sábado, 28 de diciembre de 2019

ESTAR
no importa querer ser otro
ni el dialogo sordo con las sombras
tampoco los aparecidos fantasmagóricos
aunque duelan allí
en el alma, en la memoria
no enloquecer
cuando se despuebla mi soledad
solo queda la espera
esa hecha de tacones de aguja fina
de baldosas taconeadas
de sexo enajenado
atravesado por nuestro deseo
el que deja un surco inclemente
de locuras lujuriosas en alborada
porque ambos sabemos
que nacimos para transitar nos
despacio
con locuaces intervalos
pero extendidos en el tiempo y el espacio
ahora estas
mañana la luz me dirá que veo
regresaras aunque nunca hayas estado
Roberto Brindisi
LA LUZ DE SUS PASOS

No hay palabras
Después de una tormenta de gemidos
No es lluvia lo que empapa el vidrio
Son múltiples gotas de sudor tardío
En este campo árido,
En el lecho de dos enamorados
Puede astillarse el tiempo
Quebrarse en parte el infinito
Desdecirse el antiguo espejo
No vera nada igual
Solo las sombras de una vigilia etérea
Solo la luz de tus pasos en mi recuerdo
Lo demás,
El eterno laberinto de la esperanza
Ahora convirtiéndose en mariposa...
Roberto Brindisi