viernes, 2 de septiembre de 2011
EL ESPEJO
En este cuarto
Suelo repasar las noches,
Las de antaño,
Las que son molestas
Cuando no pesarosas,
Las mismas que nunca supieron de rosas
Pero si de negras calas,
Es que pensar que moriría
Me llevo hasta lugares
De los que volví porque ame y amo la vida.
En esta silla
Enfrentada a la ventana,
Suelo sentar los huesos de mi esqueleto,
Abrir grande los ojos al ver nacer una mariposa,
Desabrigar la frialdad de mi mirada,
Descubrir que un colibrí emerge de mi florero,
Al que no le cambio el agua desde el último enero.
Por esa puerta
Espero ver como sensualmente la atraviesas,
Que no hay situaciones que te detengan
Ni nubarrones que marchiten tus faldas,
Ni bordes que intenten desprenderte
De los evocaciones que guardo de tu alma,
Tan parecida,
Tan presente,
Tan material como la fragancia
Impregnada en el sostén de tu vanguardia,
Donde suelen alimentarse los pájaros de mis labios,
En las auroras interminables de igniciones más que urgentes.
En este lecho
Que se lanzó a navegar tu mar,
Cuando sin ropas descubrimos un continente de infinitos poros
Que en los roces de nuestras zonas limitadas,
Terminamos por entender el libro de la existencia
Que no hay mayor ciencia
Ni mayúsculo entendimiento
Que atreverse a andar como libres bucaneros
Por los océanos de poesías con su esencia.
En esta muerte,
Nunca la primera,
Sino una de las incontables,
Sucesivas,
Cuando armo con las cañas más el papel,
Un viejo barrilete,
Remontándolo desde el peñasco contra vientos traicioneros,
Siento que he abierto el dorso
De una carta escrita hace décadas a mi persona,
Que no pase la lengua por ninguno de los múltiples naranjeros,
Que me he conformado plenamente
Con los frutos del agraciado limonero,
Reflexiono sobre las imágenes del espejo empañado
Custodio perenne de cuanto secreto de alcoba haya
Quizás hace largo tiempo que sus manecillas esperan
Que sea yo junto a mi amada
El que guarde en silencio las figuras que pensé que eran nuestras,
Equivocadamente,
Vislumbrando que es su íntimo secreto
El que nos entrega silenciosamente en los amores de cada madrugada.
Y me pregunto o solo hago de eco
Soy el que está vivo
O decoro el sueño de unas vidrieras enamoradas?
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