sábado, 30 de abril de 2011

PLEGARIA DE UN PECADOR...

Se de una línea,


Una raya.

Una continuidad de puntos ininterrumpida,

Que mencionarlo es irreverente,

Voluptuoso por su solo nombre,

Se de esas líneas perfumadas,

Que lastiman,

Que atropellan,

Que generan fantasías,

Muchas veces desvelos,

Envidia de la luna agujereada,

Se que de esas líneas han dicho los dioses,

Se que se prestan a confusión,

A pensar que aparecen en desnudez al final del día,

Y juro muchacha que lo he intentado,

Esconder bajo tus ojos mis poesías.

Son mis pobres poemas esas líneas,

Esos espacios de frondoso anhelos,

De limites corrido por el orgullo,

Tantas veces como las que te quite tus tantos velos,

Como te poseo enloquecido,

Te hago el amor,

Dejando que me cabalgues las páginas

En blanquecina alborada,

Cuando los espejos de este mar

Se asoma con tanto desconsuelo.

Allí aprendí que no se rasga una noche,

Que mi destino es incendiarlas en tu compañía,

Que no quedaran cenizas de quien vea,

De quien extienda la mirada,

Por la planicie curva de tu continente,

Por las praderas ingentes de mi barcaza

Con la tea y con la pluma

Con las manos y con el fuego

Se de donde vengo

Se que las palabras son tu ruego

Porque antes de partir sino he partido ya

He de consumar el penúltimo Armagedón

El juicio final del evangelio de la libido

Sellando pliegos y versículos

Mirando desde el monte de los olivos

Como tendida en la inmensidad de mi ligera

Superficie de piel a estrenar,

En este siglo de nadas incorruptas,

De jilgueros procreando a contraviento,

En este nuevo milenio de tremendos terremotos,

Nada se salvara,

Nada podrá cubrir lo viejo,

Solo redimirá lo ya escrito,

Los tantos poemas de amor y una canción desesperada,

Lo pecaminoso que dios ha permitido,

Al poseernos en tantas madrugadas.

PIENSO


Pienso,


Que hay noches que me son propicias,

En las que persigo tú aroma,

De muchacha de prestancia nueva,

No recuerdo si te alcanzo,

No se si mi poesía refleja novedosos hechos,

Solo pienso que en esas noches,

Mientras mas me acerco, mientras mas avanzo,

La bruma del recuerdo captura,

Esos mismos instantes de derroches,

Volviendo sobre la amnesia de mis pasos,

Y sin que el corazón se eleve con bravura.

Toco el césped de alguna aventura,

De una novicia de letras desteñidas,

Sigo creyendo que siempre eres tú,

La más mía, la por siempre querida,

Esa que me acompaña a ser fantasma,

A recorrer liberto varias abadías

Y cada poro tuyo es un sacerdote

Y cada gota de sudor una elegía,

Cada brazo, de los azules de tus ríos,

Traen las botellas que lance algún día,

Cuando te buscaba en mascaras de antruejo,

Cuando el paisaje prometía alguna luna nueva,

Yo en mi interior sabía

Que las primeras luces de la primavera,

Brotan en esta Buenos Aires,

En la ciudad mas nuestra,

En los espacios mas aporteñados,

En las plazas, en las fuentes,

En las caras de mis amigos vestidos de ausencia,

Que siguen siendo imagen,

Como lo es la tuya,

La de una mina compañera,

La de mi mujer aventurera,

Lectora de todas mis miserias,

En esta casa de los espíritus,

Inundada con agua para chocolate,

Recorro soplo a soplo el dorso de tu ser,

Dibujo a besos las líneas de tus labios,

Dedico mi poesía a este loco destino

Y me desintegro dentro tu probidad.

Siendo más juglar,

Amando tus amores más sabios,

Pienso,

Que no entiendo porque

Aun te llamo,

Asturiana generosa,

Taurina nacida un mañana,

Cuando primero viene mayo,

En mi imaginación fértil y generosa.

POESIA AL PASO


Seguro que perdí,


En esas formas curvas,

Algunos besos inocentes,

Algunos roces impuros,

Algunos amaneceres calientes,

En esa formas curvas,

En esas formas que me conforman,

Que me reclaman,

Que consagran mi devoción

A la virgen que me recibió

En la orilla de los ríos marrones,

Mirando mis labios sensuales,

Mis manos ensangrentadas de caricias,

Dejando allí su castidad

A placer, con mucho garbo,

Aunque al descorrer las sabanas de seda,

Fue reconocer a la salvaje mujer,

A la que toma el subte en Avellaneda,

En la estación de los milagros,

La de la pintura fresca de alguna madona

De esta capilla Sixtina de lo voluptuoso,

Por donde ramas, hojas y poesía

Se conjugan para nuestra alegría.

Debo de haber perdido

Quizás la compostura,

Las cosas que son lastre

En el andar ligeros en la vida,

Pienso mientras me transfigura

El color verdoso de tu mirada,

Nada de lo dado permanece,

Nada de lo dado se eterniza,

Presiento que en alguna curva

Derrape en el punto en que amanece,

Justo allí donde tus senos se erigen

Como promontorios espontáneos

Y mis ojos se quedan inmóviles

En el asiento trasero de tu silueta,

Ahora, cuando el campanario da las diez

Me disuelvo en tus sentidos

Floto entre solidas fronteras

Abril, que bello mes, termina

Creo haber olvidado lo perdido.

lunes, 25 de abril de 2011

POESIA MERECIDA


La miro,


Son las últimas horas

De este domingo por la noche.

Cronología,

Pura y total cronología,

Es lo que me revela,

Lo que hace que sienta

Que no estoy compuesto

Solo por irritantes segundos,

Tengo en mis manos mucho más,

Pero tampoco tanto,

Tengo la sensación de tu rostro,

La humedad de tus labios,

El aroma perfumado de tu piel,

Un libro donde Ortiz me susurra poesías,

Tengo los dedos pegados a los tuyos

Y una sensación de quererte

Como quizás antes no quise.

La vida entera vale por ese instante,

Por saber que he querido, amado

Porque intentare que sea para siempre,

Porque me he propuesto atravesar

Las barreras invisibles de lo temporal

Y aparecer en el olimpo centenario

De este parque, tuyo atestado de gente extraña,

Infinidad de gente, de ojos, de andares

Que no llevan a ninguna parte

Porque al recostarme solo existes tu,

En el misterioso encierro de mi imaginación,

Allí en ese espacio

Resplandeciente de vocales y diptongos,

Completo de peces que alumbran el océano

Mientras el vacío se hunde en una mirada imposible,

O tus palabras en mi oído me recuerdan

Me hacen hombre de una noche terminando

Te hacen hembra del comienzo de otro día

Y los dos allí, nunca solos

Porque nos acompañan nuestros hijos,

Nuestros nietos, la inmediatez y la eternidad,

Te alcanzo la flor del último jarrón,

Me dices que todo tiene un significado,

Concuerdo sonriéndole a un espejo de esta habitación,

Miro como lees concentrada las últimas letras

Del libro azul de mi peregrina alma,

Sabes que nuestro pacto será cumplido

Hemos de vivir ese gran amor que nos debíamos

Gastando los colores y tus pinceles

Devastando cada palabra mía que entre en poesía,

Sabes porque somos gente de palabra,

De amores en cualquier tiempo

Pero solo a quien es correspondido

Que la noche termino y la madrugada recién empieza….

domingo, 24 de abril de 2011

HAY NOCHES, TANTAS...

Hay noches


En que las sombras se dispersan,

En dos, en cien, en mil

Como la niebla del riachuelo,

En la estación de los vientos muertos,

Como quien te desea,

Alimentándose con la tarde fría,

Como un animal dañado,

En el mismísimo sitio

En el que se escuchan las revelaciones.

Hoy no quiero otra cosa,

Ninguna otra que tenga la boca zurcida,

Los parpados cocidos,

Voy olvidándome de todo dentro del ventarrón,

En el encierro del sitio que decida.

Se que mi caída es final,

Aunque mañana haya otra igual,

En ese derrumbe en el que nadie me ataja,

Con las múltiples voces solitarias,

Sabiendo que estas en otro lado,

Tejiendo palabras siempre en mi costado.

Me dices que sabes que una rebelión

Puede ser la mirada de una rosa,

Hasta pulverizarnos los ojos,

Destapar los verbos en una guarida,

Mientras se juntan las péndolas de un poema.

No es muda la existencia,

Ni cantarina la ebria agonía,

Más en tu dulcísimo canto

Florece mi silencio agrisado.

Yo, desconocedor de pájaros,

Inventor de las hazañas de este fuego,

Deduzco que mi soledad debería tener alas,

En este bullicio que detesto,

En este silencio en el que me embriago,

Estando siempre listo, siempre presto.

No dejara de sorprenderme tu mirada,

La que esfuma las dudas milenarias,

La que alimenta los juegos codiciosos,

La que da rienda suelta a la fantasía,

Entre almohadones de seda sedentaria.

Tu mirada me conmueve

Rompe los cristales de mi desidia

Avanza con sus aristas verdosas

Acarician mi pecho de águila herida

Y me entrego a recibir el toque de la rosa

Una flor roja codiciosa

Es la que se abre entre tus pasos

Una orquídea amante de la primavera

Un junco rebelde e indomable

Es tu cariño y tu amante compañía

Ser mitológico, divino, amable

Conocedora de mis pesadillas

Consuelo de los anocheceres perdidos

Hacedora de bellos amaneceres

Que remiendas y sanas tantas viejas heridas

Aquí estamos

Pariendo nuevos días, nuevas vidas.

jueves, 21 de abril de 2011

PODRIA AMOR...


Podría


Escribir una poesía,

Que hablara de mis deseos,

Esos tan respetables o vulnerables,

Que cuando dan las diez en mi reloj

Se me pasa el agua para el café.

Podría

Decir María, te quiero!

Una noche contigo y después morir…

Pero me atasco en una letra

En un concepto, en su abstracción

En los ángulos de las palomas,

O en medir lo ridículo de un decir.

Podría

Darme por satisfecho,

Pasè por la vida sin conocer

Jamás Estados Unidos y Nueva York,

Pero no me hubiera perdonado

No recorrer La Habana

Su erótico malecón

Levantar fusiles en Santiago o Trinidad

O la historia detenida en Playa Girón

Podría

Contentarme con haber visto y conversado

En los setenta, en el palacio de la revolución,

Con el, por entonces, poderoso comandante

Pero no,

Sigue gustándome María,

Es tan importante con un amorío de gigante

Que a veces me recuerda

Una a una las canciones de Silvio o de Pablo

En las que gasto papeles evocándola

Como erosiono las sabanas amándola.

Podría

Desgajar las extensas alamedas,

Cubiertas de arboledas con pecados,

Los plantados por Neruda en su poesía,

Las colecciones de la Isla Negra

El nombre de Matilde

El mar trayendo ruinas de embarcaciones

Recorrer la playa buscando las memorias

Confesando que no he muerto

Que una taurina me ha rescatado

Podría,

Pero no quiero,

Mentir sobre mi esencia,

Confundir la lealtad de quienes me rodean,

Fallarles a las personas que me habitan,

Centrarme en mi frustración de alcanzar alguna estrella,

Cuando

He aprendido que el sol derrite las alas

Que Icaro no ha podido

Acercarse tanto al sol

Mis ilusiones son imposibles, amo a María

Y en esa imposibilidad

Ella me corresponde,

Quizás sea tiempo de escribir un poema

Directo

Al corazón…

De mi María.

UNA HERMOSA FLOR...


Una ligera línea,


Tanto que es casi invisible,

Tanto que ni se oculta,

Tanto que pocas son las miradas,

Que pueden verla y saborearla.

Una vaporosa flor,

Se muestra en mi horizonte,

En medio de la sangre de esta mañana,

Donde los aromas apuntan al olfato,

En el justo sitio de las espesuras,

De cuanta santa caridad cabe en una semana.

Una nada,

Que pretende seguir siendo nada,

Con los destellos que le da su condición,

La misma que el verde de la pasión,

En los umbrales de las puertas de mi calle,

La que se pierde entre planos y avenidas asfaltadas.

Un puñado de verdades,

Que mi amor me ha regalado,

Que guardo prestamente en la bolsa,

Con mis bolitas de tantísimos colores,

En eso pantalones remendados,

De injusticia, cicatrices y dolores.

Un calendario,

En la pared de mi habitación

Que mira de soslayo tus prendas intimas,

Me marcan que son casi tantas las razones,

Que sin olvidarlas decido seguir sin detenerme,

Que lejos ha quedado el punto de partida,

Como un seis de febrero a las dos y diez de la madrugada,

El que viera con estupor al condenado a sobrevivir

Y que en este día de mañana, tarde, noche

Al mirarse al espejo se alegra de los errores cometidos,

Como de los aciertos y la digna bravuconada,

De saber que como llegue me habré de ir.

Un escritorio,

Con las fotos de quienes más quiero,

El mismo en el que hicimos el amor,

Sobre libros, cuadernos, hojas en blanco,

Así parece ser mi vida hoy,

A cada instante,

Comprender que me he absuelto,

Que me he librado de las peores cadenas,

Que he optado por acariciarme,

Que por eso te arrullo primorosamente las caderas,

Que una noche mas es una bendición,

Que una mañana nueva será un anónimo eslabón,

Que lleva al sentido que tiene el tener conciencia.

Así todo tiene explicación,

Aun la que no la tiene,

El gato siamés,

El jarrón de porcelana,

La recta interrumpida,

Los números primos,

Los astros con su desafío,

Tus labios hermosos,

Tu existencia plena,

La mía con moretones,

Hoy miro de manera diferente,

Una línea ligera,

Tanto que es potente y previsible,

La flor esta,

Y la acompaño…

lunes, 18 de abril de 2011

EL DIA DE HOY

El día comenzó frío,


He buscado la ropa adecuada,

Miro de pronto mi cara reflejada,

En los marrones zapatos desgastados.

Tiendo a atarme los cordones

Conteniendo el oxigeno de mis pulmones,

Levanto algún atavío desacomodado

Sobre la cama o en el piso acostada.

La ropa no se acuesta pero creo que la dueña si,

Es decir que aquí las prendas tuvieron encarnadura,

Y si hago memoria recuerdo la carne dura

De la que anoche tanto me ufane.

No encuentro mi agenda,

La bordada con nombre de pirata,

La que en sus paginas recoge algunas letras,

Direcciones con los nombres,

Que combinan con los números.

De las horas o la altura de la que calle a la que voy

O a la que fui,

Tengo un índice, distinto al de mi mano,

Que se completa con cuatro dedos más,

Da lo mismo si es la derecha o la izquierda,

La primera la uso en demasía,

Con ella, entre otras cosas, escribo poesías,

No esta de hoy que es una argamasa de garabatos,

Sin inspiración ante el ronroneo de los gatos,

Ay, mi musa ahora esta engripada,

Con estornudos y la garganta inflamada,

Se oye un ruido de un plato roto

Las mascotas han hecho de lo suyo,

Levanto pedazo por pedazo,

Termino los arreglos para salir a trabajar,

Mi reloj da las siete y cuarenta,

Y las llaves como siempre se niegan a aparecer.

En la vereda de esta mañana

Raúl, el encargado, no conoce a Bolaños

Tampoco a Roberto Juarroz,

Aunque cree que vivió allí hace algunos años,

Y todo puede ser,

Tanto la sabiduría del portero

Como la ignorancia del majadero

Jefe de gobierno de la ciudad,

Don Mauricio Macri, para ser respetuoso,

Y no inmiscuir parientes

En la consideración sobre el declive de la capital

Patrona de los buenos baches,

De la intención de reprimir al que pide por sus derechos

Viejas costumbres de burro nuevo,

Ya son las ocho y cuarto

Y el subterráneo llega completo

Es un día más en Buenos Aires,

Un día menos en la eternidad,

Compleja sumatoria de conceptos abstractos,

En una palabra se incendiaron las letras,

Ahora solo vaguedades…

viernes, 15 de abril de 2011

DIGO TIEMPO, AMOR Y VIDA

Bueno es decirlo,


Pero el tiempo me persigue,

Por momentos me alcanza,

Me invita a tomarnos unos tragos,

Suele conversar en su silencio,

Sobre lo inevitable de esta tarde gris,

De las oscuridades que vio en su devenir,

De algunas alegrías que pintan su carcaza.

Pero el tiempo cuando no se embriaga,

Suele ponerse melancólico,

Se sabe fragmentado a la vez que único,

Se sabe negado o duramente confirmado.

A mí,

En realidad,

Me pasa desapercibido como cuando garúa

En la ciudad poseedora de los destiempos,

Donde la muerte de lo jilgueros no acontece,

Donde hace rato se perdieron lo acoples

De los tangos y milongas arrabaleras,

Orilleras,

En un sur que sigue teniendo el paredón,

La luz del almacén ya no a kerosene,

Mientras espero el instante del olvido,

Ese tiempo tan vacío de sombras

Como tan carente del sentido de las luces,

Tan determinante pero a la vez tan perdido.

El tiempo que me acompaña sin pedirlo,

Me dijo que tal vez se llamara

Solamente María,

Ese presente, regalo en estas horas de mi vida,

Y el tiempo nunca se equivoca,

Aunque muchas veces si,

Pero que importa si ella ya esta aquí,

En esta mesa,

Donde se sirve café cortado con leche fría,

Tan importante como un golpe en Somalia,

O la guerra civil en la lejana Libia,

Nunca, jamás olvidare tu mano tibia,

Cuando el tiempo desnudo de pluma en sus alas

Se detuvo solo para mirar con envidia

Que en su modorra porteña de domingo

Hizo una voltereta inverosímil

Rompió con furia los antiguos relojes

Lo que seria su partida de nacimiento

Mirando como en un sofá que daba a un ventanal

Los besos sumaron momento tras momento.

Ahora, muchacha mía

Pintora y lectora de flores del erotismo,

Consumada ciudadana del mundo del afecto

Te cuento que no quiero despertarme

Y encontrarme dentro de ese lapso sudoroso

Con las viejas lloronas de los velatorios

Las que como en Zorba el griego

Después de fenecido en esa habitación

Se peleen por quedarse con mis nadas

Con la suma de mi ancha indigencia

Con el llanto por mi paga miserable

Reclamando nuevamente cada lagrima

Que confirme mi voluntad de no morir

De vivir hasta la inconciencia

En el mismo muelle, en la misma rada

Cubiertos con las estrellas agujereadas

Abrazados firmemente a nuestra esencia.

jueves, 14 de abril de 2011

YO, ESE HOMBRE...


Yo, ese hombre


Dueño de sus misterios

Y sus miserias,

A las que forjó con la enjundia

De algunas logradas virtudes.

Yo, el mismo

Que se resguardó en prisiones,

Que bajó los puentes ante el mundo,

Que un día suicido su silencio

Por el solo gusto de sentirse libre.

Yo, un perfecto canalla

Cuando el que creo lo merece,

Allí aparece,

Yo, ese ser magnifico

Que sí, tuvo abuela y la mejor,

Que aprendió a ser modesto,

El día después de su final.

Yo, que no debo rendir cuentas,

Que templé de acero

Mi ánimo hostilizado,

El que por las mañanas

Despertaba entre mujeres,

Peinándose por dentro con alcohol,

El que no le escabulló el bulto,

A los años difíciles de balas,

De secuestro y de persecución.

Yo, el que se dio permiso

Para querer cambiar el mundo,

Aborreciendo a los saciados,

Escupiendo en la tumba abierta

De los poderosos,

Que no reconocí otra bandera

Que el amor a una hija, una nieta y a mi abuela,

Que tuvo que ver como el pasar del tiempo

Lo dejo indefenso ante la soledad.

Yo, el mismo que tomó la decisión

De querer abrir los portales a la dama acertada,

El que anduvo golpeando puerta tras puerta,

El que profanó lechos equivocados,

El que fue besado por unos labios errados.

Yo, me he permitido amar como se hacerlo,

Incorrectamente, salvajemente,

Desproporcionando los límites,

Amaneciendo en el último refugio

Del que no quisiera nunca despedirme.

Yo, el que siente que llegó a esta morada,

Donde las manos de una gata asturiana,

Hacen prodigios en la funda de mi cuerpo,

Llenando de afecto los aljibes de mi alma,

Apaciguándome en cada tempestad,

Esas que se desatan en el bravío mar

De mi incoherencia, de mi casi locura.

Yo, en este tramo de la vida

Bendigo a la madre de este dios anverso,

Que se describe por su pluma en unos versos,

A la compañera inigualable de cada noche,

A la que me dignifica cada día,

Yo, he decido llamarla por su nombre

Dios te ama y te salva, María.

martes, 12 de abril de 2011

TENGO LA AFICIÓN...


Tengo la afición


De sumar letra tras letra,

Dejar espacios entre ellas,

A veces recuerdo hacer la puntuación,

Revisar la ortografía,

Y entre todo eso me asoma tu sonrisa,

Esa que anoche ilumino el cielo de mi prisa.

No hubo punto y aparte por un largo rato,

Algunos puntos suspensivos

Entre cautos susurros y relajados gemidos,

Cosa importante la sintaxis de tus senos,

Aunque he muerto por lo esdrújulo de tu pelvis,

Me he tendido en un pretérito perfecto,

Mientras paseo mis besos por tu cofre nuevo.

Hoy

Que es un día novedoso,

Una mañana de golondrinas aplanadas,

De árboles que crecen de forma algo copiosa,

Leo unas páginas de un libro de Marcos Denevi,

Rosaura a las diez con el reloj en otro lado.

Pienso que figura recogerá tu esencia de mujer,

Esa que devora mi intolerancia y mi impaciencia,

Queriendo que se repitan los actos reflejados en el espejo,

Cuando los encuentros son batallas,

Cuando las escaramuzas son a matar o morir,

Cuando se desgastan los arrumacos

Acorralados por los gritos de placer y del vivir.

Ya no hay sombras,

Solo las luces de otra madrugada,

Arribando con los ojos sinceros a la ultima mirada,

Porque cuando los ojos están abiertos,

Tantas son las cosas que hay por ocultar,

Como las coartadas debajo del desierto.

Pienso que una hoja en el árbol justifica el tiempo,

Pero un lapso sin hojas no justifica nada,

Pensar que solo desnuda da sombra la orquídea

Y sin vestidos te resguarda en ese templo.

Raro me siento con el último café,

Ese que goteo sobre el peldaño de la escalera,

Llegando a sentarme frente al viejo escritorio,

Donde el abecedario me hace muecas

Y el cuaderno semi en blanco espera…espera,

Lo esperable es una sola palabra

En una casa en vigilia sin laberintos,

Allí donde alumbra poco la luz y mucho más la sombra

Donde tomado de tu mano me arriesgo hacia el abismo

De tus sueños, de los míos, de los fundidos

Donde me topo con la dulzura de tus labios

Con las mariposas de tus largas pestañas

Cuando Asturias se abre mostrando el su amplia mar,

Cuando los dos disponemos del resto del tiempo,

Para desaparecer ante la vista de los jilgueros,

Somos viejos conocidos del sentimiento foráneo

Y tan nuevos pretendiente de lo construido,

Del amor que se cuenta del ultimo al primero.

Esa afición gitana, flamenca,

De multiplicar palabras y silencios

Junto a tu voz y a tu melodía

Junto a nuestro deseo de permanecer unidos,

Eso me embriaga y siento que desvanezco,

En el postrer hueco de tu deseo corrompido.

Sigo teniendo esa afición, sigo teniendo tu mano,

El mundo termina porque empieza…

lunes, 11 de abril de 2011

SI NO FUERA...

Si no fuera


Ese poeta loco y escurridizo,

Ese quien le escribió

A los arroyos secos,

A los cuerpos dispersos,

Como también diversos.

Ese que soñó con los escritos de Galeano,

Transportándose con Sabina y con el Nano,

Ese poeta

Que le escribió al amor,

Derramando las últimas gotas del tintero,

Que se estremeció al conocerte,

El que evocó tu mano en su palma,

Que construyó metáforas con tu piel

O regó los valles de su calma,

Con su gélida voz llamándote.

En las orillas azuladas de la mañana,

Al límite o borde mismo de los sueños,

Si no fuera ese juglar,

El que cuidadosamente impide que se dañen

Los besos que conserva en sus bolsillos zurcidos

O que amplía el atardecer al recoger flores,

Que adornen el jarrón de tu melodía,

Pero soy ese bardo

Que se solaza leyendo a Luis Cernuda,

Que busca los restos de los barcos

En la bahía de los escritos de Neruda.

Soy el que dio los pasos en otoño,

Arriba de las hojas mustias dispersadas en el campo,

Poeta de mala muerte o de mucha vida,

Bardo que se enamoro en forma perdida,

De unos ojos verdes y del nombre María.

Soy un juglar de estrofas largas,

De versos escritos con la inspiración de su diosa,

Quizás ese fue el galardón por otras vidas,

Vividas al mismo tiempo en paralelo,

Amante de los tiempos desmentidos,

De las iglesias abandonadas de toda fe,

Creador pagano de nuestra simetría,

De su empeño por retenerte

Cuando no quieres partir hacia el olvido,

Gobernante de un reino de dos pasiones

O de una con dos seres enamorados

Soy el que pudo erigir un camino con las rosas,

El que se siente agradecido por el calor de tu sueño,

Danzando desnudos por mi perímetro,

Bailarín de la libido en línea recta

O maestro de voluptuosos pecados y pecadores,

Recreando un olímpico paraíso dionisiaco.

En el que nace cada días cosas nuevas,

Más yo soy el escritor del romance,

El imperecedero entre tu gloria y mi avaricia,

Soy el que vino a hacer perpetuo,

Nuestro encuentro hasta el final de los tiempos,

Cuando se funda la inmortalidad con las caricias.

Si no fuera el poeta que soy

Juro que te inventaría.

viernes, 8 de abril de 2011

CUANDO EL AMOR DESPIERTA

Luz,


Lo primero que veo

Al despertarme hoy.

Después una cama deshecha,

La mesa de luz en pleno desorden,

El piso que sostiene a Nietzsche,

Que anoche me contó del preludio,

De la lenta agonía de un dios muerto,

Dejo la imagen de los muros demolidos,

De una idea humana engañosa de la deidad,

Tan importante que la cambie por tus senos,

Si Jhave ha muerto me consuelan tus labios,

Si la verdad es imposible me desagravia tu desnudez,

Si todos mis libros dijeran algo cierto

Apagarían las llamas de este incendio imaginario.

La luz es complicada,

Me resulta difícil entenderla,

Reparo en que me has llamado a disfrutarla,

Mientras suena de fondo la voz de Joaquín sabina,

Quien le canta a la virgen de los vientos,

Y regresa a mi tardía memoria

Lo que apuntaste de no quedar adherido a nadie

Aun la más amada,

Que toda persona es una cárcel,

Como es también un rincón oscuro,

No te adhieras a ninguna compasión,

Mira como navega la barca en el océano picado,

Mira como se elevan las alegres gaviotas,

Mírame sonreír sobre tu humanidad,

Como si se hubiera detenido un ave marina

La historia minúscula de estas horas

Recoge los pedazos de tiempo y de ratos

Como levantas las prendas esparcidas

Por la habitación naranja de nuestro cuento de hadas

Miro la luz nuevamente,

No se si estas presente,

Sí, aún tú aroma delicado,

El cenicero sobre una pira de revistas viejas,

Yo comienzo a desorganizar mi agenda,

Mis viajes extensos y desordenados

Por el laberinto de mi existencia,

Mitología de animal impuro asesinado,

Me remiten a la música en su más pura esencia.

Sueño entredormido,

Que te tomo de la mano en la vigilia,

Te cuento de los colores del olvido,

Del frio extremo de las soledades,

De la sensación terrible del vacio,

Me amparo en tu nítida indulgencia,

En las sabrosas humedades de tu cuerpo,

En las palabras que me devuelven el sentido,

En las miradas que disparan inocencias.

Allí me despierto

Veo como penetra la luz

Como se hace claro todo lo ennegrecido

Siento que no ha sido solo un sueño

Que quien me observa atentamente

Eres tu, mi amada, la que ha venido.

martes, 5 de abril de 2011

LA GOTA Y EL AMOR


Una pequeña gota,


Vestida de gitanos colores,

Comenzó a caer desde la canilla

En derrumbe libre,

La gota chiquilina

Tocó el piso

Desparramándose en la baldosa,

Como quien entrega sus suspiros

En esas madrugadas ardorosas.

Ya no esta,

En este día sin memoria,

Sin apuro por perseguir la luna,

La partícula minúscula de mi atención,

Como esos imperceptibles poros de tu superficie,

Que hacen de mí un eterno soñador.

Ahora, en algún lugar,

Alguien ha roto las copas,

Los vasos de exquisito cristal,

Festeja verse correspondido

Por esa bella mujer que ama con locura,

Mientras tiene en sus manos

El aroma de ese cuerpo enamorado,

Con el que embriaga sus sueños perdidos.

Sin más cruza por mi retina el sonido de tu llegada,

Es como el golpeteo del alfabeto,

Que en manos del poeta

Escriben verso tras verso la poesía,

De tu presencia avasallante ante mis celosías.

Se me hace misterio tu amor

Compartiendo con el mío,

Son arcanos duramente trabajados

Que no merecen el intento de desentrañarlos,

Solo la exploración en toda su plenitud,

Extasiados,

Como frente al aleteo de aquel colibrí,

Como ante el vuelo libre de una mariposa,

Como nos encuentra el albor enredados.

En esta vigilia eterna,

Sin haber descifrado los antiguos poemas,

Que de tanto serlo aun no mueren,

Sosteniendo la misma simple vigencia,

Que deslumbrara al primero que lo escuchó,

Como hoy me impresiona gratamente,

Ver caer levemente

Cada uno y todos tus desnudos,

Para tapizar el piso de las esenciales quimeras,

Que vuelven a recordarme

Que cada instante es como aquella gota,

A punto de caer,

Derrumbándose,

Proveyendo la gota siguiente,

Que hace este océano incontenible,

De marejadas de olas absolutas,

Y sempiternamente entrecruzadas.

Hay días como gotas,

Amores como gotas,

Vidas, como las nuestras,

Que son un canto a las aguas de la mar.

domingo, 3 de abril de 2011

MI VOZ LLEGA...

Mi voz


Fue una voz aferrada a las consonantes,

Cuidando que ninguna letra quedara sin enunciarse.

Hablaba literalmente,

Más muchas veces se me malentendía,

Era como si la perfecta precisión de la lengua

Revelara en cada palabra un caos

O una extraña paz que no me daba tregua.

Voz que se volvía más evidente

En la medida que reconocía mi esfuerzo

Por ser comprendido

En el entramado de un silencio diligente.

Esa voz se ocultaba

En las noches extensas de insomnio,

Donde me decía que la moral es la gramática del deseo,

En tanto la ética me sabía a juramento vulnerable,

Siendo los libros el lugar de mi escondite,

El ultimo, el primero, el más seguro o más deseable.

Hasta que una tarde morena

Decidí abrir las alas de mi imaginación

Agrietándome como un animal atemorizado,

Conviviendo con mi águila entumecida,

Empezando a romper las celosías de mis ojos,

Y a comprender el milagro de esta vida,

En la que alguna ventana dominguera y porteña,

Me invito sonrosándose a reposar

Tanto desasosiego, tanta derrota,

Que miró mis heridas como ternuras que flotan,

Que paso la ataujía rosa de algún beso

Con un cacho de Buenos Aires de trasfondo

Sobre un espacio de necesidades algo espeso.

Supe que mi sonrisa se hizo con millones de gotas

De esas que algunos suelen llamar lagrimas,

Aprendí las dificultades del alma sin tiempo,

De las deferencias cristalinas de las verdades,

Surcando entre unas nubes de adoquines

Una planicie me aguardaba

En la belleza de tu pelvis

Donde adormecido,

Reconfortado,

Llegue al lugar que antes nunca llegaba.

sábado, 2 de abril de 2011

EN MI SUEÑO

En mi sueño


Tu silueta se recorta en el vano de la puerta,

Como un fantasma encantador

Que desluces cuanto hay a tu alrededor.

En esos sueños

No recuerdo el color de tu turgencia,

Ni la creciente erección de tus suspiros,

Ni los primeros frutos de tus gemidos.

Como no reconozco el gusto de tu afluencia,

Quizás porque en lo onírico

Me entretengo con los versos de tu palma,

O me deshago sin palabras entre tus piernas,

Hallazgo incrédulo de manantiales renovados,

Cuando esta vigilia azul se presenta eterna.

En estos sueños

Vuelo a la par de alguna golondrina,

Soy verano que incita oquedades,

Tengo la sospecha abierta de mi mirada,

Junto a la permanente certeza de mis verdades.

Sin despertar,

Sin la conciencia de estar adormecido,

Busco entre los pétalos insurrectos,

Las veredas zigzagueante de tus formas,

Plantándome en el centro de tu persona,

Abriendo espacios en el destiempo de tus gotas,

Esas mismas que trajinadas se hacen temporal,

Arrebatando cuanto encuentra a su paso,

Sin calma ni resignación como la marejada,

Como olas deslustradas en su circular,

Hasta arrasar la costa plena de mi nocturnidad.

Extraña sensación la de despertar

Dentro de un sueño que no es irreal,

La de confundirme con las luces de la madrugada,

Cuando la luna toda aparece arrebolada,

Y saberme sabiéndote,

Existiendo solo en la palabra proclamada,

En el extenso discurso de una vida,

En ese universo extremo y paralelo,

Donde nuestra existencia se significa,

Entre los muros desmadrados

De una narración que al soñar nos purifica.

Hay infinidad de veces que sueño

Con la objetividad de la vida,

Con la suprema subjetividad de lo nacido,

En la que nos amamos sin reproches y sin dueños.

viernes, 1 de abril de 2011

QUIEN

Quien tuviera la suerte


De ver caer todas las gotas del mar,

De atrapar con una mano los copos de nieve,

De desprenderse un segundo del dolor?

Quien tuviera digo,

La heredad interminable,

Que detrás de un tiempo temprano,

Plegar quisiera los ángulos llanos,

Esos que son desplazados en derredor

Buscando al eterno displicente,

Al enamorado de las formas más extrañas,

De la geometría mancillada de color?

Quien, vuelvo a preguntar,

Sabe cual es el secreto de la parte oculta de la luna,

A la que lance la flecha de mis sustantivos,

La punta aguda de los múltiples adjetivos,

Como escondida se encuentran tus manos

Entre el calor vehemente de mi epidermis,

Entre esas líneas únicas de mi boca,

Las que detienen mis besos impenitentes,

Mientras deslizo mis versos por tus zonas,

A las que liberas en estivales madrugadas,

Cuando desentendido de la premura de los tiempos

Me detengo solo para esperar tu llegada,

Esa que contiene aun la humedad del rocío,

Que en renuncia generosa se da en regar el valle

En cada peregrinaje emanador de la alborada.

Regreso sobre mi pregunta,

Me planteo quien tiene la fortuna,

De saber que a pesar de tantas muertes,

De vivir tanto al filo de la saliente,

Se apropio con prepotencia del destino,

Fijó el rumbo de su embarcación,

No aceptando otro sino que el forjado,

A golpe de versos y de estrofas,

En cada momento de brutal soledad,

Cuando lo más sublime parece deteriorado.

Quien, me interrogo,

Puede encontrarte para dibujar días pertinentes

Si yo no hubiera empezado y seguido

Intentando conocer este que me habita,

O que felizmente me aloja.

Si alcance a encontrarte, estar contigo

Fue porque me descubrí,

Alegrándome compartir conmigo.

VERBO DE ABRIL

Un día regresó el verbo


Distinto, con ropas nuevas,

Tanto fue que al principio no lo reconocí,

Venia desde lejos,

Mucha es la distancia que debía recorrer,

Me dijo sordamente

Desde una estrella caída al amanecer.

Un verbo rojizo,

De cabello colorado,

De uñas prolijamente pintadas,

Con la vestimenta olvidada,

Dibujada la piel con las caricias

Reconociendo que era un verbo enamorado.

Mi asombro fue mayor,

No conocía la verdadera esencia

De este vocablo provocador,

Que como caballero andante

Arrastraba suspiros, clamores.

Las telas que cubrían los cuerpos

Se desintegraban tras las palabras

O se recubrían con algún significado,

Respirando en una esquina el alcohol de un tango

O la melodía del atardecer en el rosedal

O entrelazando los dedos por el caminito de la boca,

Esa misma que desembarco tus besos,

La que movilizo tus delgadas piernas

En el negro de la seda de mis sabanas,

Cuando reclinada buscabas mi soledad

Para llenar mis vacios de miradas,

Recortar los bordes claros de tanta oscuridad,

Predicar prendiendo un cigarrillo,

Que las volutas de humo nacarado

Copiaban a la inmensidad descomunal,

Al revelarse en el verbo al enamorado.

Siempre puede haber un día…