Salas y ventanas sombreadas de abandono.
Huida de la primavera, ayer mismo ahogada
en un vaso de agua.
Sobre la viejísima melancolía
(tejida y destejida largamente)
Hija de las grandes traiciones hechas a nuestros padres y abuelos:
estamos solos.
Sobre las sensaciones de vacío bajo los pies.
Sobre los pasadizos inclinados que el miedo y la duda edifican.
Sobre la tierra de nadie de la Historia: estamos solos
sin mundo,
Desnudo al rojo vivo
El barro que nos cubre, estrecho
en sus dos lados el aire que nos queda todavía
Así es que reconciliamos las pesadillas
Armamos nuevos sueños
Declaramos la guerra a la desesperanza
Porque estando vivos queremos ganar el paraíso
El pan, el techo, con el esfuerzo
De saber que cada día convocamos a los recuerdos
Construimos laberintos sempiternos
Encontramos salidas parciales
Para reposar en las mismas palabras de nuestros cuadernos.
Roberto Brindisi