viernes, 30 de diciembre de 2011

HE ESCRITO...

Hice cálculos,


Medí muy bien los labios de tu vulva,

No conforme use los labios

Para pintar con saliva la aureola de tus senos,

Supe que en la geometría

Hay un toque de arameo,

Hay vestigios de biblias antiguas,

Como en las nalgas de tu espalda,

Al final de ella,

Allí donde una línea asemeja una raya,

Como en los conflictos,

Eres un volcán,

Una zona asignada a levantar temperatura,

Extiendo el centímetro,

Borde el costado de tu humanidad,

Lo paso por tu cintura labrada

Por manos que fuerzan al extremo

El momento de los movimientos,

Mientras entro a tu tienda meridiana

Hecha de letras,

De palabras que son reverso o anverso,

Designar las cosas y las partes

Tarea titánica muchas veces sin sentido,

Es que he escrito bastante más sobre la gramilla

Que sobre esto en el borde plata de una silla.

Seguí con mi tarea,

La que yo me asigne,

La de saber porque partes el retozo

De mi pluma de juglar travieso,

De poeta de erudición prestada,

De esos largos dedos que toman mi pincel

Llevándolo reiteradamente sobre el papel.

Te he dicho morena hermosa,

Que el campo de mi cuarto

Se presta para tu cabalgadura llena de bríos,

Lady Godiva de la posmodernidad,

Belleza pura en estado natural,

Virgen que pidió ser desflorada,

Más no en sueños

Sino en el lugar que fuera con tu elegido,

Así regreso a los libros de la filosofía y el barro,

Luego de santificar mí esfuerzo

Por penetrar en la materia,

Lugar vulgar para las almas elevadas,

Para los escritores mas refinados,

Conquista de esplendida regodeo

En los parajes de mi barrio humilde

De mi andar entre tantos vagabundos

Que conocerte, conquistarte y poseerte

Fue lo mas valioso que me paso en este mundo.

POESIA URGENTE

Muerte inacabable,


Olvido del lenguaje,

Perdida de las imágenes,

Todo eso y más

Caben en mis pesadillas,

Despertando con el deseo

De estar lejos de la locura como paisaje.

Hay momentos

En que vivo por horas,

Mirando disimuladamente el reloj

Que me parece que no avanza,

Que se difumina el minutero,

No tengo a quien preguntar,

Siento que se apaga la luz en mí,

Pero al ver por las rendijas

Veo los segundos lentos y con agujeros.

Intento salir,

Mudarme de escenario,

Recordar que no hace tanto

Nos fatigo el esmero en el amor,

Que no existía el dolor

Sino un mar enorme inalcanzable,

En tanto tus dedos me buscaban

En la ceguera de un anochecer,

Tus piernas se enredaban en mis muslos

Y gozabas con las palabras,

Jugabas con los silencios,

Perseguías los verbos censurables,

Cuando amnesia y se consumían los inciensos.

Cuesta desde el miedo

Creer que pudimos atravesar esa situación,

Pero claramente se que estuvimos ahí

Y no fue hace mucho,

Me prometiste que volverías

Y transformarías las sabanas en banderas,

Que harías que confesara mis pecados sobre tus faldas,

Divertida ante mí asombro,

Una marejada de gotas te vistieron,

Las pesadillas como los sueños pasan,

Dijiste transformada en mariposa,

Sabrás de mi retorno por el brillo de este espejo,

Me apoderare de vos,

Lloveré con besos sobre tus parpados

Mientras una canción japonesa suena de fondo,

Se arremolinaran los días del pasado

Para ser un anochecer presente,

Destemplado,

Cayendo de bruces en la inocente

Vacuidad de un amor de bajo fondo

Como sino existiera otra cosa

Que un bardo con la poesía urgente.

sábado, 24 de diciembre de 2011

L AMOR Y EL AFILADOR

Miro la noche


En tanto caen los pétalos,

Como lamento de querubines

Que fenecen entre las flores,

Miro

Pensando que enero y el mar,

Serán de aquelarre sobre las gotas de lluvia,

En el túnel de un claro de luna

Y allí aparece en su plenitud

Mi vieja soledad prisionera,

De los segundos de un tiempo ido,

Donde anónimo,

Desnudo,

Me reconozco esfumándome

Entre las perlas del rocío de tu vulva

O en las aureolas de tus pezones veraniegos,

Los que suelen divertirse con las lunas,

Especialmente en cuarto creciente,

Aprendí que en tanto amo

No debo maldecir el tiempo,

Ni a las garúas que se alejan,

Cuando tus dedos se entretienen

Con las puntas de los ángulos

De mis besos y mi sonrisa,

En el espacio de la tranquila prisa.

En tanto sigo mirando

Al afilador de cuchillos,

Quien se entretiene con una tijera

De blancos y aromáticos jazmines,

A la espera de poder ver a esa muchacha

Que le quita el filo a sus sueños,

Vuelve silencioso su silbato,

Añoja las ruedas de su bicicleta,

Pero el sostiene la fe en sus manos,

La eternidad de la laboriosa esperanza,

Quedará en suspenso saber si fue correspondido,

Pero somos muchos los que creemos merecido

Una retribución a tanta abnegada devoción,

Hasta acercarme y escucharlo

Contar que ella es un ángel sobreviviente,

Del diluvio bíblico

O del falso armagedon que nunca fue,

Pero que de ese andar por las veredas

El sabe que es su serafín pertinente.

Miro la noche

Devenida en calida madrugada,

Hemos hecho el amor en la alborada

Y cada cosa parece irreal,

Los minutos anhelantes,

La confusión de nuestras superficies

La confesión de ese anochecer en un poema,

Pero que importa

Si estamos juntos

Y mi vacío no volverá a ser dominante.

jueves, 22 de diciembre de 2011

URDIR EL TIEMPO

Tengo claro


Que en el final

Seré la sombra del niño

Impenitente,

Del rebelde que voló faroles

Desde las hamacas de un rosedal,

Seré tantas cosas

Que mi recuerdo será el del día siguiente,

Con la posibilidad certera de sufrir amnesia

Hasta el infortunio de olvidarme de morir.

Pero,

Aunque se asemeje a tristeza,

Urdo los hilos desmadejados

Del presente,

Del mientras tanto,

En el que tu voz trepa por el picaporte,

Se cuela entre las gotas en la bañera,

Navega soslayando las olas de las sabanas

Y se estanca en mis acantilados pedregosos

Con la pasión estallando en nuestra primavera.

Afortunadamente,

Ya no tengo los puñales

Que me enseñaron tanto luto,

Imaginando manojos de huesos en hilera,

Desfilando de modo torpe

Desvaneciéndose sin dejar señales.

Ahora

Tengo tu regalo,

Un alma de muy fina esencia

Que se enreda sobre la superficie de mi vida,

Arañando con voracidad

Los pliegos de un torrente de poros,

Bajo los cuales trajina mi sangre de aceite hirviendo,

En el instante que te rindes desquiciada y perdida.

Y aun dormida,

Desde un rincón de sueños apretujados,

Veo que sobre el espejo humedecido

Clavaste tu mirada provocándole la penúltima herida,

Alma de colores brillantes,

De alcancías repletas de caricias,

Dueña de un reino de soledades amanecidas,

Extiendes tu falange sobre la mía,

Reclamas un derecho sin frontera,

Nunca antes fuimos más paganos,

Adoradores de una privacidad enternecida

En los fuegos del caldero de unas lenguas

Que recorren una pelambre de seda y manos.

Decía que tengo claro

Que despertaremos para ver el comienzo

Del regocijo de estar juntos tan temprano.

domingo, 18 de diciembre de 2011

AIRES DE AMOR

El aire.


Ese mismo corrompido,

Surcado por defecciones,

El mismo que sufrió y sufre

Las más abyectas de las traiciones,

La de ser habitado mayormente por desamor.

Ese aire se ha sublevado,

Se ha tornado enojosa brisa,

Que se lleva los papeles usados,

Escritos por juglares de la mentira,

Ese aire amenaza ser tormenta,

En medio del aguacero de plumas coloridas

De alondras y gaviotas que perdieron el rumbo,

De soles pintados de grises,

En tardes poco subversivas.

A aquella mano,

A esas miradas avaras,

A ese ápice de humanidad

Tan destratada que no lo parece,

El aire,

También el viento insaciable,

Quieren ser resarcidos,

Indemnizados, subsanados

Hasta que escuchan que pones música,

Que cantas de alegría,

Que bailas flamenco mirándote al espejo,

Que tienes un amor,

Que para el encuentro te vistes

Sabiendo que habrá prisa para desnudarse,

Que cuidas tus plantas y tus flores,

Entonces el aire se calma,

El viento sopla suave,

Los pájaros recobran su despliegue,

Y el ruin no deja de serlo,

Pero sabe ya el céfiro que el mundo es plural,

Te observa inquieto,

Se entrega mansamente,

Y escucha un tango de Julio Sosa,

Junto al Nano Serrat y Joaquín Sabina,

Te mira hacer figuras y firuletes,

Se siente frente tuyo en tanto te cebas un mate

Anidas luego en la mecedora de la esquina.

Ahora me ves entrar

Junto a dos gatas siamesas,

Ves con cierta alegría que nos besamos

La mujer que escucha a Charly y yo,

Apoyándonos amorosamente a la mesa.

Lees graciosamente,

Mientras nosotros estamos en la pieza,

Que hay papeles escritos con torpeza

Donde quiero empezar un poema,

Y escribo: “El aire…”

SIMPLEMENTE COMPLEJO

Simple,


Tanto como el paso de un caracol,

Como el aleteo de pájaro,

O el silbido en una tarde de enero.

Simple,

Tanto que en una voltereta

Se hace incomprensible

Y pasa a ser complejo,

Como nuestros sentimientos,

Como nuestros deseos,

Como un barquito de papel

Que recorre el charco de agua de lluvia.

Simple o complejo aquí estamos

Y eso vale tanto,

Pero tanto, que sostiene las cúpulas

De este mundo de sueños,

Le dan firmeza al edificio

De nuestra pasión

Para evitar el derrumbe cuando las pesadillas.

Decir simple,

Yo justamente,

Que hice compleja hasta la suma menor,

Que distorsione en mi mente las líneas rectas,

Que puesto a escribir primero borré

Lo que aun no había volcado,

Que pinte el cielo en el piso de mi patio,

Que me costo decirte que te amaba

A pesar que ya te lo había dicho miles de veces.

En mi no existía la simpleza,

Solo aquella simpleza de odiar sin medida,

De sentirme resentido hasta que lloraran las estatuas,

O bajar al subsuelo de mi estima para maldecir,

No, no era simple,

Te conocí y fue una altísima bendición,

Te veía monda, escueta

Despojada de miserias vulgares,

O esas pequeñísimas intrigas

Las que se anidan en el alma de muchos,

Se, me lo dijiste, que así te veía yo

Pero eso me redimió,

Me permitió creer que la vida es esta carne,

Son estos pecados,

Estos valores,

Valuados o devaluados, no importa

Solo vale que sepa que los tengo,

Y así entre las sabanas,

Desnuda, te vi mas entera,

Mucho más que tu voluptuosidad,

Te vi simple, tierna, amorosa

Y me sumergí en tu primavera.

Hoy habito en ese sitio,

El de tu más compleja simpleza.

domingo, 11 de diciembre de 2011

EL FIN DE LA PALABRA

Se rompe la palabra


Y que?

Ahora que?

Se esfuman las cosas,

Veo sin ver,

He perdido la brújula para andar

Porque no hay palabras,

Porque se borro el relato,

Porque se acabo el mundo,

Si, este es el fin del mundo,

No poder decir que son los entes,

Quedar enceguecido sin perder la vista

Inmovilizada la lengua,

Desaprovechada la escritura,

Paradoja

La peor oscuridad por exceso de blancura,

Expulsados del paraíso

Deambulamos en silencio

Hasta llegar a Alejandría,

Impasibles ante la quema de su biblioteca,

Regresamos a paso animado,

Cruzo el desierto de la grafía,

No puedo mencionarte amada mía,

Me atormenta que tu boca

Se despedace entre mis besos

Pero no puedo nombrarla,

Quizás ese es el castigo,

A tanto premio la máxima condena,

A hermosos senos y aureolas

A pezones endurecidos

No asoma ni la más primitiva de las palabras

O de algún sustantivo,

Juro que he intentado recordar

Como se designaba la zona de tus nalgas

Pero estoy vacío,

Lleno de murmullos y de ruidos,

La lengua no expele símbolos ni signos,

La lengua solo lame lo erótico,

Y en medio de este goce sufro mi desierto,

Tanta es la pena,

Tanto lo que me siento afligido,

Que quisiera rescatar el abecedario,

Arrebujarlo entre las mantas de mis dedos,

Giro en la peor desesperanza

Y te veo tendida a mi lado siendo la alborada,

Habrá sido la peor pesadilla

O solo el anuncio de amaneceres nuevos?

Te rozo con mi palma,

Escucho que dices mi nombre,

Que respondo con el tuyo,

Han vuelto las palabras como ha vuelto el alma.

sábado, 10 de diciembre de 2011

UN SOBREVIVIENTE

Amigo


No soy buen confesor,

Me dices que has perdido

Tu atención infantil,

Quieres que te retornen tu antigua mirada,

Deseas vivir sin destinatario real,

Sin finalidad,

Igual que cuando ebrio

Merodeabas por los claros

Sin decidirte por cual sendero

Morirían tus sueños primeros.

Amigo,

He perdido mi costumbre de preguntar,

He perdido mis ojos silenciosos,

Tú careces de la voluntad de recobrar

Aquel giro lento de carrusel pintado,

El viento que da sobre la cola de tu barrilete,

Y me confiesas que no comprendes el lenguaje,

A mí,

Pobre mortal,

Que solo tengo una lengua filosa como estilete,

Pero sin saber porque.

Se que te es difícil,

Después de tantos meses,

Caminar bajo un sol de heridas sangrantes,

Pero en este instante es lo que hay,

Hemos dejado atrás el rosedal de Palermo,

Las estatuas petrificadas en su centro,

Esperaste a que el cielo se trizara,

Pero no sucedió,

Creíste en lo mágico del numero siete,

Y solo te humedeció la espera,

La nada montada en un tiempo pretérito,

Te dije en mi lucidez,

Hay demasiado azul en el cielo,

Naranja en las extremidades de los cisnes,

Un verde incipiente en los árboles,

En tanto en tu memoria nada se rompió,

Me dices que ves rostros en las calles,

Te digo que nadie quiere ser paisaje,

Olvídate del fantasma de los otros,

Mira en el espejo de agua

En el espectro delicado en que te has convertido,

Me cuenta de tus encierros en tu cuarto,

De tus sollozos ocultos en el subsuelo,

Sabes,

No se si te hablo a ti, amigo,

O si soy yo evocándome en esos enredos,

Poco importa

Ya que encontré la formula andando,

Nunca platicando en un cuasi monologo

Sin escuchar,

Porque al final harás lo que decidas,

Pero mira esa bandada de penas que se marchan

La esperanza suele desalojar a los caranchos,

Amigo,

Ya no hablas y te has ido,

Soy un mal confidente,

Te diria, casi un sobreviviente.

ELEGIR SER

Cuanta razón


Tienen los surtidos poetas,

Los de pluma delicada,

Los de lectura cotidiana,

Que nada es más importante

En esto que el amor que fue o el que no será.

Yo aun no he aprendido

A perderme en mis desasosiegos,

En cortar con el verbo el borde de mi lengua,

En sangrar repetidamente,

Hasta regodearme con lo perdido,

No,

Soy tan profano que me alegran tus miradas

Tan extraviado que disfruto de una noche de sexo pleno,

Suerte que no me dices que por quererme

No aceptarías que destendieramos la cama,

Porque mi perro ladra

Y no lo atiendo,

Porque mi ventana esta cerrada y no la abro

Porque los colores son filosos

Cuando me recuerdan las ausencias,

Esas celestes que precedían la búsqueda,

El mirar tanta convulsión de mujer incendiada

Por la voluptuosidad de su imaginación,

De su fantasía de color acero,

Con un exceso de lubricación

Producto de negarse a lo que consideran pecado,

Pero una vez desatadas,

Como yeguas encabritadas,

No hay hombre que no clame redención,

Válgame entonces

Volver sobre tu persona,

La que me ama,

La que prepara galletas con mermeladas,

La que me besa la mejilla al marcharse,

La que no es hembra sino una madre,

Pero me conoces en mis mentiras,

Sabes que sin tocarte los pezones,

Sin acoplarme a tu despedida quieta,

Sin colocar mis labios en otros tuyos

No seria yo,

No te amaría,

No te extrañaría al caer la tarde,

Se que debería ser mas sutil,

Quizás menos impertinente,

Pero cuando bordeo tu dermis de papel

Intentando alguna poesía,

Mis manos se evaporan

Entre tu nombre que ya es mío,

Y en esos arroyos de vocablos

Soy mucho menos juglar por estas herejías

Soy el que elige ser.

martes, 6 de diciembre de 2011

LA ALEGRIA DESCALZA


Andas descalza,


Llenando con tu vida

El vacío de la muerte,

Arrancando tristezas de tu lado

Y el calor,

El verano lamiéndote,

Obediente como perro guardián,

Llenas con tu sol la soledad de la noche

Y sumas piedad,

Llevando este amor como piedra preciosa

Cuando muchas veces debieras respirar,

Llenar con tu silencio el hueco de tus palabras.

Sonríes

Con una risa larga,

Estridente,

Mirando mí desconcierto,

Alentándome a construirme

Con materiales de amor, afecto, optimismo,

Hubiera querido alegrarme

Ante la presencia de quien acuna

La inmensa posibilidad del deseo, de la lujuria,

Pero me invado de nostalgia,

Y vienes a remendarme con tus besos,

A zurcir cada hueco de mi infancia,

A mostrarme que valió la pena atravesar

Caminos agujereados,

Con las alambradas caídas,

Los múltiples obstáculos que supere

Hasta revivir en este día.

Cantas,

Como lo hacia el jilguero de mi patio,

Cantas y mi corazón se alegra,

Ya no quiero beber del pesimismo,

Ni morderle las sabanas a la parca,

Siento que renueva plantar lunas

En los rosales del jardín,

En tanto los instrumentos brillan,

Sin el oxido que las enmohecían,

Y a puro reverdecer

Es que pinto de naranja

El armazón de mi existencia

Y por dentro me barnizas al amanecer.

Sumergido en el centro de las sombras

No disfrute de los bordes luminosos,

Hoy no pienso en el tiempo,

Ni en el que se fue ni en el que vendrá,

Solo restaño mis heridas,

Mis lastimaduras,

Preparándome para renacer

Una y otra vez,

Con tu compañía como levadura.

Me he quitado los zapatos

Para acompañarte a andar descalza…

HE ANDADO

He andado


Algunos viejos parajes

Donde hoy no se que queda,

Si la ansiedad desgraciada

O los vacíos del ultraje.

He compuesto un presente

Con las partes perdidas,

Evaporadas,

Desintegradas,

De un tiempo inmensurable

Que agonizó hasta recién

Bajo los puentes de las aguas servidas.

He visto con estos ojos

Como el mundo se regodea en la injusticia,

Como consumen sus valores vorazmente,

Sin importarles los dioses que han creado,

Son cadáveres empachados,

Hartos de cosas,

Con el juicio justo de un demente.

He escrito

Acerca de mil cosas,

Para dispersarme en la niebla de las letras,

Para cubrirme del ruido mundanal

Con el escudo de un predicado,

Las armas punzantes de los adjetivos,

En los orillos de algún pergamino

Aferrado a tus labios delicados.

No es por desconocimiento

Que me centro en las sombras de mi persona,

En la luz de tus pezones bíblicos,

O en las carabelas de tu mirada impúdica,

La que se refracta en mis espejos,

Como tus largas piernas me rinden pleitesía,

O entrelineas me halagas la pluma,

Sin saber que son viejas estrofas,

Las que armo en las noche de un nuevo día.

He visto,

He combatido,

He sido inocente

Convertido en forajido

De los que hacen daño con las vocales

Y entretejen consonantes a la vera de algún río.

Por eso

De tanto andar me he detenido

Y conmigo las lunas de diciembre,

Tengo en las alforjas imaginarias

Algunos bellos de tu pubis dorado,

Las miradas lascivas de mañana,

Los bordes desarrapado de este atardecer,

Para que quiere más mi decrepitud

Que repetir versos de un bardo enamorado,

Viéndote al trasluz hembra-mujer

Sabiéndome eterno de toda infinitud.