
Que ya no hay cielos en la infinitud
De los espacios torpes del vacío,
De los mares que caen en el horizonte
Cuando ya no queda nada ni la apariencia,
De las penumbras sales tu,
Mi mujer amada,
La que se queda con el murmullo de mi habla,
La que planea confundida la velada,
Que se diluye cada anochecer sobre mi almohada
Y siento plenamente esa paz
La que solo da la vida
En la armonía de sentimientos en cascada.
Caigo despierto
Yaces adormilada.
EL CAOS DE MIS LETRAS
En este caos
Que es el mundo de mi escritura,
Solo se salva la piedra
Que rompió el cristal de mi locura.
Estas letras que desfilan
Como ejércitos guerreros,
Se desvanecen cuando quiero
Dar vuelta la página de mi tintero.
Agazapada,
Detrás de un denso instante,
Veo aparecer una vocal
De brazos sensuales y desnudos,
De curvas que marean a mi pluma,
Es como una mujer sensible
Que suplica ser desposada
Ante las páginas de blanco espuma.
Signos que me anteceden,
Símbolos que me conforman,
Textos que elaboran mujeres,
Hembras sedientas de pasión,
Con el rostro juvenil,
De palabras que lejos de escribir gimen,
Que hacen volteretas en los labios
De la mujer recreada en este averno,
Ante la potestad de ser hechicero
Que dobla sabanas con mancha de lunas,
Recogiendo trapos teñidos de astros,
Mientras siento el agua que la moja,
A ella,
Recién constituida
Debajo de la ducha con piel dura,
Con pezones de punta esdrújula,
Con las piernas mojadas de deseo,
Quien vino en una verde nube
Buscado al juglar con su hondura.
Debo decir
Que reconocí esos ríos vírgenes
Como emanados de vigilias extranjeras,
Agua cristalina de arroyos que circulan,
Bebí sus gotas y también los jugos,
Supe de superficies sin diámetros expuestos
Como de posdatas con ojales sin salida,
Todo puede acontecer
Hasta lo que sucede inesperado
O aquello que uno cree y no paso
Si en la rivera de este cuarto de porteño
Pueden mis manos elegir
Entre inventarte un ombligo
O escribir en este día
Los versos más enamorados.
Que es el mundo de mi escritura,
Solo se salva la piedra
Que rompió el cristal de mi locura.
Estas letras que desfilan
Como ejércitos guerreros,
Se desvanecen cuando quiero
Dar vuelta la página de mi tintero.
Agazapada,
Detrás de un denso instante,
Veo aparecer una vocal
De brazos sensuales y desnudos,
De curvas que marean a mi pluma,
Es como una mujer sensible
Que suplica ser desposada
Ante las páginas de blanco espuma.
Signos que me anteceden,
Símbolos que me conforman,
Textos que elaboran mujeres,
Hembras sedientas de pasión,
Con el rostro juvenil,
De palabras que lejos de escribir gimen,
Que hacen volteretas en los labios
De la mujer recreada en este averno,
Ante la potestad de ser hechicero
Que dobla sabanas con mancha de lunas,
Recogiendo trapos teñidos de astros,
Mientras siento el agua que la moja,
A ella,
Recién constituida
Debajo de la ducha con piel dura,
Con pezones de punta esdrújula,
Con las piernas mojadas de deseo,
Quien vino en una verde nube
Buscado al juglar con su hondura.
Debo decir
Que reconocí esos ríos vírgenes
Como emanados de vigilias extranjeras,
Agua cristalina de arroyos que circulan,
Bebí sus gotas y también los jugos,
Supe de superficies sin diámetros expuestos
Como de posdatas con ojales sin salida,
Todo puede acontecer
Hasta lo que sucede inesperado
O aquello que uno cree y no paso
Si en la rivera de este cuarto de porteño
Pueden mis manos elegir
Entre inventarte un ombligo
O escribir en este día
Los versos más enamorados.
martes, 20 de septiembre de 2011
A VECES...
A veces,
Me ahogo en un vaso
Al que le quitaron el agua,
En medio de manotazos desesperados,
Tratando de llegar hasta el borde,
De donde se descolgaba una gota,
De líquido casi seco,
A veces…
A veces
Suelo ser tan torpe,
Que amando una flor la quiebro,
Después de sentir su tersura
Su olor, su color y la frescura,
De ese tallo,
De esos pétalos,
Hasta de sus espinas,
Que dejan que asome toda mi locura.
Hay veces
Que veo por mi sempiterna ventana,
Como llueven las baldosas
De las veredas sucias y rotas de mi ciudad,
Las veo caer
Como caen mis sueños,
En este tablero de ajedrez,
Donde por mi condición de peón
Solo puedo soñar con un jaque mate,
En esas veces,
Veo como se esfuman los besos que ayer
Eran mi categoría mejor lograda,
Hasta que el rey perdió su corona,
En un bodegón viejo y mugriento,
En donde el amor se desmorona.
Siempre a veces,
Me suelo arrepentir
Cuando suele ser tan tarde,
Y mi destino de hazmerreír
Suele ser como las mariposas,
Que duran tan poco,
Que en esa brevedad esta su galanura.
De tarde en tarde
Me miro en los espejos de la vida,
Me veo tan resquebrajado
O son ellos los que no me han captado
En su honda terquedad,
Por donde asoma el estrago de un suicida,
Con el único consuelo
De la poesía que me acaricia,
Hasta que ayer arranco los trapos,
Hizo que me mirara,
De frente, como antes no me anime
A ver los cristales esparcidos,
De mi persona que hizo cosas mal,
Que ni los perdones
Tuvieron su matinal sonido.
A veces
Veo una tabla en medio de la mar,
Intentare recordar
Si alguna vez pude nadar…
Me ahogo en un vaso
Al que le quitaron el agua,
En medio de manotazos desesperados,
Tratando de llegar hasta el borde,
De donde se descolgaba una gota,
De líquido casi seco,
A veces…
A veces
Suelo ser tan torpe,
Que amando una flor la quiebro,
Después de sentir su tersura
Su olor, su color y la frescura,
De ese tallo,
De esos pétalos,
Hasta de sus espinas,
Que dejan que asome toda mi locura.
Hay veces
Que veo por mi sempiterna ventana,
Como llueven las baldosas
De las veredas sucias y rotas de mi ciudad,
Las veo caer
Como caen mis sueños,
En este tablero de ajedrez,
Donde por mi condición de peón
Solo puedo soñar con un jaque mate,
En esas veces,
Veo como se esfuman los besos que ayer
Eran mi categoría mejor lograda,
Hasta que el rey perdió su corona,
En un bodegón viejo y mugriento,
En donde el amor se desmorona.
Siempre a veces,
Me suelo arrepentir
Cuando suele ser tan tarde,
Y mi destino de hazmerreír
Suele ser como las mariposas,
Que duran tan poco,
Que en esa brevedad esta su galanura.
De tarde en tarde
Me miro en los espejos de la vida,
Me veo tan resquebrajado
O son ellos los que no me han captado
En su honda terquedad,
Por donde asoma el estrago de un suicida,
Con el único consuelo
De la poesía que me acaricia,
Hasta que ayer arranco los trapos,
Hizo que me mirara,
De frente, como antes no me anime
A ver los cristales esparcidos,
De mi persona que hizo cosas mal,
Que ni los perdones
Tuvieron su matinal sonido.
A veces
Veo una tabla en medio de la mar,
Intentare recordar
Si alguna vez pude nadar…
sábado, 10 de septiembre de 2011
AQUI ESTAS...
Absorto
Miro a través de la ventana
Pasar mis recuerdos como pájaros,
Con sus alas desplegadas,
Pero sin la intención de retirarse en bandada.
La experiencia me indica que han de volver
Y retornaran coloreados del tono de mi estado de ánimo.
Vuelan,
Vuelven sin piedad,
Con su pico afilado de dolor o de vacío,
Clavan sus mudos graznidos
En la neurona más sensible de mi humanidad,
En aquellas partes de mi cerebro atareado
Pero hoy en franca rebeldía,
Que no quiere entender que no es este el día,
En el que las alondras olviden breve la extensa orfandad,
Esa que cruzó como una gran avenida
A lo largo y ancho décadas de mi intensa vida.
Más ahora que me siento acompañado,
Con la usanza de reverdecer con un amor a mi lado.
Hoy voy a prescindir de la ventana,
Hoy voy a ahuyentar esas evocaciones,
No dibujare las golondrinas mustias en mi cielo interior,
Hoy decido que vale la pena escuchar al gran Nano
E imaginarme cómo será la fiesta que él dice habrá terminado,
Donde al subir la cuesta su calle se vistió de fiesta
Y difícil es cantar sin imaginación,
En una calle plana en la hora de la siesta.
Ayer más cercano a Alejandra Pizarnik,
Con fiestas que eran apoteosis a Tanato,
Agobios, pesares, infortunio
Porque entendía que cada estación se pinta
Del color que guarda adentro el frasco,
No del que algún pobre mago
Nos quiere hacer creer sus trucos,
Sino de los verdaderos,
Más allá de su plenipotenciaria subjetividad,
Que hace del mirlo no un ave,
Sino solo una lámina ajeada
O una presa con destino a su jaula.
Pero no me creo ni a mí
En mi tarde más negra y depresiva,
Siempre hay que guardar cinco centavos
En el bolsillo de adelante,
Uno nunca sabe cuándo puede voltearse la taba,
Esa extraña llamada de la fortuna.
Ya al borde mismo de un cántaro vacío,
Vi a prudente distancia sonreír a una mujer,
Gesto tímido que ilumino mi atardecer,
Tome mis cinco monedas de plata,
Eche a andar hacia su encuentro,
Cabello colorado, labios de claro centro
Y mi ánimo
Junto a mi fortuna dio un rotundo giro.
Me enamore en asturiano y bese a la luna de valencia,
Nada es para siempre,
Como no siempre es para peor,
Mejor ver pájaros que vuelan
Celebrando la alegría de un amor,
Absorto hoy te miro
Y pienso no hay pena que por siempre duela.
Aquí estas, aquí estamos…
Miro a través de la ventana
Pasar mis recuerdos como pájaros,
Con sus alas desplegadas,
Pero sin la intención de retirarse en bandada.
La experiencia me indica que han de volver
Y retornaran coloreados del tono de mi estado de ánimo.
Vuelan,
Vuelven sin piedad,
Con su pico afilado de dolor o de vacío,
Clavan sus mudos graznidos
En la neurona más sensible de mi humanidad,
En aquellas partes de mi cerebro atareado
Pero hoy en franca rebeldía,
Que no quiere entender que no es este el día,
En el que las alondras olviden breve la extensa orfandad,
Esa que cruzó como una gran avenida
A lo largo y ancho décadas de mi intensa vida.
Más ahora que me siento acompañado,
Con la usanza de reverdecer con un amor a mi lado.
Hoy voy a prescindir de la ventana,
Hoy voy a ahuyentar esas evocaciones,
No dibujare las golondrinas mustias en mi cielo interior,
Hoy decido que vale la pena escuchar al gran Nano
E imaginarme cómo será la fiesta que él dice habrá terminado,
Donde al subir la cuesta su calle se vistió de fiesta
Y difícil es cantar sin imaginación,
En una calle plana en la hora de la siesta.
Ayer más cercano a Alejandra Pizarnik,
Con fiestas que eran apoteosis a Tanato,
Agobios, pesares, infortunio
Porque entendía que cada estación se pinta
Del color que guarda adentro el frasco,
No del que algún pobre mago
Nos quiere hacer creer sus trucos,
Sino de los verdaderos,
Más allá de su plenipotenciaria subjetividad,
Que hace del mirlo no un ave,
Sino solo una lámina ajeada
O una presa con destino a su jaula.
Pero no me creo ni a mí
En mi tarde más negra y depresiva,
Siempre hay que guardar cinco centavos
En el bolsillo de adelante,
Uno nunca sabe cuándo puede voltearse la taba,
Esa extraña llamada de la fortuna.
Ya al borde mismo de un cántaro vacío,
Vi a prudente distancia sonreír a una mujer,
Gesto tímido que ilumino mi atardecer,
Tome mis cinco monedas de plata,
Eche a andar hacia su encuentro,
Cabello colorado, labios de claro centro
Y mi ánimo
Junto a mi fortuna dio un rotundo giro.
Me enamore en asturiano y bese a la luna de valencia,
Nada es para siempre,
Como no siempre es para peor,
Mejor ver pájaros que vuelan
Celebrando la alegría de un amor,
Absorto hoy te miro
Y pienso no hay pena que por siempre duela.
Aquí estas, aquí estamos…
jueves, 8 de septiembre de 2011
EL AZUL DE MI ROSA CHINA
Ayer vi una rosa china
Que desmantelaba mi mirada,
Pétalo a pétalo cayeron mis lágrimas
Sobre un suelo plagado de alboradas,
De tanto observar la nada
Fui quedando ciego de luces,
Supe que hay pájaros de once alas,
Que surcan el aire en siete noches,
Son como calendarios a los que les falta un mes
O a los que les sobran días,
Los que mezquinos de horas, minutos
De segundos etéreos e infinitos,
Me traen tu rostro de princesa asturiana
Con sus ojos grandes, verdes y astutos.
Así he elegido no fenecer jamás,
Promesa que hemos hecho
Mi dama septembrina,
Y quien empuña los versos de esta tarde,
Cuando escribir cualquier poema arde,
Por la urgencia del trazo de tus labios,
Pliegue que son como los bordes de muchos precipicios,
Esos mismos lugares que en sus inicios
No develaron donde esconde dios el secreto del amor,
Hasta que aprendemos que somos dioses,
Nos es develado que el amor se esconde cuando no existe,
Cuando abunda enteramente la carencia de afecto
Y vuelve a pasar el pájaro de las once alas,
El del pico cáustico,
El que supo jugar conmigo
En los atardeceres de Chacabuco,
Lugar que elegí para nacer en un tórrido febrero,
Hace ya tanto que el agua del estanque se secó,
Olvido las promesas que me hizo,
Cargue mis alforjas con tréboles de tres hojas,
Hasta casi quedarme sin estos los mismos,
Y tú en un domingo especial,
Me mostraste que guardabas
En el alhajero familiar una flor de cuatro partes,
Que no siempre volar es elevarse,
Ni correr llegar mucho más lejos,
Que recorrer palmo a palmo tu cuaderno,,
Detenerme en los renglones afilados,
Mirar la tapa y contratapa sin su forro,
Poder entrar en las fuentes de la sabiduría
Conocedor omnímodo de mi ignorancia,
Devorarme los límites de tus pueblos
Que como bocas, besos y senos
Me surgían en el prepotente sendero
Mientras por la ventana una sábana descubría la luna
Amor que no me develaron sino que elaboramos
Entre agujeros, variadas sombras
De noches guerreras presumidas de sexo,
Ahora, en esta larga nocturnidad
De amores encontrados y poesías en algarabía
Encuentro en el fondo rojo de esta isla
Que te amo como pocas veces podría.
Que desmantelaba mi mirada,
Pétalo a pétalo cayeron mis lágrimas
Sobre un suelo plagado de alboradas,
De tanto observar la nada
Fui quedando ciego de luces,
Supe que hay pájaros de once alas,
Que surcan el aire en siete noches,
Son como calendarios a los que les falta un mes
O a los que les sobran días,
Los que mezquinos de horas, minutos
De segundos etéreos e infinitos,
Me traen tu rostro de princesa asturiana
Con sus ojos grandes, verdes y astutos.
Así he elegido no fenecer jamás,
Promesa que hemos hecho
Mi dama septembrina,
Y quien empuña los versos de esta tarde,
Cuando escribir cualquier poema arde,
Por la urgencia del trazo de tus labios,
Pliegue que son como los bordes de muchos precipicios,
Esos mismos lugares que en sus inicios
No develaron donde esconde dios el secreto del amor,
Hasta que aprendemos que somos dioses,
Nos es develado que el amor se esconde cuando no existe,
Cuando abunda enteramente la carencia de afecto
Y vuelve a pasar el pájaro de las once alas,
El del pico cáustico,
El que supo jugar conmigo
En los atardeceres de Chacabuco,
Lugar que elegí para nacer en un tórrido febrero,
Hace ya tanto que el agua del estanque se secó,
Olvido las promesas que me hizo,
Cargue mis alforjas con tréboles de tres hojas,
Hasta casi quedarme sin estos los mismos,
Y tú en un domingo especial,
Me mostraste que guardabas
En el alhajero familiar una flor de cuatro partes,
Que no siempre volar es elevarse,
Ni correr llegar mucho más lejos,
Que recorrer palmo a palmo tu cuaderno,,
Detenerme en los renglones afilados,
Mirar la tapa y contratapa sin su forro,
Poder entrar en las fuentes de la sabiduría
Conocedor omnímodo de mi ignorancia,
Devorarme los límites de tus pueblos
Que como bocas, besos y senos
Me surgían en el prepotente sendero
Mientras por la ventana una sábana descubría la luna
Amor que no me develaron sino que elaboramos
Entre agujeros, variadas sombras
De noches guerreras presumidas de sexo,
Ahora, en esta larga nocturnidad
De amores encontrados y poesías en algarabía
Encuentro en el fondo rojo de esta isla
Que te amo como pocas veces podría.
viernes, 2 de septiembre de 2011
EL ESPEJO
En este cuarto
Suelo repasar las noches,
Las de antaño,
Las que son molestas
Cuando no pesarosas,
Las mismas que nunca supieron de rosas
Pero si de negras calas,
Es que pensar que moriría
Me llevo hasta lugares
De los que volví porque ame y amo la vida.
En esta silla
Enfrentada a la ventana,
Suelo sentar los huesos de mi esqueleto,
Abrir grande los ojos al ver nacer una mariposa,
Desabrigar la frialdad de mi mirada,
Descubrir que un colibrí emerge de mi florero,
Al que no le cambio el agua desde el último enero.
Por esa puerta
Espero ver como sensualmente la atraviesas,
Que no hay situaciones que te detengan
Ni nubarrones que marchiten tus faldas,
Ni bordes que intenten desprenderte
De los evocaciones que guardo de tu alma,
Tan parecida,
Tan presente,
Tan material como la fragancia
Impregnada en el sostén de tu vanguardia,
Donde suelen alimentarse los pájaros de mis labios,
En las auroras interminables de igniciones más que urgentes.
En este lecho
Que se lanzó a navegar tu mar,
Cuando sin ropas descubrimos un continente de infinitos poros
Que en los roces de nuestras zonas limitadas,
Terminamos por entender el libro de la existencia
Que no hay mayor ciencia
Ni mayúsculo entendimiento
Que atreverse a andar como libres bucaneros
Por los océanos de poesías con su esencia.
En esta muerte,
Nunca la primera,
Sino una de las incontables,
Sucesivas,
Cuando armo con las cañas más el papel,
Un viejo barrilete,
Remontándolo desde el peñasco contra vientos traicioneros,
Siento que he abierto el dorso
De una carta escrita hace décadas a mi persona,
Que no pase la lengua por ninguno de los múltiples naranjeros,
Que me he conformado plenamente
Con los frutos del agraciado limonero,
Reflexiono sobre las imágenes del espejo empañado
Custodio perenne de cuanto secreto de alcoba haya
Quizás hace largo tiempo que sus manecillas esperan
Que sea yo junto a mi amada
El que guarde en silencio las figuras que pensé que eran nuestras,
Equivocadamente,
Vislumbrando que es su íntimo secreto
El que nos entrega silenciosamente en los amores de cada madrugada.
Y me pregunto o solo hago de eco
Soy el que está vivo
O decoro el sueño de unas vidrieras enamoradas?
jueves, 1 de septiembre de 2011
LENGUAJE CONSENTIDO
Aquí,
En este mismo sitio,
Aburrido de ver pasar la calle
Sin parar ni detenerse a saludar,
Mezclando el azúcar dentro de la taza
De parpados que me hacen gestos,
Como si fuera gracioso envolver una cuchara
De miradas oblicuas instantáneas,
Que tomo rápidamente para no dormirme,
Para conservar la vertical,
En este atardecer de pájaros en caída libre.
Reflexiono sobre mi valentía
Porque aún me quedan muchas lagrimas
Por derramar donde no me llaman,
Donde la inocencia juega con las muñecas,
Viendo que aún estoy en este lugar,
Mientras el tiempo se escurre,
Como el ladrón de mandarinas
En mi antiguo barrio de la infancia.
Y todavía estoy aquí a mi pesar
Y sé que siempre estás ahí para mi consuelo
A veces desconocida, como derramada
Pero siempre salvando a mi cosmos a pura caricia,
Con los ojos abierto y pintados de azul acerado,
Mirando mis manos que se resbalan sobre un papel,
Exagerando letras y vocablos,
Palabras que van cayendo,
Despacio,
Suave,
Cruelmente
Hasta conformar una oración,
Que suena más a maldición que a poesía,
Más a imprecación de barrendero
Que a amonestación de preceptor
Y vaya que hay distancia con lo edulcorante
De los párrafos de una canción de Serrat
O con la tosquedad de San Joaquín
Mientras el salmón nada cuenta arriba
Y sigo enamorándome de tus labios,
Los que me dicen: te amo en silencio,
Como con el mismo mutismo te respondo,
Afortunadamente existe el lenguaje de la vista,
Adosado el del tacto, el del gusto, aunque no falten los disgustos,
Cuando el del oído se agudiza para leerte mejor,
Y los gladiolos le dictan sus adjetivos al sentido del olfato,
Esperando que te desnudes en un breve rato.
Empezando a disfrutar las cosas importantes
Mientras que por tus besos, por tu boca,
Poco me importa el petróleo, el oro, el dólar
Si es que suben las acciones en la bolsa,
Solo miro y me siento extasiado,
Con destender la cama cubierta solo de deseo
Y es que solo veo,
Como es un anochecer de deslumbrados,
En la dura y cálida aritmética del amor,
Cuando Dios deserta de su diario trajinar
Y para espiar se torna empleado,
Entre los resquicios que produce nuestro sudor.
Afuera llueve,
El universo esta tornasolado,
En lugar de gotas caen plumas angelicales
Y un susurro se vuelve prolongado,
En lo que queda viviendo a la sombra de tu lado,
Y ahí sigo,
Mirando correr la acera…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)