martes, 27 de septiembre de 2011

SOY...

soy




el que le dio sagrada sepultura



a las decadas vividas



entre temores y esperanzas,



entre alguna o varias alegrias



sin olvidarme de mi osamenta y mi carne dura.



soy



el que puso una cruz invertida



que me recuerde cuando naci,



lugar, hora y llanto,



pero omiti poner algun final incierto,



ya que entre suspiros senti



a la parca en retirada



decir que hay batallas no ganadas,



que solo tiene entidad



quien le teme o reverencia,



al levantarse en cada alborada.



soy



el que vio deshacerse gota a gota la cascada,



el que nunca creyo que el vacio fuera nada,



el que en algun momento del destiempo



entendio su destino encendido,



pasar de ser yo



a encontrar a quien me tenia merecido,



mujer de domingos luminosos,



de boca y besos generosos,



creadora de la palabra paciente,



viendome tejer los versos



con madeja imaginaria,



la que me capturo con sus verdes ojos



en mi andar de bardo perverso,



y asi ya no soy,



empezamos a ser o somos,



cuando bajo una luna centenaria



me develaron su parte oscura,



la que desarma mi apariencia externa,



me desmembra la escritura,



esa de locos arroyos y rias,



la de pueblos sin semanas,



la de iglesias profanadas por la turba,



la de piernas que se mecen con los sonidos



de murmullos que se elevan



ante mis dedos que alcanzan atajos



en un andar peregrino y casanova,



sabiendo de redondeles pero no de cuestiones de bajo.



asi que cuento esto



despues de andar desaparecidos,



entre lapsos de dias y noches,



entre lechos de desnudez cronica,



entre laberintos de panteras en celo,



como una reserva de miradas al acecho,



en la nervadura misma de lo eterno,



donde aprendi que el tiempo no existe



solo existen las lumbreras de tus pechos.

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