lunes, 18 de abril de 2016

OLVIDO


Me impuse
dejar atrás lo olvidable
aquello que sin alas pretende volar,
las miradas equivocadas
que leen en el libro de la muerte,
saber que eras parte de la diáspora,
aquella de ese pueblo disoluto,
amante de la bohemia,
de la lujuria, la voluptuosidad y el vino,
mujer que en tu defensa
pones la responsabilidad en el extranjero,
nunca tu territorio es culpable,
nunca tus mentiras son falsedades,
más que hay de mí,
pirata de una tierra inventada
donde crecen tus pezones
duros en instantes ardientes,
que, de mis herejías,
de los fraudes de mi boca en otras bocas,
infiel de armadura espesa,
a que viene mi queja si no apareces,
si me abandonas sin habernos conocido,
será que me apropie de tu desnudez
antes de conocer el verde de tus ojos
los cuños de un rostro en el engaño
o quizás el nombre que niega mi poesía,
tantos interrogantes en este vértice
cuando aún me surcan otras sombras
sé que te encanta la geometría terrosa
el pestañeo de los gorriones de este día
el viento que te levanta los poros
la inocente afonía de mi palabra,
te impresiona ignorarnos en otros cuerpos
hasta que amanece como alcohol oscuro
y en la resaca de desconocernos
evocaras mi apodo que sabe a infierno
por ese amor que floreció impuro.

Roberto Brindisi

viernes, 15 de abril de 2016

HOY NO ES CONTINUIDAD DE AYER


Ahora me detengo
después de andar mil veces
por el pueblo de tu cuerpo
sé que mi discurso mudo te enamoró
al punto de que hasta hoy no me recuerdas
solo puedes ver los dedos de mi ausencia
los colores primarios de mi retirada
es que nunca vi los puentes de tus ojos
solo me detuve a desprender
la almohada de mis sueños
hoy, que no prosigue al ayer
sino que es la continuidad de mañana,
un beso pardo encima de mis pestañas,
zócalos de olvidos en madrugada,
hoy, digo que eres viento suave en mi balcón
espera ardiente de pasos cercenados,
el calendario de la prisa no tiene feriados
afortunadamente solo un día lo ilustra
luego son minutos tras minutos
los que asfaltan el sendero de mi muerte
el muro que se erige en mis pesadillas
se levanta de múltiples soledades
los golpes de tus nudillos en la puerta
hacen que corra en dirección equivocada
me aparece extendida tu seducción
en las puertas entreabiertas de mi oscuridad
traeré mi sonrisa hipotecada
para transitar por tu vientre afable
por las venas de sangre enamorada
por los ladrillos de tu ciudad erigida
he de repicar las campanas de tus pezones
subiré los puentes de tus orificios
partiré en trozo los tajos de tono durazno
donde resguardas los gemidos y las sales
anidan los pájaros de tardes sin oficio.

Roberto Brindisi 

miércoles, 13 de abril de 2016

NO PERDER LOS SUEÑOS


Un rostro
se desdibuja en la luna
de la noche muerta
un disparo de silueta suicida
que quiebra la calma de los grillos
una imagen inmaculadamente sucia
desecho de soledad
restos de abandono inmaduro
nada convence a los pájaros
ni a la brisa
te he perdido sin conocerte
lo más triste,
sin conocerme
me impacto tu ausencia
teñida de senos mustios
con una hermosa caída en la arena
en ese espacio fracturado
nos desencontramos como siempre
hasta que la poesía me tendió una trampa
atrapando mis metáforas en su vagina
desprenderse de lo erótico
es como perder mis sueños
dejar que triunfen las pesadillas
que la muerte remiende su huida
y que amanezca después del mediodía
perder la noche en una esquina
naufragio entre estrellas mutiladas
por eso me inundaron tus besos
que desbordaron el dique de tus labios
hacer el amor zurciendo los trozos de sexo
dirás que mi partitura no contempla tus orgasmos
no lo creo
le he escrito a la asonancia de tus gemidos
en un momento de inspiración
con la presencia magullada de las musas
en ese espacio que nunca hemos perdido.

Roberto Brindisi

SOMBRA DESNUDA


Ser sombra
de la escritura de un fantasma
analfabeto de días prestados
ser innombrada en el viento
no compartir las gotas de garúa
ni llovizna de letras candorosas
en la aurora de un bardo desquiciado
amante de las noches embriagadas
ese destino de fémina incompleta
acreedora de una penetrante ausencia
te aguarda en las venideras alboradas
negritud en el filo de la tarde
apocadamente huidiza de tu signo
nada se obtiene huyendo del mismo sitio
o querer aprehender a la luna de sus agujeros
te miraras en el espejo de la melancolía
cuando oigas caer tu mote de otra boca
enmudecida de poemas que te celebren
de versos que dibujen tus partes
que animen la geométrica de tu erotismo
pobreza de la sensualidad
escasez de adjetivos ardientes
alma que se derrite en los gélidos vértices
de una cama desangelada
querrás el fuego que te inundó
dentro de las llamas de la lujuria del averno
aún está allí
pendiendo en el centro de mi memoria
como una luz rugiente en la calma
la vida te pide una mueca de valentía
despojarte de las ropas que cubren tus recelos
te ha de salvar desnudarte de poros
arrojar al vacío la comodidad de tu infortunio
ser desnudez en plenitud de la bruma
no habrá paraíso de amante
ni caricias de soledades, orfandades
sino aceptas que solo serás en tanto sumas.
Roberto Brindisi

  

jueves, 7 de abril de 2016

UN SEGUNDO ANTES


En el último segundo de la eternidad
sentí tu respiración agitada
incolora
destiñéndose de a poco entre la bruma
eras como una brisa acomplejada
que se extiende inerte sobre la planicie
buscando los espectros de lapsos amorosos
que ya no están
que no existieron
que retornan paranoicos desde el aire
eras la fémina salpicada por el abandono
la que se escabulle por mis paredes pardas
entregándome ese rostro de ojos humedecidos
que miraron tantas vidas partidas en cristales
deformes
recompuestas en una madrugada efímera
deseando alejarte te aferras a mi olvido
sabes que he de marcharme a otros sitios
que son iguales a este en el que mueres
cada martes de mi calendario gregoriano
para refrendar que el mar es un ave extensa
como profundos son los nombres
que hilvanan el silencio del poeta
en ese instante pretensioso
desvestiré tu silueta de hembra en celo
he de regalarte las pestañas de mis letras
te regresaré los besos que nunca me entregaste
bajaré la luna hasta el zaguán de la memoria
nos sentaremos a la mesa de un bar de la bohemia
a evocar con el silencio en crecimiento
aquellas promesas que siempre incumplimos
como falsean las amantes de mis tardes
sentándose en el umbral de las vestales
viendo pasar la vida erosionada por mentiras
va llegando el viento del destierro en lecho ajeno
sé que te has ido en pequeños trozos
en migajas de desencuentros
impregnándote de las urgencias del rocío
antes de que nos echemos de menos.

Roberto Brindisi

miércoles, 6 de abril de 2016

ETERNA POESÍA


Eternamente
recordaré el estallido de tu rosa
las astillas blanquecinas de tu sangre
el breve lapso de lo incorrecto
como bordar tus ojos en mi mirada,
eternamente,
como en este segundo promiscuo
en el que un abstinente se enciende
a la espera de tu desolada invasión,
respiraré tus poros
apretaré el espacio vacío                                                                                     
me escurriré por entre tus dedos
para jugar en los médanos de tu pubis
han de sangrar las horas de mi sueño
aprenderé a dormir en la sombra de algún muro
a volar como lo hacen mis angustias
mis ansiedades, mis terrores,
las que llueven sobre un alborada perseguida
dejo abierta la ventana de mi pasado
esperando que filtre esa incomoda humedad
la de los vanos recuerdos malheridos
o de los tristes amores inconclusos
que apenas habían comenzado
en ese lapso que es el tiempo infinito
comenzaré a ser soledad en el desierto de mi hastío
rasgaré las alas de la bruma del silencio
he de extinguir el aluvión de luciérnagas prestas
no se prendera la vela de mi espera inquieta
pero si llegas ausente como siempre
no indultaré la súplica de tus senos erguidos
sensualmente alcanzaras la música de tus jadeos
será cómplice mi antiguo y envilecido espejo
el que refleje tus muescas y sus afluentes
impiadosa me reclamarás sembrar mis versos
ser musa analfabeta de mi místico poemario
y escribiré en tu espalda mi poesía más urgente.
Roberto Brindisi


SOLO EN ESTA NOCHE


En esta noche
perdidamente singular
déjame que sueñe con lo perfecto
que me deshaga de los renglones vacíos
con el encuentro en un mar de trapos
o en la encrucijada de nuestros nombres desnudos
en un torrente de moradas mariposas
cuando las palabras no hacen el amor
sino dan sentido a la soledad
por eso este silencio me sabe a espectros de vino
solo en esta noche
en que el silencio devoro los gemidos
que tu acerada piel no invadió a la mía
en la que tu boca desapareció como maleficio
da tristeza ser habitante del olvido
solo en esta noche
porque mañana volverá a ser de día.
Roberto Brindisi

domingo, 3 de abril de 2016

NOMBRE EN LA MEMORIA


No negaré tu nombre
ni los otros que te precedieron
ni los que llueven esta noche
o los de los tiempos venideros
no lo negaré
he tratado de olvidarlos
mas este fuego no incinera mis recuerdos
no olvido las gotas
ni el sudor de nuestros cuerpos
se me hace tan próximo tu otoño
que busco primaveras frescas
miro en las noches la luna jadeante
unas muecas oscuras en el cielo
no,
no me olvido aunque lo quiera
me muerden las sabanas impenitentes
en el costado herido de mi memoria
viene en esas noches de lluvia
un aroma penetrante a versos
digo que no me olvido
porque solo lo pronuncio en arameo
o en las vocales gruesas de mi silencio
la omisión no es de mi reinado
es guerrera de otros momentos
cuando para tenerte no había que llamarte
viniste como tantas vinieron
descalzas de piel y sedientas de sexo
en esas horas que antecedieron a la alborada
quemé el agua de mis infiernos
me hice memorioso de la angustia
prisionero de compañías pasajeras
fulminé con mis antojos
muchos misterios eternos
recordar las brumas femeninas
que se asoman a mis cristales
son parte sustancial de mi muerte diaria
finitud que solo puede medirse
en mi eterno sendero que no termina.
Roberto Brindisi


sábado, 2 de abril de 2016

CAIDA VITAL


Cae
como una tarde de otoño
un mediodía de sangre
una violenta palabra inofensiva
asi se derrumba mi mirada
hechizada
carcomida
disociada por sorpresivos sentimientos
es la parte primera de un alud
la palma que corona tus pezones
asi es la caída
voluptuosa
cargada de lujuria antigua
como anticuado es el nombre que no tuve
cristalino como los arroyos de tu vagina
con tu clítoris como campanario fino
creo que la carne reivindica en esos momentos
cuando mis ojos se desmoronan
sobre tu desnudez que fue y ya no es
la certeza matemática de la lujuria codiciosa,
aprendí el lenguaje de una mal reconocida jerga
que acicateo mis deseos más impuros
fueron soeces las mariposas que navegaron
como misioneras de un día  por tu piel
luego llego la sombra
contorno difuso de siluetas ansiosas
de océanos aplanados en su sequia
hambre de mujer en su encerrona
jadeo impetuoso que perfora la muralla
he de mentar a Heráclito, Platón o Epicuro   
no, jamás, porque escribo mis pulsiones
delirios místicos de mi arrabal porteño
mis garabatos en forma de versos repetitivos
solo reconocen la deidad de mis espejos interiores
no será sino una hembra a la que sueñe
en este difícil oficio de mantenerme vivo.
Roberto Brindisi


viernes, 1 de abril de 2016

AL FINAL DE CADA NOCHE


Simple
hasta lo complejo
se ama pocas veces
se muere al final de cada noche
respiras espinos en un oscuro callejón
hasta las orillas de un rio de acero
pueden llegar tus versos
armar con las astillas de vocales
un espinoso poema sin sentido
puede que te estremezcas al recordar
entre los ángulos laterales de la tarde
el abandono que te aguarda en tu retorno
explorando las angustias en su plenitud
puede que sea asi
o quizás la vida te sorprenda
con el vuelo agotador de alguna rosa
que pinte de colores el espejo de mi esquina
mientras sus labios desgranan
los misteriosos deseos de mi apatía
puede que una boca en clave femenina
arranque el pellejo a mi ferrosa soledad
hasta hacer que resuciten mis colibríes
alcen vuelo en el mar de mis baldosas
creer empecinadamente que será mágico esta vez
será dejar los orificios ingenuos
que la lujuria sea amor
entre otras muchas cosas
serán los retazos de un lapso sibarita
la marea de una entrega transitoria
las clavijas que suenan en la simiente de una noche
senderos dispersos que se encuentran
hasta desangrar la savia de los pinos
sanar la quemadura de los labros no besados
querer comenzar a andar otro pasaje
se embriagará la luna de un eclipse
y en algún sitio nacerá otro enamorado.

Roberto Brindisi