sábado, 27 de diciembre de 2014

JUEGO A LA VIDA


Inclasificable
así deseo andar como poeta
como animal sexuado en este espacio
con el ala destruida
pero sabiendo que aún me queda una
con la que soñar la posibilidad
de atravesar los cristales de esta angustia dominical
vidrios opacos
oxidados
de tanto tiempo que llevan arrancándome las vísceras
sigo
con la mente enyesada y el pensamiento corto
con un corazón con sus hendijas esperanzadas
con la bondad mentirosa de una amante
que se conforma con no morir sin ser letra
con vivir los retazos de una lujuria de madrugada
ardiente
despojada
cediendo a miles de muertes pequeñas
que la transformen en una sombra jadeante
impregnada en la pared de este cuarto húmedo
que se construyó de placeres envolventes
de humo
sudor de hembra
gemidos anhelantes
y en ese perchero de madera
descolgué su boca tan sensual
capaz de besar mis labios empapados en años
o bajar hasta el mediodía de mi existencia
puedo decir que no me costó descifrar su lengua
ni el arameo de esta magdalena me produjo ningún daño
si recordar que su partida es el otoño de mi almanaque
aunque por vivir al borde matemático
de esta geografía que me dio las mil y una derrota
se que nunca queda el lecho vacío
que solo se trata de elegir en la hilera de mi ático
a la mujer que con el alma deslustrada
abrirá sus dedos paseándolos por un desierto de piel
correré la luna que estando llena es molesta
jugaremos a los dados en lo dorado de su pelvis
prometiéndome que esta noche será enteramente fiel.
Roberto Brindisi



sábado, 20 de diciembre de 2014

DISGRECIONES SOLITARIAS


Si alguna vez
pudiera tomar nota de mí mismo
quizás me perdiera menos
y dejaría de dudar si huyo
o es que me traslado hacia la nada
recogiendo gotas de viento
en los agujeros verdes de los yuyos.
Si alguna vez
pudiera separarme de mi
no me escucharía quejarme
sino aceptar esta irrealidad intangible
este tiempo de corpiños rojos
de sudores trabajados por el sexo
de esas manos delicadamente volátiles
que se trenzan sobre el mimbre de mi virilidad
podría quizás entender ese vacío
de astillas afiladas descartadas por inútiles.
Si alguna vez
vinieras desde el fondo de la vida
enteramente desnuda
pidiendo a borbotones los destellos
los mordiscos de la noche en tus pezones
se que destrozarías los bordes de tu boca
colgarías las muchas brumas de tus labios
en el alambrado inexorable de mi cuello
sin sopesar ninguna de las mil razones.
Si alguna vez
esta espera inenarrable
esta tensión desesperadamente hueca
fuera completada por esa llegada inoxidable
con tus carnes reposando en mi vientre
entrelazando mágicamente el mimbre de mi hombría
a las formas geométricas de tu entrepiernas
valdría la pena acribillar la oscuridad de esta noche
porque mañana tendría sentido el día.

Roberto Brindisi

jueves, 18 de diciembre de 2014

SOLEDAD ALETARGADA


Que lejos quedó la soledad
que hoy cerró la puerta tras de si
abriendo suavemente las ventanas
quiso acurrucarse entre mis sabanas
desparramando por el suelo el eco de mi voz
en medio de mis ropas desplanchadas
y se sentó a esperar su muerte
sin darse cuenta que no la alcanzaría
siendo parte de la misma
negando la tristeza de su destino
pero acobardada en su coraza
no ha de encontrar dioses que la reconozcan
su suerte está atada a mi terquedad
a mis silencios rotos por la mitad
aunque me plazca verla retirarse
regresará fatigada por demás
con los labios desgarrados
en medio de los gritos de la humareda
en una bruma acerada desde atrás
mis silbidos le marcan sus pecados
diciéndole nunca más
regreses sin su compañía
porque ella te abandona en el desván
cerrando las puertas con candado
deshilachándose con sus gemidos
los que aprendió cuando volvía
desempolvándolos entre mis poros
de esta dermis que muerde los sentidos
de las arterias bravías de sus senos
dejando que recorra la humedad de sus arroyos
en las alas de estos dedos
los que hurgan el jadeo de tu ardor
en la alborada de esta ilusión donde nunca menos
que abrirte los vocablos más eróticos
me acercan la certeza de tu sinceridad
cuando te apropias de los enigmas de mis laberintos
en lo generoso de tu andar sinuoso
en el borde mismo de la eternidad.
Roberto Brindisi


martes, 16 de diciembre de 2014

PROMESAS


Hay días
que el tiempo me despeina hacia el pasado
ahí me hundo en el rencor
en heridas que no están ni son
pero es dura la migraña de mis recuerdos
como duro el humo que me pierde
entre yuyales mustios de ayeres invertidos
es que el alcohol te deja el cerebro taladrado
las penas no se mueren en un bodegón
los perros cojos vuelven pervertidos
siendo mi presente un equívoco inigualable
hasta que retiro del perchero la razón.
Hay que seguir
buscando abrir la puerta de este hoy
a las cosas positivas que llueven desde el paredón
no caer en el desconsuelo
inspirando mi trabajo con las ganas de escribir
de vivir
tengo como mandato los ojos verdes de mi hermano
que me marca en las venas la tinta de lo que soy
la promesa que Malena ha de llegar
a esta pieza donde ladran las baldosas
esperando ver caer la tela de la lujuria
solazar la angustia del espejo por su boca
que la luz del anochecer la encuentre entregada
en la música del agujero de estas horas
por donde fugarnos hacia este instante
en el que desnuda descoses las madrugadas
con los ojos vueltos a la mujer que implora
para incorporarte en vuelo rasante
descolgar las agujas del reloj que dan las dos
volves a confesarme que cansada y fría te encontras
es que en el destierro agujereaste lo anhelante
la libertad es un don que te cobra algún peaje
por eso te regalo esa esclavitud que añoras
en este espacio de sombras hay luces expectantes
buscan los pájaros que se incineran libres
que no se le acalambran las alas a pesar del viaje
me parece extraño hablar con tu promesa
pero tu pasaporte tiene el sello desgastado
las sabanas están inquietas por la larga espera
en tanto yo termino este poema en mi vacía mesa.
Roberto Brindisi


  



domingo, 14 de diciembre de 2014

SABERSE HOY


Quien soy
me pregunte
después que el invierno se llevó mi piel
debajo del roció aguante mi sed
quien si las gaviotas de tu boca
agujerearon mi humilde soledad
la que me lastimó
la que me hizo tanto mal
y ahora sentado en el placard
espero colgado en una percha de silencio
salir al mundo  de papel
hacerme verso de la mano de un poeta
que me diga la verdad en un adiós
al menos duro pero no tan cruel
quien si ya me fui
si se terminó el terraplén
si no llegue a levantarle la pollera
rubia, de escote generoso, en medio de la hiel
me quede en un estado estéril
símbolo de mi enemistad con dios
angustiado por las voces de mi voz
sin saber porque hable en el momento más inánime
levantándole un dejo a la deidad
aquella que precedió a mi adiós
falso
como si no hubiera sucedido
es el caldo ansioso del olvido
o es la carne fresca de este día
ahora solo queda solazarme
en medio del desierto
de unos cardos gigantescos
que susurran entre tus pechos
conmovidos por el tiempo muerto
mas finitos que su espalda al techo
cuando tu boca me mordió
ahora solo queda preguntarme
si soy el que invento la poesía
o inmerso en ella no registro mi pulsación
veo entre los renglones las sombras
de tus tetas que son la perdición
que me queda en este olvido
sino es el jadeo
cuando algo más que ardiente es que me nombras.
Roberto Brindisi


sábado, 13 de diciembre de 2014

INTENCIONES


Despierto
envuelto en un murmullo de pájaros
que desgrana mi última pesadilla
son aves de vuelo rasante
con las alas atrofiadas por el sol
quizás el mal sueño continúe
o la realidad sea múltiplo de una mala noche
como así también un tablero de ajedrez sin piezas
vacío
crudamente ralo
al que no le crecen los escaques
mientras me despierto con la cara desplanchada
busco la sonrisa matinal entre mis dedos
cargado el ambiente de un ausencia vibrante
sombra del frio que se introduce por las rendijas
de la cerradura falsa de una ventana
siento que tu piel esta bajo la ducha
más solo es la sombra del agua salpicada
el espejo guarda tu figura
como atesora lo cimbreante de tus movimientos
las sabanas mudas añoran su sangre calurosa
guardando el aroma de su envoltura
alegrándose con la picardía de sus piruetas
tienen las formas de sus rodillas penitentes
mas el atardecer se tornó cerveza en jarra
cuando las manos se desintegraban en mis bolsillos
cansados de la espera incinerada en su vértice
y por la calle se ve correr un pedazo de esperanza
como un clarín anuncia a una pelvis arribando
y mi ropa me abandona dejándome expuesto
a las geométricas formas de tu presencia
aunque por momentos me quedo con tu mirada
se que he de bajar la vista hasta desnudar
la vanidad de sentirte inconquistable
la insurrección de tus hormonas perforables
en el medio de mi ser vulnerable a la seducción
de atraerte hacia mi oscuridad lujuriosa
desvelando mis más empecinadas intenciones
donde devastados terminamos por mi decisión.

Roberto Brindisi

viernes, 12 de diciembre de 2014

IMAGINAR EL RECUERDO


Asomado a este día
me doy cuenta que la sombra la precede
que está en la quinta puerta
con los zapatos de lunas astillados
envuelta en mi imaginación febril
da la vuelta por las veredas del infierno
no va de ángeles este encuentro
son truenos y azufre lo que adornan este lecho
es la lujuria que malherida renació
como un ave que cae en las olas de acero
en medio de una prodigiosa corriente
por donde discurren los pétalos de estas rosas
he fantaseado con hacerte el amor
en la desembocadura de mis sabanas
en el paréntesis que se abre entre la noche y la alborada
en ese instante beberé las gotas de tu piel
como un fantasma que descubre tus orgasmos
sentencio que no hay pecado en el placer
solo un ápice de maldad al espiar tu incompletud
darme cuenta que te lleva el viento del oriente
y que gimes como con un lenguaje extraño
jadeando se humedecen los senderos de marfil
que inspiran mi poema urgente
se que es tu sed de hembra ardiente
la que ha perforado las ventanas de mis deseos
veo la sangre que corre por tus venas agotadas
que claman por mas bullicio silencio de los dos
la que abre sus paralelas bastante activas
como enredaderas trepando por el muro de mi espalda
son los giros inmensos de mi invención
porque vienes en camino desnuda de toda soledad
recubierta con las ganas de mirar en el cristal
los extraños momentos en que estarás intensamente
es el silencio de mi antiguo espejo
el que atrapa tus cabellos impenetrablemente sueltos
ahora que casi estas
las baldosas de mi cuarto se estremecen
sintiendo toda la brillante ansiedad
de juntarnos hasta que las horas se pierdan
que el tiempo sea solo un estéril recuerdo
entre las llamas curtidas de nuestra necesidad
en el instante último que algunos recuerdan.
Roberto Brindisi


lunes, 8 de diciembre de 2014

Y LLEGARAS


Espero
un día que no sea día
sino una noche fallida
un ruego ciego sin colores
un camino partido entre sus cardos
eso espero
y en esa espera interminable
como la de los condenados a vivir
esos que se pierden en segundos
los que muerden los minutos
los que desdeñan las hojas de la tarde
los incapaces de enhebrar una palabra
sin que el cielo se abra en fragmentos
como un libro antiguo
borroneado en sus márgenes
los eunucos caballeros de la ignorancia
que hacen gala de no saber donde empezar
solo que el sol sale por occidente
cuando se pone la lluvia dolorida
entre garúas de letras desusadas
Y así espero
sabiendo que no vendrás
sino se incendian mis deseos
mis recuerdos concupiscentes
mis reclamos de hombre caprichoso
el de las mañanas terracotas
con adoquines en las esquinas rotas
lugar por donde doblan las ilusiones
sin dejar de mirar este presente
que no acepta concesiones
puede que sea hoy
que la vida riegue mis gorriones
grises en las mañanas religiosas
alegres en los atardeceres más urgentes
pero siempre estarán mis labios rotos
a la espera de la jarra de tus senos
para absorber del líquido promiscuo
dejaré andar mi lengua por los bordes
de ese cuerpo encendido de pasión
mientras los ríos y arroyos de tu sabiduría
inundan la sequía de mis dedos ancestrales
que herede de mis antepasados resecados
como hacer transitar mis gotas por tu cuello
o erizar la geometría de tus glúteos
dando cuenta que en el amor no existen cosas fatales.
Y espero
como espere mil veces
sin llorar lagrimas inmerecidas
comenzando a amanecer en mi interior
porque llegaras mansamente
cuando la luna atropelle al sol
en tanto nuestros continentes
se entrelacen en la esfera plana de mi lecho
con la malicia instintiva de romper la prohibición
esa tan antigua como la misma sequedad
de no hacer del sexo el amor
hecho benigno clandestino para los asesinos
que gustan de jugar a las masacres de innombrables
de desarrapados de cuanta latitud
y solo aceptan la disciplina de los burdeles
burocratizando la lujuria en cualquier expresión
tratando de adueñarse de una pulcritud
que nunca compartiré en mis laureles.
Espero
tan cerca de empezar a amar
que he despertado a las paredes
iré por ti hasta el filo del terraplén
cuando tu silueta de hembra anhelante
atraviese lentamente las angustias del ayer
atrapando tu silueta sin desdén
y juguemos a que la existencia esta toda por delante.
Roberto Brindisi


SI LA POESIA...


Si quieres creer que existo
es porque no has leído mis poesías
hace años que deje de estar
me paseo entre sus líneas
en cada adjetivo se va mi piel
o en cada verbo mi aliento fino
en vida soporte una carga de tonos horrendos
me sepulté en lo de Alejandra Pizarnik
volé por el cielo de los renglones
con mi amado Roberto Juarroz
y en esa poesía hermosamente vertical
me desvanecí siendo unos versos de Tuñón
mirando las lunas agujereadas
los paredones del sur de Buenos Aires
en una esquina asfaltada de tangos
practiqué un dos por cuatro
con el mismísimo demonio
diciéndole que nada hay después del paredón
solo la clemencia de un bar lleno de alcohol
con las heridas donde lloraba el tano
que ni el color carmín quedo en el buzón
y me marche
por entre las comas que nunca puse
con mis anteojos verdes
bajo el cielo entumecido y multicolor
abrazado a mi condición de tinta rojiza
como la sangre que traspasa mis venas
que arde entre tus piernas literalmente
mientras tus pezones se hinchan y vuelan
así que si dices que te penetre
no he de desmentir tamaña sinceridad
solo ten en cuenta que fue mediante una estrofa
puede que en tanta voluptuosidad haya sido un poema entero
nunca renegaré de mis errores de ortografía
porque generosamente me has entregado los tuyos
solo puedo decir en este silencio
que de vivir seguramente repetiría cada día.
Roberto Brindisi


ESTOS SUCESOS MIOS


Suele suceder
en que hay momentos
que mi desequilibrada calma
empieza a ordenar el caos
de un universo de cifras inalcanzables
poner sobre la antigua alacena
la suma de todos los infinitos
en tanto mi mirada albina
se dirige hacia unas ramas de hojalata
como agujas de metal
inclinadas confusamente por el viento
ya no te espera
ya mi recuerdo quedo en el olvido
y mi próxima estación es casi invisible
pero hoy me deleito con mi desprecio
ese que me produce la muerte en cuentagotas
que no recuerda el volumen de tus senos
ni cuantas virginidades te he comprado
sabiendo que eran palabras corrompidas
mas mi mente regresa a algo ameno
ya que la memoria es la máxima deshumanización
es una mentira atroz
suavizando lo que deseo
martirizándome con fantasías que no existen
digo enteramente solo por hoy
no beberé de las aguas de tu desierto
ni comeré las manzanas de tu desgracia
sabrá mi espera de recompensas en platos nuevos
relameré la fuente de un pubis ignorado
elevaré mis plegarias hasta unos labios desconocidos
besaré las faldas desnudas de tus piernas
dejaré que la luna nueva se apropie de tus jadeos
en tanto mi lecho se viste de tus gemidos
y en un suelo techado de un caótico mar
de prendas que desaparecen con el tiempo
frente al cristal penetrado por la lujuria
serán dos sombras la que iluminen la nada
las que disputen cada poro en una pelea final
será la bruma de dos verbos exaltados
los que animen a los ciegos instintos
a declararse vencedores al final de esta madrugada.
Roberto Brindisi


miércoles, 3 de diciembre de 2014

MUJERES


Mi historia
esta hecho de retazos de mujeres
truncas,
ya inmodificables
madre en estado de liquidez
mujeres y más mujeres,
perforadas
imperfectas
desarmadas
menos mi vieja
la abnegación en su máxima potencia
o mi descendencia
con la que quedan tantas páginas por llenar
o la mano pequeña de mi nieta
a la que le debo miles de juegos
de plazas verdes por la ausencia
y yo en la imposibilidad de sustraerme
porque hasta mi muerte es mujer
con la que hemos dialogado reiteradamente
ella envuelta en la locura del alcohol
yo en la ternura del delirio
anegado en un lugar sin nombre ni separaciones
atraído por el poder de mis pesadillas
cuando intente abolir el atardecer
con el fin de convertir a mis noches laboriosas
nocturnidades con sus secretos mal habidos
cuando el silencio de un hombre precede su suicidio
o ver caer la luna agujereada
antes de que alcance su cuarto creciente
siempre mujeres
que han regado de vida y finitud
los espacios de mi memoria en retirada
soy parte del pensamiento nostálgico
de los que conservaron su certificado de defunción
cuando nuestros hermanos se hicieron luz
hace tanto tiempo atrás
que son como las estrellas muertas
y ahora soy mar que los rescata
soy también el que aún espera en el filo de la utopía
soy el sexo que se dio
para no sucumbir ante tanto horror
teniendo entre mis ojos la promesa
de que nadie impediría que llegaras
para que junto celebráramos la aparición de este día.  

Roberto Brindisi

viernes, 28 de noviembre de 2014

EL SENTIDO DE LAS COSAS


Volverá a salir el sol
más allá de la muerte
irremediablemente renacerá
tantas veces como quiera
este astro de flores puntiagudas
retornará
dejaré de cavar mis recuerdos
de desconfiar de mis sombras matinales
para ver como asoma en el oriente
ese oeste mentiroso de los tahúres
y me regocijaré
sonreiré a carcajadas nuevas
porque una vez más habré vencido
olvidándome de ocultar mis huesos
con un traje reluciente de heridas marchitadas
la esperanza como escudo en la solapa
pensaré que te dibujo en una escena
con hambre de misterio
con la sed inagotable de mis deseos
te pensaré tan hembra
tan mujer como lo fuera la primera
que no he de dudar
al quitarte la sombra que recubre tu cuerpo
al despojarte del temor que no te corresponde
y en alguna superficie
hecha de restos de polvo de antiguas rosas
recostaré mi superficie
a la espera de que inundes mis venas
que cicatrices mis lesiones acumuladas
hecha en siglos de batallas equivocadas
o en el altar de falsos amores
que se ahogaran los quejidos heredados
y solo prestaré atención a tus formas lujuriosas
las que me envuelven con sus poros placenteros
que me anuncian que es el calor del nuevo sol
ese que creí mil veces ya perdido
en la forma de tu cuerpo hechicero
para recomenzar el sentido olvidado de las cosas.
Roberto Brindisi


jueves, 27 de noviembre de 2014

LA VIDA EN EL TIEMPO


Que ha roto el silencio
provocando tanto ruido
el bullicio de los que hablan
sobreponiendo sus signos repetidos?
Que ha roto,
que es lo que ha partido
si la hipocresía se pasea con unas copas de vino
y en el suelo cadáveres de otros ríos,
hay silencios infinitos
silencios hechos de noches con tanto frio
de desamor
de engaños
de gritos ahogados en los muros del hastío
a veces el silencio
pesa tanto que se hace insostenible
incomoda los huesos de algunos individuos
incendia las falsas palabras
las praderas sembradas de vocablos vacíos
no saben decir te amo
porque el veneno es muy corrosivo
articulan vocales y consonantes ignorantes
nacidas en los márgenes de otros nidos
desnudas
sin las ropas de los sacerdotes de la lengua
intentando convencer que no hay camino
sino mil senderos que solo llevan a la orilla
de un océano inmenso de falsedades
de torpezas, heridas y lastimaduras
carente de agua
con la lluvia mustia de verdades
con los médanos de frases corrosivas
cuando se pretende decir con el bullicio
lo que el mutismo pario con sentido
no hablaremos del desnudo de una mujer
ni de los deseos de un hombre perdido
solo haremos saber que hemos matado al miedo
no ha muerto sin un quejido
cuando la vida pierde la dimensión del tiempo
lo demás es cuestión de enredos.

Roberto Brindisi 

NO IMAGINAR


Nunca te imagine
hecha con la sangre de mi destino
ni siquiera con el dolor de mi silencio
nunca fue ayer
como eso pájaros ausentes de palabras
como esos besos que se perderán en el camino
quizás alguien te pensó completa
grave error por desconocer el universo
se que pude detener la voracidad por un segundo
entregarme al hechizo de los bordes de tus labios
pero era mucho más lo que quería
amaba las gotas de tus gemidos
me atrapaba esa ingenuidad tan atrevida
tus sueños compartidos con mi desierto
argamasa de conceptos renovados
nunca te imagine
recorriendo mis venas con tu prisa
pero la ausencia es presencia astillada
como el canto de un jilguero matinal
que levanta vuelo hacia la zona del infierno
nos avisa que se ha extraviado otra mañana
quizás la del domingo con su carga animal
ahora pienso que detrás de lo agrio del vino
solo la falta de palabras parece permitido
para entregarse a descocer las puntas del vacío
te veo parada debajo de un campanario
lugar exacto para sacarle filo al adiós
o portal divino por donde entra tu silueta
se que te pesa no saber sin marcharte o retornar
pero cada uno borra o afirma sus pisadas
solo me queda aguardar
en la puesta del sol mientras se raja la oscuridad
partida entre el recuerdo desvanecido
nunca habrá suficiente espacio por delante
solo el silbido de esta actualidad endemoniada
nunca quise imaginarte
en lo mustio que agoniza de cansancio
será que me alumbra una ausencia desmedida
en las primeras horas de esta madrugada?
Roberto Brindisi



miércoles, 26 de noviembre de 2014

EL DIFICIL REGRESO


No pedí
una daga gélida
para cortar los tientos del infierno
no fue mi voluntad
verte arder en los recuerdos inventados
detrás de tanta agua desbordada
no quise asomarme a una ira persistente
solo era mi humilde intención
multiplicar mis ojos en tus mañanas
tener la mirada erecta
acariciar el aire que se espesa
cuando nuestras prendas caen veloces
asomando las formas en las brumas
en tanto en un océano de caricias
te rescato regalándote el infinito
pero la mañana tiene sus reglas
la marcha de tus tacones me perforan
es difícil predecir si hay camino por donde volver
mi calma y nuestro ardor van derritiéndose
debemos reconocernos nuevamente
entre las afiladas astillas de las heridas
en los colmillos de mi lobo interior
en el salvajismo de tu desnudez ya no inmaculada
mas si ello no ocurre incendiare la luna
haré de la pasión un instrumento oxidado
encerraré la risa que te robe de espaldas
miraré a través de los espejos
como crece el moho de la decepción
aunque espero que cumplas tu promesa
de regresar aunque el tiempo desaparezca
sabrás que las hojas firme de una poesía
no son meros garabatos que llenan renglones
son declaraciones guerreras aunque amorosas
en este espacio que es mi penúltimo refugio
nadie ingresará a andar en mis laberintos
en los bordes precisos de mi demencia
todo este cuarto sembrado de orquídeas
te perteneces por la calidez de tus besos
por las sensaciones que despiertan tus dedos escurridizos
porque cuando llegas
desaparece la terrible soledad
ya se secan las lágrimas del silencio
siendo la materia en sus movimientos primerizos.

Roberto Brindisi

lunes, 10 de noviembre de 2014

NADA HACE DAÑO


Ya no queda nada
ni una palabra por partir
esta calle ayer inundada de ojos
hoy padece la soledad del cristal
las veredas juegan al silencio
en una inmensa noche de final de siglo,
nada
partículas infinitas de nimiedades
que se evaporan tras el paso de un gorrión herido
la sangre que consumió mis venas
anda escondida en la terminal del viento
un todo resquebrajado
se diluye como heridas en el aire
me pregunto
tanta espera para morir tan tarde
donde han sepultado la ansiedad primera
que fue de las sombras que perecieron sin cuerpos
de los umbrales nunca atravesados
de eso ojos ciegos que despertaron con tu primavera
nada es imposible
algo debe haber servido
algo debe haberse ocultado
sino para que la búsqueda de esa bruma
que dio a luz a las formas de una hembra
despertando los sentidos adormecidos
afilando el látigo de un instante eterno
hasta florecer en amaneceres de cosecha y siembra.
Me resisto a pensar
que esas horas de loca suficiencia
en que la tierra se encendió en tu hoguera
cuando los mares de tu piel desnuda
cubrieron la superficie de mi país herido
impregnándolo de la avidez de tus orquídeas
todo eso duro lo que un simple interrogante
ahora que recojo trozos de tus recuerdos
o de los míos que bañan el suelo de mi arena
puedo creer que el tiempo es un vacío extraño
una abstracción que cubre mi imaginario
una insignificante broma del destino
para que los amores agrietados no sufran tanto daño.
Roberto Brindisi


EN EL FUEGO DE MI TIEMPO


El reloj de pared
dio la hora exacta
en tanto las nalgas de tu desnudez
descansan sobre un tapiz de fuego
en estas horas de dimensión parcial
en el que una lluvia de miradas perdidas
se despliegan esperando te despiertes,
pareces no cansarte nunca
de mentirle a la pobre luna abandonada
te cree victima porque gimes en esta estación
pero solo ve tu lado oscuro
cuando de espalda te regocijas mezclando
las caricias nacidas en esta madrugada
o en otras tantas que se transformaron en rio
en agua apareada con unas olas picadas
así las escamas de tu piel enardecida
desaparecen ante la vista de unos ojos lujuriosos,
te he esperado mujer
entre las astillas perenne de mi silencio
entre el follaje hostil de mi silencio
entre tanto y tanto desierto de misterio
que cuando llegaste hubo música de suplicio
de desear que no partieras nunca
inmortalizada en el lienzo de mi lecho
como si el tiempo hubiera muerto en este precipicio
el de tus labios rojos
flotando en el aroma hundido de mi recuerdo
entre unos dedos que te recorrieron toda
parte por parte en esta longitud de vida
en esos médanos que parieron pelvis
la misma que se extendió abriendo surco
tajo, al que un flaco espinettano la salpico de versos,
por esa misma senda es que bajo a comulgarme
desafiando los alambrados vírgenes
memorizando los poros por perversos
porque puedo bajar mil veces
amanecer en la cuesta subiendo hasta perderme
mas de que vale la existencia en este sitio
sino es para regocijarse cuando tus senos crecen.
Roberto Brindisi  




domingo, 9 de noviembre de 2014

HAY PORQUE VIVIR


Hoy
en este tiempo de la nada
de vidas llenas de vacío
de muertes con tan poca valentía
de voces que intentan confundir
pienso a veces si los amaneceres son tan claros
o me equivoco al escribir una poesía
como forma de eternizarme en la palabra
de contar las verdades de mi demencia
cuando de entre el polvo de la intrascendencia
rescato algún verbo que no ha enmohecido
pienso que existir quizás valga solo por amor
sumergiéndome entre las sabanas de tus piernas
tapándome con la suavidad de tu entrega
religiosamente devota
piadosamente cobijándome entre tus senos
parto hacia la cima de tu boca cuando den las diez
en tanto los astros quieran platicar conmigo
por la ventana donde tu silueta se recorta
mas terrenal te secuestro en este espejo
haciendo el amor como animas que se pueden extinguir
dándome cuenta que toda geometría
se consumen en unas líneas
sobradamente sinuosas
sé que tienes temores a lo profundo del abismo
ese construido por placer en expansión
y que en su fondo guarda el filo de las cosas
pero te dejaras caer
sabiendo que vivirás efímeramente una infinidad
en el mismo momento que Dios se desperece
admirado por ese cuerpo etéreo
que en el momento de la entera creación
no imagino ser elarquitecto que trazo tanta belleza
mientras tanto te tiendo la mano
hago que el sudor con el que ganaras placer
se multiplique como el vino y los panes
que como una oración de otra catedral
partas el silencio con tus incontables gemidos
escuchando como un susurro los vocablos más procaces
porque el amor también tiene fundamento de sexo
sobre la rutina que escriban los vencidos.
Roberto Brindisi


miércoles, 5 de noviembre de 2014

NO RENDIRAS CUENTAS


No me arrepiento
de esta solidez tan mía
de mis garúas frías y frágiles
que abonan esta silueta tuya
no me lamento
cuando en los poemas de mi muerte
extiendo la existencia mía
ni imploro penetrar en tu desierto
ya que has dejado tu desnudez desarreglada
quizás no sepa como agonizar hoy día
cuando me recorres con tu mano inquieta
suelo mirarme en las baldosas de este piso
el que desapareciendo cuando oscurece
siente que rebotan los gemidos
extiendo el brazo hasta el estante
en el que se balancean los ignotos jadeos
pero siento que te entregas al silencio
mientras que en mi garganta quedan gritos
son esas curvas extrañas del camino
las que me llaman poderosamente la erección
descomponer las figuras en mil astillas
no es tan sencillo como juntarte encima mío
y es cuando digo que no me preocupa
que tu imperfección hecha de tajos lubricados
hagan que mi memoria registre cada instante
no conozco justicia más severa
que la que me condene a alejarme de tus senos
se secara mi boca en la cárcel de la soledad
arderán mis labios en el infierno de la nada
crecerán mustias las olas de las caricias
sino se levanta tan extraña pena
me he declarado inocente siendo un tunante
pero desde la tiranía de ser el escribiente
puedo torcer a voluntad porfiada
este deseo mío
sin apelar ninguna sentencia
ya que en tu cuerpo encontraran el mío
recorriendo todo este rio tuyo
hasta que se ahogue esta lengua mía
hasta que se apague este calor primaveral
seria doloroso ver como levanta vuelo
tu figura despegada de mi extensa fantasía.
Roberto Brindisi



FINALMENTE ESTABAS


Y ahora te descubro
escondida en los renglones itinerantes
asomas detrás de un adjetivo
de un poema que se perdía en el naufragio
prontamente superado el remolino
apareces diluida en los márgenes de los amantes
nunca son muchos los besos,
escribiste
jamás, si son los adecuados
mire la hora perdida en un espejo
queriendo que no se termine esta oración
todavía que atardece en mi memoria
quizás la vida me ofrezca algo más que ser olvido
tal vez un tajo en el desierto de los años
o una pisada como huella extraordinaria
será que esas pupilas interrogan mi presente
o es el pasado que se devora tanto daño
más en el aquí y ahora
deje de pensar en la orfandad urgente
en ese instante de miseria y abandono
es que desde el puerto de mi pluma
zarparon unas naves de jazmines novedosos
llegarán hasta tu vientre desnudo
amarrarán en la pelvis de una entera suma
o morirán de tristeza en un jarrón cualquiera
no,
nos prometimos que arderían
en las rosas moradas de tus senos
allí donde mi boca clama
recuperar aliento después de este desvelo
ser inmortales por derecho eterno
es que tu piel es un extenso pergamino
donde tallar unos versos postreros
hay mariposas que solo viven un día
pero hay siglos que reconocen tu vuelo
quien no ha pasado por la iniciativa de ser oruga?
lo mas complejos es en qué clase de alevilla
nos convertimos
cincelado con el fuego de lo infinito
nacemos y morimos en cada instante
entre las astillas de una mirada clara
o en las madrugadas donde un beso
es el comienzo de un espacioso rito.
Roberto Brindisi


martes, 4 de noviembre de 2014

SER DESDE SIEMPRE


Soy
una enorme herida
un silencio sin importancia
un escriba de poemas bastardos
una soledad parcialmente absoluta
un interrogante con múltiples negaciones
alguien que nació hecho esquirlas
las que estallan en las noches de fuego
como también soy
esa trinchera  abierta en el alma
ese niño que no aprendió a gritar
ni a recibir una mano en los juegos
con las barajas de un destino roto
soy
ese que intento llegar al cielo
en la rayuela de una calle empedrada
que intento llenar con palabras ahuecadas
el nido vacío de una niñez temprana
soy
el movimiento en medio de la nada
las sombras de las deudas que se pagan
un tipo tan común que es un ave extraña
el que debió morir en una esquina setentista
pero no se dieron cuenta
que los dioses también tienen sus mañas
soy
un amante que busco entre tantas hembras
lo que solo una mujer preñada en fuego
dueña de los malabares más eróticos
puede volver a zurcirle el pecho
abrirle con las caricias de sus dedos
las pupilas que entrecerró la vida
soy
ese cuerpo extenuado por las madrugadas
que yace de costado montado en su lecho
con la esperanza de despertar sin la soledad
como perra guardiana de su existencia
sembrando alborotos en las horas postreras
cuando a la que quiere desnuda apasionado
besando entrelineas las caricias de la muerte
el que no se entrega
el que resucito tantas veces como Jesucristo
con las manos sangrando por los clavos
persistió en no rematar su suerte.
Roberto Brindisi




ESOS OJOS VERDES


El aguarda
sentado en la silla dominguera
con la mirada en unos ojos verdes
que hasta no hace mucho estuvieron
y que hoy no los encuentra
quizás ha sido su dejadez
no saber sujetar su culpa
inculcada falsamente
pero que le taladro su sueño
quiso ser lo que no fue ni era
y en ese derrotero se quedó sentado
perdiendo a girones lo más importante
esa mujer que si valiera
se equivoco lastimando
se lastimo equivocándose
hoy con el alma entre sus penas
quiere y ama
en tanto su esperanza desespera
pide poder enmendar esos poemas
sueña con que aún no ha perecido
ni se marchitado su mano compañera
cree que anduviera por las calles de ese barrio
abrazando algún día a la que fuera
a la que es, a la que nunca se ira
de su locura de gorrión infantil
su amante única y primera
con el pecho herido
atravesado por el viento del abandono
susurra que ella cocerá
como si recién de España regresara
su alma de gitano desperdigado
de inmaduro trajinador de mundo
detenido en un domingo de primavera
como en los tangos de Piazzola
queriendo completar el sueño
de un amor como ninguno
si eso ojos verdes lo quisiera.
Roberto Brindisi


lunes, 3 de noviembre de 2014

DERROTERO


En el primer instante,
cuando fui parido,
la parca me susurro
que lo que le falta es el olvido,
desde ese intervalo la cobije
mil veces en mis oídos
hasta amigarme con la vida
con el placer, el humo y el vino
entendí que hay un sendero
por el que recorrer mi camino
que nunca seria de ida
sino de atajos más laberintos
que se puede llorar todo un día
pero los pasos más firmes se dan
echando abajo el cerco tendido
quise emerger una noche
esas de lunas tan nuevas
que me deslice por tu dermis despierta
entre tanta soledad de varón
por pelarle a los molinos silenciosos
pude empezar a entender
que el amor, el placer, el deseo
sumado al sexo sin inhibición
me regalarían los mejores momentos
en este círculo del purgatorio
ese símbolo oscuro a descifrar
fragmente en la interpretación
mi lengua porteña en tu boca sabia
en ese umbral del querer
prepotente en su figura
reflejo de tantos amaneceres
en el que tu soledad en mi continente se perdía
aprendí desde abajo
como se alcanza la altura de tu cuello
como hay territorios invictos
que adivinando en la oscuridad
puede descorrerse el velo
y en un nuevo orden de las horas
como la parsimonia de las cosas
durante nuestros interminables derroteros
también en lo voluptuoso uno se enamora.

Roberto Brindisi